Olivia Cortés
3 meses después...
Lucas y yo llevamos conociéndonos 3 meses, las cosas han estado de maravilla, pero él tuvo que viajar a Irlanda hace 1 semana, parece una eternidad y más ahora que he estado sola. Al salir del hospital Maya me confesó que regresaría con Fred porque lo amaba y no podía abandonar el lugar que tenía junto a él.
─Entiéndelo Olivia, lo amo y amo cómo me hace sentir.
─Maya él no te merece, te hace sentir mierda.
─Disculpa, pero no todos podemos vivir un amor de cuento cómo el tuyo. No todos lo queremos.
Ese día lloré demasiado y Lucas tuvo que llevarme a KFC, el pollo frito arregla el corazón. Estuve enviándole mensajes preguntándole si estaba bien, no recibía respuesta y lo dejé de hacer hace apenas 1 semana, 3 meses sin señal de Maya, sus hermanos dicen que está bien entonces eso me mantiene tranquila.
Mi vida no ha ido cómo me gustaría, solo agradezco tener a alguien estable como Lucas a mi lado, tuve que enviar a mi madre a rehabilitación porque comenzó a esconderse en el alcohol, cosa que me afectó al inicio. He estado yendo con una psicóloga bastante buena, me ha ayudado a ver por mí y dejar de interesarme por los demás antes que por yo misma.
En estos momentos he decidido ir al hospital a dejarle algo a Elías, nos hicimos buenos amigos, resulta que ama Marvel tanto como yo, así que intercambiamos algunos cómics, ediciones que no conseguiríamos por nuestra cuenta; debo admitir que a Lucas no le agrada este chico, no entiendo por qué, es como una competencia para ganar algo de lo que no estoy enterada.
─Ahí está mi persona favorita.
─Me alegro de verte. ─Le digo mientras dejo un beso en su mejilla.
─También a mí, justo llegas cuando voy a almorzar, ¿quieres venir?
─Claro, no he comido, me caería bien algo.
─ ¿Qué tal un subway? ¿O prefieres una ensalada?
─En realidad, tengo antojo de una cajita feliz ¿es raro?
─Para nada, podemos ir al Mc Donald's de la plaza.
─No se diga más.
Salimos del hospital dirigiéndonos a la plaza, no está lejos así que vamos caminando, la zona es preciosa, recuerdo que vivíamos cerca de aquí, en un residencial antiguo.
─ ¿Sabes? Vivo cerca de aquí. ─Elías parece que leyó mi mente. ─Justo en el residencial Madrid.
Mi cara debe de ser una obra de arte en estos momentos, no me doy cuenta que tengo la boca abierta hasta que intento hablar y no sale nada.
─ ¿En verdad? Yo vivía ahí cuando era pequeña.
─ ¿Me creerías si te digo que lo sé? ─ Me parece que no debía de confiar en él tan rápido. ─No creas que te investigué o algo.
Sigo sin decir nada, muy pocas personas lo saben, creo que solo lo sabe Maya en realidad. Decide hablar de nuevo.
─Soy nieto de Romina, la que era amiga de tu abuela ¿recuerdas?
Niego con la cabeza.
─ ¿El renacuajo?
─No te lo puedo creer. ─Comienzo a carcajearme. Renacuajo, así le decían todos los niños del residencial, era su apodo cuando jugaba fútbol, jamás entendimos por qué.
─Sabía que nunca te habías aprendido mi nombre.
─ ¿Por qué esperaste tanto tiempo en decirlo?
─Creí que tu novio te había dicho, él llegó cuando te estaba hablando, aún seguías en coma. Se puso furioso.
─ ¿Lucas lo sabía? Ahora entiendo todo. ─No puedo dejar de reír, Lucas celoso y oprimiendo los celos es mi nuevo concepto favorito.
─ ¿Todo de qué? ¿Te ha dicho algo de mí?
─Solo que no le agradas y que eres muy molesto.
─Miedo, me gusta eso.
─No debería de temer, mis ojos están solo sobre él. ─Claro que lo dije como indirecta para que no intente nada, aunque en realidad, es cierto, mis ojos solo están en Lucas.
─Oh, ya veo. ─Se pone serio y el ambiente se torna un poco incómodo. Suspira y dice. ─Solo queda intentar. Me gustan los desafios.
Vaya, no entendió nada, decido ignorarlo y veo que ya estamos a nada de entrar a la plaza. Pedimos nuestra comida y comenzamos a hablar de WandaVision, debatiendo si haríamos lo mismo que Wanda por amor, yo sin duda lo haría por lo que Elías me dijo que estoy loca, cada quien sus ideas, yo por amor, doy todo.
─Gracias por todo Elías, la pasé muy bien.
─Ojalá repetirlo después.
─Ya veremos. ─Me despido de un beso en la mejilla y llamo un taxi.
Al llegar a casa me siento muy sola, no suelo salir mucho el mundo exterior no me agrada, prefiero adentrarme en historias de amor en papel que intentar vivir una propia y hace mucho no me meto tanto en un libro, aunque no les voy a mentir, me encantaría que uno de los personajes que leo salga y se enamore perdidamente de mí para poder gritarle al mundo que el amor existe, quizás Lucas es ese personaje, pero sé que eso es imposible, no podría salir de un libro, me está enseñando qué es el amor a su manera; esto no quiere decir que nuestra relación no vaya bien o que me siento insegura por como es Lucas, por dios, soy fantástica, en serio, me encantan mis ojos color miel, mi pelo negro y mis largas piernas, debo de admitir que mis curvas no están nada mal y lejos de lo físico sé que puedo querer... bueno, solo he querido a los personajes que leo, son los únicos que me hacen sentir cosas reales y no provocan ese miedo al pensar que me van a lastimar o se van a marchar porque sé que no lo harían; también suelo querer a Maya o quizás es a la única que en realidad he amado. Y con Lucas, no sé si lo amo, quizás es un poco más que querer.
Una notificación interrumpe mis pensamientos. Me quedo en shock al ver quién es.
*Mayi ha enviado una foto*
No quiero verlo, probablemente está en alguna fiesta y sean mensajes dolorosos.
Llega otro mensaje.
"Ayúdame Liv, no sé qué he hecho". Subo un poco y en la foto veo un poco sangre.
─ ¿Qué putas?
Esto no está bien, menos cuando se ve el cabello rojo característico de Fred. Decido llamarla.
─Olivia, ven conmigo por favor, no sé que he hecho. ─Maya habla demasiado rápido, apenas puedo entenderla.
─ ¿En dónde estás?
─Te envío la ubicación.
Cuelga. No sé qué está pasando, no sé qué debo hacer, primero debo de llegar al lugar. Llega el mensaje con la ubicación y no lo pienso para pedir el taxi. Cuando llega le pido que vaya lo más rápido posible, es una emergencia, Maya no me habla en meses y ahora está en problemas. Llego al lugar y tengo una sensación horrible en el estómago, es una casa bastante grande, supongo que aquí ha estado quedándose con Fred. Toco el timbre y espero. Puedo escuchar los pasos apresurados al otro lado de la puerta.
─Entra, deprisa Olivia.
─Hola, también me da gusto verte.
─No hay tiempo. Nada de preguntas aún por favor. ─Maya me lleva corriendo, me gusta que tome mi mano, extrañé a mi mejor amiga.
Todo me daba vueltas, no sabía que estaba pasando y estaba en un lugar desconocido, lo único que sentía era la mano de Maya, llegamos al patio donde había una piscina y a lado un bulto. Fred, el cuerpo de Fred con sangre en la cabeza, sin moverse. Me quedo quieta, ya no puedo caminar, Maya trata de jalarme, es estúpido porque ya me he plantado aquí.
─Liv, te juro que quería lastimarme, quería pegarme así que le rompí una botella en la cabeza, yo no... yo no quería... yo no quería matarlo. ─Maya está llorando aún más que cuando llamó. Me acerco a abrazarla.
─ ¿Crees que debamos llamar a la policía?
─Ya sabemos cómo terminará, no me van a creer nada.
─Entonces ven, vamos a esconder esto y a desinfectar todo.
Maya asiente y yo no puedo creer lo que estamos a punto de hacer, sé cada paso porque lo he leído, se supone que jamás debía de ponerlo en práctica y aquí estoy. Mierda Maya.