Cuando llegamos a casa, no hay nadie. Aparco, nos bajamos y voy directo a mi habitación para cambiarme. Después de ello decido compartir la tarta con Matt. Voy a su habitación. Toco la puerta, abre.
-¿Quieres?
-Mmm obvio que si.
Se hace a un lado para que pase. Cuando cierra la puerta tras de mi me entra una rara sensación. Se siente en su sofá, da unas palmaditas a su lado. Voy y me siento allí. Le doy la otra mitad.
- Merengue, lo adoro.
Empieza a comer merengue con sus dedos.
-¡Matt! ¿Acaso no comes con un cubierto?
-Bah. Entorpece mi placer.
Sigue comiendo. Yo pongo los ojos en blanco y sigo comiendo igual. Entonces de la nada hace una mueca.
-¿No acompañas la tarta con nada?
-¿Hump? Oh... no... ¿Quieres galleta o un jugo? Puedo ir a buscarte algo si quieres.
- No, yo busco lo que quiero ahora.
Me encojo de hombros y sigo comiendo. Luego de la nada siento algo un poco frío y pegajoso debajo de la clavícula.
¡¿Eh?!
Matt está con una cuchara aún cubierta de merengue cerca de mi.
-¡Matt! ¿Qué haces echándome merengue encima?
Matt simplemente me mira, pestañea rápidamente, y luego vuelve a seguir comiendo.
¿Pero qué..? ¿Qué le pasa a este chico?
A punto de quitarme el merengue vuelvo a sentir lo mismo en un hombro.
-¡Matt!
-Mmm no entiendo porque te quejas. Dije que buscaría yo mismo con lo que quería acompañar la tarta.
-¿Eh?
Acerca su rostro al mío con una sonrisa. Luego se va a mi oído.
- Tú eres lo que quiero con la tarta.
Su aliento me hace cosquillas y a la vez me da escalofríos.
Espera...¡¿Qué?!
Le miro ruborizada. Él me sonríe con picardía, entonces se acerca más y lame el merengue de mi hombro. Me estremezco al sentir su lengua contra mi piel.
-Mmm sin duda así es más delicioso.
Yo voy retrocediendo hasta llegar al pone brazos del sofá.
Mierda. Así no puedo apoyar mi espalda.
Matt se va acercando a mi, pasa por entre mis piernas. Queda encima de mi, mientras yo quedo acostada en el sofá.
¡Ah mierda! No tengo escapatoria...
-Siempre eres muy tímida hermanita...
Me mira una vez más. Luego va bajando lentamente la cabeza hasta llegar debajo de mis clavículas y empieza a lamer el merengue.
Ah... ¿Por... por qué se siente... tan bien? Da como cosquillas...
Matt para terminar me da mordiscos. Doy un pequeño gemido. Levanta la cabeza y luego me mira.
-La verdad es que... no me puedo resistir.
Con los dedos coge más merengue y empieza a pegármelo a los lados del cuello, cuando termina se pone a lamerlo y succionar todo el merengue que tenía. Me muerdo el labio inferior para no gemir, aunque no puedo evitar hacer ruidos raros. La excitación se veía en ambos. Me dejo llevar por completo. Matt vuelve a poner merengue en mi mejilla y lamerlo, luego para un dedo delante de mi boca.
-Vamos, di aaaa...
Avergonzada por la situación le obedezco. Abro la boca lentamente, empieza a pegar merengue en mis labios. Luego mete el dedo en mi boca. Recorre todas las esquinas y partes sensibles, tanto hace que me logra sacar unos gemidos. Al ver mi cara placentera sonríe orgulloso. Luego acerca más su rostro presionando su boca en la mía. Pasa la lengua por mis labios y tira de ellos una y otra vez asegurándose de que no quede ni una pizca más de merengue. Gimo cada vez. Nuestras respiraciones quedan agitadas.
-Matt... estoy toda... babeada por tu culpa...
Me río y él también. Sus ojos recorren mi cuerpo y me excita cada vez más. Sin pensarlo, mis manos van hacia el pecho de Matt y van bajando hacia su abdomen. Disfruto tocando. Siento como se estremece por mis toques.
- Hay...Si sigues haciendo eso...
De atrevida, sigo sobrepasando los límites, le toco suavemente cada uno de sus abdominales.
Cielos... Matt si que tiene buen cuerpo... que bueno está...
Matt suelta un suspiro, y tratando de recuperar el aliento habla.
-Eres rebelde...
Me agarra la mano. Rápidamente presiona sus labios contra los míos. Me besa mas intensamente que antes.
¡No puedo respirar!
Su lengua se encuentra con la mía. Gimo dentro de su boca, el peso de su cuerpo sobre el mío me tenía sin aire, y más por el intenso beso. De momento siento como su mano va debajo de mi blusa. Pasa la mano lentamente y va subiendo hasta bajo de mis pechos. Un hormigueo me recorre, ya por instinto le agarro la mano con una que tenía libre. Se separa unos milímetros de mi cara.
-Matt... no...
Matt me mira sin expresión y mueve la cabeza a un lado.
-Mmm no te entiendo... siempre me andas dejando con ganas.
Me quedo perpleja ante sus palabras. Sacudo la cabeza e intento no dejarme llevar.
- Y-yo... n-no vamos a hacer nada...eh.
Matt pone los ojos en blanco y se echa a un lado pegándose al espaldar del sofá. Yo a punto de levantarme, resbalo y caigo. El impacto contra el suelo es duro y hace que me estremezca toda.
Hay...ufff...
-¿Podrías ser más torpe hermanita?
Se asoma desde encima del sofá y me mira.
Pues si. No puedo ser más torpe porque si no un día de estos podría morir.
Me levanto adolorida.
- A veces no se que haces o tienes en mente.
Esas palabras se me van de momento. Acostumbro a pensar en voz alta.
¡Horrible costumbre!
- La verdad es que, ni yo mismo se que hago...
Esas últimas palabras fueron casi un susurro. No pude entender bien.
-¿Eh?
Levanta la cabeza de momento y me mira con la boca abierta.
-¡Ah! Olvídalo. No dije nada.
Se levanta y mira a todos lados como buscándose una excusa o algún tema.
-Eh... bueno debo irme.
Yo rompo el hielo y salgo sin decir más nada. Voy directo a mi habitación. Allí me lanzo boca abajo sobre la cama. Suspiro hasta que me quedo dormida. Ya más tarde todos cenamos y luego nos vamos a descansar. Yo que ya había dormido antes, no tenía mucho sueño. Me quedo en la laptop viendo algunos capítulos de mi serie favorita.
Me pregunto que haré cuando llegue a su final ¡Me gusta tanto! Me tiene tan enganchada.
Luego me entra un poco de sed. Salgo de mi habitación, en lo que camino por el pasillo oigo una ligera melodía.
¿Música clásica? ¿Son los vecinos?
Al pasar frente a la puerta de Matt siento que la música proviene de ahí.
¿Eh? ¿Aún sigue despierto y oyendo..?
La curiosidad me mata. Entonces abro la puerta lentamente. Me asomo. Le veo encima de la cama con un brazo sobre su cara y el otro agarrando el teléfono de donde provenía la música.
¿Matt escuchando música clásica?
Me llevo una mano en la boca.
Waw, esto si que no lo sabía.
Antes de poder reaccionar Matt se quita el brazo de la cara y clava su mirada en mí.
¡Ah! ¡Me ha cachado!
Nos quedamos mirando unos segundos. Veo que se apresura y apaga la música. Gira su cabeza hacia otro lado.
-¿Acaso me estás espiando?
-¡Ah no! Perdón. Es que sentí la música...
Me da la espalda por completo.
Aunque no me pueda ver el rostro se que está avergonzado. Lo puedo imaginar.
-Me gusta la música clásica. Me atrajo, no lo pude evitar.
Me mira de reojo.
- No sabía que a ti también te gustaba.
Suspira y luego se gira hacia mi.
-¿Te parece raro eh? Chicos de mi edad no acostumbran a oírla.
Me rasco la barbilla.
- Bueno cada quien tiene sus gustos.
Asiente con la cabeza.
- No me gustan todas en general. Pero son increíbles algunas piezas.
- Si, sobre todo la que escuchabas. ¡Es una de mis favoritas!
-Oh que coincidencia. Igual es una de mis favoritas. La escucho siempre, me relaja su suave melodía.
Cierra los ojos por un momento.
Waw, jamás pensé que Matt y yo tuviéramos ese tipo de similitudes. Increíble.
- Me decían que era anticuado. Ja. Pero esta música es mejor que la estupidez que ellos oyen.
Me río.
- Es raro de hoy en día oir eso de la boca de un joven.
- Pues si. Soy único.
Nos reímos. Me fijo en la hora.
-¡Matt debes dormir! Mañana tienes Instituto.
- Oh claro...
Al día siguiente cuando me alisto para llevar a Matt al Instituto resulta que se fue más temprano.
¿Por qué se habría tenido que ir tan temprano?
Le pregunto a mi mamá que está en la cocina.
-Mmm recuerdo que dijo que tenía la exposición de un proyecto hoy...
Oh... no había visto a Matt trabajar en ningún proyecto estos días ¿Eso será verdad?
Dudo. Decido salir en dirección al Instituto de todos modos. Allí entro y de adivina, me encuentro el salón de clases de Matt. Me asomo por una ventana. Veo que hay unos chicos parados delante del pizarrón con papeles y folletos. Entre ellos Matt.
Oh... parece que si es verdad lo del proyecto...
Cuando los dos primeros terminan de hablar le toca el turno a Matt. Le observo, explica con gran fluidez y entonación, se desenvuelve de una manera tan espléndida hablando, tan natural, no demuestra una manera robótica, habla claro y entendible. Cuando terminan de exponer todos la maestra felicita a algunos dándole el máximo de puntos, entre ellos Matt por supuesto. Me espabilo y salgo de allí antes de que Matt me vea. Siento que algunos me miran, trato de salir lo más rápido posible.
¿Acaso me he convertido en una acosadora?
Sacudo la cabeza. El resto del día lo paso con mi madre en su peluquería. Luego en la tarde voy hacia una tienda ya que no tenía nada que hacer, recibí un mensaje de Matt, iba a salir con unos amigos después de clases. En camino a la tienda, de pronto un hombre con la cara tapada me pone una mano en la boca y me agarra hasta un callejón. El nerviosismo y el miedo me hicieron perder fuerza. Allí en el callejón también habían dos hombres más, no tenían la cara tapada, así que pude reconocer uno de ellos.
¡Es el hombre al que casi atropello! ¡¿Se quiere vengar?!
El hombre se ríe y se acerca a mi.
-Pero mira a quien tenemos aquí. La que estuvo a punto de atropellarme...
Agarra mi mentón y lo levanta.
- No sabes lo que hiciste. Esa motocicleta era importante aunque no lo creas.
Se vuelve a reír.
-No sabes con quien te metiste mujer.
Se aleja y se me queda mirando, aprovecho y le doy un pisotón al que me agarra.
-¡Oye tú! Agarrala.
El otro que estaba ahí viene y me agarra más fuerte. Me tapan la boca para evitar gritar.
-Uy pero que rabia. Aquí el que debería estar molesto soy yo.
Me mira fijamente mientras se rasca la barbilla.
-¿Qué hacer contigo ahora?
Me dice eso mientras sonríe y me mira. Su mirada pervertida me da escalofríos.
Aj... que asco siento.
Estando a punto de acercarse a mi sentimos un silbido, todos miramos a la entrada del callejón.
- Atrévete a ponerle un dedo encima viejo. Y te las verás conmigo.
Matt está parado frente a nosotros con los brazos cruzados y una expresión sería en su rostro.
¡¿Eh?! ¿Qué hace? ¿Cómo me ha encontrado?
El hombre se aleja de mi riéndose.
-¡Jaja llegó quien faltaba! Por fin la parejita de problemáticos.
Me sorprende cuando Matt se empieza a reír.
- Aquí los únicos problemáticos son ustedes. Y si quieres, por las buenas la dejas ir.
-Ja ¿Qué vas a hacer tú mocoso?
-No me subestime viejo. Practico boxeo básicamente todos los días. Y usted está bien gordo, lleno de grasa.
Siento que a los que me agarran se les escapa una risa. El hombre se pone furioso y con un dedo señala a Matt.
-¡Ya verás idiota! Tendrás tu merecido.
El hombre se acerca a Matt con pasos lentos. De momento una mala sensación me recorre el cuerpo, me consume, muerdo la mano del que me agarra.
-¡No te acerques a él!
El hombre gira la cabeza y me mira sonriente.
-Hay, me conmueven, muy lindo que le quieras defender, pero lo siento, de esto nadie los salva.
En segundos de la última palabra, recibe un golpe que le deja tembaleando, pero logra sostenerse.
-¡Menos charla y más acción viejo!
Los hombres que me agarran se tensan.
Mierda, acabaré con moretones en los brazos ¡Me agarran muy fuerte!
El hombre se pasa una mano por la cara.
-¡¿Cómo te atreves a golpearme?!
-Mmm ¿Cómo? Pues... no sé ¿Fui muy atrevido?
El hombre rechina los dientes y va hacia Matt con un puño, este lo esquiva fácilmente. Tiene la ventaja de que también sea lento. Matt le da una patada en el estómago y luego un puñetazo en la cara.