V. Distance
Una vez finalizado el recorrido, ambos vuelven a la oficina, en todo el camino no han dicho una sola palabra de lo sucedido.
Al llegar ella a su escritorio, solo ve como él le entrega un folder con papeles. El cual ella abre y de inmediato reconoce el contenido.
El manual administrativo de la empresa, junto con el organigrama de la misma. Una parte fundamental en cualquier empresa.
Toma el manual entre sus manos y empieza a revisarlo. Los puestos de cada trabajador, la función que realizan, los acuerdos de convivencia, las actas, entre otros lineamientos.
Importante que lo tenga en cuenta, es la manera en la que funciona la empresa. Con ello deja el folder a un lado para mirar a su jefe, dando a entender que comprendió ese punto, aunque en su opinión no necesitaba ser tan duro.
—Escuche, no vine para que me trate así, no sé porque está enojado, sólo le dije que vengo a trabajar, lo necesito, y me disculpo si lo ofendí con algo, o algo que hice no le pareció — dice ella intentando esquivar la mirada sombría del rubio sobre ella — ¿Se puede saber que le hice para que me trate así?
«Literalmente acabas de rechazarme después de todo lo que vivimos juntos tú y yo, y ahora que te tengo frente a mí y quiero recuperarte como sea, pero tú indiferencia es lo que me duele más» grita internamente el rubio sin dejar de mirarla conteniendo sus impulsos.
— No me hizo nada señorita Dupain — responde él con frialdad —, vino a trabajar tal como usted dijo y es mejor que así se mantenga.
Dicho esto el rubio se da la vuelta y regresa a su escritorio dejando a la azabache desconcertada que sin saber porque algo dentro de ella se quiebra, pero se mantiene firme en su postura.
«Vienes a trabajar, sólo a eso nada más, pero entonces ¿Por qué me siento tan mal?» Se pregunta mentalmente, sin dejar de mirar al rubio, que ahora mira el ordenador, haciendo su trabajo.
Sin tener idea de los pensamientos de él, que son todo lo contrario a lo que ella piensa. Contienen un gran enojo por sentir ese rechazo e indiferencia por parte de su amada.
No puede con ello simplemente, siente que todo para el se terminó y que sólo es un recuerdo lejano, lo cual se niega a aceptar. La desea de regreso para retomar lo que dejaron y volver a amarla como antes. Pero es tan difícil porque ella parece no reconocerlo en lo absoluto, para ella él es un extraño. Su jefe alguien que en si le parece muy misterioso y aunque ha jurado mantenerse al margen tiene curiosidad por descubrirlo, saber más de él y sobretodo, averiguar quién fué la mujer que él amó, eso que por alguna razón la pone mal.
En ese momento se levanta del escritorio y se dirige al de su jefe para hablarle.
—Saldré por un café señor Agreste ¿Quiere uno?
— No gracias, el café no me gusta pero agradezco su atención.
Musita sin mirarla, algo que a ella parece no importarle o trata de no darle importancia. Seguido sale del despacho, una vez estando fuera camina en dirección a la sala de descanso.
«Simplemente no puedo entender por qué me trata así, si sólo le dejé las cosas claras, lo que pasó no se puede volver a repetir aunque por alguna razón me duele que me trate de esa forma, además yo quiero a Nathaniel pero ¿Por qué mi corazón se resiste a dejarlo entrar y late estando cerca de Adrien?»
Se cuestiona mentalmente, empezando a dudar si realmente quiere al pelirrojo o solo es algún tipo de capricho, porque a pesar de conocerlo por tanto tiempo, no niega que en si su jefe le atrae. Pero no es algo correcto, por eso quiere mantener distancia con él, aunque no está segura si podrá hacerlo.
Ignorando que justamente en la oficina el rubio, se encuentra de pie mirando la noche, en su mirada a pesar de estar oscura se refleja dolor, tristeza y una enorme impotencia por no poder estar cerca de la mujer que ama más que a su propia vida, y que por ella está dispuesto a todo.
—¿Por qué no lo entiendes Marinette? ¿Por qué me rechazas de esta manera? Debes entender que yo soy tu destino, que tú estás destinada a recuperar el lugar que te arrebataron, a regresar conmigo, a mi lado, donde realmente perteneces.
Habla en un tono de desesperación. Queriendo abandonar el plan y llevarla ya mismo pero bien su mejor amigo le dijo que no debe precipitarse. Y en parte tiene razón, porque si lo hace todo terminará mal.
~ • ~
En la sala de descanso, la azabache termina de servir la cantidad deseada de leche en su café, para darle por fin el primer sorbo, suelta un profundo suspiro , no tiene idea del porque su jefe ha decidido tratarla de esa manera.
—No debe importarme, ni siquiera sé quién es realmente— dice para si misma ignorando esa fuerte punzada que la molesta. Cuando en ese momento ve a alguien más ingresar a esa sala.
Un joven moreno de mirada ámbar, con un aspecto también misterioso.
—Disculpe, creí que no había nadie más aquí— habla él
—No se preocupe, yo ya me iba de vuelta a mi oficina, disculpe si llegué a incomodar
—No hay cuidado señorita— dicho esto le dedica una sonrisa, y procede a adentrarse a la sala. Al tiempo que la azabache se levanta de su silla con la intención de ir a su oficina
Cuando es detenida por el moreno en el acto, sorprendiéndola.
— Disculpe señorita ¿Cuál es su nombre? Si no es molestia que pregunte.
— Me llamo Marinette ¿Y usted?
— Mi nombre es Nino, Nino Lahiffe.
Le extiende la mano. Pero en ese momento recuerda que nadie debe tocarla por lo que rápidamente la retira dejándola extrañada.
— Es un placer conocerlo
—Lo mismo digo, me agrada trabajar aquí, y es donde debo seguir— comenta el moreno con una sonrisa
—Bueno, debo volver, dije que no me iba a tardar
En respuesta el moreno sólo asiente mientras la ve irse. Y espera que pronto las cosas puedan solucionarse o de lo contrario su mejor amigo sufrirá las consecuencias de aquél terrible destino que tiene preparado.
«Espero que por lo menos Adrien estando cerca de Marinette pueda entender que ella ya no es la misma y también que ella no sea tan dura con él, deberían estar juntos porque para eso es que el destino los ha puesto en el camino»
~ • ~
— Sé que es solo una prueba que el destino me está poniendo — dice para si mismo el rubio.
Ahora sentado en su escritorio revisando unos documentos de la empresa que realmente no le interesan pero tiene que fingir que sí, para que nadie se de cuenta de sus verdaderas intenciones, si por él fuera no estaría dirigiendo la empresa. Estaría en su reina esperando por su reina que sea ella quien regrese a su lado por voluntad propia. Pero eso nunca sucedió, nunca dió una señal.
Por ese motivo tuvo que viajar a su antiguo hogar para buscarla. Y al hacerlo creía que no iba a haber rastro de ella. Hasta que la vio fuera de esa universidad.
Y supo que era ella, una nueva esperanza nació para él. Pero no duró mucho porque también apareció él que parece ser un obstáculo para recuperarla porque él no le es indiferente.
— Sólo deseo que pase el tiempo hasta que te olvides de él, y me elijas a mí, nadie te amará como yo.
Esto último lo susurra aún revisando dichos papeles, al mismo tiempo que escucha que la puerta se abre. Y alza la mirada, sólo para volver a verla pero manteniendo su expresión seria.
«Gatita, será más difícil de lo que pensé» se dice mentalmente el rubio ante la mirada de su azabache.
— Ya volví.
Menciona, seguido toma camino al escritorio, esquivando a toda costa la mirada de él.
Las horas parecen ser eternas tanto para ella como para él, dándose una que otra mirada que sólo transmite una enorme tensión entre ambos intentando ser indiferentes pero para el rubio parece ser imposible, y para ella igual por más que se mantiene firme.
«Pronto será mi hora de salida , y debo ir a la universidad sin antes pasar a mi casa para cambiarme» piensa ella, mirando como el cielo empieza a pintar de rosado desde el horizonte, a diferencia de ella el rubio empieza a angustiarse porque sabe que si los rayos del sol lo tocan puede desaparecer.
—Ya tengo que irme— musita él. mientras apaga el ordenador y se levanta de su asiento.
Y sin decir más, abandona el despacho dejando sin palabras a la azabache que siente algo de culpa por su comportamiento. pero no logra entender porqué. algo que aumenta su curiosidad. pero, prefiere dejarlo así, no desea por ahora saber el porque.
Con ello, suspira sutilmente, para luego apagar su computadora, levantarse de su asiento, tomar su bolso y abandonar la oficina.
Una vez fuera, siente que finalmente puede respirar después de ese ambiente tenso entre ella y su jefe.
Un ambiente que inició después de su beso. uno que logró despertar mil emociones en ella logrando hacer que sus sentimientos se revuelvan de una forma completamente inesperada.
— No comprendo que sucede conmigo o más bien con él, no le hice nada malo.
Musita para sí misma queriendo no pensar en eso al tiempo que emprende su camino de regreso a casa, bajo los tenues rayos del sol, aún sin poder creer lo que acaba de pasar.
fueron muchas emociones en un solo momento. que han logrado desubicarla por completo, por más que trata de no darle importancia. ahí sigue la sensación y probablemente no se irá.
~ • ~
Una vez que ha llegado a su casa se recarga en la puerta, ha sido una noche dura para ella para ser su primer día. No por la carga de trabajo si no por el comportamiento de su jefe cuando ella le dejó las cosas claras.
No quiere pasarla mal a su lado, y menos cuando ella misma ha puesto distancia y jura que hay una razón. Pero, por el momento debe olvidarse de su trabajo y concentrarse en la universidad. con ello se dirige a su habitación a pasos lentos sin despertar a su prima y a su tío.
~ • ~
En sólo cuestión de minutos, su ropa ha sido reemplazada por unos jeans azules, una blusa de mangas largas negra con escote en la espalda conserva sus botas, y solo aplica una capa de polvo para matificar su maquillaje. Está lista otra vez, ahora toma su mochila, en reemplazo de su bolso. y ahora sí, está lista para otro día.
Al volver a la sala, no encuentra a nadie. seguramente su prima y tío se han ido a sus respectivos trabajos. No importa, los verá más tarde, lo único que le importa es que esten bien, y con eso es que abandona la casa al salir por la puerta.
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El día pasa relativamente rápido mientras el rubio que se encuentra en el hotel, está completamente enojado, frustrado, celoso pero sobretodo preocupado por él mismo, y por ella. tomar esa distancia no ayudará en nada en su plan para reconquistarla, no quiere tomar medidas drásticas todavía, debe ser paciente como le dijo su amigo. eso sí quiere que las cosas le salgan bien y que ella esté de vuelta a su lado, completamente enamorada, que le diga lo que tanto desea escuchar, poder ser el único que pueda mirarla completamente, ser el único que tenga el privilegio de poder tocarla, abrazarla, besarla. recuperar ese tiempo perdido y volver a ser felices ambos, tal como siempre debió ser
—Mi hermosa lady noire, no tienes idea de cuánta falta me haces.
Susurra para sí mismo aún tratando de controlar esos impulsos que podrían ser su perdición si da un paso equivocado. podría ahuyentarla para siempre y eso sería el paso hacia su condena.
~ • ~
Por otro lado, la jornada escolar de la azabache resulta tranquila. ahora mismo faltan minutos para que acabe su última clase. espera poder reunirse con su pelirrojo y estar con él, parece que ha logrado despejar su mente del trabajo por primera vez en el día.
Ahí es cuando se escucha el último timbre. lo que hace que los estudiantes empiecen a guardar sus cosas y salen del salón como si sus vidas dependieran de ello.
Incluida la azabache que sale a paso apresurado para encontrarse con su amado pelirrojo en la entrada que la debe estar esperando pacientemente por ella.
Claro sin imaginar que justo fuera de la universidad está otra vez ese auto negro, está vez más cerca para verla a ella, pero le causa enojo al ver que ese pelirrojo está justamente esperándola.
— Adrien, sea lo que sea te sugiero que no hagas nada que te haga perder el control
Advierte su amigo desde el asiento del piloto al verlo tan enojado.
—Te dije que ya la voy a traer, no me importa nada a estas alturas de mi vida, si no lo hago ese imbécil me la quitará y yo voy a desaparecer ¿Qué no lo entiendes Nino?
— Por supuesto que entiendo pero no puedes tomar esa decisión todavía, te puede perjudicar
— No me importa ya nada a estas alturas, por más que trate de esperar no puedo, no cuando estoy condenado si mi esposa no vuelve a mi lado— se muestra todavía más furioso.
Más al momento que la ve salir siendo recibida por el pelirrojo con un abrazo, abrazo al que ella corresponde con ternura mientras que él siente como su furia aumenta y sin más, se coloca unos lentes oscuros y sale del auto, completamente furioso ante la mirada de preocupación de su amigo.
—Adrien por favor, no cometas una locura — le grita el moreno desde el auto —Vuelve aquí.
Sin embargo, no logra ser escuchado porque el rubio se aproxima a paso rápido hacia donde están la azabache y el pelirrojo. a punto de besarse.
Y sin importarle nada, se para junto a ella sorprendiéndola, desconcertando al pelirrojo.
— ¿Señor agreste? — cuestiona ella sin entender el porque está enfadado —¿Qué está haciendo aquí?
—Debemos ir a la oficina urgentemente— responde él con frialdad — usted y yo tenemos que hablar.
Y nuevamente la trata de manera fría. Seguido la toma del brazo fuertemente casi lastimándola, algo de lo que ella se percata y se asusta al instante.
—Oiga por favor, suélteme ¡Me está lastimando!
Reclama tratando de zafarse pero parece serle imposible porque él es más fuerte.
— ¿No la escuchó? suéltela — trata de intervenir el pelirrojo, pero es ignorado por el rubio que sólo mira fijamente a la azabache que aún no entiende el porque reaccionó así.
Y de esa forma se mantienen hasta llegar al vehículo donde abre la puerta y la hace entrar ignorando su protesta.
—¿Qué le ocurre señor agreste? ¿Por qué está tan enojado?— cuestiona sin tener respuesta
«Porque te empeñas en querer estar con ese imbécil cuando yo soy tu verdadero amor» piensa con dolor en su expresión, que le es imposible disimular
— Temo decirle que eso no es de su incumbencia, solo tenemos que ir a la oficina, necesitamos hablar— se limita a decir en tono golpeado, seguido indica a su amigo que arranque el vehículo.
Él sin protestar obedece la orden, y abandonan el plantel escolar, claramente no está de acuerdo con lo que el rubio ha hecho pero no piensa contradecirlo.
A una alta velocidad que impresiona a la azabache quien se aferra al cinturón, y siente su ser temblar, mientras el rubio evita mirarla , tratando de mantener en control pero con la escena que ya ha visto en la escuela parece serle imposible. Por ello planea llevársela ya mismo, a pesar de que internamente piensa que aún no es tiempo. Pero ya no tiene muchas opciones, está desesperado por hacerle entender que es a él a quién ella ama pero ¿Cómo?
Se pregunta, sin poder alzar la mirada. Pues sabe del riesgo que implica, por lo que se mantiene con los ojos en ella
«Con esto que acabas de hacer Marinette me has destrozado completamente y ten por seguro que no te dejaré ir otra vez» piensa con furia y dolor en su interior hasta llegar al edificio.
El moreno estaciona el auto justo frente a la puerta principal, es ahí cuando el rubio abre la puerta para salir junto con ella quien aún no comprende la situación.
— Señor Agreste me quiere explicar porque de repente quiere que hablemos ¿Y por qué me trajo aquí si aún no es mi hora de trabajo? ¿Por qué está tan enojado? Sólo estaba hablado con mi amigo — responde ella aún sin verse en la necesidad de dar una explicación.
Al tiempo que ingresan al elevador sin recibir respuesta alguna.
«Ese imbécil no es tu amigo, y tú no deberías estar con él porque jamás te hará feliz y yo sí, te recuperaré aún si tú ya no deseas estar conmigo, si tiene que ser contra tu voluntad, así será hasta que te enamores de mí otra vez»
Sin saber en qué momento, se encuentran en su oficina, donde el rubio los encierra a ambos, la azabache aún sin entender se asusta ante la mirada de él, jura que jamás lo había visto tan enojado.
—¿Me quieres explicar que te ocurre?— Pregunta ella mientras exhala en repetidas ocasiones — ¿Cuál es el problema?
— Tú eres mi problema
— ¿Yo? ¿Por qué? Yo no te he hecho nada— también se muestra enojada
— Te equivocas Marinette, has hecho de todo— responde él soltando un fuerte puñetazo en la mesa haciéndola sobresaltar
— ¿Que fue lo que hice? No te entiendo— vuelve a cuestionar. Mientras intenta calmarlo al verlo tan enojado, esto mientras pone la mano sobre su hombro.
Pero él la aparta de inmediato haciendo que ella se ofenda y él se da la vuelta para evitar verla
—No quiero verte con él— suelta de golpe aún enojado — Ese pelirrojo dice ser tu amigo cuando en realidad quiere algo contigo y tú pareces corresponderle.
— ¿Por qué me dices eso? ¿Es que acaso estás celoso de Nathaniel?
— Eso es poco — responde él tratando de mantenerse en control y evitando decirle la verdad o al menos lo intenta —, simplemente no lo puedo tolerar, no puede soportar el hecho de que tú lo quieres a él cuándo...
— ¿Cuándo que?— vuelve a cuestionar sin entender que pretende realmente.
Y es ahí cuando él la toma por ambas mejillas causando que ella se sonroje violentamente y escuche como su corazón se acelera. Y sin dejar pasar más tiempo une sus labios con los de ella en un intenso beso.
La azabache abre los ojos como platos y en un intento por liberarse trata de empujarlo pero parece serle imposible, pues la fuerza de él es mayor a la suya, no sabe en qué momento pero poco a poco comienza a corresponderle, para su sorpresa por dentro se siente completa.
Y poco a poco se entrega a ese beso. Dejándose llevar por la sensación, al tiempo que el rubio tira las cosas que hay en el escritorio y la acuesta en este mismo, en un momento donde nada existe para él, lo único que quiere es recuperarla, tenerla para él solamente, que ella vuelva a amarlo como antes y no se pueda fijar en alguien más.
«No puedo dejar que te fijes en ese idiota ni en nadie más, tú me amas a mí, eres solamente para mí, me lo juraste el día que nos casamos» Piensa sin dejar de besarla, sintiéndose completo una vez más.
Es en ese momento que ella abre los ojos, y de nueva cuenta lo empuja quedando completamente desconcertada, pero no más que él.
—¿Qué es lo que te pasa? — cuestiona ella sin entender mostrándose molesta tratando de ocultar el sonrojo en sus mejillas — ¿Estás así porque estoy enamorada de Nathaniel? ¿Es por eso? Te dije que sólo tendríamos una relación profesional.
— Exacto, y por estar enamorada de ese tipo es que me haces daño a mí
—¿De qué me hablas? No entiendo nada de lo que me quieres decir— Protesta agitada tratando de no asustarse ante la mirada sombría del rubio.
Más cuando él se da la vuelta y ver cómo suelta un fuerte puñetazo a la pared, algo que la sobresalta y sin tener una respuesta, cómo puede corre hacia la puerta pero esta tiene llave
—Abre está puerta— le exige estando más asustada que enojada — Adrien más vale que abras esta puerta o si no llamaré a seguridad
En respuesta el rubio sólo la mira desafiante.
— Yo soy tu jefe ¿Es como lo dijiste no? No te vas a ir de aquí hasta que yo lo diga, y si, tal vez fue un error traerte aquí sabiendo que tú nunca vas a aceptarme de regreso, está claro que me has olvidado por completo.
—¿Olvidarte? ¿De qué estás hablando?— cuestiona sin entender
—De nada— responde en tono cortante volviendo a tratarla mal, al mismo tiempo que se acerca a la puerta para quitarle el seguro y abrirla — Vete
Ordena sin más, la azabache intentando ignorar esa fuerte punzada al ver que el rubio vuelve a tratarla con frialdad abandona la oficina corriendo ahogando las lágrimas que amenazan con salir de sus ojos, no sabe si por haber dejado al pelirrojo solo o por haber reaccionado así ¿De verdad quiere al pelirrojo o sólo es un capricho? Porqué no puede negar que ese beso movió muchas sensaciones en ella, incluso puede jurar que una voz interior le reclama por razones que desconoce.
Pero, ahora quiere olvidar todo y aclarar su mente, en estos momentos se siente confundida y le haría bien alejarse de todo, tal vez ausentarse unos días no le caería mal, después de todo fue ella la que empezó a mantener distancia.
Continuará
Las cosas no parecen ir bien para Adrien, no cuando piensa que puede perder definitivamente a Marinette que no tiene idea del porque él ha reaccionado de esa forma al verla con Nathaniel y por lo visto los dos han decidido tomar distancia.
¿Que creen que suceda después?
Nos leemos en otro capitulo de What Once Was Mine