Los mejores amigos –exceptuando a las chicas– habían acordado hacer una fiesta de pijamas en la casa de los Wheeler. Joyce tuvo que hacer un gran trabajo para convencer a su pareja para que le permitiera a su hijo ir a la fiesta, pero finalmente aceptó.
—¡Mike, ya hemos llegado!—gritaron Will, Lucas y Dustin llegando a la entrada con sus mochilas. Mike les abrió la puerta emocionado y a medida que iban entrando hacían un saludo de manos, excepto con Will, al que le dio un pequeño beso.
—¡Ah, qué asco! Espero que no os paséis toda la noche besuqueandoos.—exclamó Dustin cruzando los brazos, causando que Will agachara la cabeza avergonzado.
—Imbécil, lo dices como si no tuvieras novia.—Mike le propinó un golpe en el brazo.
—¡Con Suzie es diferente!
—Diferente en que os veis una vez por año.—dijo Lucas burlándose.
—Oye, amigo. Eso dolió.
—¡Dejad de cacarear e id a cambiaros ya de una vez!—ordenó Wheeler. Lucas y Dustin le hicieron caso y fueron hacia otra habitación.
—Cariño—, llamó Mike a su novio, quien continuaba con la cabeza gacha.—que no te afecte mucho lo que digan. Incluso si nos pasáramos toda la noche "besuqueándonos"—Mike desvió la mirada sonrojado, imaginándose esa situación.—, no tendrían por qué quejarse. Ellos también quisieron que vinieras a pesar de saber que estamos saliendo.
—Lo sé, es solo que me recuerda a cuando salías con El, y yo me quejaba de que nos dejabas de lado por estar besando a una chica estúpida.—Will hizo una pausa y miró al más alto, agitando los brazos en forma de negación.—¡Oh, no, pero ya no pienso que sea estúpida! Es solo que me siento hipócrita, no sé si me entiendes.—Mike miró a su pareja con lastima y le dio un abrazo cariñoso.
—Yo no pienso que seas hipócrita.—el más bajo sonrió enternecido por las palabras del mayor y asintió.
Will le propinó un beso en la mejilla y cogió su mochila.—Venga, tengo que cambiarme ya o Dustin y Lucas se enfadaran.—rió el menor. Mike asintió y sin segundas intenciones ayudó al más bajo a quitarse la camisa para reemplazarla por la del pijama, dándose la vuelta obedientemente para que Will se pusiera su pantalón.
De repente, se escucha el sonido de una ventana rompiéndose. Dustin y Lucas salen de la habitación corriendo para ver qué ha pasado encontrándose con las miradas confundidas de sus amigos. Todos se miran entre sí asintiendo, y Mike va hasta su cuarto para coger un bate de béisbol que le compró su padre sin ningún tipo de contexto y van todos en fila con Wheeler delante del grupo hasta donde se escuchó el ruido.
Todo parecía silencioso hasta que un hombre vestido de negro y con pasamontañas salió de la nada.
—¡AHHHHH!—gritaron los cuatro al unísono y Mike cerró los ojos para dar el batazo sin ningún tipo de pudor.
—¡No, no! Esperad chicos soy-...—Pum, el bate impactó contra la cabeza del hombre y cayó al suelo desmayado. Los chicos inmediatamente le quitaron el pasamontañas y descubrieron que aquel hombre era Hopper. Will corrió a su lado para ver si tenía alguna herida grave.
—Mierda Mike, le has dado un batazo a tu suegro.
—¡Lucas, no hace falta que me lo digas, ya lo estoy viendo!—exclamó con preocupación.
—¡Chicos, no sé si respira!—dijo Will llorando. Mike al verlo reaccionó y corrió a buscar a su madre.
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—U-Uh... ¿Dónde estoy?—Hopper finalmente despertó intentando recordar lo que pasó antes de desmayarse. Un médico se acercó y le dijo que no se moviera, que no podía hacer ningún esfuerzo por el momento.
—¡Hopper!—Joyce fue corriendo hasta su pareja y lo abrazó.—¿Cómo estás? Por dios, ¿cómo se te ocurre presentarte en casa de Mike y colarte por la ventana vestido de ladrón?
En ese momento el hombre recordó todo y su cara cambió a una de furia.—¡Ese crío Wheeler, tráemelo!—Mike, quién estaba en la sala de espera, al escuchar su apellido fue temeroso hasta el jefe de policía. Detrás lo seguía su novio por si las moscas.—¡Tú, pequeño pervertido! ¿¡Qué le estabas intentando hacer a mi hijo?!—cogió al chico de la camisa y en ese momento Will se interpuso intentando que su padrastro soltara el agarre.
—¡Hopper, para! ¡No pasó lo que tú piensas!
—¡Yo lo vi tras los prismáticos, Will! ¿Por qué piensas que este niño no quería hacerte nada cuando literalmente intentó quitarte la camisa? Dejé pasar el beso de la entrada pero eso ya sí que no.
—¡Pero no estaba pensando en nada, solo fue para ayudarlo a ponerse el pijama! ¡Incluso me di la vuelta para que terminara de cambiarse él sólo!—intervino Mike. Will asintió ante sus palabras.
—Hopper... Papá—era la primera vez que lo llamaba "papá"—, Mike no es una mala persona, lo digo en serio. Por favor, no seas así con él.—Will lo miró con ojitos tristes, algo a lo que Hopper no podía resistirse.
Suspiró.—Puede que me haya pasado un poco al intentar vigilaros como alguien siniestro, es cierto que sois lo suficientemente mayores como para ser responsables de vuestras propias acciones sin que haya alguien detrás de vosotros todo el tiempo, perdóname chico.—Mike asintió con una sonrisa.—Quizá te he juzgado mal, ¿pero puedes prometerme una cosa?—el chico volvió a asentir esperando a la petición.—Por favor, no le quites a Will su inocencia hasta que al menos seáis adultos.
Mike entendiendo al segundo a lo que se refería, estalló en colores.
—¡O-Oye, no hace falta que le digas eso!—chilló Will cerrando lo ojos de la vergüenza.
Mike se puso serio y agarró las dos manos de su novio.—Tranquilo, Will. ¡Protegeré tu virginidad hasta nuestra boda!—dijo Wheeler con determinación. Si de por si la cara de Will era un circo, ahora era un desastre.
—¡Pero qué dices, idiota!—salió de la habitación con ira a paso rápido.
—¡Espera, Will, amor mío!