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― No conocía tu casa y déjame decirte que me encanta ― Menciono, mirando a Matt, quien sonríe.
Es una mansión, literalmente, así de grande como las de las Kardashian.
― Vayan yendo al estudio, los alcanzo en breve ― Se pierde por una puerta y camino detrás de los demás mientras sigo observando cada rincón.
Es muy, muy grande y la decoración no está mal, aunque sí es muy oscura, con tonalidades fuertes, pero aún así, bonito y masculino.
Sigo distraída hasta que me detengo al golpear con un pecho.
Levanto la cabeza y me encuentro con los ojos de Jake.
― Curiosa.
Sonrío y paso por su lado, pero me toma de la cintura y me pega a él, dándome un beso rápido en el cuello.
Sonrío más y cuando me suelta me toma de la mano, llevándome por un largo pasillo.
Entramos a un estudio de ensayo y lo primero que detallo son los instrumentos musicales que hay. La habitación es grande y espaciosa.
Me suelto de Jake y troto hasta llegar al piano, sentándome enseguida y mirando a Jake, quien me está viendo a la vez que se recuesta en la pared con los brazos cruzados.
― Me gusta ― Digo, mirando para todos lados.
Un cuadro enorme de los récords que tenemos hasta el momento, cuelga a un lado de la pared de color rojo. Toda la habitación es roja y el suelo tiene un tipo de tapete que lo cubre por completo de color negro.
Me detengo en una foto mucho más grande y mi corazón late con algo extraño al vernos a Matt, Tom, Jake y a mí ahí, posando los cuatro.
Recuerdo ese día, fue cuando nos hicieron la producción fotografía para el álbum que sacamos el año pasado.
Salgo sonriendo y... Parece tan real... Simplemente a veces no demostramos lo que sentimos y mostramos algo que no es, cuando por dentro... Estamos destruyéndonos poco a poco.
Es ese sentimiento de que sabes que estás mostrando una sonrisa, tal vez por obligación, por presión o porque quieres callar. Nadie sabe realmente lo que llevamos en el pecho, a veces mostramos una sonrisa cuando por dentro, nuestro mundo se cae a pedazos.
‹‹Yo pude salir, pero algunos no lo logran››
Trago fuerte y vuelvo la vista al piano, tocando los teclados en silencio y sintiendo como la chispa renace en mí.
Un humano hermoso se sienta a mi lado, empujándome con su cuerpo para que le haga espacio en la pequeña banca.
Paro de tocar y giro a verlo, sonriéndole sin mostrar los dientes. Hace lo mismo y levanta la mano, acomodándome un mechón de cabello detrás de la oreja.
En ese momento Matt entra con bebidas y muchos paquetes de comida.
― Toma ― Le entrega una cerveza a Tom ― Tú también toma ― Una a Jake y me mira ― Y para ti juguito de mango.
Recibo el jugo y bajo la mirada, sonriéndole al piso.
― ¿Te incómoda? ― Susurran en mi oído y miro a Jake, viendo que me señala disimuladamente su cerveza.
― No ― Niego, pero sigue mirándome, frunciendo un poco el ceño ― Si lo hiciera te lo diría ― Asiento y parece funcionar porque relaja el semblante.
― Bien ― Tom se levanta del Puff en el que estaba ― ¿Qué nos tienes? Muero por oírlas.
― Yo igual ― Matt se sienta en el suelo y estira las piernas.
― Son muchas ― Les advierto, abriendo mi cartera que es demasiado grande, pareciendo un maletín y saco mi diario de canciones ― Antes de que las escuchen... ― Aclaro, mirándolos a los tres ― Hay canciones muy personales y con esto me refiero a tristes ― Los tres se ven, pero no dicen nada y continúo ― Pero también felices, refiriéndome a que son más... ― Busco la palabra correcta ― Fuertes... Yo... Bueno... Yo lo soy ahora.
― Te amo ― Dice Tom, mirándome con cariño.
― Amamos ― Miro a Matt y este me guiña el ojo.
Miro a Jake, pero él solo me ve sin decir nada.
― Me siento más tranquila de haberlo dicho, ¿Saben? ― Asiento y abro el diario, pasando las páginas ― Aunque sigo nerviosa porque nadie las ha visto todavía.
Me detengo en una y tomo aire, mirándolos un segundo con nerviosismo.
― Cántala ― Señala Jake la hoja y lo miro.
Soplo aire por la boca y paso los dedos por el teclado, sintiendo la conexión y entregándome por completo.
Vuelvo a respirar...
Empiezo cantando.
Como un pez en el océano...
Un pez libre...
En un largo camino...
Sigo adelante...
No miro atrás...
Hay tantas cosas que quisiera decir, pero empezaré por tocar mi corazón y gritar...
Acelero, cantando más rápido al ritmo de la melodía que tengo en mi cabeza y volviendo la canción algo divertido porque reitera lo importante que es dar un paso adelante y no uno atrás.
Quiero gritar...
Ser escuchada...
Este es mi himno...
De resistencia...
Le abro mis brazos... A la libertad...
Es mi turno...
Mi turno de ser fuerte...
Este es mi himno...
Nunca más, nunca más me rendiré...
Hice cosas buenas y cosas malas, he perdido y he llorado, pero sigo aquí... Sigo, sigo aquí...
Hago mi camino a través de las corrientes y grito mientras busco mi libertad y grito más fuerte... más fuerte... Dejándome ir hacia mi libertad....
Me sujeto a mí misma y me mantengo ahí... Justo ahí... Para no dejarme ir.
Elevo la voz y sigo cantando, dejando que mis cuerdas vocales saquen todo lo que tienen retenido, haciendo una nota alta y sintiéndome... Bien.
Hay tantas cosas que me gustaría gritar mientras sigo mi camino...
Este himno...
El himno de los fuertes...
Eleva la mano y aprieta el puño.
Este es nuestro himno
El himno de los fuertes.
En un largo camino...
Sigo adelante...
No miro atrás...
Libertad... Porque yo creo...
Sí creo...
Un pequeño pez...
Recorriendo el océano...
Un largo camino por delante, pero no me detendré ni dejaré de gritar hasta creer en mí... En mí.
Repito muchas partes que van acorde a la letra y melodía, dejándome llevar más de lo que creí posible, hasta que entro a la parte final, bajando el tono y volviéndolo suave, al igual que las últimas notas que toco en el piano.
Este es mi himno,
Mi resistencia,
Mi fortaleza,
Esta soy yo.
Y seguiré... Hasta el final...
Termino la canción y miro mis dedos, sintiendo la adrenalina en ellos.
Aplauden y giro para verlos, sonriendo con un poco de pena, pero al mismo tiempo sintiéndome en mi lugar feliz.
Miro a Matt y sonrío, sintiendo aquella confianza que compartíamos cuando recién nos conocimos y estuvimos de gira la primera vez. Errores cometemos todos, el hecho es aprender de ellos para no volverlos a cometer. Lo perfecto no existe, nadie lo es.
― Canta otra ― Vuelve a pedir Jake y lo miro a los ojos.
― Mira como le brillan los ojos ― Escucho que le susurra Tom a Matt ― Ya cayó. La vagina de oro lo dominó.
Empiezo a reír fuerte y niego, llevándome las manos a la cara sin poder parar de reír mientras Tom y Matt también lo hacen.
Jake pone los ojos en blanco y se levanta, mirando mal a Tom.
Voy detrás de él, viéndolo tomar la guitarra eléctrica. Me acerco y me le coloco al frente.
― Sé sobre los chistes con respecto a mi "Vagina de oro" ― Dibujo las comillas en el aire ― Entonces... ¿Tengo una vagina de oro? ― Lo molesto, acercándome más.
Se termina de acomodar la guitarra sin dejarme de mirar y con un brazo, me rodea la cintura, acercándome por completo a su cuerpo.
― Tienes mucho más que eso ― Susurra en mi oído, haciéndome sentir un escalofrío ― Y yo no hago chistes sobre tu vagina ― Aclara.
Nos quedamos mirando fijamente hasta que reacciono y me empino, dándole un beso en la barbilla.
― Guapote ― Lo molesto.
― Tú ― Dice y al no esperar esa respuesta, me pongo tan nerviosa que sonrío y trato de soltarme, pero no me deja. Baja la cabeza y me besa, un beso dulce, rápido y de lengua ― Me gustó la canción.
― Gracias ― Le doy un beso en la mejilla y aprovecho que ha aflojado el agarre para huir.
Me robo una guitarra eléctrica de Matt y me acomodo en el centro frente al micrófono.
― A ver si me llevan el ritmo ― Los molestos a los tres.
― ¿Esta loca con quiénes cree que está hablando? ― Insulta Tom en broma ― ¡A darle muchachos!
Jake niega divertido y Matt pone los ojos en blanco.
Empiezo a tocar y cantar, siendo veloz y llevando un ritmo rápido. Matt, Jake y Tom rápidamente entran y sonrío, viendo lo bien que suena.
Muevo mi cabello, doy vueltas y actúo como una niña sintiéndose una estrella del Rock.
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― No tenían que venir ― Menciono.
― Apoyo moral ― Responde Tom y sonrío.
― Lo que el idiota dijo.
― Cállate esclavo.
― ¡Te dije que dejaras de decirme así!
Matt va detrás de Tom cuando este empieza a correr.
Me quedo quieta, mirándolos con los ojos entreabiertos.
― ¡Espera Matt! ¡Mira, una cafetería! ― Señala al otro costado de la calle.
― ¿Tienes hambre?
― Sí.
― Yo también. Yo invito, vamos.
― Que esclavo tan considerado ― Le consiente el cabello y Matt le da un puño en la costilla, haciéndolo encogerse de dolor.
Cruzan la calle y los miro hasta que entran en la cafetería.
Reacciono cuando la persona que tengo al lado me toma de la mano.
― Estaremos ahí hasta que salgas. Si no te sientes cómoda o la mujer se pone intensa...
― Jake ― Ladeo la cabeza, mirándolo ― Todo irá bien.
― Pero... ― Lo interrumpo, inflando mis mejillas con aire y luego sacándolo todo.
Me mira con el ceño fruncido y le abro los ojos, mostrando que me estoy estresando.
― ¿Estás amargada? ― Pregunta confundido y con un gesto jodidamente adorable.
― ¡Sí! ― Abro más los ojos ― Sé que soy la menor de la banda, pero tienen que dejar de tratarme como a una bebé.
― Yo no dejaré de hacerlo ― Niega poniendo cara de amargura también ― De pronto en la cama ― Lo piensa, cruzando los brazos y hago lo mismo, entrecerrando los ojos mientras lo veo.
― Nos vemos en una hora ― Me doy la vuelta, pero me toma del brazo, volteándome y robándome un beso rápido en los labios.
― Bueno amargada ― Lo empujo y ríe, guiñándome un ojo.
Se pone las gafas de sol y muerdo mi labio inferior, observándolo meter las manos en los bolsillos delanteros de su bermuda y mirar ambos lados de la calle antes de cruzar y entrar a la cafetería en la que están los otros locos.
‹‹Cosa sexy calienta vaginas››
Respiro hondo y volteo de nuevo, observando el pequeño edificio de ladrillo que tengo frente a mí.
Entro y después de acercarme a la recepcionista y decir mi nombre, me piden que espere un momento en la sala de espera.
Después de algunos minutos, me indican que puedo pasar y eso hago, sintiendo un leve nerviosismo.
Me encuentro de frente con una mujer de mediana edad. Cabello oscuro, ojos igual de oscuro y color de piel caramelo.
― Soy la Dra. Alexandra, pero puedes decirme Alexa.
― Soy Mila.
― Lo sé ― Mantiene la postura profesional, quedándose detrás de su escritorio con las manos unidas ― ¿Qué te trae por aquí, Mila?
Lo pienso y respiro profundo de nuevo, diciendo a continuación:
― Quisiera ser una mejor persona conmigo misma.
Ella sonríe, una sonrisa sincera y así... La terapia comienza.
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Hola 💙
¿Comentarios? 🥺 gracias por estar aquí, nunca me cansaré de agradecerlo.
La canción Fight Song de Rachel Platten fue mi inspiración. 🎤
Gracias ❤️