... tiene que hablar y pagar lo que ha hecho.
-Espera, -Himura veía con terror a Kirishima, sabe de sus métodos- yo... yo hablaré.
-No es necesario -la voz del ruso se oyó-.
☆
Mikhail, vio salir a Kirishima del salón, supuso que estaba con Asami y Misaki que habían desaparecido de la fiesta, pero pasaban los minutos y ninguno volvía, le dijo a Feilong que salía un momento, algo no iba bien, que mientras entretuviese a la familia de Misaki, el chino asintió y él partió fuera, al llegar al pasillo vio sangre y ruidos provenientes de los servicios, entró y dentro había un médico, terminaba de poner una mascarilla de oxígeno a su amigo y los guardaespaldas eran auxiliados por otro médico.
-¿Asami, qué pasó? -su amigo estaba pálido, en la cabeza le habían puesto unas gasas, tenía golpes en su rostro, pero su abdomen sangraba, a pesar de los vendajes que llevaba y lo mas preocupante es que no respondía-.
-Asami-sama, está inconsciente, -hablaba el médico- ha perdido algo de sangre, tiene un golpe en la cabeza, que no se ve grave, pero recibió una puñalada -le señalaba la navaja en el suelo- en el costado y al parecer ha dañado el bazo, pedí una ambulancia, no debe tardar y los guardaespaldas están desmayados, al parecer han sido drogados, pronto despertarán.
-¿Estaba solo? -interroga el ruso-.
-Sí, yo sólo recibí un mensaje de Kirishima-san, que corriese a auxiliar a Asami-sama.
Mikhail no dijo nada, salió y siguió el rastro de sangre, este lo llevó al otro salón, adentro se encontró con los hombres de Asami y Kirishima, rodeando a un camarero, mientras Misaki le amenazaba, escuchó que era Himura y lo del veneno, sonrió al recordar lo que pasó con esas botellas, pensó en la suerte que tiene el cabronazo de su amigo, quien llevaba semanas sin probar alcohol, se sorprendió de la frialdad del castaño que pretende torturar a Himura para sacarle información, si no tuviese la certeza, diría que está viendo al hijo biológico de Kirishima, recordó a Asami e intervino.
-No es necesario.
-¿Por qué lo dices? -Misaki recién reparaba en su presencia-.
-Porque Asami, lleva semanas sin probar alcohol y yo he visto cómo se rompían algunas de esas botellas, -refiriéndose a las que recibió por su cumpleaños- algunas intactas.
-¡Mientes! -gruñó Himura- yo mismo y todos los presentes, le hemos visto beber alcohol esta noche.
-¡Cierto! -el castaño ignoró a Himura y sonreía- Ryūichi no puede ni olerlo, entonces sus síntomas son para protegerle, como dijo Sayumi -hablaba emocionado-.
Todos le miraban raro, quien es esa Sayumi de la que habla Misaki y que asegura que los síntomas de Asami son para protegerle, el primero en hablar fue Kirishima.
-Hijo ¿de qué hablas? ¿Y quién es Sayumi?
-Yo me entiendo, -le entregó el arma a Kirishima- lo que pedí antes, que se cumpla, -le dirigió una mirada de asco a Himura- lo quiero vivo, tiene que sufrir, yo me voy con Ryūichi.
-Se hará lo que tú digas -Kirishima acomodaba sus gafas-.
-Mikhail, por favor encárgate de los invitados de mi fiesta, inventa cualquier excusa por nuestras ausencias, -hizo una inclinación con la cabeza- a mi familia tampoco le digas nada.
-Tú ve con Asami, -el ruso correspondió la inclinación- la ambulancia ya debe estar llegando, Feilong y yo nos encargaremos de todo.
Misaki salió con prisa del salón, los gritos de Himura no le importaban y mucho menos vio como los presentes le miraban con nuevos ojos... nada era más importante que llegar donde Asami.
☆
Todos los presentes vieron partir al castaño, a su paso los guardaespaldas se inclinaban en señal de respeto y algunos invitados también, ese joven era la pareja de Asami Ryūichi y al parecer, tenía el mismo peso que el yakuza, ya que vieron y oyeron cómo daba órdenes a sus hombres y éstos obedecían ciegamente, hasta el jefe de la mafia rusa acataba sus exigencias... resultó que bajo esa apariencia angelical, si le tocabas a los suyos, yacía un ser frío y cruel, todos coincidieron que si no querían correr la misma suerte que Himura, era mejor mostrar sus respetos y esconder muy bien la envidia que sentían hacia Asami.
☆
Misaki se encontró en el pasillo con los paramédicos que llegaban con la camilla, los guio hasta el baño, al entrar sintió una punzada en el corazón, Asami estaba con vendas y oxígeno, tan pálido y frío, que parecía muerto, sin estorbar dejó que subiesen a su novio a la camilla y cuando estaban por salir, se apostó a su lado y mientras salían, comenzó con las preguntas.
-¿Qué tan grave está Ryūichi? ¿Por qué no reacciona? -sin dejar de caminar- y ¿los guardaespaldas, cómo están?
-Joven, -el médico que atendió a Asami- Asami-sama tiene una lesión penetrante en el costado izquierdo, sin las pruebas específicas no puedo asegurar que tan grave es el daño, pero todo indica que el bazo ha sido herido, ahora está inconsciente por el calmante administrado, sus constantes están bien, sólo la presión arterial baja por la pérdida de sangre y los guardaespaldas están bien, cuando pase el efecto de la droga despertarán, no presentarán nada más que un dolor de cabeza.
-Está bien, -Misaki guardaba la calma- vosotros ya sabréis cómo se maneja todo esto, total discreción.
-¡¡Sí joven!! -respondieron el médico y los paramédicos-.
En la ambulancia, Misaki no se despegaba de Asami, siempre sosteniendo su fría mano, en el hospital, luego de las pruebas, se comprobó que la puñalada había dañado levemente el bazo, el golpe en la cabeza no era grave, el castaño también informó que el ojimiel llevaba un par de semanas con ciertos síntomas y que posiblemente había ingerido veneno, necesitaba asegurarse de que estaba bien, los médicos tomaron nota de ello y luego Asami fue llevado a quirófano, Misaki se quedó de pie, solo, observando esas puertas que le separaban de su alma gemela... a su lado llegaron Kirishima, Mikhail y Feilong, todos le hacían preguntas, las cuales respondió sin mucho detalle, no tenía cabeza, sólo estaba pendiente de que alguien saliese a darle noticias de su novio.
No sabe cuántas horas pasaron, hasta que un cirujano salió del quirófano, para darle un reporte, habían hecho una cirugía laparoscópica para reparar el órgano lesionado con suturas y así controlar la hemorragia, todo con éxito y sin inconvenientes, se le hizo una transfusión de sangre, no había daños en las costillas ni en otros órganos, no había rastros de veneno en su sangre, pero sí presentaba deshidratación, anemia leve y la tensión baja, nada de lo anterior era por las lesiones, sino por los malestares que Asami llevaba padeciendo durante semanas, en breve sería llevado a una habitación, se le repondrían líquidos, administrarían antibióticos y otros medicamentos por vía intravenosa, dependiendo de su evolución en pocos días sería dado de alta, el post operatorio no requería muchas recomendaciones, no sobre esforzarse, descansar, comer sano y controles para revisar la herida.