Estaba acostada mirando al techo, todo estaba oscuro ya que era de noche pero algo estaba en mi mente y por más que trataba de pensar en otra cosa o poder dormir, no se iba. Cinco Hargreeves era quien inundaba mi mente, no entendía que me pasaba o el porque me sentía así tan solo pensarlo o recordar la situación que teníamos el otro día. Estábamos muy cercas, él tomo mis manos, sus halagos, Dios, me estaba volviendo loca y eso era algo irónico.
[...]
—¿Ya me dirás tu respuesta? —Pregunta pegándose a mi.
—Ya te dije que no lo sé, Michael —Dije cansada, comenzaba a volverse fastidioso —Y sabes perfectamente que justo ahora no puedo aceptar una cita teniendo a Turner encima mío, atacándome —Frustrada comencé a dirigirme hacía la habitación de Cinco.
—Oh vamos, ya eres una adulta deberías de tener en claro lo que quieres y por más que lo niegues se que me quieres —Dijo tomándome de la cintura pero lo alejé.
—Basta Michael, no estoy de humor para esto —Me detuve, esperando que un guardia abriera la puerta.
—Estas colmando mi paciencia T/n, pudo tener a cualquier chica a mi lado, tú solo eres una cualquiera —Lo ignore —Bien, lo siento, solo que tampoco tengo un buen día —Murmuro —Por favor, acepta la salida —Suplico, tomando mis manos, acercándose a mi. Su rostro se volvió el de Cinco, no entendía porque lo pensaba justo en este momento, reaccione al notar que estábamos demasiado cerca.
—Lo pensaré —Susurre para luego entrar a la habitación. Tome asiento en la silla, escuchando como la puerta se cierra —Hola Cinco... —Salude con una sonrisa pero él solo me miro mal.
—¿Por qué estas con Michael? —Pregunta con un ligero tono de molestia.
—¿De qué hablas? —Dije nerviosa y confundida.
—¿Sales con Michael? —Negué.
—No ¿Por qué? —Agacho un poco la cabeza.
—¿Me mientes? —Murmuro.
—No te mentiría —Tome su mano y la acaricié, logrando que este levantara el rostro.
—Eso me tranquiliza —Susurro y me pareció confuso lo que dijo pero no le preste mucha atención.
—Cinco, quisiera hablar contigo sobre tus dibujos —Se acomodo sobre la silla y yo tome su libreta —Podrías explicarme ¿Por qué dibujas esto? —Le mostré los dibujos y el sonrió.
—Solo son fantasías que me gustan plasmar en la libreta Señorita Lee —Explicó tranquilo.
—¿Fantaseas matar a estas personas? —Pregunto algo irónica y confusa.
—Sueños frustrados que tengo —Murmuro —Me gustaría hacerlo pero se que estando encerrado aquí no podría hacerlos. Necesito su ayuda —Fruncí el ceño, sabiendo lo que me diría pero aun así fingí.
—¿Para qué? —Río.
—Tú sabes para que —Explico —Señorita Lee, todo lo que sucede en este psiquiátrico son puras ideas, mentiras de Turner y sus súbditos —Menciona —Ellos en realidad son los locos, experimentan con las personas aquí —Me susurro.
—¿Qué? —Digo confundida.
—Era una persona como usted pero no sabía mucho del lugar, solo me llamaron para trabajar aquí, sin más información. No me negué, me gustaba este trabajo pero me di cuenta que no sabía nada de ellos más que sus nombres, no sabía nada de este lugar —Mencionó —Comencé a investigar por internet pero en realidad no se sabía nada de este, llegue a meterme en oficinas, en busca de algo, documentos de todos los pacientes de aquí hasta que me di cuenta de que hacían experimentos —No sabía que decir, solo escuchaba —Había entendido absolutamente todo, ellos me atraparon, me medicaron y me encerraron. Cada persona que entra a este lugar le dicen lo mismo de mi. "Paciente 118, Cinco Hargreeves, el más peligroso" —Recordé el día que llegue y esas fueron las mismas palabras que me habían dicho —Claro que decían eso, era el único que los había descubierto, todas las personas les creían a ellos, eran los que estaban fuera y yo como estoy adentro. Estoy demente ¿No es así? —Pregunto irónico, casi riendo —Son unos imbéciles —Murmuro.
—Cinco yo... —Me interrumpió.
—Ayúdeme a salir de aquí Señorita Lee, la necesitó. Si no me cree, cuestiónelos, investigue, no recibirá nada —Me quedo anonadada —Solo necesito que me saque de aquí, así ambos seremos libres, podremos estar juntos —Tomo mi mano y yo la mire.
¿Ambos? ¿Juntos? ¿A qué se refería?
Cinco Hargreeves
Inhale un poco del cigarro que León me había dado para luego mantenerlo un poco y luego soltarlo —Me enamore —El me miro y luego río
—Las reclusas están horribles, solo piensan en sexo ¿Eso es lo que buscas? —Pregunta inhalando esta vez él.
—De una reclusa no, imbécil —Dije y él me miro con curiosidad —De mi psicóloga —Él río a carcajadas.
—Carajo, eso si no me lo esperaba —Menciono.
—Es demasiado atractiva, comprensiva, dulce —Murmuro embobado —Desearía probar sus labios —Él solo presta atención a mis palabras.
—¿Y no tiene a alguien? —Niego.
—Esta sola, como yo pero el hijo de puta de Michael a intentado tenerla pero solo la fastidia —Explico —Él sabe que ella esta muerta por mi, el otro día me amenazó —Dije riendo.
—¿Qué te dijo? —Pregunto.
—Bueno, que no me quería cerca de ella —Él me interrumpió.
—Que imbécil —Reí.
—Fue lo que pensé. También me dijo que ella sería suya pero hoy tengo un plan y necesitó tú ayuda —Nos miramos
—¿Qué recibiré a cambio? —Pregunto.
—Lo que quieras —Dije y él sonrió.
—¿Qué quieres que haga? —Pregunto tomando otra calada del cigarro.
—Bueno, que apagues todas las cámaras que están en mi habitación, no quisiera que nadie nos interrumpiera —Dije y él sonrió.
—Hijo de puta —Río, tal vez tenía en mente lo que quería hacer.
[...]
—Hola cinco —Saludo, sentándose en la silla frente a mi.
—Hola Señorita Lee —Salude con voz suave.
—Quisiera hablar contigo del tema de ayer —Negué.
—Yo no, yo quiero algo más —Dije y ella me miro confusa.
—¿Qué quieres? —Pregunto y yo recorrí su cuerpo con mi mirada.
—Acompáñame —Me levante y camine hacía mi cama, ella me siguió y se sentó justo al lado mío.
—¿Qué pasa? —Pregunto ya nerviosa.
—Señorita Lee, se que usted no esta solo conmigo para ayudarme —Me acerque.
—¿No?.
—No —Afirme —Esta obsesionada conmigo ¿No es así? —Negó nerviosa a lo que yo tome su cuello al igual que parte de su nuca, acercándola a mi —Mírame a los ojos y dígamelo Señorita Lee —Le pedí —Si no es así la follare ahora mismo.
—¿Qué....?.
—Dígamelo —Susurre.
—Yo... —Intento decir algo pero no salió nada de sus labios así que la bese, por fin. Demasiado tiempo fantaseando con sus labios y al fin poder sentirlos, me sentía en el cielo
Ahora podía morir tranquilo