Donghyuck no diría que era un chico problemático, aunque muchos de sus profesores creyeran que lo era, Para él, su modo de actuar en un instituto de mierda que tantos créditos le gusta darse por su “prolija educación”, era la correcta.
No iba a andar por la vida vendiendo la idea de que era el estudiante modelo de tan chula escuela. El era honesto.
Le iba bastante bien en la mayoría de
las materias porque no era estúpido y
quería sacarse la preparatoria con un
promedio decente. Sus profesores nunca
podían quejarse de verle copiando en
los exámenes o repitiendo materias por
insuficiencia de notas, pero sí que tenían
comentarios sobre su actitud o acerca de
los rumores que circulaban sobre las cosas que hacía fuera del Instituto.
El único profesor que no lo soportaba ni en lo mínimo era Lee Sehun. El queridísimo profesor Lee que era un completo capullo, siempre estaba repitiéndole que no tenía futuro alguno por su actitud desenfadada. Para Donghyuck, ese hombre era el perfecto ejemplo de aquel que odia su trabajo un poquito más que a sí mismo.
Era el profesor de Matemáticas de último
curso y era un estricto maldito, los chicos
de último año se quejaban siempre de él,
porque se ponía muy pesado cuando ya
estaban a un paso de la Universidad, y al
menos un porcentaje de alumnos adeudó
su materia en el último semestre.
Debido a la baja por enfermedad del
profesor Min, que daba clase al grupo de Donghyuck, el desgraciado de Lee se hizo cargo de su curso, llevando su mala leche con él.
Donghyuck sabía bien que su carácter daba de que hablar y procuró ser tranquilo aún con ese cabronazo mirando sobre su hombro. El problema fue que Lee le tenía manía a los alumnos que consideraba insuficientes y decidió mandarlo llamar a su despacho antes de los exámenes de la primera evaluación.
─ Joven Lee, tome asiento, por favor. ─ dijo profesionalmente.
─ Ehh ¿Tengo problemas? ¿Tan pronto? Joder, que putiza, recién inicia el curso. ─ dijo Donghyuck.
─ Le agradeceré mucho que se evite esa
clase de vocabulario... He mirado su
historial de notas, parece que ha estado
cerca de suspender Matemáticas varias
veces.
─ Cerca pero nunca lo he hecho.
─ ¿Cree que la nota mínima es un orgullo? Probablemente le sirve para aprobar el curso, pero...─
─ Que me sirva para eso ya es suficiente.
Sí, mis notas en Matemáticas son mínimas, estoy a un punto de suspender, pero nunca lo he hecho ─ lo interrumpió Donghyuck─ Este es mi último año, el siguiente iré a la Universidad, quiero saber si tendré problemas con una materia, estando casi de salida.-
─ Joven Lee, su desempeño no es notable
en mi materia. Para mi las calificaciones
“apenas suficientes”, son sinónimo de
INSUFICIENTE y ameritan suspensión de
curso... Para mí usted suspenderá si no
mejora.
Donghyuck apretó los puños y lo miró furioso.
─ ¡Pero es injusto! Mis notas en las demás materias son buenas, y el “Suficiente” aplica para aprobar. No puedo quedarme un año por una sola materia. Estamos empezando el curso, ¿Cómo es posible que ya haya decidido que suspenderé?
─ Tengo la facultad de detectar este tipo
de cosas ─ dijo Lee ─ En la vida hay
estudiantes regulares que sobresalen, y
estudiantes irregulares que suspenden..
Y también están los de en medio, que se
conforman con “notas suficientes”. Yo los
llamo “mediocres”, y temo que ocupas
ese puesto, y como tal lo correcto es que
aciendas o suspendas. En mi experiencia
la mayoría desaprueba el año.
─ Ya, pues en mi experiencia hay profesores buenos y completos idiotas, ¿Quiere saber cuál es usted?- lo increpó Donghyuck.
─ ¡Joven Lee! Voy a pedirle que me guarde respeto.
─ El respeto se gana.
─ Pronto será el examen para la primera
evaluación y como sabe será el 70% de su
calificación ─ dijo Lee.
─ Pues gracias por tomarse tales molestias de llamarme para decirme mediocre ─ dijo Donghyuck ─ Llevo un rato ya aguantando sus comentarios pesados sobre mi rendimiento en clase, que me exhiba frente a mis compañeros por mi dificultad con la materia... Estoy gozando de lo lindo con esta conversación.
─ Esta reunión es sólo una notificación de que deberá mejorar su rendimiento... de no ser así, bueno, yo en su lugar no me molestaría por aplicar para Universidades, ahora retírese.
─ Es injusto, profesor Lee. Mis notas
me sirven para aprobar, pero su perfeccionismo me joderá mi oportunidad de ingresar a la Universidad ─ dijo Donghyuck furioso ─ Necesito graduarme.
─ No es problema mío. Largo.
Claro que sí, Donghyuck se fue de su despacho, bastante cabreado.
Era un alumno bastante bueno, todas sus
materias eran aprobadas con 9 o 8 de
calificación final, tenía buena oportunidad de graduarse con buen promedio e ingresar a una buena Universidad. Llevado por un arranque admite haber desviado su camino y haberse pasado por el estacionamiento del Instituto. Estaban reparando las jardineras de alrededor, así que fue fácil coger uno de los ladrillos que descartaron y arrojarlo contra el parabrisas del auto de Lee.
Cuando el profesor vio su auto, se cabreó
con locura y pidió la expulsión de Donghyuck, pero para su bendita suerte habia hecho que no hubiera forma de probar que fue él.
─ Joder, amigo, estoy muerto ─ se quejó Yangyang.
Donghyuck no se contuvo de ponerle los ojos en blanco y encendió su cigarrillo, sin contestarle.
Estaban sentados en las gradas del Instituto y debido al clima frío no había ni un alma cerca. Aún así era el sitio perfecto para fumarse un cigarro antes de clases.
─ ¿No me oíste? Me muero ─ repitió Yangyang.
─ Te oí, pero has dicho eso tantas veces
desde que te conozco que ya ni te tomo en serio.
─ Bueno, es que el examen fue una
masacre.
─ Estuvo mal ─ admitió Donghyuck ─ Ya casi termina el año, nos quedaremos sin Universidad como no la aprobemos.
─ ¡Es que su examen es una mierda! No
pude concentrarme nada, y la materia
mejor no se diga: estoy seguro que
vuelvo a reprobarla. No aguanto para
acabar esta mierda de Instituto y tirarme
a la Universidad ─ se quejó Yangyang pidiéndole un cigarrillo con un gesto.
─ Acabas de decir que vas a tronar la
materia, y ¿ya fantaseas con acabar el
Insti? Falta que Lee te repruebe este
semestre y entonces sí que estarás muerto ─ se burló Donghyuck.
─ Lo sé, no tengo remedio. ¿Crees aprobar? ─ Donghyuck sonrió y dio una calada a su cigarrillo.
─ No, que va. Seguro suspendo ─ murmuró.
─ Concuerdo. Joder, ¿Qué voy a hacer si
repruebo? Sé que el examen no lo pasé.. pero no quiero quedarme aquí.
─ Mira, nada de esto te habría pasado si...
─ ¡No me vengas otra vez con eso de que esto me pasa por copiar!
─ No, que va. Te pasa por no saber copiar, jodido bruto ─ lo regañó Donghyuck. ─ Jeno ha copiado en todos los exámenes de ese cabrón y ni una vez lo han pillado. Lo haces tú una vez y te agarran con el acordeón.
─ Soy una desgracia, gritarlo más fuerte
para ver si así todos se enteran.
─ Suspenderemos juntos, seguro ─ suspiró Donghyuck.
Aplastaron los cigarrillos con el pie cuando vieron una figura acercarse. Donghyuck no contuvo la mueca al reconocer a Lee Sehun.
─ Joven Liu, Joven Lee... ¿Eso que huelo es tabaco? ─ preguntó el profesor.
─ No, que va. Es Armani, profe, yo huelo
riquísimo ─ dijo Yangyang.
─ Juraría haber visto humo.
─ Es vaho, hace frío.- dijo Jeno.
El profesor Lee los miro con terrible
gesto antes de entregarles sus exámenes
calificados.
─ Como sabrá, Joven Liu, le he cancelado
el examen por el lindísimo acordeón que
sacó durante la prueba. Ha reprobado la
primera ronda evaluativa, Joven Lee, por su parte le ha faltado un punto para conseguir un suficiente. Vaya lástima, ya que le encanta ser parte de la mediocridad.
─ Lo mismo para usted, profe. Pero que
coincidencia desaprobar después de que
usted ha pedido mi expulsión.
─ Si, coincidente sin duda con el incidente que sufrió mi parabrisas ─ respondió Lee ─ De hecho, Joven Lee y Liu, sus profesores han manifestado preocupación por esta nota... Están en su último año, quieren ver que no se rezaguen. Donghyuck es un estudiante “Regular”, en lo que cabe, pero también bastante problemático. Yangyang se distrae con facilidad pero ha demostrado
aptitudes... Así que se me ha asignado
la tarea de inscribirlos al programa de
asesorías dirigidas.
─ ¿Eso que significa? ─ preguntó Yangyang.
Donghyuck mostró un gesto de molestia y completo desagrado hacia su profesor.
─ Significa que nos han obligado a tener un tutor para tener oportunidad de asegurar la materia.- dijo y Lee sonrió.
─ He escrito el nombre de mi sugerencia
para ustedes en el examen. Si esperan
aprobar el curso deberán ponerse en contacto con la persona que les asigne
y ver si están dispuestos a ayudarles a
estudiar... Siempre podrán hablar conmigo para apoyarlos en su estudio, los veré en clase.
Apenas se alejó, Yangyang leyó su examen y decepcionado, se abalanzó sobre Donghyuck para leer lo escrito en el suyo.
─ ¡¿A quién te asignó?! Hombre yo tengo a Wong Kun Hang, ¿quién es ese?
─ Sin duda no es peor que el mío ─ se
lamentó.
─ ¡¿Quién es?!
─ ¿Pues quien va a ser? Lee Mark.
─ ¿Te puso a su puto hijo? Mierda, estás bien jodido, al menos ese Wong Kun Hang no es hijo de satanás.
Donghyuck gruño y sacó un nuevo cigarrillo para encenderlo pese a que estaba próximo a terminar el segundo periodo y los profesores podían atraparlo.
La única persona en la tierra que para Lee tenía futuro era su hijo. Se sentía que su pequeño era un jodido genio y que nadie estaba a la altura de semejante niño de oro.
Lee Mark estaba chulísimo, eso sí,
tenía una carita angelical de aquel que
no quiebra ni un plato, cabello negro
y ojos café clarito, con sonrisa de niño
rico. Además tenía un cuerpo bonito,
delgado y pequeño por su estatura baja,
con un llamativo culito respingón que te
hacia pararte a pensar si secretamente te
gustaría follarlo.
Y era el suertudo ganador de un chico
problema ahora que su padre le pedia que le enseñara mates a Donghyuck.
Mark tenía promedio perfecto y su
círculo de amistades era de niños igual de bien educados que él.
─ Oh, hablando del Rey de Roma... Ahí está el hijo perfecto de Lee ─ dijo Yangyang.
─ Hombre, le tengo tanto odio a su padre que sólo ver a este chico me pone mal ─ Donghyuck dirigió la mirada hacia donde Yangyang señaló.
Lee Mark estaba saliendo de clases con
sus amigos, hablando animadamente.
Era bonito, y Donghyuck debía admitir que le parecía digno de contemplar por sus rasgos delicados.
─ ¿Cómo es que es lindo si su padre es un
verdadero asno? ─ Se quejó Donghyuck.
─ ¿No me digas que tú vas con la multitud que dicen que esa carita de inocentón les pone? ─ se burló Donghyuck.
─ ¿La gente dice eso?
─ Sí, ¿tú qué crees?
Donghyuck sonrió sin decir nada. “No, que va, esa carita no sólo me pone, me
pone muchísimo” pensó.
─ ¡JOVEN LEE! ─ gritó el profesor Kim, a la lejanía.
Yangyang compuso una mueca aterrada y echó a correr, pero fue tarde para Donghyuck que ni siquiera se había molestado en apagar su cigarrillo.
─ ¡¿FUMANDO EN TERRITORIO ESCOLAR?! Eso amerita una suspensión, ¿quiere perder clases en época de exámenes? ─ dijo el profesor.
Donghyuck puso una sonrisita irónica.
─ ¿No? ─ sugirió.
Mark mordió la punta de su bolígrafo,
mirando por la ventana de la biblioteca
escolar.
El Instituto al que asistía tenía una
biblioteca gigantesca, ocupando dos pisos con enormes estanterías para que los estudiantes tuvieran siempre al alcance el libro que necesitaran. Tenía largas mesas colectivas para que estudiaran juntos grupos grandes, además de un puñado de escritorios individuales junto a los ventanales.
Mark ocupaba un escritorio, repasando
sus notas para su próximo examen de
ecología. Le gustaba pasar tiempo en la biblioteca porque era silencioso y nadie se detenía a estarlo mirando. Debido a la reputación de su padre en el Instituto, las personas solían meterse con él.
Por fortuna, Lee Mark estaba
protegido por su chispeante personalidad que no le permitía sentirse afectado por los comentarios de los demás. Tenía un secreto complejo de superioridad.
Lo distrajo finalmente un pequeño revuelo, y brincó sorprendido cuando chocaron contra él.
─ ¿Qué demonios...? ─ empezó a decir.
─ Apártate de la mesa, Angel, déjame
esconder entre tus piernas ─ dijo Donghyuck, dándole una sonrisa torcida para molestarlo.
─ ¿Qué?
─ Que te muevas, sordo. Tengo a Kim
persiguiendome y no tengo antojo de una
suspensión en época de examen ─ Donghyuck movió su silla, como si Mark no pesara nada, y se metió bajo el escritorio para ocultarse.
La forma de la mesa permitía que no
fueran a verlo, pero hizo a Mark tensarse
al tener al chico contra sus rodillas.
─ ¡Actúa normal! ─ le gritó Donghyuck.
Antes de que Mark que dijera cualquier
cosa, vio acercarse al profesor Kim
Jonghyun, que daba literatura.
─ ¡Mark! No has visto a Lee Donghyuck por aquí? Debía cumplir horas de castigo si no quería una suspensión y se ha largado de la sala. Lo vi correr hacia aquí ─ dijo el profesor.
Mark inclinó el cuerpo hacia adelante
para cubrir al chico bajo el escritorio.
─ ¿Lee Donghyuck? Me parece haberlo visto asomarse, pero no entró a la biblioteca ─ dijo Mark, fingiendo pensarlo.
Donghyuck se sorprendió. Había esperado ser delatado por el hijo del Anticristo, pero al parecer el canadiense no era tan caradura como su padre.
Sonrió y recostó la mejilla contra sus
rodillas, haciéndolo pegar un brinco
asustado.
─ ¿Te ocurre algo, Lee? ─ preguntó el
profesor.
─ No... Uh, yo tengo que seguir estudiando, si no le molesta. Si encuentro a Lee le diré que debe ir a la sala de castigo ─ prometió y fingió volver a sus apuntes.
El profesor Kim asintió y se alejó para
continuar la cacería de Donghyuck.
Cuando el terreno estuvo seguro, Mark
empujó sus silla hacia atras y encontró a Donghyuck mirándolo con una sonrisa dulzona, con las manos apoyadas en las rodillas del canadiense y la barbilla tiernamente recargada contra ellas.
─ ¿No conoces el concepto de espacio
personal, Lee?- dijo Mark.
─ No cuando la persona es tan bonita, Lee ─ respondió Donghyuck, guiñándole un ojo.
─ ¿Por qué siquiera estás hablando conmigo?
─ No sabía que necesitaba el permiso
escrito de la corte real para hablar con su Majestad... Que bonitos ojos tienes.
─ ¿Es parte de un proyecto personal para
fastidiarme? ─ preguntó Mark.
Nunca habían tenido una conversación,
y coincidieron escasamente en clases
durante los dos años anteriores en el
Instituto. Aún así Donghyuck se tomó el atrevimiento de guiñarle el ojo mientras ladeaba la cabeza, aún recargado en sus rodillas.
─ Perdón, nos hemos visto antes, creí que
podría saltarme las formalidades y actuar como cercanos ─ dijo Donghyuck, sonriéndole.
Tenía una curiosa sonrisa que lo hacía
verse más inocente de lo que era.
─ ¿Qué es lo que quieres?
─ Vas a ayudarme a aprobar Matemáticas, Ángel.
─ ¿Eso haré? Juraría que no estaba en mi
agenda próxima.
─ Estará. Tu papi me ha suspendido los
exámenes y repetiré la materia si no aplico para asesorías dirigidas. Tu señor padre, el bueno de Lee Grande, me ha dicho que tú serías un tutor apropiado.
El rostro de Mark se oscureció.
─ ¿Te suspendió los exámenes? No eres tú quien le arrojó un ladrillo al parabrisas de su coche? ─ preguntó.
─ ¿Tu papi te cuenta de mí o es que atraigo tu atención?
─ Mi padre dijo que un estudiante estúpido y furioso lo hizo. Estaba cabreado.
─ Furioso si estaba, pero estúpido no soy.
Aunque le encanta decir eso ─ dijo Donghyuck ─ ¿Serás mi tutor, Angel?
─ ¿Por qué me dices así?
─ Eres el niño perfecto de papá. Perdón por suponer que eres un Angel, Lee Mark ─ dijo Donghyuck ─ Mira, te lo preguntaré sólo porque no resisto la curiosidad: ¿por qué eres tan bonito siendo hijo de Satanás? Me he fijado en ti recién, pero eres lindo.
─ Ya dijiste eso.
─ Es que es en serio.
Mark ladeó la cabeza y le sonrió,
divertido con la conversación aunque esta representara tener a Lee Donghyuck sobre sus rodillas.
─ No voy a ser tu tutor, Lee. No tengo
buenas relaciones con los estudiantes que papá suspende ─ dijo Mark.
─ ¿Entonces no te llevas con nadie de este Insti? ─ se burló el coreano ─ ¿Por qué dices que no tienes relación con ellos?
─ Suelen ser unos idiotas y buscan cobrarla conmigo.
─ ¿Por qué crees que seré parte de ellos?
─ Arrojaste un ladrillo al auto de mi padre.
─ Oh si, arroje una piedra a un vehiculo,
pero no a tu cabeza, así que no soy como
ellos ─ dijo el coreano ─ ¿De verdad la
cobran contigo?
─ Más veces de las que puedo contar.
─ Es que Lee Grande es un capullo. Con
todo respeto ─ Donghyuck recostó la mejilla en sus rodillas ─ ¿Serás mi tutor? Mi futuro depende de ti.
─ No, no lo seré.
─ ¿Y si te digo que no te daré una paliza?
─ No.
─ ¿Y si te digo que te daré una paliza si no lo eres?
─ No.
─ Soy bueno dando palizas. Te haría llorar.
─ Ya, también podrías tirarme un ladrillo a la cara. Y entonces serías igual.
─ No soy igual a ninguno. Yo, por ejemplo, soy encantador mientras no me cabreen.
Mark negó con la cabeza, ordenando sus
apuntes sin mirarlo.
─ Mejor sal de ahí y vete.
─ No puedo suspender Matemáticas, Lee Pequeño. Quiero graduarme, ir a la
Universidad y ser millonario, y si suspendo una materia estoy un poquito lejos de lograrlo ─ dijo Donghyuck.
─ Lee...
─ ¡Mark!
Ambos se tensaron al escuchar la voz del
padre del canadiense, Lee Sehun entró a la biblioteca buscando a su hijo. Mark empujó la silla para proteger al chico bajo su escritorio. Donghyuck se vio
presionado contra la mesa, y a escasa
distancia de estar entre las piernas del
canadiense, cosa que lo hizo reír en voz baja.
─ Papá, ¿pasa algo? ─ preguntó Mark.
─ Necesitaba hablarte ─ dijo Lee ─ Cometí la imprudencia de recomendarte tutor de un alumno mío, chico estúpido que desaprobó el primer corte de mi materia.
Donghyuck resopló bajo la mesa y se sentó en el suelo, lo único que podía ver eran las piernas de Mark y sus graciosos
calcetines de colores diferentes.
─ ¿Quieres que sea tutor? Creía que debía concentrarme en mis propios estudios ─ dijo Mark.
─ Puedes rechazarlo, tampoco es como
que merezca aprobar el curso. Sólo busco avisarte que vendrá a buscarte.
─ Padre, yo administraré mis horarios. Por el momento ningún chico me ha buscado.
─ No me gustaría que te mezcles con este
chico, fue el responsable del ladrillo en el auto. Escribir tu nombre fue un impulso, Makku. Quiero que sigas bien con tus estudios.
Donghyuck se inclinó bajo la mesa, metiendo el rostro entre las piernas de Mark. El canadiense se tensó cuando lo sintió, con la espalda recta como una regla.
─ ¿Te ocurre algo, hijo? ─ preguntó su padre.
Mark estaba sonrojado y se sentía
transpirar, negó con la cabeza mientras
cerraba las piernas, apretando los muslos. Donghyuck soltó un ruidito cuando le presionó las mejillas, así que se aferró a sus piernas.
─ Estoy bien ─ dijo Mark.
─ Bien... ¿viste los folletos de Universidades? Aún creo que Shanghái es la mejor.
Mark torció una sonrisa.
─ Sí, les di un vistazo. No concluyente.
dijo ─ Papá, de verdad quisiera seguir esta conversación pero debo seguir estudiando. ¿Te veo luego?
─ Claro, te dejo continuar. Nos vemos en
casa.
Cuando su padre se alejó, Mark abrió las
piernas y tomó a Donghyuck del pelo, tirando de su melena para acercarlo.
─ ¿Qué. Crees. Que. Estás. Haciendo? ─ le
preguntó con los dientes apretados.
─ Eres adorable cuando estás molesto, Lee Pequeño... ─ dijo Donghyuck ─ Has estado cerca de asfixiarme entre tus muslos, ¿sabes lo mucho que pone eso? La próxima vez que lo hagas procura que sea porque te estoy dando una experiencia placentera.
─ Voy a matarte.
─ No creo, Angel.
─ ¿Soy Lee Pequeño o soy un Ángel? ─ lo
retó Mark.
─ Uf, eres mío y con eso basta ─ dijo Donghyuck ─ Y con mio hablo de que eres mi tutor.
─ Ya te dije que no.
─ ¿Por que lo dijo tu papi?
─ Porque pareces tener tendencia a
desquitar tu odio contra mi padre ─ dijo Mark ─ Se han metido conmigo por
que él es demasiado estricto, Lee, se qué
tan capullos pueden ser los estudiantes
resentidos... Pero tengo complejo de
superioridad así que ninguno de ellos me
afecta. Sólo que no me interesa coexistir de cerca.
─ Has una excepción conmigo.
─ Lee...
─ Mark, quiero aprobar este curso.
Mis notas son buenas para aprobar con
buen promedio, pero tu padre me ha
dicho mediocre porque no supero las
expectativas en Matemáticas... Si no supero la media reprobaré.
Mark lo miró con pena.
─ Lo sé, así es él. Lamento que te hayas
metido en eso, pero seguro cualquier otro puede ayudarte a superar tus notas.
─ Tu papi es el profesor de Mates más
cabrón del Instituto, creciste con él,
¿qué significa eso? Que eres bueno en la
materia, excelente diría yo. En todo este
Instituto sólo tú sabes cómo hacer que mis notas se vean favorecidas.
Mark gruñó y se tiró del pelo.
─ No me hagas esto, Lee.
─ Por favor, ¿si? Te prometo que no soy
malo.
El chino suspiró y bajó la mirada.
─ De acuerdo, lo haré.
Donghyuck se levantó de improviso, asustando a Mark cuando se sentó a horcajadas en sus piernas y lo tomó de las mejillas para besar su nariz.
─ Eres un santo, Lee Pequeño. ¿Cómo
te pago este favor? ¿Quieres que vuelva a
poner mi cara entre tus piernas? ─ Mark le puso la mano en la cara y lo
empujó.
─ Bájate de mis piernas, pesas demasiado, y para tus bromitas que gracia no me hacen ─ le advirtió ─ Te llamaré desde mi casa por el
teléfono fijo, ¿vale? Déjame tu número ─ le extendió un bolígrafo.
Donghyuck sonrió y le escribió el número en la mano.
─ Te lo dejo aquí. Quería ponértelo en el
Cuello, pero seguro me pegabas una buena paliza. Escríbeme, ¿vale? Por cierto, tus muslos son cómodos.
─ Cabrón.
─ Y orgulloso. Pero a la próxima prueba a subirte tú a mis piernas.
Esta vez el empujón de Mark lo tiró al
piso, y el canadiense volvió pronto a sus apuntes para estudiar.
Donghyuck se rió y alejó, dedicándole una última mirada a su querido tutor.
Debía admitir que Lee Mark era
lindísimo, y hace tanto que no sentía
interés por un chico. Lo único lamentable era que se tratara del hijo del Anticristo.