-entonces si la raíz cuadrada de ochenta mil millones es och...- el profesor de matemática dejo de hablar al ver interesar abruptamente a Aizawa ingresar.
-Uravity agarra tu traje, abajo hay un auto de Gunhead para una misión imprevista-
La adolescente no espero a que se lo digan dos veces que se levantó y fue corriendo a buscar su maleta que contenía su traje, luego de eso bajo directamente por la ventana, haciendo que inmediatamente medio salón estén pegados a la ventana, no era para menos, pues estaban en el último piso, aunque todos se relajaron al ver que a pocos metros el piso ella se quitó la gravedad, logrando un aterrizaje seguro.
Uraraka por su parte no espero más tiempo para subirse al auto negro que le habían enviado, dónde solamente estaba ella con el conductor.
-Uravity cuando termine de cambiarse avíseme así le doy los informes-
-si, gracias-
No pasaron ni cinco minutos para la que la mujer ya estuviera lista y con los informes en mano.
Según lo que decían había un atentado contra un orfanato y que los responsables eran 3, su misión principal era ingresar sigilosamente por atrás y sacar a todos los niños que pudiera sin revelar su posición.
Rodó los ojos al leer el resaltado sobre de que no podría atacar.
Al llegar al lugar, pudo ver a Gunhead, Beast Jenist, Mirko y muchos más héroes en el lugar.
Cruzo miradas con el héroe profesional que la había convocado antes de asentir e ir hacia la parte trasera del lugar.
Ingresar fue fácil cuando comenzó a escuchar gritos por la entrada, con cuidado comenzó a examinar el lugar, a pesar de que no podía atacar nunca dijeron que no podía defenderse o que no debía ir con la guardia en alto.
Mientras los héroes hacían el show por delante, la castaña inspeccionó todo el lugar sin encontrar a ningún niño, aunque antes de volver a salir e informar, se tropezó con una alfombra, haciendo que pueda ver qué debajo había una entrada a un sótano.
Tragando duro terminó de sacar aquella cosa, internamente le estaba pidiendo a quien sea que solo haya cuidadoras o niños, pues estaba sola y sin apoyo por el momento, aún faltaban cinco minutos para que los héroes ingresen al lugar.
Respiró antes de abrir abruptamente la puerta, aunque no se dejó descolocar al ver que solo había una oscura escalera, respirando una vez más comenzó a bajar.
Cada escalón se sentía más y más pesado, al llegar abajo no veía nada, solo la poca iluminación de las nuevas modificaciones que le había hecho a su traje.
Jamás se espero recibir un golpe por la espalda, no se dejó caer o hacerle caso al dolor, inmediatamente giró y comenzó a golpear a la oscura figura que quería matarla o dejarla inconsciente.
Fue pura suerte que sin querer al golpear una pared haya golpeado el interruptor de luz, haciendo así que finalmente aquel frío lugar tenga algo de iluminación y pudiera ver a quien golpeaba.
Aunque al ver a tu atacante quedó en shock.
Una mujer, adolescente, exactamente igual a ella estaba adelante suyo, aunque tenía sus ojos blancos, una sádica sonrisa y estaba bañanda en sangre.
-Ochakito al fin me ves~ a decir verdad anhelaba que prendieras la luz-
Uraraka trago grueso.
-te comió la lengua el gato? Jiji-
-e-esto no es gracioso Toga- aquel ser delante de ella doblo el cuello en un ángulo imposible y las venas de su frente se marcaron.
-Toga? Tú... TU TE ATREVES A COMPARARME CON ELLA?? JAJAJA- aquel ser comenzó a reír macabramente.
-quién eres entonces?- una risa fue la respuesta.
Mientras la castaña fruncía el ceño, el ser frente a ella se fue transparentando de a poco.
-busquemos quién será nuestro acompañante de vida- antes de que pudiera responder, se hizo humo.
Lo último que recordó antes de desmayarse fue un leve dolor en su abdomen y la aterradora risa aguda de la mujer.
Al despertarse lo primero que vió fue el blanco techo de la enfermería.
Una enfermera que al parecer estaba en ese momento fue a llamar al doctor, quién inmediatamente fue a revisarla.
Luego de lo que pareció una tortura para la castaña, el doctor Kamioto la termino de revisar y le advirtió que dejaría pasar a unas personas cercanas a ella.
Luego de que se fuera tuvo unos cinco minutos maravillosos de silencio, antes de que Gunhead entrara y corriera a abrazarla.
-Uraraka-chan lo lamento mucho, debí darte los comunicadores, lo lamento, no sabíamos que había un cuarto asaltante- la menor frunció el ceño.
-Gunhead sensei no había ningún cuarto asaltante- en su tono de voz se reflejo la duda y la verdad de sus palabras.
-entonces quien fue el que te dejo inconsciente? Te encontramos a tan solo tres metros de la puerta donde estaban todos los niños con sus cuidadoras- la mujer se mostró confundida.
-no... Yo bajé por las escaleras al... Al sótano y ahí... Ahí...- la menor comenzó a querer recordar aunque más intentaba más le dolía la cabeza.
-que sótano Uraraka-chan? Confiscamos el lugar e interrogamos a todos, no hay sótano- la mujer frunció el ceño.
-si hay, en la... la...- aunque lo intentará, lo único que podía recordar era una nube negra alrededor de aquella compuerta.
-estabas en el tercer piso, no hay ningún sótano... debo de avisarle esto al doctor Kamioto y los investigadores...- el gran hombre parecía triste al verla.
-no no, de verdad había un sótano en ese lugar, era todo negro y estaba... Estaba...- por más que lo intentará ella no podía recordar dónde estaba.
-debes descansar Uraraka-chan, llamaré a una enfermera, aún debes tener anestesia- un gran nudo se instalo en su garganta mientras veía a su mentor salir de allí.
Tal como le había dicho el mayor, una enfermera fue unos momentos después y le colocó una máscara de oxígeno, haciendo que sus ojos comenzarán a pesar y perdiera el conocimiento.
Se despertó en un lugar completamente blanco, no había nada a su alrededor, se sentía en el mismísimo vacío.
-Ochakito! Que bueno volver a conversar contigo jiji- la nombrada inmediatamente se dió la vuelta.
-que...?- correteando como si fuera una niña y ahora con un vestido de novia blanco estaba aquel ser.
-oh, déjame decirte el plan desde ahora...-
-que plan?-
-EL PLAN!-
Uraraka desvío la vista por todo a su alrededor buscando alguna salida.
-veras... Yo soy tú, soy producto de un quirk fallado y estoy dentro de tí, funcionó así:
A medida que te vayas enojando o teniendo malos deseos contra personas, de a poco saldré yo hasta dominarte completamente.
Dejaré de dominarte cuando me sacie o cuando más personas se aparezcan cuando esté presente.
Cuando yo domine tu estarás encerrada aquí y no recordarás ni tendrás conciencia de nada hasta que yo lo decida.
Oh, oh, lo importante, solo puedo aparecer cuando hay solo pocas personas en una misma habitación o lugar.
Ah, me olvidaba lo más importante, conmigo dentro tuyo vas a morir en algún momento-
-QUE?!-
-sip, vas a morir. Te explico, al tenerme a mi dentro tuyo, tienes una mínima particular que se instaló en alguno de tus órganos vitales, muy probablemente el corazón o el cerebro. Sin embargo, eso no crecerá ni te dará problemas mientras yo no esté presente, solo crece de golpe cuando yo domino, por el resto eso es como si estuviera dormido-
La garganta se le cerró a la adolescente.
Antes de siquiera poder hacer algo, el lugar en el que estaba cambió abruptamente, haciendo que vuelva a estar en la enfermería, con la máquina que le tomaba el pulso sonando horriblemente mientras respiraba con dificultad.
Con apenas conciencia, se arrancó todos los cables conectados que tenía, haciendo que finalmente aquella molesta máquina se callara al fin.
Intento levantarse de aquel colchón, necesitaba aire. Aunque, rápidamente unas manos la apretaron contra el colchón de aquella camilla y cierto cenizo la inmovilizo ahí mismo, subiéndose arriba de ella de por medio.
-son las dos de la madrugada, así que es mejor que cuides el tono con el que hablas y tus movimientos, ya estás en un espacio seguro. Quédate en la puta camilla- el tono bajo y grueso del cenizo le devolvió a la realidad.
Se quedaron mirándose fijamente por un buen rato, de momentos mirando los labios ajenos y lamiendo los propios.
-Bakugo...-
-que?-
-me estás aplastando-
Él colocó un ceño fruncido que la hizo carcajear, antes de que se pudiera bajar de la camilla ella lo tiró a su costado libre, haciendo que ambos estén acostados de lado, mirándose nuevamente.
-idiota- Uraraka levantó una ceja.
-ahora que hice?-
-confundirme durante meses-
Antes de poder responder él la besó, la sorprendió aunque no se aparto, en realidad le siguió aquel beso que estuvo mucho tiempo anhelando.
Mientras los dos adolescentes seguían en su mundo, dos adultos estaban escondidos viendo lo que ocurría.
-si todo sale como en el pasado, ahora te pido ser mi novia-
-me lo ordenaste-
-te lo pedi-
-callate y mira-
Robándole un poco de la bebida de la mujer, el hombre siguió viendo.
-desde hoy eres mi maldita novia Uraraka- las dos mujeres juntas se carcajearon.
-no me puedo oponer?-
-no-
-pues me alegro, hubiera aceptado igualmente si me lo pedías como una persona normal-
Ochako arrastró a Katsuki fuera de la enfermería en silencio, dejando a sus versiones más jóvenes disfrutar aquella noche.
-ves? Te dije que me lo ordenaste- ella sonreía burlonamente hacia él.
-callate- la menor negó con una sonrisa mientras se iba.
-oi! Ven aquí, tenés que volver a tu puta habitación a descansar joder- Ochako lo miró sobre su hombro antes de comenzar a correr, Katsuki la comenzó a perseguir.
Llegaron a la azotea y la fría brisa de la noche los recibió, ambos quedaron lado a lado mirando las estrellas en silencio.