SOPHIE
En cuanto cierro la puerta, Brooke va a encender la luz del recibidor y casi se tropieza con algo, haciéndonos reír.
— ¿Estás bien? —le pregunto en un susurro.
— Sí, solo estoy un poco mareada... —contesta aun riendo.
— ¿Quieres que te ayude a subir las escaleras? —sugiero arqueando una ceja.
— No, gracias. Si tengo suerte me voy a caer.
Me quedo viéndole seria y ella se ríe otra vez.
— Era una broma —dice dejando de reír— Voy a ver a Melanie antes de dormir.
— Procura no despertarla.
— Ajá.
Voy hasta la cocina confiando en que mi memoria me guiara y evitara que choque con algo hasta que encuentre el interruptor de la luz. Le dije a mi madre que sería genial tener el censor de aplausos y así cada vez que juntamos las manos. Las luces se encenderían por si solas y no tendríamos la necesidad de estar buscando el interruptor a altas horas de la noche, rogando no golpearnos el menique con algún mueble como estoy ahora.
Cuando por fin encuentro el interruptor —utilicé la linterna de mi celular para ello. Me rendí—, busco algo para comer porque por alguna razón me encuentro bastante inquieta y cuando lo estoy, la comida me ayuda mucho.
Otra cosa que también me ayuda es hablar con mi novio, así que voy a sentarme en el patio a orillas de la piscina. Puedo ver como la luna se refleja en el agua que se mueve con calma mientras espero que conteste.
Joe responde casi al instante, enfoca su televisor durante unos segundos hasta que otra luz se enciende y entonces da vuelta la cámara para que pueda verlo. Su cabello está despeinado, el torso desnudo y los ojos algo adormilados.
— ¿Te desperté? —pregunto haciendo una mueca.
— Para nada, estaba esperando tu llamada —sonrío al escuchar eso— ¿Cómo te fue con tu abuela?
— Bien, es solo que... —mi sonrisa flaquea— Ella vino a vivir aquí.
— ¿A Los Ángeles?
— Síp...
Se queda en silencio por unos segundos, pegando la espalda en el respaldo de su cama.
— ¿Y cómo te hace sentir eso?
— Feliz, muy feliz, de hecho —contesto de inmediato.
— No te ves muy feliz...
Maldito rostro que es incapaz de acompañarme en mis mentiras.
En otros tiempos, tal vez unos meses atrás, mi rostro era mi mejor aliado para mentir, pero ahora somos enemigos.
— Me alegra mucho que esté aquí, pero solo puedo pensar en el drama que va a hacer mi mamá —confieso— La hubieras visto cuando le conté que estaba aquí en primer lugar. Casi toma su pasaporte y se va.
Joe sonríe un poco.
— Creo que tu madre va a terminar aceptándola, solo dale tiempo. Además dudo que se crucen mucho, creo que Emily va a evitarla lo más que pueda.
En eso tiene razón. Aunque Los Ángeles no es lo suficientemente grande para que mi madre y mi abuela pasen lo que resta del año evitándose.
— Agh, acabo de acordarme de algo que pasó en la fiesta —cambio de tema, soltando un gruñido que hace reír a Joe— Conocí a un idiota...
Le cuento la historia de cómo conocí al idiota de Theo De Loghrey, como veinte minutos después mi abuela me lo presentó y cómo volví a mandarlo al diablo cuando quiso disculparse cuando se enteró de quién soy.
— Bueno, al parecer le arruinaste la cita a alguien —comenta riéndose.
— Si tener una cita con él se reduce a hacerlo en un baño no quiero pensar cómo será ser su novia.
Nuevamente lo hago reír, pero su risa termina en un bostezo. A veces me olvido de que tiene que trabajar y por ende descansar bien. La mayor parte del tiempo olvido que tenemos prioridades distintas, vidas muy diferentes y a veces no puede hacer lo que me gustaría.
— Por más que me gustaría charlar contigo toda la noche, tengo que quitarme el maquillaje y verificar que Brooke no se haya lanzado por las escaleras.
No quise mencionar que no quiero desvelarlo porque obviamente seguirá con la llamada para demostrarme que no soy una molestia, pero no quiero eso. Pero lo que dije tampoco es mentira. De verdad tengo que ir a ver a Brooke.
No sé cómo, ni con quién, pero se embriagó. Qué envidia.
— Eso. Sé una buena hermana mayor —dice— Te quiero.
— Por Dios, que no te escuche Brooke —finjo asombro y luego sonrío— Te quiero más.
Cuando mi padre legal, Stefan, y mi madre estaban casados, mi vida era algo solitaria.
Ninguno estaba mucho en casa y cuando lo estaban, no me prestaban mucha atención de todas formas. Así que por mucho tiempo, el único que escuchaba mis locuras y estaba para mí fue mi hermano mayor.
Entonces fuimos solo nosotros dos por mucho tiempo. Ashton era mi compañero de compras, quién hacía maratón de películas de Crepúsculo conmigo, mi compañero de aventuras, mi psicólogo cuando papá me dejaba plantaba y quién me hacía compañía cuando tenía pesadillas.
Ashton es mi mejor amigo y lo amo, y de verdad aprecio que sea como es conmigo.
Pero por años soñé con tener una hermana de la misma edad que yo o mayor, o incluso una gemela. De hecho, una gemela sería genial... pero mi madre me dijo múltiples veces que la fábrica cerró y que tampoco adoptaría a alguien para darme el gusto.
Así que cuando ella se casó con Luke estaba tan emocionada. No solo porque mi madre por fin sería feliz con alguien que ama, sino porque Brooke sería mi hermana.
Literalmente planee todo; compras juntas, viajes, saldríamos de fiesta los viernes y sábados, mientras que los domingos lo pasaríamos tranquilas, haciéndonos faciales y la manicura mientras nos relajamos, nos anotaríamos en clases de cocina solo para faltar múltiples veces y darnos cuenta de que la cocina no es lo nuestro, remodelaríamos mi habitación para que tenga una puerta continua a la suya y seriamos la dupla que todos en la escuela quieren ser.
Seriamos recordadas por ser inteligentes y exitosas.
Pero pronto me di cuenta de que Brooke no estaba dispuesta a cumplir mi fantasía.
Cuando se mudaron colocó un letrero que decía "MANTENTE ALEJADO" en la puerta de su habitación y nunca aceptaba mis intentos por acercarme. Con el tiempo quitó el letrero, pero eso no hizo que acercarse a ella fuera más fácil y solo acepté el hecho de que no siempre puedo conseguir lo que quiero.
Llamo a su puerta dos veces y al no recibir respuesta entro.
Lo primero que veo es que Brooke no está en su cama. Escucho algo de música a lo lejos, puedo reconocer el tema Yellow de Coldplay. La puerta del baño está entreabierta y de ahí proviene la música.
— ¿Puedo pasar? —le pregunto.
Brooke me contesta que sí y la encuentro en la tina con la espuma cubriéndole el cuerpo, mueve sus manos sobre la espuma blanca como si la estuviera acariciando.
Bajo la tapa del retrete y me siento ahí, viéndola con curiosidad.
— Esa es una hermosa canción —comento.
— Es una de mis favoritas —contesta devolviéndome la mirada durante unos segundos.
Los ojos le brillan y una sonrisa melancólica se asoma por su rostro.
— ¿Estás bien? —le pregunto.
— Estoy un poco ebria —aparta la mirada sin dejar de jugar con la espuma.
— Sigo sin saber cómo te escabulliste para beber —digo divertida.
— Un chico robó un whisky y nos escondimos en su auto para beber, y hablar de la vida —me cuenta.
— Así que un chico eh... —digo divertida— ¿Quién era?
Se encoje de hombros, divertida.
— No tengo idea. Prometimos no revelar nuestras identidades.
— ¿Y eso por qué? —frunzo las cejas sin dejar de sonreír.
— Confidencialidad —contesta algo extrañada.
Bien, eso es algo extraño pero también interesante.
— Ahora me dio intriga —confieso apoyando los codos sobre mis piernas, posando mi rostro en mis puños cerrados— ¿Y cómo lucia? Tal vez lo vi en la fiesta...
Brooke posa ambos brazos en el borde de la tina y frunce el ceño, pensativa.
— Era un chico joven, alto... cabello oscuro... ojos celestes...
Ay, por favor, no me digan que es el mismo idiota que me crucé.
— ... no, miento, miento. Sus ojos eran verdes...
Suelto un suspiro al saber que no es el idiota de Theo. Él tenía ojos celestes.
— No recuerdo nada más —me dice volviendo a verme.
No es extraño teniendo en cuenta que está ebria, pero me gustaría saber quién es. Aunque recordaría haber visto a un joven de ojos celestes. Éramos pocos jóvenes, la mayoría eran ancianos o adultos.
Yellow se vuelve a reproducir.
— Es tu canción favorita, ¿eh? —señalo divertida, poniéndome de pie para irme.
— Lo es —contesta seria.
— Tengo que ir a sacarme el maquillaje —le digo— Que tengas buenas noches, B.
Tengo la mano en el pomo cuando su voz me detiene.
— ¿Puedo hacerte una pregunta?
Giro sobre mis talones.
— Dime.
Medita sus palabras antes y aunque diga que está un poco ebria, no la he visto así de seria en mucho tiempo.
— ¿Cómo haces para no extrañar a Joe? Ya sabes, con la relación a distancia, ¿Cómo lidias con eso?
Trago duramente pensando en su pregunta. No esperaba algo así, mucho menos de alguien ebria.
— Yo... —niego con la cabeza—... no lo sé.
Brooke parpadea sorprendida y vuelve a jugar con la espuma, sin prestarle mucha atención a mi respuesta, pero yo me quedo pensando mejor en ella. Deseo satisfacer su curiosidad, no importa que tanto vaya a recordarlo.
— Lo extraño todo el tiempo, pero me reconforta saber que la distancia no es permanente —sonrío aunque por dentro siento una punzada que me mantiene inquieta— y que vamos a volver a vernos en poco tiempo.
Ahora mi nueva respuesta la confunde, sus manos bajan al agua y se queda inmóvil, pensativa.
— ¿Y si no pudieran estar juntos? —pregunta con la mirada perdida en el suelo— Si la distancia fuera más fuerte que el amor que sienten, ¿Cómo lidiarías con eso?
Aquella pregunta me golpea fuertemente y lo siento casi como un ataque hacía mi relación.
— ¿Por qué me preguntas eso? —es lo único que sale de mis labios.
Brooke frunce el ceño, confundida por su propia pregunta, suelta una risa nerviosa.
— Estoy ebria —contesta volviendo a verme— Y cuando estoy ebria me gusta hacer preguntas estúpidas. Perdona si te moleste.
Trago duramente.
— Está bien —sonrío un poco— Debo ir a quitarme el maquillaje...
— Sí, em... buenas noches —dice, incomoda.
En cuanto salgo de la habitación de Brooke, mi inquietud se intensifica y decido bajar por algo para comer.
Hola bestieeesss, cómo están?
Por qué creen que Brooke le preguntó eso? Extrañaron a Joe? 😏😏 quieren reencuentro con Soph?
Sigan bajando que hay otro capítulo! 💘