A UN BESO me rindo ante ti

By JazminSebastinGuzmn

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enamorarte de alguien implica abrir tu corazón de par en par para mostrar lo mas perturbador de tu ser, ens... More

Prologo
1. La noticia
2.La ultima vez
3. El gran día
4. Te deseo
5. Estoy acabada
6. Ese es mi dedo favorito.
7. ¿En que momento comencé a jugar con fuego?
8. Destrúyeme
9. Todo es por las setas I
-La bienvenida de los inadaptados-
10. Todo es por la setas II
11. El amor es una droga
12. No bailes sobre la leche derramada
13. Si no lo pides, no se te dará
14. Los días buenos llegaran
15. La última gota por derramar
16. La brisa del atardecer
17. Un nuevo amanecer
19. El frio de la noche
20. Al niño bonito mantenlo contento
21. La propuesta
22.La cita I
23. La cita II
24. No te rindas conmigo
25. Solo retrasas el sufrimiento y lo inevitable
25. Querida psique

18. El tiempo se agota

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By JazminSebastinGuzmn


—¿Acaso omitiste algún detalle cuando hablamos sobre las personas con las que estuvimos antes de todo esto?

Siento un un tirón en el estomago y un frio que me recorre entera.

Finjo estar pensando y hasta hago sonidos de alguien que piensa —No. —digo torciendo los labios —Que yo recuerde no omití nada. ¿Por qué el interés?

—No, por nada solo quería escucharlo.

Mentirosa Psique, Heracles y un par de chicos más fueron una de esas aventuras, pero no se lo puedo decir, que vergüenza, me apena el solo imaginarlo, siento como el calor sube hasta mis mejillas solo de recordar sus manos y como me tocaban

—¿Estas bien? —me pregunta Eros, haciéndome reaccionar.

Levanto la cabeza de golpe para mirarlo.—Si, todo en orden

—¡¿De que te acordaste?!

—De nada —respondo de manera atropellada.

—¿Segura? —siento como su mirada esta puesta sobre mi obligándome a hablar

Mantengo la calma y la verdad dentro de mi boca —Si —protesto apartando la mirada

—¿Entonces porque estas tan sonrojada?

Me atrapó, me siento como un hámster en una jaula que intenta escaparse entre los barrotes.

Eros entrelaza los dedos colocándolos justo delante de sus labios, y con las cejas juntas dice: —De acuerdo

Me muevo un poco sobre la manta sintiendo como las puntas de la hierva atraviesa la tela levemente, me deslizo hasta que nuestros hombros se tocan.  Desplazo mis manos para acariciar su cabello —¡Ay!—gime Eros apartando mi mano a toda prisa, enjaulándola entre las suyas.

—¿Qué pasa? —le pregunto confundida mientras mi mano sigue estando atrapada por la suya

Eros abre su manos dejando la mía en libertad —Nada, solo Raquel queriendo proteger el patrimonio —se le escapa una risita, para quitarle peso al hecho de que tiene un boquete en la cabeza.

—¿Raquel? 

—Si, me golpeo por accidente

Al escuchar las palabras "me golpeo", me es inevitable el no saltar sobre él para revisarlo.

—No te muevas-estate quiero-déjame ver —farfullo, moviendo su cabello para todas las direcciones posibles y entonces encuentro la herida, lo reviso y compruebo que ya no sangra pero un así esta un poco abierta, no necesita puntos, pero podría infectarse o lo que sea que les pase a las heridas.

—Para tenerte así, no me molestaría que Raquel me golpeara más seguido —comenta  a la vez que suelta una carcajada que rompe con el silencio de la escena.

—¡Basta! —le recrimino, dándole un golpecito en el hombro. Estoy sentada sobre su regazo con las piernas alrededor de su cintura, observándolo desde tan cerquita. No me canso de míralo, —Podría quedarme así toda la vida. —suspiro con ternura.

—Yo también —dice. Entonces entrelazo mis manos por detrás de su cuello, mientras lentamente voy recostando mi cabeza sobre su pecho respirando su aroma, sus manos dando un paseo  por mi espalda baja, delineado mi columna con su dedo pulgar. Haciendo que se me erice la piel desde la punta de los dedos de los pies hasta la punta de los dedos de las manos, es una corriente eléctrica que me congela y me deja helada, pero muy extasiada. —Gracias —susurro cerrando un poco los ojos. Eros se mantiene en silencio, pero siento como su pecho sube y baja, estoy tan cerca de él que incluso puedo escuchar los latidos de su corazón y me emociono de escuchar lo rápido que va, late como si hubiera corrido un maratón.

—Mira —dice Eros después de estar en silencio por un buen rato. Separo mi cara de su playera lentamente girándome hacia atrás. Entonces Eros jala mis piernas para pasarlas por encima de sus piernas, sigo aferrada a su cuello y sus manos permanecen aferradas a mis  muslos, con suavidad el cielo comienza a tomar color, lentamente, va despacio y sin prisas. Si esto fuera una película estoy segura que sonaría una música de instrumental lenta y la cámara haría una toma desde lejos para poder apreciar todo el panorama. 

Eros se pone de pie, cargándome entre sus brazos como si fuera una niña pequeña, me sostiene con firmeza de la espalda y con suavidad de los muslos, mis brazos siguen alrededor de su cuello y me siento como un perezoso aferrándose a la rama de un árbol. Ahí, de pie presenciando un amanecer en brazos de la única persona a la que le he permitido tanto y a la que le quitado tan poco, los primeros rallos de sol nos deslumbran, estamos muy alto, sobre una colina muy alta, desde aquí no se puede ver más que los rieles del tren; rectos pero que se cruzan en algunas partes. Me es inevitable el no ponerme a pensar en que la vida puede ser como esos rieles, el tren es una maquina grande y de temerle, cuando va veloz es muy difícil que se detengan a tiempo, pero cuando llegan al limite de sus vías, no hay ningún lugar a donde seguir, solo le queda ir hacia atrás y regresar, pero cuando un tren que está apunto de llegar a su limite cambia de vía, gracias a los desvíos, puede ir mucho más allá de su limite, creo que nuestras decisiones son como desvíos, si tomamos las decisiones que nuestro corazón nos dicte podremos llegar más allá de nuestro limite.

 Aunque a veces nos veamos atrapados también esta bien sentarse y mirar  hacia atrás y decir: «si no hubiese hecho lo que hice si no hubiera tomado las decisiones que he tomado no estaría aquí, y no abría llegado hasta donde llegué» y haciendo una retrospectiva a mi pasado, quizás no tomé las decisiones correctas quizás hice de esas decisiones un desastre que no he pido parar pero tal vez si aquel 10 de junio no le hubiera dicho nada a Eros quizás él no estaría aquí ahora, y yo quizás tampoco, o puede ser que él nunca se hubiese ido, o tal vez si, no lo se y supongo que nunca lo sabremos, porque aquella noche hable y le dije lo que sentía, y esa decisión fue mi desviación y es lo que permitió estar el día doy viendo un amanecer con aquel chico de la mirada fría.

Volteo a ver su rostro, sus ojos iluminándose con los rayos del sol, su piel tiñéndose, y su cabello oleándose un poco, sus labios húmedos y enrojecidos, esos ojos que derrochaban frialdad y abnegación ahora solo reflejan esperanza y alegría, y quizás un poco de amor.

Después de presenciar el amanecer Eros me lleva hasta su auto, dejándome en el asiento del copiloto y vamos a chef's, nos sentamos en una mesa justo a un lado de la ventana, miro a través de ella el estacionamiento y la autopista, las luces de los carros a toda velocidad chispean por segundos atravesando por todo el restaurante. Yo pido unos waffles con fresas espolvoreados con canela y Eros pide una sopa de lentejas con una vaso de agua, justo cuando la señorita esta por irse con nuestras ordenes agrego una malteada de chocolate, Eros me mira feo en cuanto escucha mis palabras, pero no le digo nada solo me encojo de hombros para que vea lo mucho que me importa su mirada, estamos comiendo; corto tozos desiguales de los  waffles para después atravesarlos con el tenedor. Eros le pidió a la señorita que si por favor podía dejar la miel de maple y le dijo que el pagaría el extra, lo que hace que me de un vuelco el corazón, pero no el hecho que Eros valla a pagar, si no que recordó cuanto amo la miel de maple. Saco barios billetes enrollados de una de las bolsa de el saco para pagar pero Eros me detiene en seco.

Se aclara la garganta y dice: —Yo invito. —me guiña el ojo con estilo. Y yo le doy una sonrisa ladeado la cabeza recostándola contra el  cristal.

—Gracias —pienso en discutir y decirle «no... como crees yo pago» pero lo conozco demasiado bien y se que eso solo lo molesta. Mientras la mesera se aleja con el dinero Eros me rodea con el brazo y dice en vos baja justo en mi oído —Mientras seas mi chica no pienso dejarte pagar un desayuno.

Suelto una risita, pero no voy a negarme ante un desayuno gratis, ningún interés romántico me había invitado a desayunar, bueno tal vez eso se deba a que nunca había tenido uno que no sea Eros, ahora me resulta algo raro, creo que tengo una opresión poco sana con Eros, jamás he salido con nadie en plan de cita, de hecho esta es la primera cita, bueno la primera desde que me di cuenta de ese detalle pero ¿el primer encuentro es lo mismo que la primera cita?


Estoy sentada en mi banca de la manera contraria, mirando a Ari que hace notas de cosas para poder tocar, Ari es un gurú cuando de instrumentos de habla, sabe tocar casi de todo, desde guitarras hasta violines, todo lo que tenga teclas o cuerdas dáselo a Ari que seguro sabrá tocarlo, ahora está un poco  obsesionado con una canción, no deja de tararearla. Recuesto mi barbilla justo por encima de mis brazos que están cruzados en el fino del respaldo de la silla. Miro con atención la hoja de Ari mientras trazo líneas invisibles de dolor rojo por todo lo que esta escribiendo, pero no entiendo nada, solo hace esquemas, son seis líneas y en algunas hay un punto en diferentes niveles; algunos puntos más arriba otros mas abajo, y algunas líneas permanecen vacías.

—¿Y si dejas eso y vamos por unos fideos a la cafetería? —suplico por segunda vez desde que sonó el timbre.

Ari bosteza cubriendo su boca con su manso libre —No puedo, quiero terminar esto

—¿De que es? ¿nos hará ricos?

Ari levanta la mirada, pero no dice nada y vuelve a lo que estaba.

—Es la melodía de la canción que he estado tarareando, la estoy intentando sacar para poder tocarla. —dice rayando  uno de las cosas con líneas que dibujo, sus rallones son salvajes y cargados de desesperación.

—¿En donde escuchaste ese tarareo?

Lleva su mano hasta su nuca sobándose un poco —No lo se, no lo recuerdo, pero quiero sacarla de mi cabeza.

Bufo y volteo hacia donde esta Hermes él se suele sentarse unas cuantas bancas delante de nosotros,  por lo que solo veo su espalda, Hermes casi nunca suele estar aquí dentro, siempre se desaparece durante el primer timbre, pero durante el segundo se la pasa con sus hermanos. Pero en esta ocasión está dormido sobre el pupitre, con sus brazos cruzados y su frente recostada a ellos, se a quitado el saco y solo lleva la camisa que se transparenta un poco dejando medio ver su espalda.

—Esta dormido —dice Mario a lo alto.

Me giro para poder observar, y es un chico de otra clase, es un grado superior al nuestro

—Puedes despertarlo —implora el otro chico sacando un billete de poco valor de su bolsillo

Mario se apresura a tomar el billete y a guardarlo en su saco, a la vez que sale dando  pasos en dirección a Hermes quien no se entera de nada.

—Hermes, te están buscando —le dice de manera tranquila como si no quisiera despertarlo.

—Gracias —responde Hermes adormitado con la lengua un poco enredada, enderezando la espalda y estirando los brazos antes de ponerse de pie. Lo sigo con la mirada pasa junto a nosotros pero parece que no nos nota, arrastra los pies hasta la puerta apenas como lo ve el otro chico le revuelve el cabello de manera muy cariñosa para después pasar su brazos por encima de su hombro y llevárselo. 

—¿Viste eso? —le pregunto a Ari en acción. Me muevo tan brusco que incluso al silla crujió.

—¿Ver que?

Pero Ari parece que no se entere de nada.

—¡Un chico vino a buscar a Hermes! —comento emocionada —A HERMES —repito a acelerada para darle énfasis a mis palabras y logar atrapar su atención. —¡¡¡Esta haciendo amigos!!! ¿no parece increíble? Hermes por fin está ampliando su circulo social. —termino un un tono soñador presionando mis palmas contra mi pecho llena de orgullo. 

Hermes no es el más sociable de todos, casi nunca sale de su habitación, es bastante tímido y callado pero eso no lo hace mala persona, así que emociona el verlo hacer más amigos aparte de mi y de sus hermanos.

—Ajam —dice Ari sin hacerme mayor caso. Esta demasiado concentrado en lo que sea que este haciendo, así que yo solo me doy la vuelta y hago un puchero.

—Ari... —una voz temblorosa me hace abrir los ojos de golpe. Reconozco esa voz pero no quiero perecer una chismoso así  que me quedo como estoy.

Ari no responde lo que me desespera.  Ari es ese tipo de personas que  avece solo piensa las cosas y no las dice a menso que explote, aunque es un poco raro a veces puede ser el más simpático y otras el mas antipático del mundo. de toda la gente con la que podría hacer lazos de amistad Ari es el mas fuerte de todos, todo el mundo se  acostumbra a tener amigos con el mismo retraso mental que ellos pero en mi caso es diferente Ari es quien se tuvo que acostumbrar a mi retraso mental, quizás es por eso que lo amo tanto, dejando de lado la facha de maleante que tiene y que parece que se fuma todo lo que le des, Ari es muy dulce por dentro, solo necesita el estimulo correcto,

—No te que no has comido y quería saber si quieres este Obento

—¿Obento? —murmura Ari

—Es un almuerzo japonés

Ari hace sonidos de asombro y me es inevitable mantenerme quieta así que me giro de inmediato para mirarlos —Creí que eras coreana—comenta Ari analizando a Sakura de pies a cabeza.

Sakura es una chica linda, su cabello es negro y lacio hasta la cintura sus cachetes son redondos pero tiernos suele ser muy callada y casi no habla, ella está en el grupo de cultura asiática, en ese grupo suelen cocinar comida típica de sus países no suelo socializar con muchas personas la verdad soy la clase de personas que le limita y solo se enfoca en su circulo cercano pero de ves en cuando suelo caminar por los pasillos y el buen olor de la comida que se escapa por debajo de las pertas siempre termina atrayéndome hasta ellas así que he cruzado un por de palabras con Sakura aunque no las sufrientes como para decir que somos amigas pero si las suficientes para decir que es buena chica.

Me avergüenza el solo saber que confundió a una japonesa con una coreana , dejando de lado los rasgos, su nombre es Sakura que significa  cerezo en flor, ¡¡¡como es que pudo confundirlo!!!,

Sakura le ofrece el almuerzo sosteniéndolo con ambas manos mientras se inclina un poco. Ari lo acepta sonriéndole de manera  amigable lo cual es raro, ahora que lo pienso todas las personas que me rodean son iguales, ninguna sonríe con facilidad y cuando lo hacen es raro de ver aunque no niego que sean lindos sonriendo, he sabido escoger a mis amistades e interese amoroso, todos son muy guapos y bien parecidos. Regresando con Ari y Sakura, ella solo se queda de pie a un lado de Ari, puedo ver como sus manos tiemblan a pesar de tenerlas escondidas entre los pliegues de su falda, levanto un poco la vista para poder admirarla desde aquí, sus pestañas con mascara pero no demasiada solo la necesaria y sus labios con un Gloss  rosa translucido, sus mejillas con un poco de rubor pero sin parecer que paso todo el día bajo el sol, nunca la había mirado con tanto detenimiento tengo que admitir que es realmente hermosa. 

—Gracias, ¿pero tu que vas a comer? —por fin se digna Aristeo en hablar, a veces este sujeto suele desesperarme por tarda mucho en dar respuestas

Veo como Lucas intenta leer la conversación por encima del hombro de Johann y esta se lo  quita de encima levantándose de repente sin previo aviso haciendo que Lucas se vaya de cara contra el suelo.

—Te parece si salimos hoy, digo es tu descanso y me apetece hacer algo.

Desvío la mirada para observar a mi alrededor, veo a Josh comer una dona él es uno de los amigos de Heracles, también es hermano menor de James, el moreno del antro del otro día y si se lo preguntan lo he estado evitando, aunque no es es muy difícil porque no cruzamos clases y él básicamente pertenece a otro edificio así que todo tranquilo por ese lado.

—¿Ya se termino tu rauma por sacar la canción?

Ari me mira de una manera no tan amistosa. Desliza sus manos por detrás de su cuello entrelazándolas en su nuca soltando un largo suspiro.

—No, pero cuando me clavo en algo siempre lo termino arruinando, así que es mejor que vaya despacio —suspira de nuevo cerrando los ojos recargando sus brazos sobre la mesa de madera y su barbilla sobre ellos.

—¿Hace cuanto que no te veía tan interesando en la música? —me detengo pensando un poco, y es que creo que cada vez que Ari se mete en el tema musical es por alguien, como aquella vez que salió con la bajista de una banda en la que el solía ser el baterista, en realidad fue muy reciente, nunca llegue a conocerla porque terminaron su "relación" ni siquiera se si siguen tocando juntos pero me hacia ilusión conocerle, O con aquella del violín —¡Espera! —azoto las manos sobre la mesa poniéndome de pie de inmediato, todo en un solo movimiento —¡No habías estado tan interesado en la música desde la chica del violín! 

No me preocupo por que me escuchen se que no lo hacen todos están hablando ala vez y lo menos que se escucha es mi voz, además el ruido de las bandejas de comida chocando contra ellas  mismas se adueña del lugar opacando todavía más mi voz.

Ari se tensa de los hombros —Cállate, no es por eso. Y hay no hubo nada. —me sentencia con un tono amenazante.

—Entonces —empiezo

—¡Quieres salir conmigo o no?

Me la pienso un poco, claro que quiero salir con Ari pero también quiero pasar el día con eros, pero la culpa me esta matando y me remuerde la conciencia porque estos días me he escabullido de Ari.

—Claro, ¿adonde iremos? 

Más tarde ese mismo día me quejo. 

—Cuando dijiste salir no pensé que te referías a ir a una tienda de música.

—Deja de quejarte, quiero unas cosas nuevas.

Caminamos por todo el centro comercial en búsqueda de las cosas que Ari necesita, me explicó un poco pero no le entendí, pasamos por varias tiendas de postres y obligue a Ari a comprar unos cuantos, me compro una galleta de chispas de chocolate gigante, enserio era realmente enorme, aproveche la oportunidad y comimos Macarons no sabia de que eran pero había un color azul pastel que era de los más tierno hasta le dibujaron con chocolate liquido la cara de osito y bueno la mercadotecnia nos ataco y terminamos compramos una caja, también donas rellanas de bombón derretido glaseas con un chocolate y espolvoreadas con ralladura de chocolate, de esas también llevamos una caja y un par de cosas más.

Me regreso un poco para mirar por un aparador de una tienda de ropa, hay un vestido hermoso, e color menta, se ve muy veraniego, me quedo de pie mirándolo he imaginándome que lo uso en las calles de parís, mientras correteo por todos lados y termino frente a la torre Eiffel​.

Ari se aclara la garganta —Ya vámonos

Me giro de inmediato para mirarlo. Con su teléfono en la mano derecha mientras con la izquierda sostiene todas las bolsas, escribiendo con una sola mano como un profesional, la luz se refleja  en sus ojos a pesar que el centro esta bastante iluminado.

—P-pero dijiste que irías a otra tienda —canturreo

—No puedo, mi banda quiere ensayar

La seriedad es visible en sus palabras y en su rostro, deslizando su dedo pulgar de una letra a otra.

—Pensé que ya no tenias banda —comento corriendo hacia él.

—Hace no mucho hice otra, los recolecte de bandas que terminaron separándose

Entrelazo su brazo con el mío —¿Algún día me invitaras a verlos tocar?, de seguro que tocan de maravilla...

Ari se gira lanzándome unos ojos de incredulidad que me obligan a darle una sonrisa de labios estirados mostrándole los dientes. —No mientas solo por convivir.

 Entre carcajadas continuo caminando —¡¡Heyyy!! —chillo — ¡No miento por convivir! —hago un puchero inflando solo la mejilla derecha.

Ni minti pir cinvivir —me arremeda Ari abrazándome por detrás rodeándome con sus brazos  por los hombros, puedo sentir su cuerpo detrás del mío y las múltiples bolsas chocando contra mi. —¿De verdad quieres ir?

—¡Claro!, ¿sigue siendo la misma banda con la que te presentaste en aquel evento?

Ari asiente separándose de mi.

 «Aquel  evento» fue muy importante para Ari, el primer lugar se llevaba una sesión de fotos profesionales además de aparecer en la portada de la revista de bandas juveniles, aunque su banda es solo musical, porque aun no tiene vocalista ni coristas. 

—¡Claro que quiero ir! —contesto muy motivada. Y es que como no estarlo,  podre conocer a la chica del bajo, me pregunto como lucirá, ¿Cuál será el estilo de Ari para escoger chicas? ¿le gustaran las rubias o las pelirrojas? o quizás tenga el pelo teñido de algún color alocado para representar un poco más a la banda y el espíritu musical, ¿será alta o de estatura promedio? quizás le guste las bajitas ¿su color de piel será blanca o morena, tendrá pecas o tatuajes?

¡Ay me estoy emocionando solo de pensarlo!

Vamos de camino al estudio, en realidad no es un estudio como tal, es una oficina desocupada que rentan detrás de una tienda de revistas la cual insonorizaron para evitar la queja de los demás propietarios de los puestos vecinos, el precio es accesible y el lugar es algo tranquilo, así que no hay robos tan seguidos. Miro por la ventanilla las gotas de lluvia que ruedan a toda velocidad, comenzó a llover de repente, no se veía nada en el cielo, estaba despejado y se podía ver la luna con claridad, pero así de la nada pum comenzó llover. Me giro para poder mirar a Ari quien no deja de tararear, me medio levanto de mi asiento para tomar la caja de donas que están el asiento trasero del coche, y una pequeña cesta llama mi atención, me estiro para poderla tomar.

—¿Qué haces? —cuestiona Ari dándole jaloncitos a mi falda. —¡Siéntate que se pueden ver tus pantis! —me reprende Ari cubriéndome las pompis con su mano.

—¿Qué es esto?..me refiero la ropa —comienzo a sacar la ropa del cestito verde.

Regreso a mi lugar con un uniforme en mis manos, las levanto mostrándoselas a Ari con una expresión de intriga en mi cara.

—Es mi uniforme —responde sin mirarme.

Le mantengo la mirada fija, y puedo ver como aprieta los dientes y su mandíbula se tensa.

—¿De que? —comienzo a desenvolverlo porque estaba hecho una bola dentro del cesto, conforme lo voy desenvolviendo mis ojos se abren cada vez un poco más, es el uniforme de un pequeño supermercado que esta en la zona de shibuka, cerca a la orilla de la playa artificial.

Ari intenta quitarme el uniforme de las manos pero lo aparto de inmediato —¡Deja eso en donde estaba!

—¿Trabajas? —cierro mi boca de repente porque ni siquiera había notado que estaba un poco abierta.

Se que puede ser algo bobo pero estoy impresionada, es que, digo, piénsenlo por un momento, alguien que asiste a una escuela tan costosa y no es por una beca no tendría la necesidad de trabajar, además Ari comenzara a trabajar en la empresa de su padre no tendría la necesidad de buscar por fuera. 

Y eso realmente me impresiona.

—Si.

Meneo la cabeza intentado comprender —¿Por que?

—Porque mantener un banda necesita dinero, y para obtener dinero se necesita trabajar, tu sabes de eso —me da una mirada, pero yo le entrecierro los ojos juzgándolo.

Asiento quedándome en silencio doblando la ropa sobre mi regazo.

—¿Y en que momento trabajas?

—Es de medio tiempo y solo son dos días a la semana.

—¿Desde cuando? —tengo que admitir que me siento un poco herida, porque no me conto sobre su empleo —Creí que nos lo contábamos todo —bajo la cabeza mirando mis dedos que están rosando  sobre el fino bordado del uniforme.

—Desde el verano. —suspira y yo le hago un gesto con las manos para que continúe —Y no te lo conté porque estaba muy  ocupado en ayudarte a mantener a Heracles bajo control. —termina con una sonrisa sarcástica como si quisiera decirme «se dice gracias».

Si, bueno aún lo recuerdo, las cosas aquel verano se me salieron un poco de las manos, resulta que Heracles y yo somos más similares de lo que creía, y cuando tenemos una mecha muy corta el más minino indicio de calor la enciende, y bueno... solíamos  echar polvos  en cualquier lugar y a cualquier hora, de verdad. Cuando eres novato se te asigna un recorrido junto con un grupo de chicas y chicos nuevos para conocer superficialmente la escuela, el detalle es que Heracles estaba rondando el campus por esas fechas y yo no me resistí y él no puso objeción, así que follamos dentro de los vestidores de los chicos y para mi desgracia, las practicas terminaron antes de la hora normal, y necesitaba salir de ahí a como diera lugar pero no podía hacerlo por la puerta de la entrada porque Heracles estaba distrayendo a los muchacho que no dejaban de gritar que los dejaran pasar, nerviosa y asustada sentía como mi teléfono se resbalaba de mis dedos así que le marque a Ari para que fuera a rescatarme, la piernas me temblaban y esta muy mojada así que me sentía demasiado incomoda, Ari llego a mi rescate esperándome por fuera justo debajo de una pequeña ventana, escale por encima de los  lockers, para poder asomar la cabeza, cuando logre asomarme me percate que Ari ya estaba esperándome, en cuanto me vio su expresión cambia a una de molestia y seriedad, no parecía nada feliz, pero igual no se quejo, me estiró los brazos y me ayudo a bajar, aun recuerdo que nuca recuperé la cinta de mi pelo, y me sentía extraña, así que Ari me cubrió los hombros con su chaqueta y ató mi cabello con un listón, después me llevo a comer a Chef's así que no lo culpo, la verdad si fue un verano muy ocupado para los tres.

 Me encojo de hombros estirando los labios,  mostrándole una sonrisa  como si no tuviera remedio. 

 Nota de la autora***

Hola, se que este capitulo no hubo mucho Eros, pero quería que conocieran un poco más a Ari, así que tal vez el próximo capitulo también tenga muy poco de Eros pero, solo esperen y verán, a veces me dan ganas de cambiar la historia por completo y hacer que muchos sufran pero luego recapacito, (aunque me tientan) pero creo que ya comienzo a verlo claro, gracias por leerme y estar aquí de verdad<3 lo que sea que quieras o te gustaría que pasara dime,  a lo mejor podemos hacer algo guay, gracias por todo. 

atte: jaz<3

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