"Buenas noches Tae"
"Buenas noches"
"Tae"
La palabra emoción le queda corta a comparación de toda esa sensación emotiva que recorre su cuerpo. Con una enorme sonrisa dejó el celular a un lado; junto a él en su cama, más especifico bajo la almohada.
Miraba el techo, contento, había tenido una conversación insignificante para cualquiera, pero para él había sido tan agradable que se arrepintió de haberse arrepentido de hablarle, si no lo hubiera hecho tal vez no estaría tan feliz ahora porque, ¡Había hablado dos veces en un día con su chico! Y eso era lo que lo tenía emocionado.
De pronto escuchó cristales romperse contra alguna superficie y salió de su burbuja. Había olvidado que sus padres tenían una de tantas discusiones hace un rato.
Se quitó las sábanas de encima saliendo de la cama lo más rápido que sus débiles músculos le permitieron. Abrió la puerta y salió casi corriendo hacía las escaleras, y al llegar las final de estas vio a su madre en el living de la casa con sus ojos cristalizados sentada en el suelo mientras miraba a la nada. Miró lo que antes había sido un jarrón azul de cerámica tirado por todos lados, roto en pequeños trozos.
Su padre no estaba por lo que supuso que se había ido de la casa a beber por algún bar.
Se acercó a su madre sentándose a su lado. Y ella, al notar la presencia de hijo rompió en llanto. Lo abrazó entre sollozos que de apoco se fueron calmando. En el proceso Taehyung también había dejado escapar unas lágrimas que le traicionaron.
Él sabía exactamente el porque de la reacción de su madre. Ella estaba cansada también de esta situación tan agobiante para ambos, es ella con quien su marido descarga su rabia, la que recibe el maltrato. Ella ha aguantado y recibido tantas humillaciones como su hijo. Ella también lloraba y se lamentaba de tantas cosas que ahora son un cargo de conciencia para ella.
Sus sollozos se detuvieron y fue cuando se separó de su hijo, ambos se miraron, ambos con sus ojos rojizos y nariz goteante, ambos cansados y destruidos internamente.
—¿Por qué saliste de tu habitación? — dijo ella absorbiendo su nariz.
— ¿Te golpeó? — preguntó preocupado, ignorando el intento de regaño de su madre, limpiando las lágrimas restantes del rostro ajeno. Ella negó — Mamá te he hablado muchas veces sobre la idea de irnos. Esto no es justo, ni para ti ni para mi.
La mujer sonrió melancólicamente acariciando el rostro de su hijo, ella lo amaba con todo su ser y sería capaz de soportar lo que fuera necesario por la felicidad ajena antes que la suya.
—Amor, te prometo que saldremos de esta, y no descarto esa idea. Pero primero necesito solucionar unas cosas. ¿Puedes ser paciente? Te prometo que todo estará bien.
El pelinegro asintió, ayudando a levantar a su madre del suelo.
—¿Tú estás bien? —preguntó.
—Estoy bien amor, puedes volver a tu habitación, a demás ¿Qué haces despierto a esta hora? Te he dicho que no te desveles Taehyung — reclamó.
— Estaba... — recordó lo que estaba haciendo antes y se le escapó una sonrisa, la cual su madre notó antes de que el cambiara su semblante.
—¿Estabas...? ¿Hay algo de lo que me deba enterar?
—De hecho si— volvió a sonreír —hoy hablé con Jungkook — confesó mirando sus pies, que no había notado que estaba descalzo.
El rostro de su madre se iluminó, tomó el mentón de su hijo y lo hizo mirarlo. — Ahora me contarás como te fue. — y apenas dijo, Taehyung se vio arrastrado hacia la sala de estar, su madre se sentó en el sillón individual cruzando sus piernas esperando a que su hijo dijera algo.
El contrario se sentó el gran sofá, incapaz de mirar a su madre, pero con una enorme sonrisa adornando su rostro.
—¿Y bien? Cuéntame, ¿Cómo fue? —Preguntó impaciente.
—Bueno... Hoy me encontró en la azotea de la escuela, le pregunté el como es que me había encontrado y dijo que me había visto subir allí hace semanas —Aunque está omitiendo algunas cosas, y el hecho de que lo encontró en su momento de lamentable llanto, dice la verdad. Tal vez le oculte algunas cosas a su mamá, pero no le mentiría nunca.
—¿Te estuvo espiando? — Preguntó en un leve hundimiento de su entrecejo.
—Eso mismo me pregunté, pero solo le causó curiosidad mamá, tampoco quiero ilusionarme.
—Pero si tú ya estas ilusionado hijo — sonrió.— Aunque eso no justifica que estés despierto a estas horas Taehyung —cambió a un semblante serio con enojo fingido.
—Sobre eso, me dio su número, y estuvo esperando mi mensaje desde que lo hizo, y yo no le escribí sino hasta ahora.
—¿Por qué no lo habías hecho?
—Porque creí que era muy rápido y tampoco quería parecer tan interesado.
—Pero si estas interesadísimo — dijo después de una risa —Te he dicho que confíes en ti mismo amor, deja de lado todo aquello que te haga dudar. Se que no es fácil, pero puedes hacerlo. Y si avanzan y les va bien lo aceptaré, quiero verte feliz primero que nada. De no ser así entonces ese chico no es para ti. Debes pensar primero en tu felicidad amor, y no dudes en hablarme, siempre que me necesites voy a escucharte — ella se levantó y caminó hacia su hijo, y plantó un beso en su frente —Ahora quiero que vallas a dormir, yo limpiaré aquel desastre.
Asintió y obedeció, subió a su habitación y aunque tardó en dormirse lo logró, dando por finalizado su día.
Al siguiente, al abrir sus ojos sintió una punzada en la sien. Se apoyó se los codos para sentarse sobre la cama, y luego llevar sus manos a la cabeza mientras apretaba los ojos con fuerza.
Otra punzada.
Soltó un quejido y fue cuando su madre entró a su habitación, como todas las mañanas a despertarlo ya que tenía a un perezoso por hijo que tarda mil años en poder poner un pie fuera de la cama. ¿Suena exagerado? Pues así es como ella lo se lo ha recordado.
Iba a darle el típico sermón mañanero de como podría llegar tarde a la escuela y perder el año, e infinidades de ideas sobre un futuro año reprobado solo por no levantar su culo del colchón. Pero al ver a su hijo quejarse le hizo dar vuelta a la tortilla y casi corrió a sentarse a su lado.
—¿Qué te sucede amor? —acarició su rostro en busca de alguna marca, alguna cortada, algo que ella solamente entendería.
—La cabeza— musitó y apretó los ojos con fuerza, dejando salir lágrimas no sabía que se habían formado.
Su madre colocó ambas manos en sus mejillas, sosteniéndole —Estás ardiendo Taehyung —lo miró preocupada mientras él se secaba algunas lágrimas. —Hoy no irás a la escuela, quédate aquí, ya vuelvo.
Y desapareció dejándolo solo en la habitación mientras sentía que su cabeza en cualquier momento estallaría de tantas punzadas. Dolían y comenzaba a sudar frío.
Unos minutos después se quitó las sábanas de encima e intentó ponerse en pie para ir al baño pero al llevar un pie fuera de la cama —ignorando el hecho de que cuando tocó el suelo sintió que pisaba miles de cubos de hielos —el equilibrio le falló y calló sentado en la cama. Su madre entró y trajo consigo paños y agua, lo que parecían ser pastillas y medicamentos.
—¿Qué haces?— cuestionó frunciendo el ceño en cuanto vio a su hijo intentando levantarse de la cama de nuevo —Te dije que te quedaras allí. Acuéstate y no pienses en levantarte. —ordenó y así hizo, ya iría al baño después.
Llevó uno de los paños ya sumergidos en agua a su frente. Una sensación de que su cuerpo se volvía helado lo inundó. —Ten esto — dijo su madre dándole una tableta con pastillas —Son para el dolor de cabeza, toma por ahora solo una.
Y su mañana se basó en punzadas en la cabeza, ya no tan insoportables como lo habían sido desde temprano, todo el día acostado en su cama, —aunque a eso no le veía desventaja— durmiendo lo que no lo había hecho desde ya hace un tiempo, y en los cuidados que le daba su madre. Solo saliendo de la cama cuando era necesario.
Jimin, de quien estuvo recibiendo mensajes toda esa mañana, que no dejaba de recordarle que en cuanto las clases terminen vendría a su casa, también había mencionado que Jungkook estuvo preguntando por su persona, y su mente, a pesar de ser golpeada por un dolor punzante comenzó a crear escenarios de ambos juntos.
Porque, creía que para él su existencia era invisible, pero, había preguntado por él. Jeon Jungkook había preguntado por Taehyung. Aun no lo creía. Aún las palabras de Jimin estaban siendo procesadas por su subconsciente.
—...y también se me acercó y me preguntó por ti, TaeTae —habló Jimin en mensaje de voz —dijo que creyó que se verían hoy en la cafetería o en la terraza de nuevo. Aunque, ¿Cómo es eso de "De nuevo"? debo enterarme de algo importante y no me lo has contado Kim.
Y después unos reclamos de Park, y una explicación de su parte, tuvo que dejar la conversación a medias porque ya iba a comenzar al clase de Deporte y tuvo que ir.
De lo que me salvé— pensó.
Todo tienes su ventajas y desventajas, pues, esta es la ventaja.
Odiaba con todo su ser esa clase. No era el profesor, de hecho se llevaban bien, tampoco eran los alumnos, aunque no socializara con muchos, los conocía y la mayoría eran agradables, Era el deporte en sí. No le gustaba nada que tuviera que ver con el ejercicio. Preferiría estar sentado en las gradas del gimnasio mientras los veía sudar desde la distancia. O estar en cualquier otra clase o tal vez en la biblioteca con Jimin, o en la terraza. Aunque en esa ultima ya no era un lugar secreto, seguiría yendo allí ya que seguía siendo uno de sus lugares seguros.
Por otro lado a Jimin si le gustaba esa clase, suele decir que allí se siente libre y puede correr cuanto quiera.
¿Correr? Gracias, no gracias, rápido y sin que nadie se de cuenta podría estar sufriendo por su falta de aire, casi asfixiándose.
Suena exagerado, pero es la verdad.
Aunque, también había un lado bueno, a Jungkook le gustaba esa clase, y siempre que podía salirse con la suya y no hacer nada mientras estaba sentado en las gradas, lo veía desde lejos, en las bancas del final donde se sentía seguro de que nadie notaría su presencia a excepción de Jimin, que siempre ha sabido como reconocer a su amigo hasta en una gran multitud. Allí, en la lejanía disfrutaba de la vista, un Jungkook sudado hasta los codos, su cabello húmedo y su pecho subiendo y bajando después de unas vueltas a la cancha. Pero cuando no lograba convencer al profesor sobre quedarse en las gradas se limitaba en observar, ya que también estaba en la misma clase y tenía que hacer su parte.
Aunque luego en las duchas se le hacía difícil el entrar con el resto de sus compañeros, siempre esperaba y era el último en entrar y salir de allí, de vez en cuando su amigo le acompañaba, aunque siempre dice que no sabe de lo se pierde.
Claro, Jimin sin problema puede ver a Yoongi sin camisa, sin mencionar que sabe como disimular. Pero por su lado jamás —No que él recuerde— había visto a Jungkook sin camisa, no recuerda haber visto más piel de la debida, y aunque quisiera y se hiciera el valiente tiene nervios que no le a ayudan a jugársela, y no quiere ser descubierto mientras mira el cuerpo de su amor no correspondido —Que está claro que debe ser el mismísimo monumento creado por los mismísimos dioses del Olimpo—.
Su celular sonó, y mensajes de Jimin diciendo que ya iba saliendo para su casa llenaron la bandeja de notificaciones.
Otro diciendo que llevaba una sorpresa llamó atención, pero decidió no preguntar y dejarlo en visto. Igual ya se enteraría de que es cuando llegase a casa.
Ojalá y fueran películas para hacer maratón. O una bolsa de nachos.
Su madre entró a la habitación con nuevos paños —¿Cómo te sientes? —preguntó quitando los paños ya usados para poner los nuevos.
—Mejor, ya no hay punzadas. Sólo dolor, pero es soportable.
— Bien, tu temperatura también ha bajado, aunque no hay que confiarnos podría subir en cualquier momento, Por eso te estuve preparando la ducha para que tomes un baño de agua fría.
Aunque quería protestar sabía que no ganaría, así que se limitó a asentir —Esta bien. Por cierto, ya viene Jimin.
Y su rostro se ensanchó en una sonrisa. —Hace un tiempo que no viene, iré y prepararé algo. Ahora ve, y toma un baño antes de que llegue, si me necesitas estaré en la cocina.
Asintió y salió de la habitación del menor, se levantó de su preciada y hermosa cama y caminó hasta la puerta del baño, en la que descolgó su toalla y entró. Como su mamá había dicho, la bañera estaba llena y después de comprobar con sus propios dedos, el agua estaba helada.
Reunió las fuerzas necesarias para entrar, sabía que aunque no quisiera era necesario. Así que, sin pensarlo para no arrepentirse entró.
Dios, si existes, por favor ya llévame contigo.
Frío es una palabra pequeña, helado quedaría mejor pero aun así se siente poco con el frío congelante que su cuerpo está experimentando.
Minutos más tarde salió de allí, deseando no volver a entrar a bañarse por lo que restaba de día. Al menos para no soportar aquella tortura por la que su madre le hizo pasar.
Se colocó ropa cómoda, una camiseta blanca que le llegaba a la mitad de los muslos, y su ropa interior, de igual manera no pensaba poner un pie fuera de su habitación. Y a Jimin le tenía suficiente confianza como para que le viera en ropa interior. Secó su cabello y lo dejó al desordenado.
Se echó en su cama, su temperatura había bajado después de aquel baño, pero aun se sentía algo débil, por lo que se acomodó en esta deseando no salir de ella. Tomó su celular para matar el tiempo en lo que su amigo llegaba.
Un rato después escuchó el timbre de la casa sonar, sabría que su madre le abriría, por eso no movió ni un músculo. Escuchó pasos por el pasillo hacia las habitaciones, y miró su puerta ser abierta. Se sentó en la blanda superficie.
Jimin entró.
—¡TaeTae! — exclamó con emoción lanzándose sobre su amigo mientras Taehyung hacía el intento por mantenerse sentado. —No tienes idea de lo aburrido que me sentí hoy sin ti.
—Claro, no tenías a quien molestar con lo de la feria, ni a quien contarle sobre lo mucho que te gusta Yoon-
Los ojos ajenos se abrieron a la par, y llevó su mano a la boca de Taehyung para callarlo. El contrario lo miró confundido por el acto.
—Te dije que te traje una sorpresa —casi susurró, soltando y quitándose de encima de su amigo, y quitando su mano de la boca ajena —Ya puedes entrar —dijo en voz alta.
Y Taehyung, aun con el entrecejo hacia abajo vio como por la puerta, —Que aún se hallaba abierta— se hacía notar su amor platónico con una preciosa sonrisa.
Su pequeño ser se congeló. No sabía si había sido un efecto secundario por el baño que había tomado hace ya un rato, o si es porque acaba de ver como Jeon Jungkook entraba a su habitación, cerraba la puerta con el pie y se sentaba a su lado, en su cama.
Jeon Jungkook estaba en su habitación, y aún no podía creerlo.
—Hola Taehyung —sonrió apoyándose con las palmas de sus manos en la cama.
—Hola —logró pronunciar después de salir de su estado de shock mental.
—¿No te molesta que haya querido venir verdad? —Taehyung negó, claro que no le molestaba, solo le hubiera guastado que avisaran con tiempo —Genial, quería venir y ver como estabas. Hoy no te vi en clases, así que quise escribirte, pero olvide mi celular en casa. Le pregunté a Jimin y dijo que estabas enfermo.
¿Acaso había oído bien? Jeon Jungkook se estaba preocupando por él.
—Estoy mejor —sonrió y el contrario también.
—Eso es bueno. Por tu parte lo verás como lo mejor, porque te perdiste de un entrenamiento que me dejó con dolores en donde menos te imaginas— comentó el rubio, que veía a su amigo con una sonrisa cómplice.
Él sabía perfectamente por lo que pensaba, en parte quería matarlo, por otra le agradecía, aunque hubiese preferido que le avisara antes, así se hubiese puesto algo decente.
Jungkook bajó su mirada a los muslos desnudos de Taehyung, este al notarlo no pudo estar más avergonzado. Tomó una almohada y la colocó sobre sus piernas y las cruzó sobre el colchón. Sus mejillas se sintieron calientes. Jungkook rió, pero no mencionó nada sobre eso. Jimin, le dedicaba miradas a Taehyung, riendo y disfrutando de lo que Taehyung llamaría más que vergüenza.
Hicieron como si no hubiese ocurrido nada, para no incomodarlo y generarle más vergüenza, algo el pelinegro agradeció.
Pasaron la tarde hablando de muchas cosas, y Taehyung, aunque moría de vergüenza por las miradas indiscretas y descaradas que Jungkook solía darle, las ignoraba.
Relame sus labios, nervioso. Jimin había bajado a "Buscar algo para comer" pero sabía perfectamente que lo hizo para dejarlo solo con Jungkook.
—¿Enserio te sientes bien? —preguntó una vez que Jimin salió.
—Si, mamá me cuida bien.— sonrió amable.
—Si, bueno no me refería a eso. Me refiero a que, ¿Cómo has estado tú emocionalmente?
—Oh, bueno, bien supongo. —dijo inseguro.
—Siento que me mientes. No te preocupes sea lo que sea puedes contarme.
Y la traicionera mente de Taehyung viajó a la noche anterior, dándole el mal recuerdo de ver a su madre llorar.
—Anoche, después de hablar contigo, pretendía dormirme— apretó los labios y exhaló —Pero oí algo romperse abajo, y bajé. Papá no estaba pero si mamá, ella estaba en el suelo, llorando.
—Pero, ¿pasó algo muy grave? —lo miró expectante.
—No, aunque me sentí patéticamente mal una vez que volví a mi habitación —Y aunque sus ojos picaron, no iba a permitirse ver nuevamente vulnerable ante Jungkook —No es justo para ella, me siento tan cobardemente estúpido al no poder hacer nada por ella. No se lo merece— Suspiró controlando su ahora agitada respiración.
Sentía enojo, por su padre, al ser una persona sin empatía y maltratadora. Por si mismo, porque se sentía inútil al poder intentar hacer algo no solo por su madre, sino por él mismo. Quería poder gritarle en la cara tantas cosas a su padre, liberar ese sentimiento de odio que tristemente se que creando con el tiempo.
Decirle que era un ser egoísta, que era tan cobarde como él. Quería decir tantas cosas, tantas de las cuales se ha permitido decir solo en el encierro en su habitación, todas esas veces que ha ensayó entre lágrimas por si alguna vez llegase a presentarse el momento en el que su miedo y cobardía se esfumara y podría encarar a su llamado padre todas esas verdades que se tenía guardadas para sí mismo.
Sentía ira hacía la vida misma, por haberle dado una gran bofetada, que lo hizo ver la realidad sobre la gran farsa que su propio padre había creado sobre su familia. Aunque desearía volver a lo que era antes, sabía que, eso no era más que mentiras sobe una "Una familia perfecta".
También por otra parte, no quería volver a esa vida, sabía que aunque lo quisiera eso significaría volver a ceder ante volver a la ceguedad que lo cubría antes de que todo esto pasara, sabía que aunque no le gustara la realidad en la vivía tenía en claro que era mejor saber la realidad que se ocultaba bajo una falsa sonrisa que juraba tener toda muestra de cariño y amor. Cuando no era más que una puerta temporalmente cerrada, una que cuando era abierta, descubrirías todo un infierno por delante, una vida que aunque no quieres te ha tocado vivirla.
Taehyung suspiró de nuevo y esta vez miró al pelinegro, este solo le miraba.
—No tienes que hacer esto si no quieres —Mordió su labio esperando alguna respuesta destructora, de las que siempre espera de las personas, una hiriente, una que le dijera que no le interesaba nada de su vida y que desde que le vio llorar en la terraza, para no sentirse con aquel sentimiento de culpa se vio obligado a hacer aquello por lástima.
—Quiero. —Le dedicó una sonrisa reconfortante. —A demás, necesitas desahogarte de alguna manera, lo que vives aquí no es sano. Quieres ayudarla, no sabes como hacerlo porque ella es quien está recibiendo todo eso por los dos. —Posó una mano sobre el hombro del mayor. —Eres fuerte, y lo admiro de ti, porque no tengo ni la mínima idea de lo que debes estar pasando, por eso cuando necesites de mí no dudes en escribirme, sea la hora que sea, el momento que sea, y si tal vez no veo o contesto tus mensajes o llamadas, porque puedes verte en total libertad en llamarme cuando quieras, te prometo que aunque me encuentre haciendo tal vez otras cosas ten por seguro que te contestaré.
Taehyung asintió y sonrió. Esas han sido unas de las palabras más reconfortantes que alguien le ha dicho, y para volverlo mucho mejor, venían de Jeon Jungkook, su amor no correspondido.
Jktaesbear_