—¡Choi Yeonwoo!—
Se escucho un grito desesperado llamando la atención de todos los demás. Por su parte, Yohan tenía una expresión de tranquilidad, yacía sentado en la arena, mientras Yeonwoo tenía recargado su torso en el.
—El estará bien, sólo fue la impresión del momento...— dijo con algo de serenidad.
Ju Haeng y Min Jae se acercaron mientras en sus manos traían una bolsa de algodón y una botella de alcohol, le extendieron un algodón con alcohol impregnando, por lo que Yohan simplemente lo llevó hasta la nariz de Yeonwoo para que comenzará a inhalarlo.
—Profesor Kim, no se preocupe, Yeonwoo está bien— hablo de Min Jae, quien se aseguró de calmar a todos sus compañeros.
—Vamos Se Hyun, hay que darle espacio—
Pero Se Hyun hizo caso omiso, no se movió de su lugar, simplemente se quedó observando mientras varias preguntas rondaban en su mente
¿Así se pone un mono al recibir una oleada de color? ¿Qué hace Go Yohan aquí? ¿Por qué aún no despierta?
Se Hyun se sentía aturdido y preocupado, pero no podía hacer nada más.
Solo bastaron unos minutos para que Yeonwoo comenzará hacer algunas muecas como respuesta ante el olor fuerte del alcohol.
Yeonwoo comenzó abrir sus ojos de manera lenta, al principio parpadeando varias veces por la iluminación directa que tenía, además le costaba adaptarse nuevamente a los colores. Intentó levantarse, pero su cabeza daba vueltas, así que solo se quedó recostado encima de Yohan.
—Lindo, Yeonwoo es simplemente lindo—
Al escuchar aquellas palabras, Yeonwoo abrió sus ojos de par en par, giro su rostro y ahí estaba, él estaba.
—Go Yohan...— dijo en un hilo de voz.
Los sentimientos en su interior volvieron a florecer, no podía creerlo ¿A caso estaba empezando a enloquecer?
No...
Go Yohan estaba ahí.
Con un movimiento de su mano, llegó hasta su mejilla y comenzó acariciar suavemente el rostro de su contrario.
—Te dije que confiaras en mi...— fue lo único que escucho antes de abalanzarse hacia el y darle un fuerte abrazo.
No podía creerlo. Go Yohan estaba ahí, junto a él. Miles de emociones se dispararon en su interior.
Felicidad
Tranquilidad
Paz
Y sobre todo, amor...
Había esperado tanto el momento de tener a Go Yohan en sus brazos, ansiaba el día en que volvería a verlo, día tras día, noche tras noche implorando su regreso... Pero finalmente, él estaba ahí.
Con un rostro inexpresivo, Se Hyun se levantó mirando por última vez aquella escena que le hacía experimentar sentimientos contrarios. Estaba feliz al ver la sincera sonrisa de Yeonwoo, nunca había sido testigo de ello y verle así de feliz le causaba una gran sensación, sin embargo, su interior se sentía vacío al ver que esa sonrisa tenía dedicatoria, y lamentablemente, el no era el destinatario.
Minutos después del conmovedor encuentro, todos los alumnos decidieron regresar al lugar del campamento, dándoles privacidad a sus compañeros. Pará nadie era un secreto que Yeonwoo y Yohan mantenían una relación amorosa, la mayoría de los presentes mantenían una buena amistad con Yohan, y aseguraban no haberle visto tan feliz desde que Yeonwoo apareció en su vida, sin embargo, cuando se dio a conocer la noticia de su viaje a Estados Unidos notaron lo silencioso sufrimiento de Yeonwoo. La única parte que todos desconocían era que Yeonwoo era un mono y Yohan su probe, esto por decisión de ambos, Yohan no quería exponer a su novio a una situación en la que recibiera intimidación y rechazo social.
La pareja se encontraba contemplando la marea, las olas se hacían presentes y llegaban hasta a la orilla trayendo consigo blanca espuma de mar; Yeonwoo estaba feliz y fascinado por la increíble vista.
Ambos se sentaron en la arena, viendo la hermosa vista del mar y próxima puesta del sol; estuvieron así, tomados de la mano, Yeonwoo a penas y procesaba lo que acababa de ocurrir, mientras Yohan intentaba recordar las palabras que había memorizado tiempo atrás.
—¿Sabes por qué este suceso se llama la hora mágica?— Yohan comenzó hablar de manera serena —es un acontecimientos de escasos minutos, en el mundo de la fotografía, este suceso es demasiado preciado, suele durar entre veinte a treinta minutos, transcurre entre la puesta del sol y la total oscuridad de la noche— Yohan se detuvo un momento para girar su rostro hacia el de Yeonwoo —La luz que se puede ver durante la hora mágica es suave, muy cálida y sobre todo, difusa, lo que la convierte en una luz prácticamente imposible de recrear.
Yeonwoo miraba fijamente la puesta de sol, a medida que el sol baja y se acercaba hacia el horizonte van dominando el ambiente los colores cálidos
—Tu eres mi hora mágica...—
Yohan volteó hacia el rostro de su novio y lo miró un poco confuso.
—Cuando estas conmigo, mi mundo se llena por completo de colores, sin embargo, cuando te marchas vuelve a los mismos grises monótonos de siempre...—
—Choi Yeonwoo— ambos entrelazaron sus manos mientras sus miradas eran fijas el uno hacia el otro. —Yo no quiero ser tu hora mágica, eso significaría ser algo de escasos minutos, deseo más que nada, ser tus ojos, esos que te acompañan siempre y no puedes separarte de ellos...
En cuanto Yohan notó el leve sonrojo en las mejillas de su novio, éste revolvió su cabello mientras reía.
—Yeonwoo es tan lindo—
—Sigues siendo molesto—
Yohan lo abrazo como respuesta.
—Yeonwoo, si lo deseas, podemos escaparnos, solos tu y yo— Yeonwoo solo pudo sentir cosquilla en su rostro, estaba completamente seguro de que sus orejas estaban tiñendose de color rojo, sin embargo, la gota que derramó el vaso fue al sentir el leve jaloneo de su oreja
¡Yohan lo acababa de morder!
Por inercia, Yeonwoo empujó al chico, sin embargo fue inútil porque Yohan solo se aferro aún más a él.
—Go Yohan ¿Cómo llegaste hasta aquí?— un poco resignado a la posición en la que se encontraba, Yeonwoo tomó su tiempo y volvió a hablar —¿Cuándo regresaste?–
—Llegue aquí en un autobús y como puedes ver, regrese hoy— Yohan sonrió ampliamente mientras cerraba sus ojos.
Por su parte, Yeonwoo no estaba satisfecho con aquella respuesta, y como si Yohan supiera leer su mente, habló:
—Sé a lo que te refieres, pero ahora no tengo ganas de hablar sobre ello ¿si? Podría por un momento olvidar esos pequeños detalles y solo concentrarte en mí ¿Puedes? —
Asintió. Yeonwoo también quería olvidar un poco de su triste realidad, así que acepto sin más.
El hecho de volver a ver a Go Yohan lo hacía feliz, tan feliz, que simplemente pudo regalarle una pequeña sonrisa. Estaba ocupado observando al chico frente a él, ojos pequeños, nariz recta, labios delgados, lindas mejillas, piel clara y totalmente suave. Yeonwoo estaba delineando con sus manos cada facción del rostro de su novio, sin embargo, llegó al pasar por sus costados, noto algo extraño en el lugar de sus sienes, era como una delgada línea, estaba dispuesto a segur observando hasta que sintió como las manos del contrario tomaron las suyas y las bajó lentamente.
Yeonwoo sabía cuál era la intención de Go Yohan, y el estaba dispuesto a cumplir ese deseo.
Ambos acercaron sus rostros levemente, y por inercia sus ojos se cerraron lentamente, y cuando sus labios estaban a punto de ser rozados entre sí.
—Yeonwoo, la fogata está lista—
Ambos se alejaron inmediatamente y Yeonwoo volteo hacia la dirección de aquella familiar voz.
—Gracias Se Hyun, iremos en un momento—
Por otro lado, Yohan había puesto su mascarilla nuevamente en su rostro.
—Ese chico, realmente es un imprudente...—
Ambos se levantaron para ir al punto de encuentro, mientras que Yeonwoo se sentía algo apenado y Yoohan sólo se sintió molesto...
Escribí rápido, si notan alguna falta ortográfica, me ayudarían muchísimo si lo comentan <3