Rafe cameron pov:
Caminar junto a mis amigos durante una mañana no es el mejor plan pero sirve para matar el tiempo.
Kelce y Topper.
Kelce, un ser humano un tanto imbécil, pero leal a nuestro grupo. Odia a los pogues tanto como como Topper y yo asique lo queremos.
Topper, un rubio marica enamorado de mi hermana y en pareja con esta misma.
A veces quiero un poco a Topper, hasta que recuerdo que esta de novio con mi hermana y siento naúseas. Pobre Topper.
- Es que yo...no puedo dejar de pensar en ello chicos.-Topper interrumpe mis pensamientos para volver al tema del cual hablamos casi toda la mañana.-
- Amigo, te apunto con una semi automática.-comenta Kelce en estado de frustración.-
Para ponerlos al tanto de la situación, Topper fue a una fiesta anoche junto con mi hermana y las cosas no acabaron bien. Típico de pogues ya saben...arruinar todo a su paso.
Parece que se enfrentó con uno de ellos, su nombre es John B y no considero que haya que describirlo demasiado, es un chico estúpido, sin futuro y sin padre, pero al parecer le atrae la idea de pelear puño a puño.
Topper iba ganando en la pelea entonces el mejor amigo del perdedor, otro asqueroso pogue, llamado Jj, tomó un arma y le apunto a Topper directo a su cráneo.
- Lo se, eso digo, fue una locura.
- Ese pogue.
- Son malditos pogues hermano. Sabes, tú deberías comprarte un arma.-mi tono frío desconcierta a los chicos y me miran con expresión extraña pero Kelce asiente.-
- Es mejor tenerla a no tenerla.-agrega el.-
- Oigan chicos voy a vengarme ¿de acuerdo? Será como un proyecto.-explica Topper convencido de sus propias palabras.-
Más te vale.
Veo como Sarah esta parada en medio de un palo tratando de cruzar hasta un barco estrellado.
- Sarah! ¿Qué estas haciendo?-musita Topper algo preocupado.-
En eso aparece Rose, quien se sube las gafas de sol que traía hacia su cabello y la mira indignada y al mismo tiempo preocupada. Imitando el papel de madre que nunca conseguirá.
- Sarah! Esos cables tienen catorcemil volteos ¡BAJATE AHORA!
Ella caminaba por encima de algo tan peligroso que no tenia la menor idea.
¿Y para qué? Para darle un estúpido peluche a una niña, hija de una amiga de nuestros padres.
- Rose soy una atleta, sé lo que hago, tranquila.-continúa caminando mientras casi se cae pero sigue en pie.-
Se acerca poco a poco al barco y gira para mirar a Almendra, la niña de cabello dorado, largo y lacio que esperaba con una mueca de fascinación la acción de la rubia mayor.
- Lo veo.-agrega Sarah y la niña sonríe con alegría.-
- Sarah ten cuidado por favor!.-grita Topper.-
De un momento a otro veo a mi hermana tumbada sobre el barco y sobre los cables, de forma inconsiente con su cabello encima de su rostro.
Los gritos de todos se cargan de dolor ante la escena y no puedo decir que no me preocupa al menos un poco.
Tengo mis problemas con mi hermana, pero no soy tan mierda como para no preocuparme al menos un poco por su vida cuando la noto en tal situación.
Aunque algo me sabe mal, es por eso que me acerco despacio, a diferente de Topper y Kelce que se acercan casi corriendo horrorizados.
Y en el momento que Topper esta apunto de largarse a llorar, mi hermanita mueve su cabeza hacia nuestra dirección, sonríe y levanta uno de los cables mientras lo mueve en círculos, divertida de nuestra reacción.
- Esta desconectado.-comenta con una sonrisa divertida.-
Kelce se hecha a reír mientras yo siento mi cara de molestia brotar de mi. Esta chica es un caso perdido. Que estupidez.
Rose observa la escena queriendo arrancarse los ojos.
Por primera vez ella y yo tenemos algo en común.
Luego de exclamar molesta algo que no logro oír se retira.
- Te engañó amigo JAJAJAJ.-ríe Kelce mientras topa del hombro a Topper.-
- Eres un perdedor Topper, tendrías que haber visto tu cara.-Sarah hace una acotación tán romántica hacia su novio.-
- Si, claro, lo lamento, siento preocuparme por ti.-agrega él con un tono de clara ofensa brotando de su interior.-
Kelce no para de reír ni un puto segundo. Él ama estas estupideces.
Miro a Topper y mientras más lo veo, más noto su amor, si es que este existe, hacia mi hermana.
Casi se trastabilla cuando la vio tumbada. Pero ella siempre busca la forma de humillarlo y que él quede como el ridículo.
El ridículo que claramente es.
- Felicidades cobarde, eres oficialmente su perra.-musito cerca de su rostro y el mantiene la mirada de fastidio sobre Sarah, quien levanta el peluche de elefante como victoria.-¿Sabes que eres su perra?
Topper camina enojado por delante de nosotros mientras Kelce sigue riendo y yo me lo quedo viendo con una sonrisa ladina mientras noto como se aleja y toma camino con Wheezie, mi hermana pequeña, con quien son amigos.
La tarde pasa y me quedo dormido en mi cama, leyendo un libro que le robe a Wheezie para distraer mi mente.
Sin darme cuenta, le robe un libro de romance. Se llama Dash y Lily.
Que mierda tan cursi.
¿Cómo puede ser real algo así?
¿Te desvives por la persona que "amas" a tal punto que harias tonterias por ella? Como enviarte mensajes ocultos a traves de un cuaderno. Porque sí, de eso trata el libro.
Que estupidez. No le encuentro el sentido.
Lanzo el libro a un lado de la cama mientras me froto los ojos. Probablemente tengo una mueca de ensoñación.
Tomo las llaves que llacen en una mesa de luz mientras me pongo los zapatos.
Iré a dar una vuelta por ahí.
En el camino me cruzo a Whezzi.
- ¿Estuviste urgeando entre mis cosas?-enarca cruzandose de brazos y deteniendo mi andar.-
- No.-miento para seguir mi camino.-
- Me falta un libro de mi estantería, y la conozco muy bien, mis preciados libros son como mis hijos.
- Tienes 12 años, no hables de hijos.-comento con una mueca de asco.-
- Dáme mi libro.
- Esta en mi habitación, sobre la cama, tómalo y no toques nada.-ordeno, cansado de escucharla, porque ella no sede cuando se trata de insistir sobre algo.-
Correción, sobre cualquier cosa cuando cree que tiene un punto.
- Que irónico, tu tomas mis cosas pero yo no puedo tocar nada.
- Muévete.-la quito del camino suavemente, solo porque es pequeña.-
- Siempre tan dulce.-sentencia ella subiendo la escalera mientras yo solo salgo por la puerta blanca de mi casa.-
Wheezie y yo tenemos una mejor relación que con Sarah o con mi padre, aunque poco se note.
No somos los mejores amigos ni nada parecido pero dentro de todo no nos odiamos tanto.
El atardecer en Outer Banks es calmo, el cielo se torna como una paleta con muchas tonalidades distintas mientras que el viento toma poder sobre los arboles y hace que sus ojas bailen.
Me detengo en una parte de la playa alejado. Donde estan estacionados otros autos.
Me gusta más la playa y el mar cuando es tarde.
Principalmente porque hay menos personas y todo parece más calmo que en otros momentos.
A veces vengo solo, como hoy, para tomarme un momento y respirar. Inhalar ese aire y soltarlo, es como si ayudara a mi ansiedad. Como si pudiera mentalizarme y poder sentir paz al menos una vez en el día.
Me bajo de mi moto pero me quedo apoyado a un lado de esta, cierro mis ojos e inhalo, siento mi cuerpo contraerse para después exhalar esa respiración y sentir blando en mi cuerpo. Es una buena sensación dado que siempre me siento tenso.
Quisiera sentir esta paz siempre. Llevarla conmigo, como si fuera una persona que me acompaña.
Pero eso no es posible, porque la paz es algo que no se puede ver ni tocar, solo se siente.
Abro mis ojos y la veo.
La chica de la caja.
Su cabello largo y pelirrojo vuela en el viento mientras ella lucha contra quitarlo de su cara. Soltando accidentalmente una correa que tiene sobre su mano derecha.
Parece que no venía sola. Dado que la correa comienza a moverse en dirección rápida y ella entra a correr desesperada.
- OLIIIIII!
La escucho gritar y me doy cuenta que una perra con pelo blanco y su correa rosa viene en dirección hacia los autos estacionados corriendo.
Viene en dirección hasta donde estoy.
Me quedo estático porque no se que debería hacer.
Un auto esta saliendo del estacionamiento y la perra esta cerca. Puede pisarla sino la ve.
- ¡OLI POR FAVOR PARA!-exclama la chica acercandose al lugar pero no pudiendo contra su animal.-
El auto sale y cuando esta por doblar la tal Oli se pone enfrente y este está a punto de arrollarla cuando...
¿Qué estoy haciendo?
Me muevo para quedar frente a la perrita y la llamo.
- Ven aquí, perrita.
Como acto reflejo ella me obedece y corre en mi dirección. Cuando estoy por tomarla entre mis brazos ella se lanza sobre mi y ambos caemos al suelo.
Auch, mi cabeza.
Escucho el auto pasar por nuestra izquierda.
Y digo "escucho" porque tengo los ojos cerrados de dolor.
El golpe en mi cabeza se siente muy fuerte pero trato de simular que no cuando la chica llega hacia nosotros.
- ¡Oh por Dios!-exclama ella.-Lo lamento tanto, dejame ayudarte.
Trato de pararme solo.
- Estoy bien.-musito cortante.-
Observo su cara de confusión. Y me permito verla esta vez de cerca, parado frente a ella. Lleva su cabello recogido en una cola, lleva unos jeans, una remera roja y una chaqueta oscura. Sus ojos son indudablemente claros y transparentes. De esas miradas que te transmiten cada cosa que sienten y piensan.
- Esta bien, me alegra que lo estes.-musita ella mientras mira el suelo, algo intimidada por mi.-
Tal vez estoy mirandola muy serio.
- Ten.-le paso la correa y la perra ya en el suelo va con su dueña.-
- Muchas gracias.-me regala una sonrisa y algo en mi trata de devolvérsela haciendo una mueca.-
¿Porqué me estoy esforzando en no ser tan duro?
- Me asuste mucho, creí por un momento que te perdería.
¿Piensan que me habla a mi? No, le habla a su perra, cargandola en brazos.
Siento que debo alejarme y seguir con mis cosas pero cuando lo intento ella me detiene.
- Oye, lamento causarte problemas.
Esta chica si que disfruta de hablar.
Volteo mis ojos dándome vuelta, tratando de no ser el peor pero forma parte de mi naturaleza.
- Esta bien, mientras no se vuelva a repetir.-respondo borrando su sonrisa.-
Lo último que necesito es cruzarme a esta chica otra vez y que su animal me proporcione otro golpe en la cabeza.
- Nadie pidió que interfirieras, tú solo lo hiciste.
Oh...miren que tal.
Parece que la chica tiene agallas.
- Si bueno, tal vez no debí interferir.-respondo viendola a los ojos.-
Su expresión en su rostro hace querer que me heche a reir allí mismo, luce atónita con una mezcla de ira y otra de molestia.
- Bien, no vuelvas a interferir si así lo prefieres y tranquilo que algo como esto no volverá a pasar.-afirma cortante y asiento mientras le doy la espalda y me vuelvo hacia mi motocicleta.-
Al subirme a esta la veo alejarse junto con su mascota.
Que chica más intensa.
Y ahora que al parecer se mudó a la isla existe la posibilidad de cruzarmela más seguido.
Odio mi vida.