AZUL y NARANJA son colores que se complementan.
Decir que probar los labios de Jaemin otra vez era lo que más quería, sería poco.
Y ahí estaban, sentados en frente del piano, besándose como si su vida dependiera de ello. La mano cálida de Jaemin se paseó por el cuello y la mejilla de la azulada piel de Jeno, quien tímidamente puso su diestra sobre ella para bajar la intensidad del beso.
Para tomarlo con calma.
Habían sido vecinos desde hace unos años, pero Jeno nunca esperó tener al chico brillante y juguetón de esa manera con él.
Le costaría acostumbrarse a eso, si. Pero estaba dispuesto a sacrificar un poco de su personalidad por Jaemin y estaba seguro de que él también lo haría.
-Sentí eso.
- ¿El qué?
-El beso que me diste antes de irte de mi habitación.
-Creí que estabas durmiendo. . .
-No todos los días el amor de tu vida se preocupa por ti ¿No? Debía estar despierto.
Y era cierto, los dibujos en sus brazos daban cuenta de que Jaemin siempre fue para Jeno y viceversa.
Aunque eran elementos diferentes.
La calma y el jolgorio iban de la mano, porque son emociones que se complementan.
Y aunque Jeno jamás hubiera notado lo perdido que estaba Jaemin por él desde un principio (Ni siquiera el mismo Jaemin lo sabía en realidad), ahora podrían vivir su amor joven.
Sólo si todo salía bien. . .