Mi querido accidente (COMPLET...

By KylaaDuarte

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Dos estrellas que son demasiado brillantes como para estar con luces apagadas. Solas brillan, pero juntas alu... More

Prólogo
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NOTA AUTORA

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By KylaaDuarte

Mini maratón

Número desconocido

Hola Ana, soy Aron.

La fiesta es mañana. Empieza a las 22.

Espero verte allí 😉


Vuelvo a leer el mensaje de ayer otra vez, para asegurarme de la hora. Resulta que a esta fiesta ya iba a ir yo, con Julia, Laura y Alba. Resulta que el chico es dos años mayor que yo (Es de tercer año). Y la fiesta es en su casa, pero está organizada por dos chavales más. Uno de esos chavales es el que ha invitado a Laura y a Julia.

Clara no viene, su madre no le deja. Me dijo que como ya había ido a varias fiestas, su madre no le dejaba venir a esta. Mejor y normal, porque acaba borracha y siempre dice que no beberá, pero al final vuelva a emborracharse, no tanto como para no poder mantenerse de pie, pero bastante. Aunque Clara es mi mejor amiga, no iré sola, voy con un grupo de amigas de la universidad.

Me estoy terminando de preparar, llevo un vestido negro muy ceñido con un colgante dorado que resalta mi escote. Me he ondulado ligeramente el pelo y me he maquillado un poco y me he pintado los labios de rojo. Hace mil que no me arreglo, me veo muy muy guapa la verdad, esto de arreglarme tengo que hacerlo más.

Terminé de maquillarme y me levanté mirándome rápidamente asegurándome de que todo esté en orden. Cojo las llaves y el móvil, los meto en mi bolso y me dirijo a la puerta de mi casa, para salir de la habitación. Me dirijo a la cafetería donde hemos quedado, hemos quedado para tomarnos algo rápido e ir a la fiesta todas juntas.

Cuando llego ya están todas allí. A Alex le invitaron también. Viene por su cuenta.

- ¡Ana! – ella es Julia, es dos años mayor que yo, tiene el pelo negro y largo, va con una minifalda roja, y un top blanco muy ceñido, al igual que la falda - ¿Vamos no? Que llegamos tarde.

- ¿Cómo que llegamos tarde? Queda más de media hora para que empiece la fiesta – dije sacando mi móvil para comprobarlo.

- Ya... pero es que a Julia y a mí nos han invitado para que vayamos un poco antes, cuando no hay casi nadie– dijo, esta es Laura, es del mismo curso que Julia, tiene el pelo de un blanco grisáceo, que la verdad es muy bonito, recogido en una coleta alta. Julia y ella son muy fiesteras, Clara también lo es. Seguía sonriendo falsamente, siempre está así, busca lo que sea para demostrarte que es mejor que tú, pero al final te acostumbras y ni te roza. A mi casi no me lo hace ya, pero a veces con Alba se pasa.

- ¿Tú vas a ir Alba? – le pregunté a la tercera chica, de tercer año también. Es es rubia, se ha hecho mechas a los lados de color azul. Ella levantó la mirada y asintió tímidamente. Alba es mucho más tímida que Clara, porque en cuanto Clara coge un poco de confianza se le pasa la timidez, o cuando se emborracha. Alba no, ella es tímida siempre, pase lo que pase.

- ¿Y si os quedáis en mi casa después? – propuso Julia, ella vive en una residencia de universitarios. Accedí, y le avisé a mi madre para que no se preocupara.

"Mama"

"Me quedo a dormir en casa de una amiga"

"Llegaré a casa mañana"

"Vale."

Soy consciente de que no le importa lo más mínimo, pero yo quiero avisarla para que esté tranquila y no se preocupe, igualmente he dejado el teléfono en sonido, aunque sé que no me va a escribir y mucho menos llamar, pero por si acaso necesita algo. Tengo dieciocho años, si, se supone que puedo hacer lo que quiera y no le tengo que pedir permiso a mi madre, pero aun así vivo con ella y me parece lo correcto avisarla.

- ¿Ya? – preguntó Julia, yo alcé la cabeza del móvil y asentí – Pues vamos.

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Llegamos a la casa, casi vacía. De aquí no conozco a nadie, salvo a una chica que reconocí en seguida, Clara. La madre que la parió, esta chica no se salta ni una fiesta.

Me acerqué a ella.

- Oye tía, ¿tú qué haces aquí? – ella se sobresaltó un poco, pero lo disimuló bastante bien.

- Tranquila, no voy a beber – asentí no muy convencida. Nada convencida de hecho, las veces que he ido con Clara de fiesta todas ha acabado bebiendo. Siempre dice lo mismo. Sé que, a veces, soy demasiado sobre protectora con ella, pero es que no puedo evitarlo. Es como una hermanita pequeña para mí, es como una Irene 2.0.

- ¿Te vienes con las chicas? – ella asintió y me acompañó, pero se dio media vuelta para mirar o, mejor dicho, admirar a una chica rubia que hay en la esquina de la sala.

Un chico castaño se me acercó, le reconocí enseguida. Aron. Clara nos dejó solos y se fue con el grupo.

- Al final has venido – me dice mientras se acerca a darme dos besos, le sonrió educadamente.

- Si.

- ¿Me dejas invitarte a una copa? – siento un brazo rodeándome la cintura. Que imbécil, suspiro. Negando con la cabeza.

- ¿Me invitas a una a mí también? – Alex, que le sonríe inocentemente. A este un día le mato.

- Em... bueno.

- Claro que puedes invitarme a una copa – intervine yo. Aron me sonrió y me separé del calor de Alex. "Morena..." leí en sus labios. Abrió los brazos en señal de rendición y negó con la cabeza, sonriendo. Le sonreí y seguí a Aron.

- Bueno, cuéntame de ti – la verdad es que no sé porque he aceptado. A lo mejor para picar a Alex y bajarle los humitos.

- Ostia, perdón, me llaman – cogí la copa y me fui. Nadie me llamaba, simule que Clara me estaba haciendo señas con las manos, pero no. Señalé hacia el grupo y todo. No me apetecía. Fui con todas las chicas y bailé con ellas.

Y, obviamente, va a obviar el hecho de que solo ha querido poner celoso a Alex.

No, quería bajarle los humos, porque me ha cogido de la cintura para espantar a ese pobre chico.

Seguro...

----

De repente aquella sala comenzó a llenarse de gente, y más gente. Y la música cada vez está más alta, tanto que me cuesta entender lo que mis amigas me dicen. Aún así me lo estoy pasando muy muy bien. Estoy disfrutando como nunca, romper con Lucas ha sido muy liberador. Estoy triste, no os voy a mentir, pero no me iba a quedar en mi casa llorando. Estamos todas gritando la letra de la canción, porque a lo que estamos haciendo no se le puede llamar cantar.

Está sonando "Mami" de rvfv, como para no cantar.

Mami, sabes que daría lo que tengo por ti.

Aunque tenga mucha' que están puesta' pa' mi.

No te hagas la dura, sin ti no se vivir.

Tu vienes y te vuelves a ir.

Y Clara... ¿Clara? ¿y Clara? Estaba aquí hace un segundo. Empecé a buscarla con la mirada desesperadamente. La encontré, está en una esquina de la sala, besándose con la rubia de antes. Suspiré aliviada, pero justo cuando iba a desviar la mirada vi que Clara sostenía un vaso en su mano derecha, un vaso rojo. Decidí acercarme, por lo menos para quitarle el vaso de las manos, estoy segura de que no es su primer vaso, y si lo es sin duda no sería el último.

La rubia separó un instante sus labios de los de Clara para sonreírle, le agarró de la mano y le condujo a una puerta, la empujó a un lado de la puerta, y mientras la abría le daba pequeños y cálidos besos a Clara. Cuando consiguió abrir la puerta no se cortó ni un poquito. Comenzó a enrollarse apasionadamente con Clara, mientras le adentraba en la habitación metiendo sus manos por el top de Clara. Sentí el impulso de entrar. Sé que soy demasiado sobreprotectora con ella, tal vez me estoy pasando, así que descarté mi primera opción. Me preocupa, pero decido no insistir, me quedo unos instantes mirando la puerta cerrada y me doy media vuelta.

Y lo veo. Joder que si lo veo

Ahí está, con una sudadera azul claro y unos pantalones anchos negros. Agarrando a una chica de la cintura, una chica morena, con el pelo liso, y besándola. Alex. Tampoco se está cortando ni un poquito. La chavala poco más y le mete la lengua hasta la campanilla. Joder que asco.

No sé porque sentí que me dolió, que me dolió, mucho, demasiado. Pero porque, se está besando con una chica, ya está. Tampoco le puedo culpar, es muy guapo, no le resulta difícil conquistar a nadie, de hecho, tiene a media universidad babeando. Pero me sentó mal, no entiendo por qué. No puedo reprocharle nada, eso está claro. Más que el beso, me preocupa lo mal que me sentí.

¿Por qué será?

Cállate.

Él separó sus labios un segundo para sonreír a la chica, creo que esa sonrisa que compartió con ella me dolió más que el beso, con esa sonrisa suya, tan perfecta. No, borra eso. Sus ojos se encontraron con los míos, por una milésima de segundo, ya que yo aparté la mirada y me dirigí a la entrada.

Quiero irme.

Alejandro

La vi, y su mirada me dolió, me dolió mucho. ¿Es una mirada de desapruebo? ¿de tristeza?, si ella supiera... si ella lo supiera...

Si ella supiera en quien estaba pensando cuando besé a aquella morena.

No, todavía me lo reprocharía más "¿Tú te crees que está bien besarse con alguien pensando en otra persona?" me imagine que me decía con su voz, aquella dulce voz que me perseguía allí a donde fuera. Me la imagino con el ceño fruncido, tan bajita, echándome la bronca. Me enterneció solo pensarlo.

No se lo diré, no quiero que eso arruine nuestra amistad.

Estoy borracho, es eso, seguro que mañana por la mañana ya no estaré confuso por lo que siento con ella, la volveré a ver simplemente como mi mejor amiga. Porque eso es lo que es, es mi mejor amiga y punto. Sé que lo es porque me encanta picarla, me siento bien con ella, sé que no me va a judgar. Sobre todo, me gusta vacilarla y que me mire sonrojada. Borra eso.

Ya está, ha sido un día raro. Mañana se me habrá pasado. Joder.

Fui detrás de ella, pero la perdí de vista, frustrado salí a la calle y me dirigí a mi casa.

¿Joder, que coño me pasa?

Ana

Anduve sin rumbo, era de noche, decidí que lo mejor sería irme a casa.

Ring Ring

Es mi móvil, estoy a dos calles de llegar a mi casa. Es Clara.

- ¿Clara?

- Holaa – esta borracha, pero muy borracha. Joder.

- ¿Qué haces? – pregunté muy preocupada.

- Nada, aquí las tres – dijo y escuche gemidos de fondo.

- Te voy a buscar ya.

- No, no, noo.

- Si, si, si – dije tajante y le colgué. Corrí hasta mi casa y me subí en mi coche, esta aparcado en frente de mi casa. Joder, Clara es mi mejor amiga, pero a veces le cogería del pelo y le arrastraría.

Llegué a la fiesta y entré en la casa, me dirigí a la puerta donde antes las había visto entrar y la abrí.

- Nos vamos – dije nada más entrar, estaba Clara, la rubia de antes y su ex novia. Joder, no la puede superar. Que es guapa, sí, pero le falta más de la mitad de cerebro por lo menos. Yo creo que no renta.

- Noo, ven con nosotras – dijo la rubia tratando de quitarme el vestido. Decidida me acerqué a Clara y le puse la falda y el top con el que había venido. No puso resistencia, ha bebido demasiado. La saqué de allí cogida como un saco de patatas. La metí en el coche, ¿a dónde podríamos ir?

Si la llevo a su casa la matan, ya hablará con sus padres cuando la lleve mañana.

Tampoco podía llevarla a mi casa, a mi madre no le gustaría, empezaría a cuestionar los amigos que tengo y a decirme que son mala influencia. Y me da mucha pereza.

A la residencia de Julia y Laura ni de broma, no tengo ni las llaves, tampoco sé dónde está la residencia, ni el número de habitación.

Se me pasó la idea por la cabeza, no tengo otra opción. Me dirigí allí con el coche, llegué y llamé al timbre. Salió por la puerta en pijama. Joder.

No mires pervertida.

Vete a la mierda.

- ¿Podemos quedarnos aquí a dormir? – frunció el ceño.

- ¿Podemos? – me sonrió con esa sonrisa burlona tan suya. Vacilante.

- Si, Clara – dije señalando al coche donde Clara estaba -, está muy borracha y no tengo otro sitio donde llevarla – se pasó la mano por el pelo adormecido y me dejó pasar.

Alejandro

Las dejé pasar, se acercó demasiado, el olor de Ana lleno mis fosas nasales deseando que no se separara nunca de mí. Joder. Ese olor, ese aroma, podría estar oliéndolo las 24 horas del día. Reconozco que me hubiera gustado que Ana viniese sola, pero con Clara en aquel estado sería como si estuviésemos solos. Al pensarlo una sonrisa salió de mis labios, una sonrisa que solo ella provoca. Joder que borracho estoy. Mañana se me pasa.

Dejó caer a Clara en el sofá y la tapó con una manta que había por allí.

- Queda una cama – dije tratando de no sonreír.

- Perdón, pensé... - dijo quitándole la manta, le agarré del brazo.

- Es igual, vamos – dije soltándola y haciendo un gesto con la cabeza indicándole que avanzara. Me siguió sin rechistar, aunque la noté tensa. Nos dirigimos a la habitación, y le lancé un pantalón de cuadros de pijama y una camiseta negra. Las cogió al vuelo, y salió de la habitación hacia el baño, y regresó cambiada. La camiseta le queda grande, y los pantalones también, pero todo le queda bien a esta chica. Me tumbé en la cama y golpeé el colchón indicándole que se tumbara. Se tumbó de espaldas a mí. No pude evitar mirarla de arriba abajo.

- ¿Puedo abrazarte? – me salió sin pensar, pero lo necesitaba, necesito envolverla con mis brazos para siempre. Asintió, yo pasé mis manos por su cintura acercándome a ella y noté como toda su piel se erizó, no pude evitar sonreír. Cuando ya estaba abrazado a ella, hundí mi cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro, y noté su respiración acelerada, mis rizos rozan sus mejillas coloradas y me devuelve en abrazó uniendo mis manos con las suyas. Esta morena me está volviendo loco. 

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