The Bathroom.『Jakeki』

By ShoyAleeh

25.7K 2.9K 695

Jake y Riki se conocieron en el baño de una fiesta. Shipp principal: Yunki. Jake x Riki. Menciones de otros s... More

One.
Two.
Three.
Four.
Five.
Six.
Seven.
Eight.
Nine.
Ten.
Eleven.
Twelve.
Thirteen.
Fourteen.
Fifteen.
Sixteen.
Seveteen.
Eighteen.
Nineteen.
Twenty.
Twenty One.
Twenty Two.
Twenty Three.
Twenty Four.
Twenty Five.
Twenty Six.
Twenty Seven.
Twenty Eight.
Twenty Nine.
Thirty.
Thirty One
Thirty Two.
Thirty Three.
Thirty Four.
Thirty Five.
Thirty Six.
Thirty Seven.
Thirty Eight.
Thirty Nine.
Fourty.
Fourty One.
Fourty Two.
Fourty Three.
Fourty Four.
Fourty Five.
Fourty Six.
Fourty Seven.
Fourty Eight.
Fourty Nine.
Fifty.
Fifty Two.
Final.
Epílogo.
Agradecimientos.
AVISO.

Fifty One.

298 34 2
By ShoyAleeh

Cerró su casillero con las fotos pegadas de ambos, respirando con tranquilidad, intentando olvidar el dolor que había en todo su cuerpo. No por un largo día de trabajo, sino por culpa de una cucaracha ojiverde.

Reprimió un queja cuando sintió una terrible punzada en su espalda baja y se dio media vuelta, para caminar hacia su casa ya que su jornada de universidad terminó y hoy no tenía trabajo. Gracias a dios.

Casi choca con alguien de no ser por sus reflejos extrañamente despiertos ese día y dio un respingo, llevándose una mano al pecho por el susto que le dio.

—¡Jungwonnie-hyung, qué susto!

—Creo que me quiero matar.

Frunció el ceño confundido, haciendo una mueca bastante exagerada, aunque era por la impresión más que todo. Jungwon venía con el cabello despeinado, oscuras ojeras debajo de sus grandes ojos algo hinchados y rojos, llenos de lágrimas y respiración agitada.

—Primero que nada, buenas tardes —dijo, guardando la calma—. ¿Qué pasó, hyung? ¿Por qué estás así?

Jungwon sorbió sus mocos y apretó la carpeta que tenía en sus manos, llevándola a su pecho en un ademán.

—No sé qué hacer, Ni-ki. Estoy estresado, cansado, la boda es en otoño y no tengo absolutamente nada en concreto, no consigo un buen salón, la madre de Jay peleó con mi madre en cuanto a que deberíamos hacer la boda en Estados Unidos, se me acumularon los deberes de la universidad y todo me da náuseas, no he comido desde hace dos días y ni siquiera tengo hambre —el pelinegro habló rápidamente, sorbiendo sus mocos a la par, en un ademán bastante nervioso—. Jay dice que no me estrese, me ha ayudado mucho pero no lo quiero fatigar más porque está trabajando dos turnos seguidos, él debe estar más cansado que yo.

—Jungwon-hyung —llamó tomando las mejillas del mayor en un ademán—, respira, nada va a pasar. Ey, cálmate.

—Ni-ki, no te cases, por amor a dios. Es horrible todo lo que va antes de eso, los preparativos, las flores, los pasabocas, el salón, el traje, los anillos —Jungwon llevó una mano a su cabello, tomando una profunda respiración—. Lo peor del asunto es que debo estar viendo las casas que hay en venta que me recomienda a ver Jay porque ya empezó los tramites para ponernos como padres adoptivos, y siento que voy a colapsar.

Riki colocó ambas manos en los hombros del más bajo y lo agitó un poco, para que volviera en sí ya que se estaba perdiendo en la nebulosa y divagando en millones de cosas que no dan al caso ahora.

—Jungwonnie-hyung, cálmate y hablemos —pidió—. ¿En qué necesitas que te ayude? ¿Puedo hacer algo por ti?

—No c-creo que puedas..., sólo te estoy buscando porque creo que dejé mi billetera en tu casa por el fin de semana pasado que me quedé allí con Sunoo-hyung —alegó, rascando su cabeza con su diestra—; ahí tengo el número de los floristas y del catering, y los necesito...

—¡Jungwonnie-hyung! ¡Déjate ayudar! —exclamó Riki, al borde de la desesperación por no ser escuchado por su hyung—. La billetera se la di a Jay-hyung ayer, supuse que la estabas buscando. Vamos a mi casa y hablemos con calma, te cocinaré algo para que comas y alimentes al mini-Jay que te da náuseas.

—¡Ni-ki! ¡No hay ningún mini-Jay! —gritó el pelinegro, siendo jalado de su antebrazo por el pelidorado hacia el campus de la universidad.

—Cómo sea, sigue caminando.

Escuchó a su mayor refunfuñando detrás de él mientras lo jalaba de un brazo por toda la vía, parando un taxi para ir a su departamento cuanto antes y poder hablar con más calma y ayudar a Jungwon, que parecía a punto de llegar a la locura.

Subieron a su edificio fácilmente por el elevador gracias al haber tratado sus miedos con terapia y Jake, y llegaron hasta su departamento, donde no había nadie porque sus hermanos estaban trabajando.

Sentó a Jungwon obligado en el taburete de la cocina y le sirvió rápidamente un vaso de agua, mirándolo con atención.

—¿Por qué parece que vas a llorar, Jungwonnie-hyung?

—Porque voy a llorar.

Reprimió una risa porque no era momento de burlarse de las desgracias de los demás y cruzó sus brazos sobre su pecho.

—¿Por qué te estás agobiando tanto? Es sólo tu boda, debería ser el momento más feliz de tu vida. —indagó.

—¡¿Sólo una boda?! —farfulló Jungwon, lanzando las palmas de sus manos en el mesón de la cocina enojado, con sus mejillas más rojas que un tomate. Alguien estaba muy irritable últimamente—, ¡Oh, sí! ¡Como tú no la planeas no te sucede esto! ¡Al principio dije; "me voy a casar, qué emoción! ¡Pero después todo fue peor y peor! ¡Mi suegra llegó de Estados Unidos con su marido y Kate y lo único que hizo fue deshacer todo lo que yo llevaba adelantado porque "una boda en la playa no es nada formal"! —Jungwon hizo comillas con sus dedos, haciendo muecas molestas—, ¡que no podían ser rosas porque era muy cliché! ¡no podíamos repartir juguito porque no éramos niños, yo no tenía quince y Jay está cerca de los veintisiete, que era inapropiado!

—¿Y hablaste con Jay-hyung? No vaya a ser que la boda sea una catástrofe y entonces él sea quien se enoje contigo.

—¡Que se atreva a enojarse conmigo y verá que la noche de nuestra boda dormirá en el sofá! —amenazó, apretando sus dientes enojado. Riki quiso reír de lo gracioso que se veía Jungwon colérico—. ¡Oh, y hablando de eso no tengo ni mínima idea de dónde carajos será nuestra luna de miel porque ni siquiera he tenido cabeza para eso! ¡y Jay lo único que piensa es en cómo ganarle la contrademanda a yo no sé quién y con eso pagar el jodido yate que quiere y estoy a punto de volverme loco!

Jungwon terminó de gritar respirando inestable mirando con enojo hacia la pared y Riki se encorvó a la altura del pelinegro, mirándolo con una pequeña sonrisa.

—¿Terminaste?

—¡No! —farfulló, mostrando la libreta que tenía en manos hace un momento—. ¡Mi madre quiere que use un vestido blanco ya que nunca tuvo hijas y yo le salí homosexual quiere ponerme el velo de la abuela encima de la cabeza! ¡La madre de Jay opina, u ordena como le digo yo, que no debería usar negro porque es mi boda y yo digo que el blanco es el color de los santeros pero Jay no quiere vestirse con algo que no sea negro o blanco! ¡Y negro no se puede, y blanco no quiero y mamá quiere ponerme un velo que parece cortina! ¡Papá dice que no me estrese y que me vaya a las Vegas con Jay a darme la borrachera del año y que un Elvis nos case, pero yo quiero algo bonito porque yo estoy enamorado de Jay y es el amor de mi vida y quiero que sea el mejor día de nuestras existencias antes de que vengan las responsabilidades con piernas cortas y mejillas regordetas! ¡De paso, tengo los deberes de la universidad y esto de ser profesor de primaria no se me está dando al camino que voy! —Jungwon tomó una gran bocanada de aire y bajó de su asiento, fingiendo una sonrisa que rozó lo tétrico—. Ahora si me permites, iré a vomitar y llorar en tu baño, pero más llorar.

El pelinegro corrió pasillo abajo sin dejar mínima pista de su presencia y Riki resopló, mirando hacia el techo de la cocina. Jamás pensó que una boda sería tan estresante y con tanto protocolo, como veía a Jungwon no sabía si casarse sería una opción con lo desastroso que él llegaba a ser, con un plus llamado Jake Sim que a donde va él va el desorden.

Agitó su cabeza. Su prioridad ahora era la casa que querían, era momento de empezar comprar los materiales para empezar las construcciones. Emoción era poco lo que sentía.

Encendió la estufa y sacó algunos vegetales, empezando a lavarlos y picarlos, para hacer de cena para sus hermanos y Jungwon.

Después de como media hora llegó nuevamente el pelinegro a la cocina, su aspecto peor que cuando lo vio en la universidad y alzó ambas cejas, pasándole un vaso de agua fría rápidamente.

—¡Hyung, te ves horrible! ¿Desde cuándo no comes? —preguntó con preocupación.

—Ayer comí una galleta de banana.

El rizado hizo una mueca sin poder creerlo y negó con la cabeza, cocinando lo más rápido que podía para darle a su mayor y que no se desnutriera o sería aún peor.

—Te estás estresando por algo que no deberías, es tu boda y la de Jay, no la de los demás. Hazla como se te dé la gana. —animó, sacando la bolsa de pan que había encima de la alacena.

—No es tan sencillo, Ni-ki —Jungwon hizo un mohín, recostando su cabeza del mesón—. Quiero hacer a todos felices, es..., todo.

Riki deslizó el pan por el mesón hasta la boca de Jungwon, acercándose para sonreírle con ternura.

—Toma, un pancito que hice con Jake para que no te me desmayes. —ofreció, entrecerrando sus ojos.

—Dios, estos últimos días tú eres el único que parece tener la cabeza en la tierra, porque ni he visto a Sunoo-hyung desde que empezó las pasantías de abogacía —dijo Jungwon, mordiendo el pan—. Mhm, está muy bueno tu pan.

Riki sonrió, sintiendo sus mejillas calentarse por el halago y siguió cocinando, virtiendo el agua en el arroz para empezar su cocción.

—Deberías pedirle ayuda a Jay-hyung con la boda, al final es de ambos, debería ayudarte. —razonó el rizado, sazonado la carne antes de saltearla.

—No quiero, porque ha estado muy ocupado haciendo los tramites para la casa y la licencia de padres adoptivos.

—¿Por qué tanto apuro con eso? Entiendo lo de la casa, porque es obviamente donde van a vivir después de casarse, pero, ¿hijos? ¿Ya los quieren? —indagó Riki, volteándose al haber terminado la primera parte de su comida.

—No es eso, sólo que... —Jungwon suspiró pesadamente, cerrando sus ojos cansado—, Kate, la media hermana de Jay, quedó embarazada, ella no quiere tener al niño, y yo..., bueno, él y yo llegamos al convenio de que queremos el hijo de su hermana, e hicimos un contrato con ella ya que accedió a darnoslo. Por eso el apuro con los papeles, antes de que servicios infantiles se quiera llevar al pequeño cuando nazca.

—¿Kate es menor de edad?

Jungwon asintió con la cabeza.

—¿No tuvo opción de abortar?

El pelinegro agitó su cabeza.

—Cuando se enteró de que estaba embarazada tenía cuatro meses, no pudo hacerlo.

Riki alzó sus cejas en un ademán sorprendido, sentándose al frente del mayor.

—Ustedes realmente quieren ese bebé, ¿cierto? No quieren que vaya a un orfanato o peor, un hogar sustituto.

Jungwon hizo una mueca.

—Kate pensaba darlo en adopción apenas tenerlo, y yo me puse a pensar en el millón de cosas que le podrían suceder allí, siendo un recién nacido y no quise dejarlo ahí. Jay también pensaba lo mismo pero no me dijo nada porque como era su media hermana pensó que llegaría incomodarme, cuando en realidad yo pensaba que a él sería quien le incomodaría porque iba a ser tío y de repente papá, era un poco repentino en realidad. —alegó, masajeando sus sienes con la yema de sus dedos.

—Entiendo —el rizado asintió lentamente con la cabeza—. Es muy lindo lo que hacen, le dan hogar un hogar a quien no lo tiene. Serán grandes padres.

—¿Tú crees? —Jungwon lo miró con ojos bien abiertos, escondiendo sus labios en una fina línea—. Cumplimos todos los requisitos en cuanto a comodidad, tenemos buena economía, pronto una casa espaciosa y con gran patio adaptada para un bebé y sus riesgos, nos vamos a casar dentro de poco y pasamos las primeras pruebas psicológicas. Pero no tengo ni idea si seremos en realidad buenos en la crianza de un bebé, porque, ¿cómo haces que un bebé te quiera y te llame "papá"? ¿O que se sienta seguro contigo? Tengo algo de miedo a decir verdad.

—Oh, por favor, no es para tanto, tienes a Jay, él es el papá de todos. Sin pensarlo sabe de la materia y te ayudará, no te preocupes —dijo, haciendo un ademán desinteresado con su mano—. Un momento..., ¡voy a ser tío! ¡Dios mío! ¡Tío Ni-ki! ¡Waah! —gritó, dando pequeños saltos en su lugar.

Jungwon lo miró mal y lo empujó tomando otro pan que había encima del taburete cuando el hambre le atacó.

—Ni siquiera ha nacido y ya estás pensando en ser tío.

—¡Pero va nacer, y jugaré roblox con él!

—¡No, mi hijo no va a jugar video juegos contigo! ¡No quiero que lo empujes del sofá cuando pierdas!

—¡Dios mío, dijo que era su hijo! ¡No puedo con tanto! ¡mis hyungs se hacen viejos!

—Sí eres payaso, Ni-ki. Cálmate, por favor —Jungwon rodó los ojos como si hace un rato no había estado en una crisis, y comió otro pan—. Ni-ki, tengo hambre, sírveme.

—Ah, ¿ahora sí tienes hambre? —dijo exagerando su tono de ironía, haciendo un ademán ademán sus manos—. Aún no está lista la comida, hyung. Toca esperar.

—¡Ay, apúrate! ¡Tengo hambre! —chilló Jungwon, frunciendo el ceño de manera graciosa que hasta sus hoyuelos se marcaron.

Riki rodó los ojos, levantándose de su asiento para seguir con sus cosas en la cocina.

—Hyung, te recomiendo que dejes de estresarte de esta forma —enunció, retomando el tema—, porque al final es tu boda y debes planearla para que sean tú y Jay quien la disfrute, nadie más.

—Sí hago lo que dices las cosas terminarían en...

—¡Jungwon, no! —interrumpió, ladeando la cabeza a la velocidad de la luz para que no siguiera hablando—. ¡No hablo de eso, hyung! ¡No sea cochino!

—Bien, era bromeando —el de hoyuelos soltó una risa, acabando con el último pan que había en la bolsa—. No lo sé, siento que decepcionaré a todos.

Riki hizo una mueca compasiva.

—No vas a decepcionar a nadie, se supone que lo debes disfrutar tú, por favor.

Jungwon mostró una pequeña sonrisa, asintiendo lentamente con la cabeza.

Riki terminó de cocinar entre charlas y demás consejos para organizar la boda de sus hyungs, y procedió a servirle a Jungwon, para que comiera ya que sabía que tenía mucho tiempo sin ingerir algo decente. No sabía como Jay no se había dado cuenta de ese gran detalle si siempre está en plan de cuidar a todos los de su alrededor, más lo acreditó que estaba muy ocupado últimamente, según lo que le había contado el propio Jungwon.

Dejó que su mayor lavara los platos cuando él no había comido porque, no tenía hambre, y prefirió sacar una manzana vieja que había en su mochila y empezar a comer. Ya que no habían manzanas en su departamento a la par que sus hermanos no habían comprado tampoco, y esa última que tenía se la regaló Jake hace unos días. Gracias al cielo estaba aún comestible.

Por hacer ese tipo de cosas terminaba siempre vomitando en el retrete de su novio.

El cielo estaba oscurecido mientras leía un artículo de una revista en cuanto a centros de mesa. Riki procuró mostrarle los más bonitos y robables a Jungwon para poder llevárselo a su casa cuando terminará la boda. Se piensa por beneficio propio, nada es gratis.

Sí, en su adolescencia peleaba con las señoras para llevarse los centros de mesa en las fiestas. Sólo sí eran bonitos.

El timbre sonó y supuso que eran sus hermanos, más se extrañó porque ellos tenían las llaves. No se molestó el levantarse del sofá mientras le pasaba otra revista a el pelinegro a su lado y gritó:

—¡Está abierto!

—¿Qué clase de persona dice que "está abierto" sin siquiera revisar quien está detrás de la puerta? —preguntó otra voz masculina entrando en el lugar y cerrando detrás de él—, ¿sí es un ladrón, o peor, un violador? ¿Qué vas a hacer, Hwang Riki? Yo estoy trabajando, tus hermanos salen tarde los viernes y tú eres flaco y sólo sabes golpear un saco de boxeo.

Rodó los ojos alzando la mirada para encontrarse con las esmeraldas vivas de su novio, que le miraban con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho, los botones de su camisa blanca a medio abrir y su cabello despeinado. Estaba cansado por su trabajo, más no pudo evitar morder su labio inferior.

—Hola, Jungwon, ¿cómo estás? —saludó Jake, alborotando el cabello negro del más bajo, quien refunfuñó.

—Podría estar mejor, pero gracias por preguntar. ¿Cómo estás tú, hyung? —devolvió el saludo el pelinegro, acomodando su cabello.

—Muy bien. Por cierto, felicitaciones por la boda, espero mi invitación. —dijo, dejando sus cosas encima de la mesa de fondo al frente de ellos.

—Obviamente irás, y recuerda que sin regalo no entras.

Jake mostró una sonrisa.

—Seguro será así, Jungwonnie-ah.

Riki pateó el suelo debajo de él varias veces, estirando su labio inferior.

Jungwon lo miró sin entender.

—¿Y a ti qué te pasa ahora? —preguntó.

—¡Mi beso! —farfulló Riki, cruzándose de brazos sobre su pecho.

Jake rodó los ojos, empujando con un dedo la frente de menor, para luego acercarse y dejar un corto beso sobre sus labios.

—Déjalo, Jungwon-ah, cuando hay luna llena se pone berrinchudo —se burló el castaño, caminando en dirección a la cocina para dejar una bolsa de super encima del mesón—. ¿Ya comieron?

—¡Sí! —respondió Riki, con mejores humos que hace un rato, caminando detrás de su novio curioso de lo que había traído para él.

—Yo sí comí, pero Ni-ki no, él se comió una manzana podrida que tenía en su bolso. —dijo Jungwon, anotando un par de cosas en su libreta, mientras seguía ojeando en la revista.

—¡Mentira, ya comí! —mintió, sacándole la lengua a su hyung en la sala de estar.

—Ricitos, maldita sea, ¿cuántas veces te he dicho que dejes de comer comida vencida? Recuerda que terminaste vomitando por un ramyeon que venció hace dos semanas y los domplings extraños. —Jake lo señaló con un dedo, mirándolo severo.

Riki apretó sus labios en una mueca mientras se cruzaba de brazos y miraba para otro lado.

—Los alimentos vencidos tienen por lo menos dos semanas más de vida. —masculló.

—¿Quién te dijo eso? —farfulló Jake, sacando las frutas que había comprado de la bolsa para empezar a lavarlas—. Deja de hacer estupideces, dulzura.

—Ese fue TikTok, hyung. —comentó Jungwon, riéndose.

—No me sorprendería, en realidad —dijo Jake, dejando la fruta en un bowl—. Compré fruta para ti, pero ahora vas a comer o no te daré.

—¡Hyung, mi novio pretende mandarme! —gritó, haciendo un puchero.

—Jake-hyung, haz lo que pide, luego se vengará. —dijo Jungwon, agitando su cabeza en un ademán.

—No se va a vengar, tiene que comer —refutó, pellizcando la mejilla del menor—. Ahora deja de hacerme pucheros, que desde que llegaste haz hecho eso y come algo.

—No quiero comida. —Riki le sacó la lengua, mirando hacia otro lado orgulloso.

—¿Quieres fruta?

—¿Qué compraste? —dijo rápidamente, mirando hacia la bolsa y luego a su novio.

—Sandía, banana, fresas, pera, piña y manzanas. —enumeró.

—¡Pero tú le trajiste toda la frutería, hyung! —exclamó el pelinegro, riéndose.

—Era temporada, estaban en oferta —respondió el mayor, haciendo un ademán con sus manos—. ¿Sabes qué? Te voy hacer una ensalada y te la vas a comer.

Riki le sonrió tiernamente batiendo sus pestañas. Jake le jaló un mechón de su cabello rizado.

—Estoy seguro que de pequeño volvías loco a tus hermanos, ¿verdad?

—Yo soy un angelito, amor, ¿qué dices?

—¡Mentira! —exclamó Jungwon, levantándose de su lugar para buscar otra revista que había sobre el mesón de la cocina—. Lloraba cuando algo no se hacía a su modo y de la rabia arruinaba todo si no se hacía como quería. Siempre ha sido tan berrinchudo que Jay le daba todo lo que quería antes de que abriera la boca.

—Sé que es berrinchudo, yo más que nadie lo sé. —dijo, dándole una mirada cómplice al menor mientras pelaba la fruta.

Riki se sonrojó como un semáforo y desvió su punto de atención, concentrándose en la ventana de la sala de estar y no en los recuerdos que le venían a la cabeza con esa sola frase.

Jake terminó de quitarle las cáscaras a toda la fruta y las picó, echándole un poco de miel y azúcar, más la jugo de un limón. Le dio el plato al rizado y pinchó un fruta, llevándola a los labios de este.

—Ahora sí, come. —pidió.

—Está bien. —Riki aceptó la fruta y masticó, sonriéndole al contrario.

—Conozco una canción que sería muy útil ahora si esto fuera una película. —comentó Jungwon, reprimiendo una risa mientras tecleaba algo en su celular.

—Ya sé cuál es la canción. —Jake sonrió, lavando sus manos.

Riki siguió comiendo con tranquilidad mientras miraba al mayor conversar animado con Jungwon. Soltó un suspiro sin poder contenerlo a la par que sus mejillas se volvían cada vez más rojizas.

Todo lo que componía Jake, lo enamoraba cada día más.






. . .[[🐥🐺]]. . .


Hola sí, sólo vine a decir que the bathroom está por terminar y que nostoy lista para dejar esta historia ir, aaaaa q dolor.

Esto me duele más a mí que a ustedes mis amores </////3.

Les voy a recomendar una canción para que la escuchen o yo que sé, de esa canción fue inspirada esta historia asi que es bastante importante para mí aaa. Se llama "i met Sarah in the bathroom" de awfultune. Sip, con eso ya saben porqué el título y la intro, les va a gustar mucho aaa.

Bno a mí me gustó.

Eso es todo aaa, q dolor, voy a llorar diosmio. Falta un cap y luego viene el final y el epílogo, esto me duele más a mí que a ustedes, en serio :((

★̸̲  💕 𖥔࣪ ˖⨳  ¡  ale  𔘓's  shoy  !  📍 𓂅̸

Continue Reading

You'll Also Like

39.8K 2.9K 34
La belleza te puede deslumbrar a tal punto de venderte. Existe una atracción física que es totalmente delirante, la belleza te puede llevar a la líne...
4.3K 265 10
Un fin de semana lejos de la escuela, de los adultos, de las reglas... ¡Un fin de semana que es la gloria! Claro, lo hubiera sido si tan solo Gon no...
80.1K 3.5K 62
Dibujo de la portada: @/xxxmiyama en twt Cada one shot toma tiempo y esfuerzo asi que no copias por favor.
394K 38.5K 42
En el pueblo donde usualmente llovía y había mucho aburrimiento, llega Isabela y Addaly a ponerle más acción a todo lo aburrido ;)