"Así que... ¿Un guardaespaldas, eh?" Erwin dice igual de incrédulo que Armin días anteriores "Nunca me pasó por la mente que quisieran que tuvieras uno"
"Si, yo tampoco puedo creerlo," responde el pequeño rubio. Se acerca a Erwin y coloca una mano tapando su boca de modo que nadie pueda observar lo que dice "y además es mudo" murmura, volviendo a su postura inicial.
"Armin" frunce el ceño Erwin, sin estar realmente molesto.
"¡Hablo en serio!" Armin dice, con una leve sonrisa "No me ha dirigido la palabra desde que comenzó a cuidarme, bueno... solo para avisarme algunas cosas, pero, ya sabes a que me refiero con que no me ha hablado, ¿Cierto?"
Erwin suspira, tomando un poco de café que minutos antes una sirvienta le había traído "Lo hago. ¿Y tu le has hablado?"
Armin mira a su lado izquierdo, cruzando sus brazos "Lo intenté" murmura, pero de manera que Erwin pueda escucharlo.
"¿Lo intentaste?" pregunta y recibe un asentimiento de cabeza leve de parte del contrario "Cuéntame cómo"
El mayor nota como Armin se pone nervioso, claro que no le había dirigido ni una palabra al chico denominado guardaespaldas, lo sabia, ya que Armin era muy tímido y tratar con personas desconocidas no era una habilidad que tuviera.
"Bueno, no le hablé como tal, solo... le di una galleta"
"¿Le diste una galleta?" repite, no sorprendido, más bien teniendo en mente que algo fallaba en aquella oración.
"Intenté" corrige "darle una galleta"
Erwin suelta una risa baja "Dime cómo intentaste darle la galleta"
"Um, pues, estaba solo en el comedor comiendo unas galletas y él se veía tan aburrido parado cerca de la puerta que mis ganas de hablarle se intensificaron, pero sabes como soy. Así que lo único que se me ocurrió fue..." Armin calla, mirando fijamente a Erwin "No te vayas a reír"
"No lo haré" promete, aunque ya se ve un rastro de risa en la comisura de sus labios.
"Tirarle..." susurra y Erwin frunce el ceño confundido al no entender nada de lo que dijo Armin.
"¿Puedes repetirlo? No escuche bien"
Armin toma aire, volteando a ver a un costado de la habitación "Se me ocurrió tirarle un par de galletas en el rostro"
"¿Qué?" Erwin empieza a reír "¿Armin, es en serio?"
El rubio oculta su rostro sonrojado entre sus manos "No se me ocurrió más nada, ¿Okey?"
"Podías dárselas en la mano como una persona normal"
"¡Estaba nervioso!" admite "Ah, da igual, creo que ahora está más que seguro que nunca va a dirigirme la palabra"
"A no ser que te disculpes." Erwin obtiene la mirada confundida de Armin "Claro, puedes hacer eso, ¿No?"
"Erwin," Armin le llama, apoyando uno de sus brazos en la mesa y en la palma de su mano su cabeza "no le he podido hablar desde hace tres días y, ¿Crees que luego de haberle tirado galletas en su cara tendré el valor de disculparme? ¡No puedo ni mirarlo a la cara!"
"Vamos, no seas pesimista, haz el intento, ¿O cómo me explicas el hecho de que hablas tranquilamente con las señoritas Ackerman, Reiss y Leonhart? Te haz hecho amigo de ellas fácilmente"
"Porque nos conocemos desde niños, a esa edad no es tan complicado socializar, sin añadir el hecho de que fueron las primeras en hablarme" suspira "y no les he tirado galletas en la cara desde que las conozco"
Ahora Erwin es quien suspira "Bien, bien. Pero eso no quita el hecho de que les puedes hablar sin ponerte nervioso. Hagamos esto, imagina que ese chico... ¿Eren, no?, imagina que Eren es una de tus amigas y listo"
Armin lo mira seriamente. Cierra los ojos y mientras rasca su nuca vuelve a hablar "Ah, Erwin, está bien. Como insistes demasiado, prometo disculparme, pero, no será pronto, tengo que prepararme mentalmente mínimo dos meses antes, ¿Okey?" bromea manteniendo su rostro serio.
Erwin ríe "Entiendo. Está bien, con tal de que te disculpes, acepto el trato"
Armin se levanta de su asiento "Tengo clases de matemáticas, así que debo irme" con un último asentimiento que Erwin le da como despedida sale de la habitación de inglés con su guardaespaldas detrás.
Y Erwin presiente que algo con ese chico va a pasar. Algo... interesante.
👑
A las seis de la tarde un lunes, el príncipe Armin se encuentra en el patio recibiendo clases de modales con la nueva profesora que solicitó su madrastra. A pesar de que casi iba a ser de noche el cielo no estaba oscuro, al contrario, el sol aún se mostraba como si fueran a penas las cuatro.
Sí, su madre tal y como dijo hace unos días atrás, decidió contratar a alguien ella misma que le diera clase de modales, añadiendo, lamentablemente para Armin, otra actividad en su ocupado horario. No podía quejarse, negarse y tampoco faltar a las clases que le imponían, si lo hacia el castigo sería fuerte, y prefería pasar horas dentro de salones o bajo el fuerte sol, que estar recibiendo golpes o permanecer encerrado en ese oscuro y asqueroso lugar que le daba pesadillas durante varias noches.
Rico Brzenska, su profesora de modales, era una joven de veintisiete años y estatura baja, su cabello era corto hasta los hombros con un color peculiar que Armin no sabría decir si era rubio u plateado, lleva lentes y su ropa era impecable. Era una mujer muy bonita, la verdad.
Su primera impresión fue que era alguien seria y fuerte en actitud, mas se equivoco en esta última. A pesar del rostro serio de la joven, Rico era alguien paciente que no se enojaba si se equivocaba en algo, más bien lo corregía amablemente (aunque tal vez era así por ser el primer día que le daba clases, pero Armin prefería pensar que las siguientes clases seria igual de amable que esta)
"Como último, un consejo: Tenga presente que el lenguaje corporal puede traicionarlo o decir cosas que quiera ocultar. Estar todo el tiempo serio, con una mala posición, con los brazos cruzados o mirando a otro lado, podrían delatar que no esta interesado, claro, tampoco tiene que estar con una sonrisa a cada rato, solo, muéstrese relajado, ¿Me entiende?" ella le dice, dándole una pequeña sonrisa ladina al recibir una respuesta positiva del rubio "Perfecto, entonces, esto termina aquí. Pensé que tardaría más, pero no fue así." Rico toma su cartera y se la guinda en su hombro derecho "¿Nuestra próxima clase es este miércoles, cierto? Nos vemos ese día"
"Sí" Armin responde levantándose de la silla y aprovechando también de estirar sus piernas entumecidas "Muchas gracias, señorita Rico"
Rico parece sorprendida ante el agradecimiento, así que sacudiendo su mano en negación delante de su rostro con una leve sonrisa responde "Oh no, no tiene que agradecerme por eso, príncipe, no es nada"
Armin solo le sonríe, sí, esta joven sin duda le estaba cayendo bien.
Ambos se dirigen a la entrada de palacio para dirigirse a la salida del castillo, Armin la acompaña para que sepa por donde ir teniendo a su guardaespaldas a una distancia prudencial de él.
"Entonces, hasta pasado mañana, príncipe. Tenga linda noche"
"Sí, e igualmente" le dice él, despidiéndose con la mano cuando ella va saliendo.
Suelta un suspiro, cansado. No tenia más nada que hacer, o eso esperaba, además de la cena no le quedaba nada más, ya había visto las cinco clases que tenia y lo único que faltaba eran las tareas que tenia pendiente, pero por no ser tan complicadas no se preocupaba tanto por ellas.
Da un giro para dirigirse a su habitación y por caminar teniendo la vista en el suelo choca con algo grande y duro.
"Lo lamento." dice, sin saber realmente si se había chocado con una persona. Sin embargo al levantar la vista, confirma que sí fue "Ouh"
Al frente suyo se encuentra su guardaespaldas, Eren Jeager, la persona con la que no había cruzado palabras desde hace setenta y dos horas, tres días. Se quedan mirando hasta que el contrario decide desviar la mirada y da un pequeño movimiento de cabeza que a Armin le sorprende.
Oh.
Le respondió.
Se aparta rápidamente dando unos pasos hacia atrás y vuelve a retomar el camino a su habitación, sin pensar mucho en lo que acaba de pasar. Porque no era nada importante, ¿O si? Le había respondido, a nada exactamente, pero movió la cabeza y eso iba dirigido a él, sin duda.
¿Por qué se emocionaba tanto por una respuesta? No, no era emoción, ¿Por qué sería emoción? No tendría sentido. Era más bien... Sorpresa, sí. Armin se había sorprendido de que aquel guardia le haya respondido de alguna forma.
Al llegar a su habitación abrió la puerta, o eso habría querido hacer si una mano ajena no hubiera chocado con la suya.
Gira hacia el dueño y, ah, ¿Por qué tuvo que voltear?
Ahora estaba más que confiado que cada vez que cruzara miradas con este chico se le quedaría viendo cómo si viajará a otro mundo color verde. Aquellos ojos le transmitan algo tan, indescifrable, algo a lo que no le encontraba palabras para definir y aquello le irritaba.
¿Por qué?
¿Por qué aquellos ojos le daban tanta curiosidad? ¿Por qué se sentía cómodo viéndolos? ¿Por qué no podía apartar la mirada?
¿Acaso era idiota?
Oh, claro que lo era, era un gran y completo-
"Lo lamento"
Y sólo esas dos palabras lo regresan al mundo real fuera de aquellos ojos verdes.
Y ahora notaba que aquel chico tampoco apartaba la mirada de él.
¿Será por lo mismo?
No. ¿Por qué sería así?
Dios, ¿Por qué siempre se preguntaba el por qué de las cosas?
"N-no te preocupes" logra decir, saliendo de su corto trance mental.
Y por fin, logra entrar a su habitación. Soltando un suspiro al sentir la tranquilidad y paz que necesitaba.
Tranquilidad... Aquella palabra, no, aquel sentimiento se sentía tan semejante a cuando-
"Príncipe, su padre le llama desde el salón del trono" escucha detrás de la puerta. No era la voz de Eren, así que sería la del sirviente de su padre.
"Ya voy. Gracias"
Y la paz que obtuvo luego de miles de tareas desapareció al instante, pero ¿Qué más podía hacer?, solo le quedaba obedecer.
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¡Holaa! Lamento mucho la tardanza (╥﹏╥)
El liceo me ha tenido mal y, como estoy en mi último año de bachillerato, a los profesores les dio por mandar varias actividades las últimas semanas, ni hablar de la tesis, es horrible todo.
Pero bueno, aquí está otro capítulo, algo corto, pero prometo que más adelante serán más largos e interesantes ᕙ( • • )ᕗ
Espero que tengan muy lindos días, tomen agüita, alimentense bien y duerman bien. Se les quiere mucho, y perdón de nuevo <3
- Mar.