My Peace Is You

By Nube_1921

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Tras años de haber invertido disciplina, sacrificado tiempo y esfuerzo, Sesshomaru y Rin anhelan convertirse... More

1. Rin
3. Sesshomaru
4. Conociendote
5. Dejando el pasado
6. En Corea
7. Reencuentro
8. ¿Por qué quiere verme?
9. Algo pendiente
10. Muy lejos en poco tiempo
11. Aclaraciones necesarias
12. Aika Suzuki
13. ¿Dónde estoy?
14. Quédate
15. Navidad juntos.
16. Inseguridades
17. Aflicción en mi pecho
18. Toc toc toc
19. Mi paz eres tú
20. Es la indicada.
21. El mejor año nuevo.
22. Sexualidad
¡AVISO IMPORTANTE!
23. Mi producto estrella
24. Luz, Cámara ¡Acción!

2. Audición

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By Nube_1921

Había llegado el momento, el momento en el que solo podía cruzar los dedos y rezar que todo saliera bien, se había preparado mucho, merecía estar entre las elegidas y posteriormente en una de las agencias más grandes del Kpop a nivel mundial.

Llevaba consigo la guitarra que su extraña amiga le había dado, esperaba terminar lo más pronto y devolvérsela sin más. Aunque haya sido dura con ella, en el fondo era buena y quería conocerla más.

Paso por donde estaban todas las chicas que esperaban su turno para audicionar y entre la multitud pudo distinguir a Kagome, estaba saludándola con su mano derecha y haciendo señales de que mantuviera la calma. Que todo saldría bien. Al verla de esta manera tan graciosa, sonrió para si misma.

Siguiendo el paso del señor que la acompañaba, la dirigió hacia un pequeño pasillo que la llevó a una gran sala, habían varias personas a parte de los jueces y corresponsales que se encontraban allí. Trago en seco, enserio le daba miedo, sus manos pasaron de una temperatura cálida a una que a pesar que estaban en primavera parecía invierno.

Apretó con más fuerza la guitarra que tenía en brazos y agachó la mirada antes de pasar al escenario y levantar su mirada para la gente que se encontraba observándola.

-Por favor preséntese y prosiga con la canción que interpretará- Dijo un señor a un lado de la mesa donde se encontraban los jueces.

Rin con toda la disposición del mundo subió a la pequeña tarima, una vez en el centro respiró profundo y puso claras sus ideas para finalmente hablar.

-B-Buenas tardes, mi nombre es Rin Noto tengo 16 años y hoy les cantaré "Counting Stars" de la banda OneRepublic, espero que les guste.

Tomo la guitarra entre sus manos y ajusto las cuerdas, empezó con la canción. Si, era una canción en inglés ¿porque no? Rin amaba ese idioma y para demostrarlo eligió una canción con la misma.

Empezó la entonación del instrumento de una manera muy legible, luego comenzó con entonación vocal.

Todos los presentes escuchaban con interés la interpretación de Rin. Tenía una voz muy dulce y adictiva de escuchar, simplemente atrapaba al individuo que la percibía.

Por su parte, Rin mientras cantaba trataba de no observar demasiado a los jueces, trato de enfocarse solo en sentir la canción, sería difícil llegar a tal punto de encerrarse en su mundo para no tener que mirarlos por lo menos estos dos minutos de interpretación.

Concluyo de cantar, aliviada y muy orgullosa de si misma, uno de los jueces la miraba encantado, como si con su voz lo hubiera hechizado. Ella sólo sonrió tiernamente pues se sentía halagada por el gesto del señor.

El señor que la había llevado hasta el pasillo le dio las gracias por su desempeño en la canción que cantó mientras los demás jueces hacían anotaciones en las hojas que se encontraban sobre las mesas.

Se retiró de la sala, expectante viendo como otra chica era llevada al cuarto donde había estado minutos antes.

Una vez afuera busco con la mirada a Kagome, no tuvo tiempo de girar su cuerpo en dirección contraria cuando unos brazos la abrazaban con ímpetu. Se estremeció ante aquel contacto.

-¡Aquí estas Rin! !¿Como te fue?!- Dijo su amigo con una gran sonrisa en sus labios.

-Muy bien Kagome! Creo que les gusto mi presentación-Giro su cuerpo hacia donde estaba su amiga y continuo- ¡Me siento tan feliz! Espero que haya sido suficiente para convencerlos.

-Seguro les encantó tu canción Rin- Pronuncio Kagome mientras aún abrazaba a su amiga.

La menor se separó del abrazo despacio, y parece que busca a alguien con la mirada ¿A quién?

-Hey! Señorita!-Grito Rin a lo lejos agitando su mano derecho para que la individua la viera.

Una chica de ojos profundamente rojos y oscuros acató el llamado. Kagome la observo extrañada.

La joven avanzó hacia donde estaba ella y su amiga, traía un vestido rojo con un escote, le quedaba muy bonito.

-Muchas gracias por prestarme tu guitarra-Se quedo callada ¡No sabía su nombre! Debía preguntarle-Oye ¿cómo te llamas?

-Soy Kagura-Respondió sin más.

-Muchas gracias Kagura-Le dedicó una linda sonrisa en modo de gratitud.

-Si, como sea... De nada-Siseo Tomando el instrumento en sus manos.

Kagome observó a Kagura ¿ella también audicionaria? No tenía el número en su pecho...

-Un gusto! Soy Kagome amiga de Rin-Dijo la oji-cafe para presentarse.

Kagura hizo un rápido análisis con su mirada, la observo de pieza a cabeza, no se inmuto ni un segundo por la presencia de la peli-azul.

-Debo irme-Aclaro la chica de cabellos rizados.

Las dos amigas se miraron entre si confundidas ¿tan rápido se iba? Pero si quería conocerla más, la invitaría algo de beber, seguro tenía sed y antes de que Kagura pudiera anticiparlo Rin ya la tenía tomada de la mano.

Ella volteo su mirada en dirección a Rin sorprendida por tal acción.

-¿Quieres venir con nosotras? -Pregunto la menor con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Por qué esta niña le hablaba con tanta naturalidad y confianza? No le gustaba la compañía de nadie en general, con tan solo mirar su cara y ver su ceño fruncido debería darse la idea de que era alguien de pocos amigos o mejor dicho, alguien solitaria, prefería estar sola escuchando música en una esquina y olvidarse del mundo, pero por alguna razón sintió una calidez que transmitía la pequeña mano de esa chica a la suya y la hizo sentir... extraña, pero no le desagradaba.

Con una mueca de disgusto volteo el rostro disimulando su leve sonrojo.

Kagome solo mantenía cierta distancia contemplando la escena con sorpresa ¿acaso la mayor se sonrojo? No, hacia frio... seguramente por las altas temperaturas su rostro cambio a un color carmesí visible.

Antes de responder a su pregunta, la chica de vestido rojo tomo una gran bocanada de aire y procedió con su respuesta, el color de sus rojos de sus mejillas ya había disminuido.

-¿Para qué? Apenas te conozco- Respondió con frialdad incitando a que se alejara.

-Pues por eso mismo! Para conocernos.

-Rin, creo que debe ser otro día por ya es hora de que volvamos, serán las siete de la noche-Acato Kagome acercándose a ellas dos.

-¡¿Qué?! ¡Tengo que volver! -Hablo Rin soltando la mano de Kagura para volver con su amiga-papa me matara si ve que no estoy en casa...

-No te preocupes, tomaremos un taxi

-¡Si! -Agradeció la pequeña con una tierna sonrisa-¡Hasta pronto Kagura! -Se despidió Rin agitando su mano derecho en señal de despedida.

-Adiós...-Susurro la joven para si misma mientras observaba como esa chica se alejaba perdiéndose entre la multitud.

...

Rin se despidió de su amiga Kagome antes de que el taxi la llevara a su casa, le agradeció por todo lo que había hecho ese día y le prometió llevarle un bento mañana como compensación a su incondicional amistad.

La oji- café entro al departamento y por suerte su padre aún no había llegado del trabajo, que fortuna... porque o si no le reclamaría como siempre o en el peor de los casos, la golpearía por terca.

Pero no le importaba, estaba tan feliz que no dejaría que nada ni nadie arruinara su buen estado de ánimo, estaba segura que con su interpretación había convencido al jurado, algo se lo decía y no lo sabía, pero estaba en lo correcto.

Al final del día, todo salió increíble. Cerro los ojos con una linda sonrisa en su rostro para luego caer como koala en el suave edredón de su cama.

Las siguientes semanas fueron muy duras, tanto física como mentalmente. En efecto, había pasado a la siguiente fase de la audición, pero no debía bajar la guardia, sabía que un movimiento en falso la llevaría a perder la oportunidad de su vida, es verdad que a veces podía parecer algo distraída y perdida en su mundo cuando cantaba o tarareaba una canción, no podía evitarlo, cada vez que lo hacía se imaginaba en un escenario presentándose para un montón de público y esto la hacía sentir de alguna manera, mucho más viva que nunca.

Cursi, lo sabía, pero formaba parte de si esas cualidades o desventajas, su madre decía que eran las dos cosas al mismo tiempo, Rin solo le respondía con una sonrisilla nerviosa.

Sea lo que sea, le gustaba y no dejaría de hacerlo.

Pero cuando tenía que centrarse en algo para conseguirlo, lo hacía sin mirar a los lados ni hacia atrás, no importaba cuantas dificultades se le atravesaran, siempre conseguía lo que quería.

Así fueron pasando los días, y la menor se enorgullecía de cada pequeño escalón que alcanzaba con cada audición. En total fueron seis audiciones en dos meses, se sorprendía de lo lejos que había llegado ¿esto era un sueño? Si era así, no quería despertar.

Jamás había trabajado tan duro para lograr algo, por fin les callaría la boca a quienes no confiaron en ella.

Era el último día de audición y quedaban diez personas solamente, chicas y chicos mezclados entre sí mirándose unos a otros, Rin solo se mostraba impávida ante ellos, no tenía nervio alguno de esta gente, puesto que ya tenía experiencia en estas cosas y se mostraba serena como siempre con su angelical sonrisa acompañándola.

Era extraño, pero se preguntó dónde estaba Kagura, desde aquel día que la conoció no la había vuelto a ver y tampoco la vio en las posteriores audiciones ¿Sera que nunca fue una participante más? ¿le paso algo? Como era natural en ella se preocupó mucho por la desconocida.

Perdida en sus pensamientos una voz masculina la hizo aterrizar en su presente.

-Queremos felicitarlos a todos por llegar hasta este punto, no muchos logran hacerlo y por eso queremos felicitar a cada uno de ustedes- Dicho esto el señor empezó a aplaudir a lo que los jueces se le unieron en los aplausos y finalmente los chicos y chicas que se encontraban allí, festejando.

Todos aplaudían con euforia como si no hubiera un mañana menos alguien, era un chico guapísimo de cabello plateados con unos bellos y únicos ojos ámbar y no parecía estar muy feliz de estar allí, su rostro tan impávido y su porte imperial lo hacía parecer un villano muy sexy de película. No era la primera vez que lo veía, esta sería la tercera o cuarta, pero nunca habían cruzado palabra puesto que Rin estaba super concentrada en pasar cada audición a como dé lugar y se podía decir que no tenía tiempo para socializar por ahora.

Algo raro en ella pues se hacía amiga hasta de las flores que recogía en la pradera cerca de su casa, comenzaba a hablarles como si pudieran escucharla o entenderla, rio para sí misma al recordar eso.

¡Tampoco lo había visto cantar ni bailar! Seguro era muy bueno, estaba ansiosa por escucharlo y verlo.

Pero seguro que en estos días le hablaría, pues quiere hacer nuevos amigos antes de que la agencia decida quien se va y quien se queda.

Lo observo de perfil al desconocido, en verdad era muy lindo y... muy alto para ella, sin darse cuenta sus mejillas se acaloraron un poco y sabia porque, se había sonrojado. Sacudió su cabeza de un lado a otro por micro segundos para disipar esos pensamientos.

¿Por qué se había sonrojado? Ni siquiera se habían hablado, que extraño ¡ya debía dejar de ver esas películas de romance cada vez que estaba sola en casa y no tenía nada que hacer! Solo influenciaban su manera de comportarse con un chico, aunque... ella no era así, no se hacía ilusiones con el primer fulano que se le apareciese, de hecho...¡Nunca había tenido novio!

A veces odiaba ser tan inexperta si se trataba de romance, además... habían pasado diez y seis años de su vida ¿era normal que no haya tenido novio hasta ahora? Un segundo ¿Por qué estaba pensando en eso?

Suspiro para sí misma, no tenía remedio.

Kagome no se encontraba con ella esta vez, pues tubo que acompañar a su hermano Sota a un festival de su escuela de pintura en el cual participaría y según como se lo explico su amiga, era muy importante para él, por lo tanto toda su familia fue a dicho festejo.

Estaba sola, pero ya debía acostumbrarse. Cuando vaya a vivir a Corea estaría sola, no habría nadie que pudiera acompañarla y sería un gran reto. Trataría de tomarse la situación para bien, seria independiente antes de cumplir la mayoría de edad, no todos pueden decir eso.

Todos murmuraban cosas a su alrededor, hablaban mientras el señor que los había felicitado momentos atrás estaba en una llamada telefónica, mientras todo esto pasaba vio pasar por la puerta a una silueta conocida...¿Kagura?

La chica de ojos rojos observaba con el ceño fruncido a cada tonto que estaba allí, su padre haría la estúpida elección de jóvenes esclavos que persiguen un "sueño" sin sentido como todos los años y quería que estuviera presente ¿para qué? A esta hora debería estar en su suite teniendo sexo con una chica a la cual tubo que cancelar por que su fastidioso padre la llamo.

-Idiotas...-Murmuro para que nadie la oyese.

-¡Kagura! -Escucho una voz conocida, un momento... ah, era esa niña.

Rin se acercó a paso rápido hacia la joven que al llegar hacia donde ella estaba, la saludo con un abrazo, un fuerte abrazo.

¿Qué le pasaba a esta niña? No eran amigas ni mucho menos para que la tratara tan cordial. Kagura no respondió al gesto de Rin, pero tampoco se opuso a aquella acción.

-Pensé que no te volvería a ver-Menciono rin después de separarse del abrazo.

-Si, yo tampoco- Siseo la mayor.

-¿Por qué estás aquí? Veo que no eres una participante así que... -No pudo seguir, alguien llamo a su amiga.

-¡Por aquí Kagura! -Dijo un chico agitando su mano en señal que avanzara hacia donde él estaba.

Kagura chisteo por aquel individuo. Solo se alejo sin decir nada.

-Adiós... supongo- dijo la menor observando como su compañera se alejaba más y más hasta que la perdió de vista.

Antes de llegar hasta donde estaba el chico, se llevo una gran sorpresa al reconocer a alguien allí, Sesshomaru... ¿Qué diablos hacia ese imbécil allí? ¿No se supone que tiene que estar en el extranjero estudiando Medicina?

Volteo a verlo, él estaba con su celular tecleando a gran velocidad, lo observo de pies a cabeza, seguía igual como siempre, maldijo en silencio ¡Genial! Este día no podía ser mejor, lo siguió viendo hasta que esos ojos ámbar le correspondieron la mirada. Kagura solo frunció más el ceño observándolo de lejos y siguió su camino como si no existiera.

¿Qué rayos hacia esa mujer allí? Pensaba que nunca volvería a Japón después de lo que hicieron, es verdad... ambos no tenían vergüenza de aquello en ese momento. Por su parte, todo quedo en buenos términos con su padre y poco a poco lo fue olvidando, claro, con varias condiciones que tenia que acatar si no quería ir a parar a prisión.

A decir verdad, su padre fue muy bueno con él en ese momento, no era más que un adolescente estúpido y caprichoso de mami que no sabia ni lavar un plato.

Han pasado varios años de ese acontecimiento como si aquello fuera una leyenda que nadie cree, nadie podría imaginar que el gran Sesshomaru tuvo que robar miles de millones de yenes a un banco muy importante de Japón porque él y su compañera Kagura se habían quedado sin ni un puto duro.

Seguro si alguien se lo cuenta al mundo, no le importaría, se podría decir que hace esto por su padre y para no dañar su imagen de "el hijo perfecto". A quien engaña... si alguien hablaba de ello, nadie, pero absolutamente nadie, ni si quiera un perro se lo creería, es que era imposible que haya hecho eso, inaudito...

Son las ventajas de ser el hijo mayor y bien portado de Inu No Taisho, siempre había sido un ejemplo a seguir para los hijos de los amigos de su padre pero en realidad era todo lo contrario.

Allá su padre si quería que el fuera el típico hijo de padres ricos que todo el mundo quiere, pero bueno... fue divertido mientras duro.

Apenas se fue, Sesshomaru rodo sus ojos en señal de desagrado, solo esperaba no tener que cruzársela más de lo necesario.

­-¡ATENCION CHICOS! -Hablo el señor que se encontraba frente a ellos.

Todos volvieron a sus sitios para prestarle atención al individuo.

-Empezaremos con la ultima etapa de la audición, después de esto, los participantes serán escogidos oficialmente para viajar como trainees a Corea para un arduo y necesario entrenamiento por meses, e incluso años ¡les deseamos lo mejor a cada uno de ustedes! Procederemos a llamarlos por orden de lista de inscripción, estén atentos a su llamado- Dicho esto, el señor desapareció por un largo pasillo que era donde se encontraban los jueces en este momento.

-Tu puedes Rin...-Susurro para si misma cerrando los ojos y llenando de aire sus pulmones lo mas que podía.

-¿Nerviosa? - Pregunto una chica de cabellos color naranja rizados y ojos azules muy bonitos.

-Oh, hola, pues si un poco hehe- dijo la menor poniendo su atención a la chica.

-¿Qué canción cantaras? -Pregunto la joven expectante a su respuesta.

-The Snow White Princess de Hatsune Miku-Respondió con una nerviosa sonrisa de oreja a oreja.

-¿En acústico? Veo que traes una guitarra- Menciono.

-¡Si! la he practicado mucho y me sale muy bien- Pronuncio Rin sosteniendo ávida su instrumento en sus manos.

-¡Te deseo mucha suerte! -Dijo aquella regalándole una bella sonrisa.

-Gracias ¡también te deseo mucha suerte!

Al acabar su pequeña conversación Rin estaba a punto de decirle algo a esa simpática chica, pero justo en ese momento...

-¡Harumi Minami a la sala! -Grito un chico saliendo del pasillo.

La joven acato el llamado y de inmediato fue hacia la sala que le indicaron, pero antes creyó haber escuchado algo así como "suerte" desde lo lejos. Seguro fue esa niña, sonrió para si misma y volteo a verla en modo de agradecimiento por sus buenos deseos.

Rin observo como la peli-naranja se perdía en el obscuro pasillo.

Así pasaron los minutos, al darse cuenta ya estaban por el participante numero siete y aun no la llamaban.

Ya seria una hora desde que los que ya participaron no habían vuelto a la sala principal.

Estaba muy nerviosa, sentía como su mandíbula se desencajaba a cada momento y temblaba sin previo aviso ¡Es que como no hacerlo! Este seria el acontecimiento que marcaria un antes y un después en su vida y no debía arruinarlo.

No se dio cuenta, pero los únicos que quedaban en la sala era el chico de cabellos platinados y una chica que no paraba de cantar practicando a todo pulmón.

Ya se había comido todas sus uñas, no le quedaban más... debía dejar de hacer eso, solo crecerían con un aspecto feo y es que Rin tenia un problema, si estaba bajo mucha presión se alteraba demasiado al extremo que una vez le dio por destruir cada cosa que tenía en su habitación por una discusión que había tenido con su padre por la tonta universidad que había escogido para ella, por supuesto se opuso rotundamente pero ya venía hace tiempo fastidiándola con eso y no soportaba más, exploto... debía sacar su frustración de alguna manera así que para no lastimar a nadie y posteriormente a si misma, le dio una "lección" a su padre por si seguía molestándola con eso, rompió hasta su celular y el gran espejo en el que se veía cada mañana antes de ir a la preparatoria, haciéndolo trizas y sin dejar nada a su paso.

Estaba harta de que controle su vida, que tome decisiones por ella como si fuera una bebe y no pudiera hacerlo.

Al terminar se hecho a llorar como una magdalena "¿Qué estoy haciendo?" se preguntó.

Nunca había hecho algo parecido, pero sentía la necesidad de hacerlo... y le calaba en lo profundo que estas acciones que realizaba para calmar su frustración estaban mal.

Y es que no entendia como algo "pequeño" le podría afectar tanto, en si no era algo de gran magnitud para llegar a ese punto pero siempre tuvo ataques de pánico con su padre cerca, veía como su madre se interponía entre su progenitor y ella para así recibir los golpes y que no le causaran daño y de alguna manera, esos traumas se fueron adjuntando a lo largo de su vida y estaba consiente de que necesitaba ayuda pero claro, que su madre no la llevaría a un psicólogo, su padre era el que administraba todo el dinero en su hogar y estaba segura de que no les daría dinero para eso.

A veces se preguntaba ¿Por qué la odiaba tanto? ¿Acaso su pecado fue nacer? No entendía, pero siempre la había tratado de una manera distante, agresiva y poco cariñosa, todo lo contrario, a un padre.

No podía cambiarlo ni deseaba hacerlo, pero si quería que la dejara en paz con ese maldito tema, ella ya le había tomado una decisión desde que era una persona con uso de razón, se dedicaría a la música así tenga que pasar años entrenando para lograrlo, no importaba nada si se trataba de sus sueños que, para ella, eran muy importantes.

Saldría adelante y cuando todo esto pase, sacaría a su madre de ese hueco.

Y a pesar de todo, Rin no era como su padre, es verdad que había crecido en un hogar disfuncional pero siempre había sido buena, era bondadosa, siempre mostraba una gran sonrisa hasta en los peores momentos y se preocupaba hasta por una mosca.

Nunca le había hecho daño a nadie y a pesar de todo ella no guardaba rencor en su corazón, no podía sentir esos sentimientos que, según el testimonio de personas, te carcomían por dentro.

Y estaba orgullosa de que fuera así, no hay excusas para ser malo con alguien, quien quiere ser malo lo será, por que había escuchado decir de personas que eran malas, que eran así porque de esa manera fueron tratadas en su niñez o toda su vida.

Pero sinceramente Rin no se comía ese cuento, si fuera así ella también seria como su padre ¿no?

Por eso no había argumento de validez para ser mala persona con alguien.

Volviendo a su realidad, la antepenúltima chica ya había entrado a la sala puesto que era su turno. Solo quedaba ella y el chico de inquietantes ojos ambarinos.

A diferencia de ella, el joven se mostraba estoico e impasible ante la situación, que suerte tener una actitud muy fuerte ante este momento, pareciera como si no le importara en lo más mínimo no pasar la última fase, aunque sabía que cada persona enfrentaba las situaciones de diferente manera, podría estar equivocada con aquel chico así que dejo de pensar en eso.

Empezó a caminar de un lado a otro en señal nerviosismo.

Sesshomaru de inmediato noto esto, se limito a verla mientras el seguía tecleando en su celular a su madre quien no dejaba de preguntarle sobre cómo había sido su primera semana en la universidad de Harvar.

Era un experto mintiendo si se trataba de él, leer esos estúpidos libros de la estantería de su padre mientras se quedaba de vacaciones con el en Francia no había sido mala idea. Habían abierto mas su mente y enriquecido más su vocabulario, por lo tanto, se le ocurrían cosas muy convenientes para cada situación que se le presentaba, le gustaba leer, era algo que de muy niño le había llamado la atención y disfrutaba hacerlo y gracias a ello se podría decir, que mantenía alejados a sus progenitores lo mas que podía, inventando tontas historias de clasificación A.

De todos modos, debía ser muy calculador y moverse con sigilo, sabía que su madre no era tonta y tarde o temprano descubriría que nunca fue a Harvard como ella quiso.

Solo mantendría esta mentira por unos meses hasta que llegara a Corea del Sur y luego, cuando haya logrado su propósito; estar lejos de ella y su padre, se lo diría.

No quería que ambos tomaran decisiones por él, no era un crio de primaria, tenía veinte años y sabia como manejar su vida, no le importaba si ellos lo apoyaban o no, siempre vería la forma de salir adelante, si no lo hacía dejaría de llamarse Sesshomaru.

No se había dado cuenta, pero aquella niña estaba parada a pocos metros de él, podía sentirla muy presionada por todo esto, era la primera vez que Sesshomaru veía a alguien tan joven llegar hasta esas instancias.

No era como si el lo hubiera hecho antes, al contrario, esta era su primera vez audicionando y le había ido muy bien.

Pero de todos los rostros que había visto en su vida pasar por esas salas mientras él y kagura "supervisaban" que todo esté bajo control dentro de los estudios de ST Entertainmen ya que el padre de Kagura era uno de los dueños de aquella agencia de cazatalentos explotados, muy pocas veces había visto a alguien de menos de quince años allí, audicionando, adentrándose a las garras del lobo.

Debía ser alguien con una determinación muy voraz para llegar hasta aquí.

­ -¡Sesshomaru Taisho a la Sala!

Sesshomaru.. asi que así se llamaba.

Al escuchar aquel llamado, Rin volteo a observar como el joven entrecerraba sus ojos y guardaba su celular en su bolsillo y se encaminaba hacia el gran cuarto. Apenas pudo dar dos pasos hacia adelante cuando escucho una dulce voz.

-¡Oye! -Hablo en un tono alto la menor al muchacho de cabellos platinados.

Automáticamente el joven paro sus pasos, volteo a verla y enarco levemente una ceja.

-Buena suerte! - Comento la oji-café regalándole una bonita sonrisa de por medio.

El chico de piel pálida se sorprendió un poco por este inusual comentario que hizo la niña, no se conocían, pero le deseaba buena suerte... no debería, se supone que eran "enemigos" hasta estas instancias, estaban compitiendo por uno de los seis puestos que la agencia les concebía y ¿ella le deseaba lo mejor?

No tenía sentido...

El joven solo volteo y siguió su camino, dejando atrás aquellas palabras.

Aquellas palabras que resonarían en su cabeza una y otra vez, no quería creerlo, pero ¿Cómo una simple frase proveniente de una muchacha pudo hacerlo sentir tan... cálido?

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Holaaa!! Espero que les haya gustado este cap 💖💖 Recuerden que cada martes estaré actualizando esta historia 🌝🌝💜

Por cierto muchas gracias por el apoyo incondicional al primer capítulo! Enserio no pensé que tendría tanta acojida esta historia :'3

Daré todo de mi para no atrasarme con las actualizaciones 🥰

En este cap no hubo dibujito 😭 no me dió tiempo pero seguro lo subíre a algunas de mis redes más adelante 💜

@LiliBlake23 en Twitter :3

Sin más, disfrutenlo.

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