Hyungwon jamás le preguntó a dónde era que su compañero de trabajo y amigo Hoseok hacía después de ambos terminar su turno en el salón de belleza de su jefe Kihyun. La prisa al salir siempre era la misma.
Y tampoco tenía la necesidad de saber con quién.
No podía pensar con claridad, pero una cosa era segura. Hoseok estaba con ella. Con aquella mujer bella con la que salía de vez en cuando cada viernes en citas románticas. No eran nada oficial. Según su amigo solo eran amigos con ciertos derechos. Y según el castaño, era algo mutuo que habían discutido con anterioridad.
De igual forma aquel sólo pensamiento hacía sentir a Chae como un tonto.
Un tonto por Hoseok.
¿Era tan difícil para Lee mirarlo con otros ojos?
Tan sólo un poco de su corazón. Tan sólo un poco era lo que quería. Era todo lo que pedía.
No podía decirle cómo se sentía realmente, porque jamás encontraría las palabras para hablar lo que realmente quiere decir. Sabía que él no era el único que tenía la atención del chico. Y eso lo hacía sentir aún más tonto.
Esa atención compartida, ese deseo de ser el único al que Hoseok mirara y llenara de mimos.
—¿Cómo puede ser que seas tan lindo Hyungwonnie? Mira esos labios tan lindos.
—¿Te gustaría probarlos?
Trataba de sonar coqueto siempre. Aún sabiendo que sus palabras solo causarían risas.
—Todo el tiempo.
Mentiras, todo siempre era un jodido juego. Nada era en serio para el, mientras que para el pelinegro era todo. No soportaba más ese coqueteo devuelta, aunque fuera un juego, el deseaba ser algo más.
Sabía que no era el único... pero al menos era algo. Había escuchado alguna vez que un poco de amor era mejor que ninguno.
¿Que tan jodido tendría que estar como para conformarse con sólo un poco de amor? ¿Con sólo un poco de aquel corazón?.
Todos esos pensamientos rondaban en su cabeza mientras terminaba de limpiar sus instrumentos el reciente maquillaje que había colocado a un chico hace unos minutos. La mayoría en su trabajo lo admiraba por la clase de maquillajes que creaba, entre ellos su adorado Wonho, al cuál todos los clientes le conocían por tal apodo.
En cambio el castaño era experto en decoloraciones de cabello, en tintes y todo tipo de peinados.
—¿Cómo fue? Vi que traía una idea algo complicada aquel cliente, como siempre logras hacerlo de maravilla, Wonnie.
Cumplidos como aquel lograban que el más alto se colocarse nervioso y rojo al pensar en la más mínima esperanza de generar algo en el mayor.
Pero siempre pasaba algo que lo regresaba a su zona de desasosiego.
—¿Crees que maquillo bien? Tú no se diga, dejas el cabello de todos de lo más hermoso.
Juraba haber visto aquellos ojitos brillar y mejillas colorearse. Pero no, Hyungwon debía de mantenerse firme en todo momento. No falsas ilusiones.
—Eres el mejor aquí, además de mi, por algo somos el mejor equipo ¿No crees?.
El mejor equipo... tú y yo
El menor asintió con una sonrisa leve, bajando la mirada a sus utensilios de trabajo, tratando de no sonrojarse mientras sonreía tímido ante sus pensamientos.
Piensa con claridad.
Dejó que sus emociones no lo controlaran, mirando finalmente a los ojos del contrario, ambos sonriéndose con calma.
Nada de esto es fácil, soy un tonto por ti
—Y bueno...¿Harás algo esta noche?
Preguntó con una pequeña esperanza de tenerlo para él aquella tarde de descanso de sábado. Pedía por favor que aquello lograra llenarle el día de alegría.
Más al ver el cambio de humor del mayor sus esperanzas cayeron al suelo. Regalandole una sonrisa débil mientras entendía todo, ya ni siquiera hacía falta una explicación o disculpa.
—Yo... saldré con Alexia, quedamos en ir a tomar un café o tal vez algún bar del centro.
Se que estás con ella, y yo seguiré siendo un tonto por ti.
—Entiendo, ya será para la otra, no te preocupes, espero que te puedas hacer un tiempo pronto. ¿Y que tal las cosas con ella?.
Preguntó aún con el riesgo de romper su corazón aún más de lo que ya se sentía destrozado. ¿Por qué lo hacía? Tal vez para superarlo más rápido.
—Iguales, nos divertimos pero no hay conexión de esas que te dejan pensando al llegar a casa...
Una de las cosas que no entendían todos en el lugar era porqué Hoseok no dejaba esa "relación" cuando era más que obvio que no había sentimientos más fuertes. Solo era diversión para ambos.
—¿Por qué estás con ella si no sientes eso?
Preguntó con obviedad, caminando a la parte de atrás del local, dejando en orden todas sus pertenencias mientras el mayor lo seguía de cerca.
—Porque quiero aferrarme a algo. Quiero sentir que tengo algo especial. Por una vez en mi vida.
El menor lo miró con los ojos llenos de curiosidad. ¿A qué se estaba refiriendo? Si tan solo supiera que su corazón buscaba lo mismo pero en el hombre a un lado suyo.
—Entonces... trata de enamorarte de ella.
Dijo con todo el dolor de su corazón mientras sentía su mundo tambalearse mientras el contrario lo miraba a los ojos, encontrando su paraíso en él.
—Imposible. Yo no me enamoro.
El menor rodó los ojos pensando en el típico fuckboy que decía aquellas palabras cuando le hablaban de amor.
—Hoseok-
—No entiendes. Claro que me enamoro, pero no de ella.
Y ahí estaba ese sentimiento de esperanza llenar su pecho, haciendole apartar la mirada mientras continuaba en su acomodo. Escuchando una risita suave detrás de él.
—Deberíamos irnos ya, Kihyun nos va a matar si ve que estamos aquí cerca de sus productos. Seguro nos llama rateros, ya sabes cómo es él.
El mayor asintió y juntos se prepararon para partir a casa después de una larga jornada de trabajo que comenzaba a las siete de la mañana en un caluroso sábado como aquel.
—Te veo luego Wonnie...
Ambos se despidieron mirándose fijamente, pensando en si era lo correcto alejarse de aquella manera.
Adiós, querido.
—Hasta el lunes.
Partieron después de unas suaves sonrisas, caminando cada uno en su propia dirección. Cada uno perdido en sus propios pensamientos.
Hyungwon deseaba creer que esas palabras fueran ciertas. Que su esperanza no muriera. Creía en él.
El resto del fin de semana pasó en llorar, en sentirse poca cosa para cualquiera, para el dueño de aquel corazón. Estaba con ella, y el seguiría siendo un tonto.
Un tonto por él.
¿Era mucho pedir ser amado? ¿Ser amado por su adorado Lee Hoseok? Sus tratos, su forma de llevarse el uno con el otro le decía que era correspondido. Pero aquella "relación" le quitaba todos esos pensamientos de ilusión.
Sólo un poco de su corazón era todo lo que estaba pidiendo.
¿Era mucho pedir?
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El domingo en la mañana despertó con varios toques en su puerta. El sol saliendo le cegaba los ojos aunque fuera a través de la ventana. Corriendo y con los ojos hinchados llegó a ella, abriendo con cuidado, esperando que no fuera algún ladrón o testigo de Jehová predicando la palabra de Dios.
Pero no, frente a él estaba el chico de su alma con una bolsa de plástico en su costado, mirándolo con esa sonrisa tan bonita y, se podría decir que su favorita en el mundo.
—Wonnie.
—Buenos días—Habló bajito y con sueño mientras lo dejaba pasar a su hogar—¿Que haces un domingo a las—Revisó de reojo el reloj en su estante, sonriendole de vuelta— 9:45 de la mañana?
—Quería desayunar contigo, y tal vez ver una película...
Sus ojos se encontraron por un momento, ambos quedándose mirando unos segundos hasta que el menor se aclaró la garganta. Apartándola al recordar su dolor de la noche anterior.
—¿Cómo te fue ayer?
Preguntó con dolor, con miedo, con ansiedad, preparándose para escucharlo hablar con detalles sobre su linda chica.
—Terminé todo.
Hyungwon lo miró de inmediato, boquiabierto y con una pizca de alegría que no fue desapercibida por el mayor.
—¿Por qué?
—Digamos que alguien me motivo hacerlo.
Guiñó un ojo y se dispuso acomodar todas las cosas en la mesita de centro de la sala. Acomodando los pancakes y seleccionando alguna película random en la plataforma de streaming que compartían juntos.
Aquella vista era irreal para Chae, dejándose llevar por lo cálido y bonito que era mirarlo de esa forma. Tan hogareño, tan atento con él. Tan Hoseok.
Terminaron su desayuno mientras se reproducía "Si tuviera treinta" en el fondo.
Él a su lado, la película reproduciéndose... pero ellos no la verían ese día.
Cada mirada
Cada toque le hacían querer darle su corazón.
Quería que se quedara dónde estaba, por mucho tiempo.
De un momento a otro ambos estaban rozando sus dedos, suave, mirándose de reojo con un sonrojo en sus rostros. Hoseok afianzó el agarre entrelazando sus dedos, para luego rodearlo en sus brazos, acercándolo a él.
—¿Que haces?
—Nada, estoy más cómodo así, pequeño.
Hyungwon se debatió por un instante. Los dedos de Hoseok estaban tan cerca de sus labios, pensando en si debería hacer algún movimiento como lo había hecho el contrario.
Sin pensarlo más y con la idea de al diablo solo se vive una vez, acercó aquellos largos dedos a sus labios, dejando besos suaves, subiendo su mirada a aquella que lo miraba con impacto, haciendo a Chae desear que fuera todo suyo. Darle su cuerpo. Ese hombre le daba un poco de Elvis y James Dean en sus ojos.
Hoseok se inclinó, dejando sus labios puestos sobre aquel suave cuello, entrelazando sus dedos con los suyos en una delicada caricia.
—Cuando dije que alguien me motivó... lo decía en serio—Murmuró en su piel, dejándole un escalofrío por todo el cuerpo—Fuiste tú y tus lindos labios... No podía estar con ella cuando pensaba en ti todo el tiempo. ¿Me enamoro? Si. ¿Tengo una conexión con alguien? También. Y ese alguien de quien me enamoré, eres y serás tú.
Hyungwon buscó su mirada con miedo. Miedo de ser un sueño o alguna alucinación. Pero no. Era completamente real y hermoso ese hombre frente a él.
—Caí por completo en ti, Wonnie, y ya no puedo parar.
Y el mundo paró en un instante. En un beso, en caricias, en el momento en que finalmente pudo tener a ese hombre bello para él. Habían caído por completo los dos.
En una suave danza en medio de la sala y besos robados. Ambos bailaban porque no había forma de que el menor pudiera expresar en palabras lo mucho que lo amaba. Porque Hyungwon siempre supo que Hoseok podría sostener la luz de luna en sus manos, y ese día lo tuvo por primera vez.
—Llevo tanto tiempo deseando estar así. Estoy enamorado de ti Hoseok. Deseando tenerte aunque sea un poquito.
El contrario sostuvo con felicidad y fuerza su cuerpo, ambos girándose al ritmo de sus latidos y de Crazy for You de Madonna al término de la película.
—Estoy loco por ti, mi lindo Hyungwonnie. Tienes todo de mi ahora y siempre.
Hoseok era todo para él, lo hacía bailar, cancelar sus planes de domingo.
Era dulce como un caramelo, pero era también todo un hombre.
El sabía lo que hacía, cuando le sostenía tan fuerte y le llamaba Luz de luna también.
Porque no sólo tenía un poco de su corazón, tenía el corazón completo.
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🐢💙;;Es mi primer One Shot, si, es un poco cliché y está en parte inspirado en dos canciones que yo amo de Ariana Grande. Así que denme paciencia que trataré de mejorar en todo, espero les haya gustado.