Jenna.
Camino de un lado a otro mientras espero que llegue Celia con lo que le pedí, me repito una y mil veces que no puede ser verdad que tal vez es algo que me estoy imaginando y solamente es algo que me cayo mal.
—Vamos Celia, date prisa. –digo nerviosa.
Pasan alrededor de treinta minutos antes de que suene el timbre haciéndome saltar del sofá y correr hacia la puerta. Cuando la abro vea a una Celia relajada con una sonrisa en la cara haciéndome fruncir el ceño.
—¿Por qué tardaste tanto?
—Perdóname, tengo un niño en casa que no me deja salir porque resulta que tiene mamitis. –dice rodeando los ojos.
Abro más la puerta para que ella pase y me entrega la bolsa azul que trae en una de sus manos.
—Ve, yo también quiero quitarme esta duda. –me hace una seña con la mano.
Respiro profundo antes de empezar a caminar hacia el baño que hay en la planta baja, mis manos tiemblan cuando cierro la puerta y veo la bolsa que tengo en manos.
—Vamos, Jenna. Tal vez sea una falsa alarma.
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Observo lo que hay en mis manos trato de controlar mi respiración mientras digiero lo que esta pasando en estos momentos.
POSITIVO.
Estoy malditamente embarazada de Richard. Estoy esperando un hijo, un hijo del hombre que amo con todo mi ser. Las ganas de llorar llegan a mí y suelto un par de lágrimas antes de sonreír.
Salgo del baño y camino a la sala que es en donde esta Celia, cuando llego a ella tiene la vista en su celular y cuando me escucha lo bloquea dejándolo a un lado.
—¿Y? –dice nerviosa.
No digo nada y le tiendo la prueba cuando ella ve el resultado, suelta un grito haciéndome reír. Me abraza y no puedo evitar soltar las lágrimas que he aguantado.
—¡Voy a ser tía! –grita más fuerte.
—Cállate, no sabemos en que momento puede llegar Richard y quiero que sea sorpresa. –trato de callarla.
Y justo en ese momento se oye la puerta siendo abierta y cerrada para después aparezca un Richard con bolsas de supermercado cuando nos nota se nos queda viendo extrañado.
—¿Pasa algo? –pregunta dejando las bolsas a un lado—Jenna, ¿estas bien, cariño?
Se acerca a mi rápidamente para tomar mi cara entre sus manos y alzándola para verlo a los ojos.
—Estoy bien, tranquilo. Solamente le hable a Celia para que me ayudara un poco con la maleta. –lo tranquilizo.
Me abraza y le hago señales a su hermana para que esconda la prueba que tiene en sus manos y rápidamente ella lo hace en su bolso.
—Me alegra que estes aquí, Cel.
—Para eso estamos las cuñadas. –me giña un ojo.
Nos sonríe despidiéndose rápidamente y sale de la casa dejándonos solos entre el silencio.
—¿Por qué tardaste más tiempo? –hago un puchero.
—Pase a dejarles las cosas a Max y Sophie, compre un poco de comida china para que podamos cenar un poco antes de irnos al aeropuerto.
—¿Thena y Loki? –pregunto sentándome en el sofá más cercano.
Él se acerca al sofá sentándose a mi lado y poniendo mis piernas en su regazo.
—Los dejaremos acá y mañana a primera hora vendrá Max por ellos. –empiece a masajear mi pie derecho.
Asiento y disfruto del masaje que me da haciéndome suspirar, casi quedándome dormida siento como deja mis pies en el sofá para escuchar como se mueve por la cocina buscando seguramente platos o algo para cenar.
—Nena, ven. –dice tocando mi mejilla.
El olor a comida china hace que me pare rápidamente haciéndome marear un poco, con ayuda de Richard me levanto y caminamos hacia la mesa viendo todo acomodado.
—No sabia que traer así que traje un poco de todo. –dice ayudándome a sentarme.
—Así esta bien, todo huele delicioso. –sonrió.
Disfrutamos la cena entre charlas y risas antes de partir al aeropuerto para dirigirnos a Monte Carlo el lugar en donde le diré a Richard que será padre.
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21 de octubre, 2023.
Monte Carlo, Mónaco.
Hemos estado pocas horas en este lugar y estoy desando vivir en lugar como este, las vistas con las más hermosas que jamás había visto. Los lugares que hemos conocido cuando pienso que no me puedo enamorar más cada lugar logra hacerme suspirar por el paisaje.
Mis manos pican por querer pintar estos paisajes, mi cámara esta muerta por el montón de fotografías que he tomado.
—¿Estas disfrutando de la vista?
La voz de Matthew Lynch hace que me de vuelta y lo observe parado en la puerta que da hacia el jardín de su casa. Cuando llegamos él mismo nos fue a buscar al aeropuerto con un poco de reporteros encima preguntado como estaba su esposa.
—Nunca había visto algo mejor. –le sonrió.
—Siempre es bueno sabes que Monte Carlo da esos efectos en los turistas.
Se acerca con un vaso de agua y me lo entiendo le agradezco y tomo dos sorbos antes de volver a verlo y este viéndome con ojos curiosos.
—¿Puedo preguntarte algo? –dice apenado.
—Claro.
Dejo el vaso a un lado y me siento en una de las sillas que hay haciendo que él tome asiento en la otra que hay al lado.
—¿Cuándo le dirás a Richard que estas embarazada? –suelta de pronto.
Su pregunta hace que me quedo paralizada por unos segundos viéndonos fijamente y no puedo decir nada.
—¿Cómo...?
—¿Cómo lo supe? Pues curiosamente Keyra fue la que lo insinuó apenas llegaron, le dije que estaba loca, pero te he observado y tienes todas las características que tenia Keyra cuando estaba esperando a Christian.
El miedo de que le hayan dicho a Richard crece en mí haciendo que él lo note y tome mi mano por encima de la mesa.
—Tranquila, Jenna. No le hemos dicho nada, además creo que Richard esta demasiado distraído con este viaje que no ha notado que incluso tienes un poco más de cachetes.
—Eres el primero en decirlo. –rio un poco.
Sonríe haciéndome ver que es el hombre atractivo que todas las revistas dicen, no entiendo como Keyra aguanta a todas esas mujeres que alguna vez intentaron meterse entre ellos.
La puerta siendo abierta hace que él quite su mano de la mía para llevar la vista hacia ahí para encontrar a Richard saliendo con una hermosa Keyra embarazada, de su mano trae a Christian.
—¿Esta todo bien por acá? –pregunta cuando nos ve callados.
Matthew es el primero en contestar.
—Todo bien, solamente estaba hablando un poco con Jenna.
Christian nos sonríe dejando de lado la mano de su madre para entrar de nuevo a la casa, segundos después escuchamos el grito de Giana.
—Ven Richard, dejemos que ellas dos tengan unos minutos de chica y chica.
Richard me sonríe y se aleja siguiendo a Matthew que regaña al pequeño Christian diciéndole que deje a Giana en paz. Keyra vuelve segundo después y espera hasta que la puerta este cerrada para entregarme un papel.
—Toma, es el hombre de una de mis amigas que es enfermera. Logro sacarte una cita en uno de estos hospitales para mañana a las dos de la tarde, Matthew te llevara y te esperara hasta que salgas de la cita.
—Muchas gracias, Keyra. No sabes lo que agradezco esto enserio, es muy complicado no decirle a Richard en estos instantes antes de confírmalo por medio de un examen de sangre.
—No hay de que. Tener un hijo te va a alegrar la vida, claro estarán las veces en las que no dormirán y querrán arrancarse los pelos, pero cuando veas a tu bebé en tus brazos todo valdrá la pena.
Sonrió asintiendo y un par de imágenes vienen a mi mente. Las ganas de lloran llegan a mí y respiro profundo para alejarlas.
—Ahora, vayamos a dentro a ver qué estarán haciendo ese par de hombres nuestros.
Riendo me levanto con ella para entrar la hermosa casa, cuando llegamos a la sala de lo que sea que estaban hablando Bastián y Richard se termina cuando nos ven entrar.
—¿Todo bien? —pregunta Richard.
—Todo bien, pero se me había olvidado decirte que mañana saldré con Bastián a comprar un par de cosas para Lando.
—Está bien. Así pasaré más tiempo con los niños sin que su sobreprotector padre me los quite de los brazos.
Posiblemente dentro de unos meses tú serás así con tu hijo o hija.
Matthew me da una sonrisa cómplice dándome a entender que piensa lo mismo que yo.
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22 de octubre, 2023.
Muevo nerviosamente mi pierna derecha viendo fijamente la puerta por la que hace unos minutos el doctor Desmond salió, siento una mano posándose en mi rodilla y elevo mi vista hacia Matthew.
—Estate tranquila, si fue un pequeño error tienen mucho tiempo para practicar. –me guiña un ojo.
Asiento y tomo varias respiraciones para regular mi respiración, pero no dura mucho porque en ese momento entra el doctor con algunas hojas en mano haciéndome saltar de la silla haciéndolo reír.
—Tranquila, señorita Jones—toma asiento—Tomen asiento, por favor.
Es un alivio que el doctor sepa hablar inglés dado que solo Matthew podría entenderle, pero él me hizo saber que Keyra se aseguró que hablaran ingles solamente por mí.
Matthew camina jalándome del brazo para que camine y pueda sentarme en una de las sillas frente del doctor. Me repito una y otra vez que todo estará bien, que no importa que fuera un error que hay más tiempo para que Richard y yo seamos papás.
—Según lo que me dijeron usted se hizo exámenes de sangre para dar a conocer el resultado—dice ojeando los exámenes—Bueno, como sé que está ansiosa no diré nada más que felicidades. Se encuentra con ocho semanas de gestación.
Tardo un poco en entender lo que ha dicho, tengo ocho semanas de embarazo. Lo que haciendo cuentas serian dos meses exactamente, una sonrisa se instala en mi rostro y las lágrimas no se hacen esperar.
—¡Seré tío! –Matthew salta de la silla.
Me vuelvo hacia él riendo para que me pueda abrazar y me suelte a llorar, pasan unos minutos antes de que el doctor vuelva a hablar.
—Tengo entendido que no se quedaran mucho en Monte Carlo, así que le pasare su caso a uno de mis colegas en Londres. Tendrá que venir mañana para poder hacerle una ecografía y confirmar que todo esté bien con el embarazo.
—Claro que sí, doctor. Muchísimas gracias.
—De nada, una vez más felicidades. –le sonrió.
El doctor me entrega la hoja para después despedirnos y salir al pasillo que esta con cuatro mujeres más que cuando ven a Matthew lo que hacen es suspirar. De camino al auto no dejo de mirar el resultado de hoja cuando me vibra el celular y cuando lo observo es un mensaje de Keyra diciéndome que lo que le pedir hace unas horas está listo.
Encontré una pequeña idea sobre como decirle a Richard sobre el embarazo así que le pedí a Keyra que le dijera a su amiga June que también nos diera un mano con esto.
—Te juro que tu esposa es la mejor de todas. –digo entrando al Ferrari.
—Lo sé, todo sale bien cuando Keyra está al frente de las cosas. –dice riendo.
Mensajeo un poco con Sophie y Celia antes de llegar a la casa de los Lynch, cuando bajamos del auto podemos ver que Keyra está en la puerta esperándonos con una sonrisa.
—¡Felicidades, Jenna! –se lanza sobre mí para abrazarme.
—Gracias. –rio por su emoción.
Ella se aleja de mí y puedo ver la felicidad que siente por mí en sus ojos, incluso no solo por mí si no por Richard. Su emoción hace que las ganas de llorar lleguen y suelte algunas lágrimas haciéndola reír.
—Dentro de algunos meses te volverás una llorona. –dice Matthew detrás de mí.
—¡Oye! No deberías de decirme eso. –digo indignada.
Él se encoge de hombros y sonríe cuando una hermosa Gia sale de la casa gritando papá. Keyra suspira cuando los ve hablando sobre una de las últimas carreras de la Fórmula Uno.
—Siempre se siente como la primera vez cuando los veo juntos—me da una sonrisa nostálgica.
—¿Esta Richard? -pregunto caminando a la casa.
Ella niega con la cabeza y asiento.
Nos pasamos al menos dos horas haciendo la sorpresa para Richard, pienso grabar toda su reacción. No hay momento en el proceso que no me ría por las ocurrencias de Christian, quien en definitiva se parece más a su padre.
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Estoy acostada cuando la puerta de la habitación que compartimos Richard y yo se abre. Por ella pasa un Richard sudado y con dos bolsas en mano, me levanto de la cama para correr hacia él.
—Hola a ti también. –dice divertido.
No digo nada por unos minutos y solamente lo abrazo. Después me alejo de él y lo ayudo con las bolsas poniéndolas a un lado de la cama, sigo sin decir nada cuando lo agarro de la mano y lo guio hacia la cama en donde le daré la caja con la sorpresa.
—Tengo algo para ti. –digo dándole un pequeño beso.
Me alejo y camino hacia el enorme armario en donde puse la casa para que no la viera cuando entrara.
—Quiero que cierres los ojos. –le digo.
—Lo hare.
Lo vuelvo a ver y lo ha hecho, con cuidado saco la caja y camino hacia él.
—Estuve pensando en muchas cosas para decirte esto, y esta fue la que más me gusto. Espero que esto sea lo que más feliz te haga en estos momentos.
—Está bien. ¿Puedo abrir los ojos? –dice jugando con sus manos.
—Puedes.
Abre los ojos lentamente y se asombra cuando ve la caja en mis manos, se la extiendo y el la agarra.
—No me esperaba esto. –dice dándome una sonrisa.
Abre la caja y lo primero que ve son los confetis dorados, revuelve un poco hasta encontrar el primer objeto que es una camisa de su talla. Es una camisa sencilla negra con un control de videojuego que dice "PLAYER 1" y abajo su nombre junto con su short gris haciéndolo reír.
—Jenna, esto...
—Sigue, todavía falta. –le hago saber.
Ríe y sigue buscando las lágrimas empiezan a salir cuando encuentra la otra camisa más pequeña. Su cara cambia de expresión cuando lee lo que dice que es "PLAYER 2" y la palabra bebé abajo, me vuelve a ver con sorpresa haciéndome reír y insistiendo que siga.
—Cariño, no juegues con esto. –dice serio.
—No estoy jugando. –digo riendo con lágrimas en los ojos.
Sigue buscando y encuentra el short haciéndolo tirar las prendas en la cama, buscando en la caja encuentra la hoja que me dio el doctor hoy en la tarde. La lee y lágrimas empiezan a salir de sus ojos, lleva la vista hacia abajo y sé que ha encontrado la prueba con las dos rayitas.
Deja todo a un lado y se levanta para caminar hacia mí y abrazarme con fuerza haciéndome llorar cuando siento como su cuerpo se sacude por los sollozos que está soltando.
Nos quedamos unos minutos abrazados hasta que Richard me alza en sus brazos y me lleva a la cama en donde me coloca encima de su regazo y entierra su cara entre mis pechos para seguir llorando.
—Dios mío, di algo. –muerdo mi labio inferior.
Levanta su cabeza y en sus ojos puedo ver todo, la felicidad es lo que más desborda en ellos y no tiene que decirme nada para saber cómo se siente.
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¡NUEVO CAPÍTULO!
Espero que lo hayan disfrutado, ya casi estamos terminando esta historia :(
Perdón si hay faltas de ortografía o todo se ve un poco desordenado, cuando la edite se verá mejor.
¡Nos leemos pronto! :*