Viste el edificio con ilusión o es la perspectiva que tenias sobre él. La ver todo te causaba ilusión, desde que llegaste. Estar en San Francisco con el objetivo de estudiar en una buena universidad y con el apoyo de tus padres, era algo que apreciabas bastante y por supuesto tus amigas estaban muy felices por ti.
Sin embargo no significaba tener todos los lujos del mundo. Aún con un porcentaje alto de beca en el universidad, no podías tener muchos lujos, así que solo necesitabas un lugar con renta accesible y tener lo necesario para al semana, pero estabas pensando también en un trabajo. Pero no quisiste quebrarte la cabeza todavía, lo harías después en la universidad.
─Aquí vamos─ dijiste para ti misma en susurros y entraste al edificio de departamentos
Al entrar, estuviste en la recepción que la atendía un joven. Hiciste todo lo necesario y rápidamente te dieron la llave de tu nuevo hogar. Agradeciste rápidamente y te dirigiste hacia las escaleras para subir unos cuantos pisos con dos de tus maletas, pero no fue ningún problema para ti, ya que no eran demasiadas las cosas que llevabas. Además de que no había nadie para ayudarte, pero no lo necesitabas.
Encontraste tu departamento y en la parte de arriba de la puerta estaba el número del mismo:
"1404"
Solo sonreíste y entraste con la llave a tu... ¿hogar?
El lugar era literalmente un basurero, estaba muy sucio, lleno de polvo envolturas de chocolates y otras golosinas, como bolsas de tater tots por todos lados, hasta en el baño. Pero notaste que estaba amueblado y no recordabas que eso decía el anuncio de Internet que habías visto hace unos días. Dejaste tus maletas de lado mientras terminabas de entrar para disponerte a ver el resto del departamento, la cocina tenía varios platos sucios y mucha comida vieja y expirada. El baño no estaba tan sucio pero tenía telarañas y polvo.No podías dejar el lugar así, por lo tanto buscaste la aspiradora y las bolsas de basura.
No pudiste no escuchar música, lo que fue gracioso ya que parecías una princesa, creyendo que con el poder de la música todo sería más fácil. Ojala así viniera el hombre que tanto deseabas, pero no pensaste en eso. Terminante con el suelo y limpiando la cocina, como desechando aquello que ya estaba expirado. Estabas apunto de ir a ver como estaba el baño. Pero habías olvidado algo importante.
¿Donde esta el verdadero dueño?
La verdad te causo algo de miedo porque si volvía y tú adentro de su casa. Antes de seguir con todo lo demás querías quitar todas tus dudas. Te dirigiste a recepción con tal de preguntar de quien era o a quien le pertenecía anteriormente y ver si buscabas otro departamento.
─Hola, disculpa ¿alguien esta viviendo en mi departamento?─ no tuviste necesidad de presentarte ya que hace poco te habías presentado al joven
─Había alguien viviendo ahí...─ dijo poniéndote atención
─¿Había?─ preguntaste
─Sí, era de un hombre bastante raro, pero un día ya no regreso y tuvimos que poner de nuevo el departamento en alquiler ya que esperamos demasiado y no regreso para seguir pagandolo y de por si ya tenía varias deudas con el alquiler─ con eso solo pudiste notar el mal servicio
Al menos hubieran desocupado el departamento o notificar a alguien cercano o algo con tal de volverlo a poner en el alquiler. Pero no quisiste decir más y meterte en otros tipos de problemas o discusión con el recepcionista, además no desaprovecharías los muebles. Así que solo agradeciste y volviste .
Decidiste terminar rápido. Ya listas la sala de estar y la cocina, quisiste ver la habitación principal y era de esperarse que estaría desarreglada. Había ropa masculina por todas partes, la cama estaba desarreglada al igual que toallas colgadas, y habían más envolturas de chocolate. Soltaste un suspiro y nuevamente a hacerle de empleada domestica de un tipo que dudabas si existía.
(...)
Por fin. Terminaste de limpiar la habitación y el baño. Suspiraste y te tiraste a la cama con sabanas nuevas y que olían rico, pero había un pequeño detalle más. El armario. Estabas debatiendo muy en serio en hacerlo o no, pero necesitabas ordenar tus cosas y estar instalada lo mejor posible, si es que querías estar lista antes de clases que serían en un par de semanas. Resoplaste y te levantaste de la cama para abrirlo.
¡Sorpresa! Más ropa
Habían camisas, chaquetas, pijamas, pantalones y suéteres, pero no era demasiada ropa. Si el dueño no iba a volver, aún no podías pensar en tirar la ropa, entonces la idea de donarla toco tu cabeza y fuiste por bolsas de basura para meterla ahí. Doblaste con cuidado la ropa, porque no olvidabas la idea de que podía volver... algún día quizás.
Fueron al menos dos bolsas y media, si fuera de una mujer hubieran sido seis o siete bolsas. No te tomo más de una hora y toda la ropa estaba en la bolsas, lo único que quedaba era una sudadera gris colgada en cercha.
Era grande y se veía cómoda. Nunca robaste nada, pero te gustó mucho y bueno... estabas sola y el señor no volvería en un buen tiempo si es que se fue. Tomaste la sudadera y la quitaste de la cercha para de una vez ponértela. Pero al momento de ponerte la sudadera un cuerpo amorfo estaba en pegada a ella y comenzaba a unirse a ti, a lo que rápidamente te la quitaste pero ya no había nada.
Esa cosa ya estaba dentro de ti y con eso tu estómago comenzó a gruñir de una forma muy fuerte y el hambre creció. Por instinto te dirigiste a la cocina y comenzaste a buscar algo que comer pero terminaste buscando en al bolsa de la basura pero no había nada que te gustara pero recordaste algo. Habías empacado comida y la buscaste con desesperación.
(...)
Habías devorado toda tu comida y estabas que sentías que devolvías al estómago, pero a punto estabas de ir al baño cuando sin entender nada de lo que pasaba. Sentías las lágrimas recorrer tus mejillas, estabas triste y te sentías muy débil.
¿Qué rayos estaba pasando?