—¿Qué sucede aquí?
Baekhyun no ocultó su expresión de sorpresa cuando, al llegar a casa luego de que su padre le llamara de urgencia, encontró al socio y amigo de éste, junto a su esposa y Chanyeol, el hijo de ambos.
La madre de Baekhyun también estaba presente, y fue ella quien le indicó que se sentara, cosa que el chico no hizo.
Si bien, los Byun eran una familia con mayor prestigio, la fortuna de los Park era la que había aumentado considerablemente en los últimos años, por lo que todos tenían gran interés en emparentarse.
—Hijo. —Comenzó la señora Byun disponiéndose a explicar la situación. —Los señores Park están aquí para elegir la fecha de la fiesta de compromiso y, posteriormente, de la boda.
La noticia no lo tomó desprevenido. Sus padres ya habían hablado con él al respecto, aunque sólo lo habían tratado como sugerencia, y casi sin posibilidad alguna, por lo que el chico de cabello rosa teñido no le había dado mayor importancia. Al parecer iba enserio.
Miró frente a él al alto chico que ya conocía, pero que no había tratado lo suficiente. Éste también lo miraba de forma tranquila, sentando elegantemente con una pierna cruzada de forma masculina.
Baekhyun permaneció viéndolo, sin saber qué decir, aunque internamente quería maldecir a sus padres por comprometerlo sin siquiera confirmar.
—Por su reacción, asumo que el joven Byun no estaba al tanto de nuestros arreglos... —Alegó el señor Park, acabando con aquellos segundos de incómoda tensión y silencio.
—No lo sabía, soy el último en enterarme, según veo. —Reconoció el chico, con descarada ironía.
—Pensé que estaba de acuerdo. —Añadió Chanyeol, con el tono altanero que había aprendido de su padre y una mirada desafiante hacia el señor Byun, quien se mantuvo firme y sin intimidarse.
—Lo está. —Aseguró el padre de Baekhyun.
—No, no lo estoy. —Discutió el muchacho. No iba a permitir que decidieran sobre algo tan importante de su vida como si él ni siquiera estuviese ahí.
La señora Park sonrió de forma sutil, antes de ponerse de pie. —Me parece que hay un malentendido aquí. —Su esposo e hijo la imitaron, levantándose también y colocando sobre la mesita central las tazas con café que habían estado bebiendo. —Creo que deberían tener una conversación familiar. Será mejor que tratemos el asunto de las fechas en otro momento, si están de acuerdo.
—Sí, será lo más adecuado. —Acordó la señora Byun. —De cualquier manera, el compromiso sigue en pie, eso es seguro.
—De ser así, nos retiramos con esa certeza. —Concluyó Park Sungjin.
Baekhyun observó en silencio como la familia reverenciaba a sus padres y a él, antes de que el alto primogénito de los visitantes le regalara una fiera mirada, que el pelirrosa no vio por mucho tiempo. Los Park se fueron, siendo acompañados a la salida por el señor Byun.
La mejilla de Baek ardió un instante después de que la puerta principal se escuchara siendo cerrada. La mano de su madre se había estrellado con fuerza, en una dura bofetada que le hizo girar levemente el rostro.
—No eres más que un mimado caprichoso. No puedo creer que nos hicieras pasar semejante vergüenza. —Reclamó la mujer.
—No me dicen algo como esto, ¿y esperabas que no dijera nada? —Cuestionó el joven, furioso, volviendo a mirar a su progenitora.
—Comprendemos que no lo tomaras bien cuando no habíamos hablado seriamente sobre este asunto. —Dijo su padre, regresando al enorme salón. —Pero debiste comportarte hasta que pudiésemos discutirlo a solas.
—Ya podemos discutirlo a solas. —Respondió Baek, descaradamente, recibiendo otro golpe en la mejilla, esta vez por parte de su progenitor.
—Tienes que aprender a mantener la boca cerrada, Baekhyun. Nosotros somos blandos contigo porque eres nuestro hijo, pero Park Chanyeol es un hombre firme, que no dudará en disciplinarte si sigues portándote como un mocoso rebelde.
—Parece que ni siquiera podemos manejar a nuestro propio hijo. —Se quejó la mujer.
—Lo hemos malcriado demasiado. —Aceptó el señor Byun. —Pero este será el primer capricho que no te concedemos.
—No voy casarme, no de este modo... No con él. —Retobó el más joven de los tres.
—¿Qué objeción puedes tener para no estar de acuerdo con este compromiso? —Cuestionó su padre. —Hijo, tienes que entender. Piensa en tu futuro... Con tu condición, no puedes heredar nada de nosotros a menos que te cases, y no podrías casarte con un hombre mejor que Park Chanyeol.
El pelirrosa chasqueó la lengua. Sabía que a sus padres no les gustaba hablar de "su condición", ya que él tenía la capacidad de quedar embarazado si se involucraba sexualmente con otro hombre. Era lo que la sociedad llamaba "doncel", y, al igual que pasaba con las mujeres, ellos eran privados de varios derechos y tratados de forma desigual.
Al ser el único hijo que sus padres habían podido concebir, era el heredero universal del imperio comercial que sus padres habían creado, pero la ley no le permitiría tomar posesión de nada hasta que hubiese contraído nupcias.
—No me importa a quien consideren mejor para mí, saben que tengo novio... —Les reprochó.
—Y tú sabes que ni tu madre ni yo aprobamos esa relación. —Recordó el señor Byun. —La familia Oh tiene lazos con la mafia japonesa, es la razón por la que no nos involucramos con ellos. Jamás aceptaría que terminaras emparentado con esas personas.
—Sehun no tiene nada que ver con los asuntos que sus padres tengan o no, él es un hombre honesto y decente. —Le defendió el joven.
—¿Eso te dijo? —Se burló la señora Byun. —Abre los ojos, hijo mío.
Antes de que el muchacho comenzara a discutir con su madre, el señor Byun intervino, previendo la pelea que se aproximaba. —Baekhyun, nosotros queremos lo mejor para ti. No vamos a consentirte esta vez, y tendrás que hacer lo que nosotros decidamos.
—¿De verdad es por mí, o porque no pueden dejar de codiciar la fortuna de los Park? —Cuestionó el pelirrosa.
—Somos tus padres, nos preocupa tu porvenir antes que cualquier otra cosa.
—¿Piensan obligarme?
—No quisiéramos que tuviera que ser así, pero si continuas negándote, será la única opción que nos dejes.
—Pues me seguiré negando, y si en contra de mi voluntad me hacen ir al altar con Park Chanyeol, voy a negarme entonces también. —Respondió, decidido, y se dio la vuelta, saliendo de la casa y azotando la puerta, lo que sus padres consideraron como una rabieta.
Su madre había tenido el impulso de detenerlo, pero su padre lo impidió.
—Déjalo. Necesita pensarlo. Volverá cuando se dé cuenta de lo inmadura que es su conducta...
Continuará...
14/01/22
Próximo capítulo: "Conveniencia"