–Madre Imperial, este hijo sujeto ha terminado de escribir. ¿Puedo ir a jugar con el Gran Hermano ahora? – Huo Chengwang y Xiao Qingyan entraron desde el palacio lateral con su tarea asignada.
Ning Shu miró la tarea y luego dijo: –A partir de mañana, Qingyan debe escribir diez palabras más todos los días. Tu escritura es muy fea. Esta Emperatriz recuerda que la escritura de tu padre es realmente buena.
–Mi papá sabe escribir, pero nunca lo había visto escribir antes. ¿Mi mamá dijo que la escritura de papá era como huellas de perros? –. Xiao Qingyan reaccionó con sorpresa a las palabras de Ning Shu.
Ning Shu: ...
Mocoso.
Huo Chengwang cubrió su sonrisa. Ning Shu saludó con desdén y dijo: –Ve a jugar.
Una vez que los dos mocosos se fueron, Ning Shu entró en su habitación y se preparó para meditar. Tenía que fortalecer este cuerpo para que fuera más fácil trabajar.
Sin embargo, pronto, Huo Chengwang entró corriendo llorando y gritó: – ¡Madre Imperial, sálvalo! ¡El Padre Imperial está a punto de matar al Hermano Mayor Qingyan!
Ning Shu se levantó apresuradamente de la cama. Su expresión era sombría cuando eligió a Huo Chengwang y comenzó a caminar. – ¿Dónde están?
–Están en el jardín imperial–. Huo Chengwang estaba tan asustado que estaba llorando. –El Padre Imperial es realmente aterrador.
Ning Shu caminó rápidamente hacia el jardín imperial justo a tiempo para ver que Xiao Qingyan estaba siendo presionado en un banco de madera. Luchaba como un ternero a punto de ser ejecutado.
– ¡Detente ahora mismo! ¡Esta Emperatriz te ordena que te detengas! – Ning Shu se apresuró a gritar cuando vio que la paleta de madera estaba a punto de aterrizar en Xiao Qingyan. Xiao Qingyan tenía solo siete años. Si realmente lo golpeaban, realmente podría matarlo.
¡Huo Qing, ese bastardo!
La cara de Huo Qing permaneció fría cuando vio llegar a Ning Shu. Sostenía a la pequeña zorra en sus brazos y su pelaje dorado brillaba maravillosamente a la luz del sol.
Honestamente, este zorro era realmente muy hermoso. La gente no pudo evitar sentir la necesidad de acariciar su pelaje. Si no fuera por Huo Qing, la piel de este zorro ya se habría convertido en la bufanda de un consorte.
Ning Shu bajó a Huo Chengwang e hizo una reverencia antes de preguntar: –Su Majestad, ¿Xiao Qingyan hizo algo mal?
–Estaba corriendo salvajemente por el palacio con el príncipe. Como compañero de estudio del príncipe, ¿cómo puede ser tan grosero? Es una mala influencia para el príncipe –. El color facial de Huo Qing era muy pobre. Xiao Qingyan era de la residencia del mariscal. ¡¿Xiao Xiao en realidad había permitido que un niño de la residencia del mariscal estudiara con Huo Chengwang? ¿Sintió que el trono ya le pertenecía a Huo Chengwang, por lo que ya estaba organizando seguidores para él?
Ning Shu respiró hondo y dijo: –Chengwang todavía es pequeño. Esta Esposa Sujeto sólo quería que Chengwang tuviera a alguien con quien jugar. Por eso hice que Qingyan entrara al palacio.
Las emociones en los ojos de Huo Qing estaban profundamente ocultas y dijo con suavidad: –Las madres cálidas y cariñosas crean muchos niños fracasados. No olvide que Chengwang es hijo de la familia imperial. No necesita amigos. Algunas personas están destinadas a estar solas.
–Guardias, golpeen a este perro hasta matarlo. Las nimiedades destruyen la herencia. Qué impropio de nuestro hijo –, dijo sombríamente Huo Qing.
Los guardias rodearon inmediatamente al cachorro y comenzaron a golpearlo con sus palas de madera. El cachorro gritó de dolor, luego una paleta golpeó su cabeza y comenzó a tambalearse.
– ¡Madre Imperial, Madre Imperial! ¡Salva al cachorro, por favor! Madre Imperial...–, Huo Chengwang tiró de la manga de Ning Shu y lloró mientras le rogaba a Ning Shu que lo ayudara.
Ning Shu negó con la cabeza. En realidad, no se trataba simplemente de la vida de un perro.
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