//Me dio el covicho jeee... pero todo bien, volvemos contigo Joaquín.//BTW ahí arriba esta la referencia de las partes del barco porque a nadie le importan los barcos pero pa darle contexto a donde andaban las morritas//
Yara Greyjoy
No era muy fan de estar en el Palo mayor, solo de ser necesario subía a esta parte y no es que no me fueran gratas las alturas, simplemente no era lo mío. Pero claro que era el mejor lugar para poder pensar con la mente y cuerpo frio, después de todo era el punto más alto del barco. Vi a lo lejos las Islas de Hierro, esta vez la corriente nos había favorecido y llegábamos antes de lo previsto eso significaba que mis hombres podrían descansar un poco más y alimentarnos adecuadamente, pero también significaba más tiempo con la pelirroja más hermosa que había visto y a la cual había rechazado la noche anterior.
Mis labios aun recordaban el roce con la suavidad de los de Sansa y la desesperación con la que le devolví el beso.
Es lo que quería, no solo desde que me llego su mensaje sino desde aquella primera vez que la vi. Aún era muy pequeña para descifrar lo que sentí cuando la mire, pero la envidia que tenía hacia mi hermano por irse con los Stark, por irse con ella eso sí que lo recuerdo. Antes lo atribuía a los celos de hermana porque ella pasaría tiempo con Theon, pero cuando crecí y la atracción hacia las chicas era evidente deduje que mis celos fraternales eran en realidad el primer vistazo a lo que me gustaría de grande.
De joven fui muy abierta con lo que me gustaba y el deseo de mi padre por sus hijos perdidos no hizo más que darme la libertad con lo que quisiera, incluso fue él quien me llevase a un burdel por primera vez. No podría darle la descendencia que quería, al menos no de momento, pero parecía muy orgulloso de que ninguna mujer pudiera resistirse a su hija.
El amor de mi infancia hacia Sansa se reflejaba un poco en cada mujer que conquistaba, ya fuese por el cabello color fuego o los ojos de mar, su estatura o el color de su piel. Yo solo la había visto una vez, pero tenía completamente marcada en mi memoria su rostro, su cuerpo, y eso podía agradecerlo a Theon, era raro que enviara cartas a padre, pero de jóvenes era muy constante con sus cartas a mí, cosa que cambio apenas pudo pagar por prostitutas. La última carta que me envió decía lo mucho que le gustaba una prostituta llamada Ross, una pelirroja que sin duda reflejaba también lo muy enamorado que seguía de Sansa.
Mire de reojo hacia mi camarote, seguía con la puerta cerrada a pesar de que el sol ya estaba saliendo. Seguía sin entender por qué de la nada decidí parar la noche anterior.
Sansa me había besado y yo la bese como si de eso dependiera mi vida. El calor se elevó apenas sentí sus manos rozar mis muslos, mis labios fueron a su cuello, nuestra respiración se iba agitando más. Mis manos para mi sorpresa se habían congelado en su cadera sin hacer ningún movimiento brusco como para evitar espantar a Sansa, mi lengua contraria a ellas disfrutaba el sabor de la piel blanca y tersa de su cuello. Fue entonces que sus gemidos llegaron a mis oídos cual canto de ángeles, estoy segura de que casi todos los vellos de mi cuerpo se erizaron del placer de escucharla, pero al mismo tiempo fue como si algo en mi hiciera clic.
Acto seguido me encontraba lejos de la cama.
- ¿Qué pasa? -dijo Sansa aun con su respiración agitada.
- Creo que mejor duermo en otro lado – no la mire, me daba vergüenza no poder cumplir lo que ella quería, lo que yo deseaba.
- ¿Hice algo mal? –
- Lo siento Sansa, descansa. –
Sali del camarote esperando que no me siguiera, afortunadamente no fue así, la brisa del mar golpeaba mi cuerpo y no pasaba nada si la próxima hora seguía así, pero debía cubrirme un poco para dormir. Fui a uno de los camarotes generales donde los chicos dormían y robé una manta. Subí al Palo mayor donde un joven muchacho se sorprendía al verme.
- Ve a dormir, yo vigilare el día de hoy- el chico aun boquiabierto se quedo en su lugar, nunca subía ni con el mejor clima al menos no desde que tuve edad para tener mi propia flotilla. – Anda, mañana me relevas – el asintió y bajo mientras yo me acomodaba en el pequeño espacio. Era acogedor, aunque no lo pareciera, pero el frio fue incrementando al pasar las horas y yo miraba a lo lejos.
Y así ahora me encontraba viendo el amanecer, pensando lo mal que debí verme la noche anterior. Padre definitivamente no debía enterarse o me caería del altar en el que me puso. Yara Greyjoy intimidada por la Dama del norte. ¿Quién lo diría?
Sansa
A pesar de lo mucho que me costó conciliar el sueño, podía sentir los pequeños rayos de luz entrar por las tablillas pegando directo en mi cara. Me hice bolita esperando volver a dormir. No sucedió.
No quería salir de la cama y enfrentar la humillación que había pasado la noche anterior pero mi estomago estaba en contra de lo que mi cerebro pudiese estar pensando. Yo y mis impulsivas ideas. Suspire.
Me cambie nuevamente con el pantalón y la malla en mi cuerpo, ya no me parecía tan extraña la comodidad que me brindaban. Sali esperando no toparme con Yara lo cual era una tontería pues no era un barco enorme. Fui a una de las bodegas por algo de Pan y queso, encontré algo de mantequilla para complementar y un vaso de vino para pasar el desayuno.
El desayuno me cayó de maravilla y el vino me relajo lo suficiente para no pensar demasiado las cosas. Iba de aquí para allá mirando como trabajaban en el barco, la limpieza y como practicaban con los nudos. Las islas de Hierro estaban a unas horas, podía verlas sin esforzarme demasiado y cada vez se hacían más grandes. Me recosté sobre una de las hamacas improvisadas que estaban sobre el castillo de la proa quedando hipnotizada por el tamaño que iban agarrando las islas. De repente caí en cuenta que había estado por todo el barco y no había visto a Yara por ningún lado. "Debería estar preparándose para arribar o ordenando cosas para dejar en las Islas de Hierro y no estarse escondiendo de mí." Pensé mientras hacia una ligera mueca.
Me pare rápidamente provocándome un ligero mareo, me hice hacia atrás y choque con un muchacho algo delgado.
- Lo siento Milady –
- Descuida – el chico iba a seguir su camino cuando se me ocurrió recurrir a lo más sencillo; preguntar. – disculpa, ¿sabes el paradero de lady Greyjoy? –
- Mi capitán esta descansando ahora, hizo vigilancia nocturna en la cofa- señalo hacia arriba y no me moleste a seguirlo con la mirada
- Me podría indicar en donde se encuentra descansando, necesito hablar con ella de temas importantes. -
- Lo siento Milady, nos indico que no le proporcionáramos esa información, necesita descansar y no queda mucho tiempo hasta que arribemos. Mas tarde la guiaran a sus aposentos en el castillo. Si me permite, debemos preparar todo. - hizo una reverencia y sin mas se marchó.
Quizá no me dirían donde esta Yara, pero eso no impedía que la buscara, el barco era pequeño no sería demasiado difícil encontrarla.
***
- Milady mi nombre es Hidras, se me pidió la acompañara a una habitación-
- Sansa Stark mi lord- incline mi cabeza por cortesía, el parecía sorprendido.
- No sabía que nos acompañaría una Stark a la guerra, es un honor. -Parecía decirlo en serio, era un hombre menudo de apariencia honesta pero jamás había escuchado de él así que me mantendría precavida, estaba pisando tierras que no conocía - Se ve agotada por el viaje, pediré que le preparen un baño y después puede unirse al banquete Milady- se giro y yo lo seguí.
Estaba exhausta y no precisamente por el viaje, había revisado cada rincón de ese barco y no había ni una señal de Yara Greyjoy, al menos lo había intentado. El lugar era amplio y húmedo, me habían encendido previamente un fuego que calentó el lugar haciéndolo agradable. Tome mi baño no muy aprisa y me coloque el cambio de ropa que me habían dejado sobre la cama; un conjunto muy similar al que había hecho, pero con telas menos ostentosas y con el escudo de los Greyjoy grabado sobre la piel. Amarre mi cabello en una coleta y me dirigí a donde creí estaría el comedor.
Después de varios minutos me percate que estaba perdida, no era un castillo grande porque era tan complicado llegar al comedor. Cerré los ojos repasando los pasillos por donde había estado.
- Theon también se perdió la primera vez que volvió, y estuviste a punto de entrar al pasillo correcto... por muy poco-
Mi rostro era rojo de vergüenza y coraje, estaba cansada de buscarla y ahora como si nada aparecía solo para burlarse. No me moleste en verla, decidí que mejor regresaría a mi habitación. Pase a su lado sin darle mucha importancia, pero tomo mi mano y me hizo girar.
- Lo siento, mi intención no fue burlarme – Me deshice de su mano- Solo que no es fácil encontrar las cosas aquí, iba a decirte lo de la puerta, pero no sabía como acercarme a ti, después de lo de ayer...-
Había olvidado ese pequeño gran detalle y solo hizo que volviera el rojo aun mas intenso a mi cara, su rechazo si bien no lo había olvidado lo había arrojado a lo profundo de mi mente para no lidiar con eso tan pronto. Tomo mi mano de nuevo.
- De verdad lo siento Milady- sus ojos parecían de un pequeño lobo triste que deshizo mi barrera. Me solté nuevamente, pero más sutil esta vez.
- Podrías guiarme, estoy hambrienta- Su cara se ilumino, asintió feliz.
El banquete paso tranquilo, todos brindaban por regresar a casa, los más jóvenes debían quedarse y proteger las islas, los mas grandes y experimentados serian quien nos acompañaran en los barcos. Le entregaron un mensaje a Yara, me paso el pequeño papel para que lo leyera.
"Greyjoy espero que el viaje haya sido grato, como su reina (le ordenó) le pido que lleve a (Sansa) lady Stark a Roca Dragón que es a donde nos dirigimos ahora. Espero que no tenga nada que ver con esto habrá consecuencias y de no saber de su paradero (le ordenó) le pido busque en sus barcos a Sansa a Lady Stark; (estoy preocupada) sus hermanos están preocupados.
Daenerys Targaryen"
Sin darme cuenta estaba sonriendo por el mensaje, me puse seria cuando noté que Yara me miraba, este cambio le pareció divertido y rio.
- Te descubrieron y pareces feliz de que así fue.
- Claro, era parte del plan. Solo que no esperaba que fuera tan rápido, arruinaron la sorpresa- le sonreí. Me sirvió más vino - Lady Greyjoy acaso quiere emborrachar a su invitada. - se sonrojo.
- Me gusta darles buen servicio a los polizones de mis barcos y no, he escuchado que Milady es de buen beber. -
- MI CAPITAN!!- llego un anciano corriendo por la puerta del comedor, estaba agitado y su expresión era de terror. -Llego un cuervo-
Al leerlo Yara se puso de pie.
- Es momento- todos guardaron silencio – es nuestro momento de demostrar a nuestra Reina que somos la mejor flota que puede tener, quizá dejemos de lado nuestras costumbres, pero como les dije antes el futuro nos sonreirá esta vez. No somos mas los ladrones, no somos mas los piratas que desprecian en cada pueblo, nosotros no sembramos, pero haremos las cosas bien porque somos los Kraken de Pyke- mi miro- nuestro futuro y gloria están con DAENERYS TARGARYEN nuestra REINA. - todos alzaron su copa brindando y gritando al unísono -Vayan, descansen porque mañana, mañana enfrentamos a el traidor Euron Greyjoy-