[Domingo]
[Residencia Asano]
El vehículo se detuvo. Tn observó la casa de sus padres con un puchero de pena, suspiró y, cuando la puerta se abrió, bajó.
La puerta de aquella residencia se abrió, y por ella salió Gakuhō.
– Bienvenida nuevamente, Tn.
– Estoy en casa, padre...
– Toma tus cosas y entra. Debes cenar y prepararte para dormir, tienes escuela en la mañana.
– Sí, padre.
La joven tomó sus cosas, se despidió de su manager e ingresó a casa, en donde la recibieron su madre y hermano mayor; tras saludar a ambos, se dirigió a su cuarto para dejar sus cosas.
[Residencia Akabane]
Karma se dejó caer en la cama, se giró hacia un lado y tomó aquella fotografía que tenía con su amada Airi en su último M&G.
– Mañana volveré a clases, Airi-chan. Estaremos en la misma escuela...y voy a atraerte a mí –sonrió, con cierta malicia.– Caerás como una mariposa en una tela de araña.
[Lunes]
[Residencia Asano]
Tn salió de casa y soltó un pesado suspiró, cabizbaja. Asano salió tras ella, cerró la puerta y se acercó a su hermanita, colocando una mano en su hombro.
– ¿Te sientes bien?
– Extraño Tokyo –soltó una pequeña risita, mirándolo.
– No te preocupes, el viernes llegará rápido y volverás a Tokyo. Y cuando menos te des cuenta, el año escolar terminará y tú podrás regresar porque tendrás excelentes notas.
La rubia sonrió y abrazó el brazo del mayor.
– Gracias, hermano.
– Claro –sonrió.– ¿Cómo te fue?
– A los chicos les gustaron las letras que escribí, aunque aún debo escribir unas seis más. Y trabajamos un poco en las bases de esas cuatro canciones.
– Genial.
– Y me divertí mucho con los chicos.
– Eso es bueno, princesa. Piensa en que volverás el viernes después de clases, no en cuánto falta.
– Tienes razón –sonrió.– ¡Volveré pronto a Tokyo~! –rió, dando una vuelta y comenzando a caminar dando saltitos.
El chico de cabello anaranjado sonrió, ver a su hermana más tranquila y alegre lo ponía de buen humor, incluso siendo lunes por la mañana.
[Kunugigaoka Junior High School]
Tn se acercó a los saltitos hacia sus amigas, y las saludó animadamente.
– Te ves feliz –rió.
– ¿Es por Dai? –bromeó.
– Tontas –rió.– Me divertí en Tokyo, eso subió mis ánimos –sonrió.
– Con razón.
– Eres la única persona a la que le divierte trabajar.
– Trabajar de lo que te gusta es tan genial que no parece trabajo.
– Ella tiene un punto.
– Touché.
La rubia rió, con un pequeño sonrojo.
Karma se asomó por el portón de la escuela, para ver a su amada Airi. Estaba listo para la escuela, pero no entraría en el primer periodo, iría más tarde pues se tomaría un tiempo para seguir a aquella idol por la escuela a escondidas, ahora que por fin podía entrar de nuevo ya que su suspensión había acabado.
– Airi-chan~ –murmuró, sonriendo.
[Más tarde]
[Edificio Viejo]
Los alumnos de la Clase 3-E comenzaron a caminar hacia el viejo edificio para cambiarse, su clase de educación física había terminado.
– Un examen en el sexto periodo, eh –se quejó Sugino.
– Qué mal que no pudimos ir a casa –comentó Nagisa, volviendo la mirada hacia adelante.
Se detuvo de pronto, abriendo los ojos con sorpresa al ver en la parte superior de las pequeñas escaleras a un pelirrojo con una caja de leche de fresa en su mano.
– Yo, Nagisa-kun –saludó.– Ha pasado un tiempo.
– Karma-kun... ¿Volviste?
Karma sonrió, miró hacia donde aquel profesor con forma de pulpo al que debía matar, y bajó rápidamente las escaleras caminando en su dirección.
– ¿Eh? Así que este es el famoso Koro-sensei. Increíble, en verdad se ve como un pulpo.
– Eres Akabane Karma, ¿Cierto? Escuché que tu suspensión terminaba hoy. Pero eso no es excusa para llegar tarde tu primer día –volvió su cara morada, con una X en ella. El chico rió.
– Es difícil adaptarse de nuevo a las cosas. Y siéntanse libre de llamarme por mi primer nombre –extendió su mano a él.– Un placer, profesor.
– Igualmente. Que este sea un año divertido.
Koro-sensei estrechó inocentemente la mano de aquel pelirrojo, pero al tocarlo su tentáculo explotó, lo que llamó la atención de todos. El chico rió, arrojó la caja ya vacía al aire y sacó un cuchillo de debajo de su manga, lo sujetó y atacó al mayor, sin embargo no logró herirlo ya que este se teletransportó.
– Vaya, parece que es tan rápido como dijeron –miró la palma de su mano, en la cual había pagado trozos de uno de esos cuchillos antisensei.– Y estos cuchillos son tan efectivos como dijeron. Corté uno en partes pequeñas y los pegué a mi mano. Pero estoy sorprendido de que haya caído en algo tan simple –lo miró, enseñando su mano.– También saltó muy lejos. ¿Acaso es un cobarde? –se burló, para molestar a aquel.
Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y se acercó a aquel pulpo, mientras este regeneraba su tentáculo herido.
– Escuché que "Koro-sensei" viene de "korosenai", o "imposible de matar" –se detuvo delante de él, haciéndolo retroceder un poco.– Pero, ¿Qué es esto? –se inclinó hacia él.– ¿Será que después de todo es un pusilánime?
La cara de la supercriatura se enrojeció ante la ira.
Kayano se acercó a Nagisa, sin apartar la vista de aquel pelirrojo.
– Nagisa, ¿Qué clase de persona es Karma?
– Bueno...Estábamos en la misma clase durante el primer y segundo año, pero lo suspendieron a causa de su comportamiento violento. Esas actitudes violentas fueron también las que lo pusieron en la Clase E.
Karma giró hacia un lado y comenzó a caminar, jugando con el cuchillo que tenía en su mano, lo metió en el bolsillo de su pantalón y metió las manos nuevamente en ellos.
– Pero aquí, probablemente es el mejor de la clase.
– ¿De qué hablas?
– Cuando se trata de armas mortales y juegos sucios, Karma nos supera.
«No vaya a ningún lado, Koro-sensei. Le mostraré cómo se siente ser asesinado», pensó malicioso.
Tras cambiarse el uniforme deportivo por el uniforme común, los alumnos se dirigieron a su salón para su examen.
Koro-sensei se encontraba deprimido, así que estaba de cara a la pared, cabizbajo y tocando aquella con un dedo repetidamente, haciendo un sonido gomoso.
– ¿Qué ha estado haciendo Koro-sensei todo este tiempo? –susurró.
– ¿Está golpeando la pared o algo así?
– Sí, la conversación con Karma debió hacerlo enojar.
– Pero sus tentáculos son demasiados suaves como para dañar la pared.
– ¡Ya basta! –regañó.– ¡Deje de hacer ese sonido! ¡Estamos tratando de hacer un examen!
– ¡L-Lo lamento!
– Oye, Karma –llamó Terasaka.– , ¿Estás seguro de esto? Ese monstruo está muy molesto.
– Y no queremos involucrarnos.
– ¿Estás seguro que no estás mejor en casa?
– Tú también estarías molesto, Terasaka, si hubieran estado a punto de matarte –dijo mirándolo.– Es un poco diferente a que alguien fallara miserablemente y se orinara encima.
El nombrado frunció el ceño y golpeó la mesa con su puño.
– ¡No me oriné! ¿Estás buscando pelea?
– ¡Ustedes! ¡No hagan ruido durante el examen! –regañó el profesor.– ¡Tienen suerte de que no les hiciera nada por copiar!
– Dile eso a tus tentáculos...
– Lo lamento, Koro-sensei. Ya terminé –sonrió. Sacó un helado rosa.– Así que me quedaré en silencio y comeré mi helado.
– ¡No durante la clase! ¿Uh...? ¡E-Ese es el helado que traje desde Italia ayer!
– ¡Oh, lo siento! Estaba en la sala de profesores.
– ¡Un "lo siento" no arregla nada! ¡Incluso volé por la helada estratosfera para evitar que se derritiera!
– ¿En serio? Bueno, ¿Qué hará al respecto? –lamió el helado.– ¿Golpearme?
– ¡No lo haré! ¡Sólo tomaré lo que queda! –comenzó a caminar, acercándose a él.– Sólo dame- –uno de los tentáculos de sus pies explotó, y al bajar la cabeza vio varias bolitas rosas.– ¡Balas antisensei!
El pelirrojo sacó un arma y le disparó tres veces a aquel profesor, pero este logró esquivar las balas; rió, divertido.
– ¡Cayó de nuevo! –se levantó y caminó hacia él, aún apuntándole.– Seguiré usando los mismos trucos. No me importa si interfiere con la clase –se detuvo.– Si no le parece, siéntase libre de matarme o a cualquiera de aquí –bajó el arma.– Pero en cuanto lo haga... –le estrelló el helado en el torso.– ...nadie lo verá como profesor –lo dejó caer.– Sólo será un monstruo asesino –lo miró, con malicia.– Su identidad como profesor morirá. Gracias a mí –sonrió malicioso. Comenzó a caminar.– Aquí está mi examen –lanzó la hoja al pasar a su lado, aquel la atrapó.– Seguro está todo correcto –abrió la puerta y volvió a mirarlo.– Nos vemos, profesor. Juguemos de nuevo mañana.
Karma salió del salón, cerrando la puerta tras de sí.
«Karma-kun es muy inteligente. Justo ahora, por ejemplo, entendió que hay una línea que Koro-sensei no puede cruzar sin perder su rol de profesor. Y usó varias tácticas para llevar a ese profesor al límite. Tiene la inteligencia para entender la situación, y la habilidad para manejar lo que sea. Pero lo usa para molestar a las personas», pensó Nagisa, mientras veía al profesor limpiar los restos de helado en su ropa.
[Más tarde]
Tn estaba junto a sus amigas, conversando animadamente mientras esperaba a que su hermano terminase con sus cosas del Concejo para irse a casa.
Karma se asomó por una de las paredes de la escuela, levantó su teléfono y abrió la cámara.
– Sonríe para mí, Airi-chan~ –murmuró, esbozando una sonrisa.
Hizo zoom para enfocarse en la joven de brillantes ojos violáceos y le tomó una foto, sin embargo el flash llamó la atención del trío, lo que lo hizo sobresaltar y ocultarse de nuevo tras la pared para que no lo vieran. No había revisado que el flash de la cámara estuviese apagado antes de sacarle aquella foto secreta, mala idea; no podían atraparlo tomándole fotos a aquella chica o lo suspenderían de nuevo, y no permitiría eso ahora que la tenía tan cerca y ahora que había encontrado algo divertido que hacer.
Tn levantó una ceja, curiosa. Sus amigas la miraron.
– ¿Quién...?
– No lo sé...
– No importa. Estoy acostumbrada a que me tomen fotografías de la nada –rió.
– En fin, idols.
– Sí...
Ambas rieron, mientras la rubia rodaba los ojos, divertida.
– Pero está prohibido tomarte fotos. Quien sea el idiota que lo hizo, está en problemas.
– Es verdad. Yo que tú lo reporto con Asano-kun, seguro algo hará.
– No quiero molestar a Gaku, además...no sé quién lo hizo –giró la cabeza hacia donde venía el flash.– No importa –las miró de nuevo.– Me preocupa más ese examen sorpresa que tuvimos.
– Era de literatura, tú eres buena con las letras.
– Y mala en matemáticas –rió.
– Bueno, dicen que los que son buenos con las letras son malos con los números.
– ¡Oh! Encontramos el defecto en la perfecta Airi.
– ¿"Perfecta"? –rió.– Estoy lejos de eso. Mi hermano es el "perfecto". Por eso papá es tan estricto con él, tiene grandes expectativas en él.
Karma tomó aire, esbozó una sonrisa y comenzó a caminar con las manos en los bolsillos, hacia aquella chica.
– ¡Airi-chan! –llamó.
Tn se sobresaltó un poco y giró, viendo a un pelirrojo detenerse a unos pasos de ella. Sus amigas intercambiaron miradas, pues conocían sobre aquel chico y su mala reputación.
– ¿...Si? –sonrió.
– ¿Me recuerdas? Estuve en tu último concierto, y en el Meet.
– Oh. Ahm...L-Lo siento –sonrió nerviosa.– Vi a muchas personas esa noche, y no soy buena recordando caras.
– Ya veo...Está bien –sonrió.– Soy Ak-
– ¡Tn! –llamó Asano, acercándose a ella.– Terminé, vamos a casa.
– Ah. Sí –asintió.
El chico de cabello naranja miró a aquel de ojos cobre, hizo una mueca y colocó una mano en la espalda de su hermana menor, para hacerla caminar.
– Vamos, no hables con extraños.
– ...Sí –miró al pelirrojo.– Lo siento, debo irme –miró a sus amigas.– Las veo luego.
– Claro, en donde acordamos –sonrió.
– No llegues tarde –bromeó.
– No –rió.
La rubia comenzó a caminar junto a su hermano, saliendo del recinto escolar. Las chicas miraron al pelirrojo que aún permanecía allí, pero no le dijeron nada, sólo caminaron también para irse.
Karma suspiró y sonrió.
[Estación Nagigaoka]
– ¡Nos vemos, Nagisa!
– ¡Sí, nos vemos mañana!
Sugino movió su mano despidiéndose y comenzó a caminar para alejarse.
– ¡Oye, mira! ¡Es Nagisa! –dijo un chico.– Debe sentirse como en casa en la Clase E.
– Qué idiota. Nunca saldrá de ahí a menos que mejore.
– Además, Akabane volvió de su suspensión, ¡Y también está en la Clase E!
– ¡Qué mal! De verdad que preferiría morir que terminar ahí.
Nagisa se había encogido los hombros, sin mirarlos; se sentía mal siempre que oía los comentarios despectivos de las otras clases hacia la 3-E.
Karma corrió hacia aquellos dos y estrelló la botella de vidrio que tenía en su mano contra el pilar tras ellos, sobresaltándolos. Cuando lo miraron, se encogieron aterrados.
– ¿De verdad? ¿Preferirían morir? –les apuntó con el trozo de botella que le quedaba.– Entonces, ¿Qué les parece ahora?
– ¡Akabane!
Ambos salieron corriendo, gritando asustados. El pelirrojo rió y arrojó el trozo de botella a un lado.
– Como si de verdad fuera a hacerlo –caminó hacia el de cabello azul.– ¿Quién querría otra suspensión después de descubrir algo tan interesante con que jugar? –se detuvo delante de él.
– Karma-kun...
– Escucha, Nagisa-kun. Hay algo que he querido preguntarte.
Ambos se adentraron a la estación de tren, con el pelirrojo por delante.
– Entiendo que sabes algunas cosas acerca de Koro-sensei.
– Eh, bueno, algo así.
– ¿Se enoja si le dices pulpo?
– ¿"Pulpo"? Uh...Creo que es lo contrario. Me refiero a que se dibuja a sí mismo como un pulpo, y escoge personajes que parecen pulpos en los juegos. Y cuando estaba escarbando en la caja de arena...dijo "pulpo trampa". Así que, si hace chistes como esos, diría que los pulpos son como su distintivo.
– ¿Será? Hmm. Se me ocurrió una idea tonta –acercó su mano a su mentón, pensativo.
– ¿Qué planeas hacer ahora, Karma-kun?
– Sólo estoy feliz –bajó su mano y giró, mirándolo.– Estaba pensando qué haría si él fuera sólo un monstruo, pero parece que es un profesor de verdad.
Karma sonrió con malicia, con sus ojos bien abiertos. En ese momento, el tren pasó a sus espaldas, provocando una brisa que movió su chaqueta y cabello, dándole una imagen algo aterradora.
– Así que al fin tengo la oportunidad de asesinar un profesor de verdad –rió divertido.– Después de que el último murió para mí.
Nagisa no dijo nada, sólo lo miraba con sorpresa.