El aire de California es caliente en su mayoría, incluso en el otoño puedo sentir ese abrigo especial que tiene este lugar, sentada en el parque con la mano levantada el helado que sostengo se empieza a derretir, mi vestido ya está sucio, mi mano pegajosa y mi corazón sigue doliendo.
Clarise no deja de verme esperando una respuesta a su propuesta, ¿Porque me está haciendo esto? ¿Que acaso no podemos estar juntas? ¿Porque ahora? ¿Porque después de tanto y porque tan frío? ¿Porque ella lo necesita a él? ¿Porque no puedo ser él?
- Por favor, dime algo, necesito que digas algo.
Mi mirada permanece fija en ella, pero mis palabras están desordenadas, hace poco estábamos planeando una vida juntas y hoy me están quitando todo.
-no debemos terminar, no es necesario, podemos seguir nuestros planes, yo te amo.
Sus palabras logran hacerme llorar tan amargamente que no puedo respirar, el helado ya está en el suelo, mis manos tiemblan, la gente nos mira y el sollozo que dejó salir es tan lastimero que puedo ver qué ella también quiere llorar.
-¿Sabes?- mi voz quebrada se hace presente- Yo no soy nadie para quitarle su destino a alguien más, si tú estás dispuesta a ello adelante, quítale su vida, pero no quiero esto para mí.
- Yo no quiero seguir al destino, yo quiero estar contigo, pero él ya está aquí.
Las lágrimas siguen saliendo, evitando que pueda verla claramente, tengo miedo de ahogarme en mi misma y bajo la mirada.
- Solo dame la oportunidad para hacerlo funcionar.
Su mano llega hasta mi mejilla y baja por mi cuello a la par que se acerca hasta mi rostro en un intento de lo que parece ser un beso.
Aparto la cara rápidamente alejando mi cuerpo lo más que puedo.
No quiero esto, no estoy dispuesta a esto.
- Incluso si me quedo con él, puedo ayudarte con tu celo o puedo estar contigo y solo ayudarlo a él, algo para seguir viéndote.
- No, él ya está aquí Y debes hacerte responsable de lo que le hiciste - suelto entre dientes- él es tu compañero, para bien o mal, eres de él y claro que lo nuestro ya no existe, así lo decidiste el día que lo marcaste.
Un movimiento violento me hace caer de la banca, Clarise está molesta, en el piso no intento levantarme, me siento tan asustada que no me muevo, su olor me está preocupando y lo sabe, molesta se echa el pelo para atrás mientras se acerca a levantarme, su tacto no es gentil, sus uñas se entierran en mi piel dejando marcas profundas, trato de retroceder pero no puedo, me tiene bien sujeta.
Fuertemente me levanta del piso, mi vestido tiene helado, tierra y sangre de mis rodillas.
Pero a ella no le importa, saca provecho de nuestra diferencia para ponerme sobre su hombro, ahora puedo verlo, el mundo del que ella me había guardado me saca de su plano, haciendome ver qué esto es lo que somos.
Sé lo que viene, sé que ella no será mía nunca y que esto es todo lo que seremos.
Un alpha tomando lo que quiere y una Omega dando sin esperar.
~~~~~~~✨~~~~~~~
Mi celular suena de fondo, por instinto me levanto corriendo para tomarlo pero no está en su lugar, aún adormilada veo a mi alrededor, el tono no para y el celular no está en la habitación, entonces recuerdo, que lo deje en la cocina, sigo la canción de llamada al fondo y cuando al fin llegó a él mi corazón se vuelve a contraer, en la pantalla hay una llamada de Clarise, al ver la hora puedo darme cuenta de que ya es el almuerzo en el trabajo, ayer le quede mal con nuestro encuentro y hoy estoy en casa.
Por unos instantes me planteo la idea de no contestar, pero mi corazón sabe que quiere oírla y no lo culpo, desde los 18 no ha habido un solo celo lejos de ella.
- ¿Hola?
- ...- un suspiro aliviado se escucha del otro lado-¿Megan? ¿Dónde has estado? ¡Tengo desde ayer intentado localizarte! Incluso fui a tu casa por la tarde ¡¿Que estás pensando?! Y sobre todo ¿Por qué tu jefa tiene tu blusa?
Me quedo en silencio unos segundos buscando una excusa, la idea de decirle que tal vez ella la compro donde yo o que quizá mi tintorería se la intercambio, lo que sea para que no sepa que paso la noche en mi casa.
- Se que me escuchas.
- Yo... ¿Estás segura de que es mi blusa?
Puedo escucharla gruñir desde el otro lado de la línea, entonces agradezco estar muy lejos de ella.
- Estoy tan segura de que es tu blusa porque huele exactamente igual a ti a demás no se molestó en mentir cuando le pregunté, así que ahora va para ti la pregunta ¿Porque tiene tu blusa?
Es oficial, mi alma a abandonado mi cuerpo.
Sigo dando vueltas a las excusas que podría darle pero es inútil, si no soy honesta ahora su respuesta será peor.
- ella pasó la noche en mi casa, en la mañana no tenía ropa limpia así que le ofrecí la mía, solo eso.
- ... - ella permanece en silencio unos segundos, imagino que asimilando lo que le dije- ¿Te acostaste con ella?
- ¿Disculpa?
- QUE SI TE ACOSTASTE CON ELLA - la Clarise gentil que me había llamado desaparece, dejándome nuevamente con su lado más agresivo - PUDE PASARLO POR ALTO LA PRIMERA VEZ, PERO DOS SON MAS QUE MÍ.... ¿Sabes que? Sé que estás en casa así que más te vale abrirme la puerta.
Ella cuelga la llamada sin decir más, por un segundo pienso que podría estar verdaderamente fuera de mi casa así que apresurada corro hasta la ventana notando que no hay nada, aliviada pero no confiada cierro la puerta con llave, ella venga o no, no puedo dejar mi puerta abierta con el celo tan cerca.
Una vez me siento segura me doy cuenta del olor que tengo, la mezcla de mis feromonas, las de Lenna, el beta de ayer y el sudor de mi cuerpo no son una mezcla muy agradable.
En el pasillo me quitó la ropa para poder dejarla en el canasto del baño antes de entrar a la regadera, el piso sigue húmedo por la ducha de Lenna pero no es resbaloso, en cuanto puedo entrar en el agua la corriente me regresa a mi estado de paz mental, algo que yo llamo "casa" cuando estoy en casa nada me puede perturbar, casa es mi estado zen.
Las heridas de mi cuerpo escuecen conforme el agua las toca, las mordidas de mi cuello son las que más duelen, llegado este punto puedo sentir el peso de mis decisiones sobre mis hombros, entonces me arrepiento de haber ido esa noche, pero arrepentirse nunca sirvió de nada ni en mí ni en nadie.
Permanezco bajo el chorro de agua unos minutos, únicamente me he lavado el cabello y creo que ya no tengo fuerza para seguir con lo demás, cuando pongo una mano sobre el grifo de agua caliente soy sorprendida por un ruido fuerte proviniendo de afuera, y antes de que pueda cerrar la llave alguien ha entrado por la puerta de la cocina, asustada me apresura llegar a la puerta del baño para encerrarme, sea quien sea es un peligro sí entró así, pero antes de poder llegar mi pie se resbala con un charco de agua en el piso, mi cuerpo cae por su propio peso en el suelo, y yo por suerte puedo levantar la cabeza para que está no golpeé, estoy a unos centímetros del picaporte cuando la puerta es abierta, cierro los ojos asustada antes de sentir que me levantan.
- ¡Mierda! ¿Estás bien? sí que estás pesada.
Confundida abro los ojos, viendo a Nat de cerca, atrás de él viene su novio quién no deja de verme preocupado, se ha dado cuenta del estado verdadero en el que está mi cuerpo, y las marcas que la ropa no puede cubrir, marcas de ahora, marcas de hace unas semanas, marcas de años y y que no planean irse nunca, estoy desnuda frente a ellos pero no me siento asustada.
Cuando mi amigo me deja sobre mi cama puedo ver el agua qué he estado escurriendo desde el baño, El golpe no ha sido duro o bueno no lo suficiente para lastimarme, el miedo que me tomo antes es el que me tiene así.
-¿Porque no han tocado la puerta como personas decentes? - pregunto en voz baja mientras cubro un poco mi cuerpo con las manos- pudieron incluso usar su llave.
- atrancaste la puerta- escucho decir a Damián desde atrás- venimos del hospital ya que olvidaste pasar por tu supresores, vimos la puerta cerrada y pensamos que tal vez te habías desmayado por el celo, yo pensé en llamar un cerrajero pero Nat insistió en que abriéramos.
Mi pequeño Natt, mi amigo de toda la vida que desde que somos adolescentes nunca me ha dejado sola estaba verdaderamente preocupado por mí, al levantar la vista a el sus ojos rojizos me indican que realmente pasó por mucha tención, entiendo su miedo no es la primera vez qué he necesitado ayuda, entiendo su miedo, ya me ha salvado en repetidas ocasiones.
No sé si es por las hormonas, la situación, o si realmente es un sentimiento que tengo, pero quiero llorar.
El al darse cuenta de esto se acerca hacia mí para abrazarme, mi cuerpo mojado o el hecho de que este desnuda no parece molestarle, y a mí tampoco, lo abrazo con fuerza con los dos brazos para poder alcanzar lo mejor, agradezco demasiado tenerlo en mi vida.
Desde mi lugar puedo ver a Damián mirándonos fijamente, con una sonrisa estiró mi brazo derecho invitándolo a que se una al abrazo pero él se niega.
Le hago un gesto para saber porque a lo que él solo sonríe.
- es que, estás desnuda.
No puedo evitar reír ante la obvia observación, me separo de Natt secándome las lágrimas de la cara.
- tal vez quieren salir en lo que me visto después podemos ir a comer si quieren.
Damián asiente ante mi idea tomando a su novio del hombro y llevándolo a la puerta.
-te estaremos esperando afuera No tardes- suelta desde el umbral mi amigo - o me preocuparé y vendre a sacarte yo.
Ni bien cierren la puerta apresurada me dirijo a mi armario, la elección de ropa para días laborales es complicada, pero hoy que no debo trabajar sé perfectamente lo que quiero ponerme.
Saco unos pants, una camisa xxl con un estampado de hora de aventura y con unas zapatillas deportivas salgo de la habitación.
Vestida para la ocasión tomo las llaves de mi casa mi teléfono y una mochila para poder salir, pero antes de poder llegar a la puerta una punzada de dolor y calor Me golpean desde dentro, mareada llegó hasta la mesa de la cocina para poder tomar mi supresores, me meto dos en la boca y los paso sin agua, pero el sentimiento continúa y crece, es inevitable estoy en celo.
El dolor es sofocante y no se detiene, pero es mucho más diferente en otras ocasiones, Nat y Damian me esperan en el auto así que cruzó la puerta que da a la calle para poder decirles que no puedo en esta ocasión, pero cuando salgo me doy cuenta de la verdadera razón por la que me estoy ahogando, las feromonas de Lenna, Clarice y Natt están por todos lados.
Quiero volver a la casa pero no puedo mis piernas se han paralizado y amenazan con dejarse caer, el fuerte aroma de los tres es el que me tiene nerviosa las feromonas de Lenna y Clarice son el mismo tipo de feromonas, las de un Alfa defendiendo su presa contrarias a las de mi mejor amigo que indican que se tienen que alejar, los mensajes mixtos son demasiado para mi cuerpo y siento que perdere la conciencia en cualquier momento. Gracias al cielo y antes de que algo suceda soy empujada de regreso a la casa, Damián es mi salvador en este momento, cierra la puerta tras el encerrandonos a ambos.
Su cara está roja aparentemente las feromonas fueron muchos para los dos.
El aroma permanece aún dentro de la casa, entonces mi cordura se va poco a poco dejando que mi cuerpo empiece a hablar, la idea de salir y aventarme a los brazos de Clarise o Lenna me tienta, pero ya he llegado muy lejos y con el celo encima es un hecho que seré marcada.
Damián me toma del brazo dirigiendome a mi habitación, cada paso que doy me tomo más de esfuerzo del normal pero no me siento como yo misma, el celo es un estado de instintos tan puros que muchas veces me hace sentir una marioneta, cuando me acomodo en mi cama la silueta de Damián se da la vuelta para no verme, desde mi inconveniencia noto qué se está cubriendo la cara, imagino que para evitar el olor de mis feromonas.
Avergonzada me escondo entre las cobijas de mi cama solo para descubrir qué el olor de Lenna no se ha ido, permaneciendo incluso más fuerte que en la mañana, por instinto hundo la cabeza en la almohada que ella utilizó la noche anterior, encontrando refugio a mí que creciente ansiedad, sin darme cuenta mis caderas se mueven inquietas en la cama bajo las cobijas, el sonido de la puerta me dice que Damián salió de la habitación, pero el olor que permanece fuera me indica que siguen en mi jardín.
En mi lamentable estado el calor que siento me fuerza a quitarme los pantalones, mi temperatura no deja de subir y el olor a Lenna me mantiene agitada, pero antes de siquiera poder tocarme la puerta de mi habitación es abierta bruscamente, levanto la cabeza de la almohada solo para ver a Clarise que sin demora se deja caer a mi lado de la cama, tomando mi rostro para besarlo de una manera tan profunda que no soy capaz de respirar adecuadamente.
Mareada trato de apartar el rostro de ella pero es inútil, ella se posiciona sobre mi dándole la vuelta a mi cuerpo sin esfuerzo, en otros celos yo estaría suplicando que siguiera, pero en este su olor me tiene mal.
Sus feromonas solo despiertan miedo en mi cuerpo.
Asustada bajo la cabeza tapando mi nuca con las manos, esto no me esta gustando, en ese estado trato de moverme pero no puedo, su cuerpo es muy pesado para mí, así que solo puedo llorar, trato de asimilar que es lo que me pasará.
Mi cuerpo muy débil para pelear, mi mente muy cansada de todo y mi celo suplicando que me toquen.
Cuando Clarise logra bajar mi ropa interior sus uñas rasgan mi piel de las piernas.
"Por favor. Solo ya no huyas"
La voz de Lenna suena en mi cabeza, si ella estaba afuera porque solo Clarise está en mi cuarto, ¿Porque?
Yo ...
Solo quiero ser tocada por ella, solo por Lenna...
- ¡LENNA!
Mi voz es casi un alarido de pánico, y suena tan alta que hasta yo misma me sorprendo por ella.
- ¡VEN, LENNA!
Mi cabeza es aventada al colchón a la par que mi cadera es levantada pero antes de sentir que entran en mi, puedo verla a ella, Lenna entra a la habitación con Nat atrás.
Ella no hace escalas, sin más se abalanza contra Clarise sacándome de debajo de ella, contrario a lo que sentí con Clarise, mi cuerpo acepta el tacto de Lenna, haciéndome soltar feromonas en cuanto me encuentro en sus brazos.
Ella parece darse cuenta de esto, abrazando mi cuerpo con fuerza, sus ojos ahora tienen esa mirada aterradora que advierte a los demás que soy su presa, sus dientes blancos sobresalen de su boca en una clara amenaza de que está dispuesta a pelear por mi, desde el otro lado de la habitación, Nat está controlado a Clarise, quien desde mi lugar puedo apreciar dos cosas, la primera es que ella está haciendo la misma expresión que Lenna y la segunda es la sangre en su rostro que escurre por la comisura de sus labios.
Se muerde con tanta fuerza el labio...
Las escucho hablar, hablan de algo que no puedo entender, pero hablan.
Lenna me tiene resguardada entre sus brazos, tan apretada que no se si mis jadeos o su fuerza son lo que me complica respirar, agitada me aferró a su cuerpo con los brazos buscando tocar algo más que su ropa. Lenna responde levantando su torso para llevarme con ella, uno de sus brazos me tiene de la cintura y el otro del trasero, cuando se pone de pie me aferró con las piernas también.
Quiero estar con ella, tan cerca de ella que si pudiera entrar en su piel lo haría.
- ¡NO PUEDES LLEVÁRTELA! ¡SABES QUE NO!- Clarise grita desde el otro lado de la habitación- ¡NO ES TUYA! ¡ES MÍA!
La vibración del pecho de Lenna es una nana para mí celo, de alguna manera me siento bien entre sus brazos que aún en este estado se que podría dormir cómodamente en ella.
Escondo el rostro en su cuello para no ver nada más, Clarise gruñe y Nat le grita, pero Lenna no hace nada, solo me lleva con ella, sé que se mueve, la siento moverme con ella, las emociones, el calor, el miedo y mi celo, sobre todo mi celo, me tienen cansada.
- No te preocupes por ella, va a estar bien- dice Lenna en tono calmado- dile a tu novio que no le voy a hacer nada y que me contacte si quiere saber algo de mí.
- Yo... Le diré que fueron a tu casa, por favor atiende el teléfono si te llama, él... La quiere mucho.
La voz de Damián me hace levantar la cabeza para buscarlo con la mirada, ahí está, en el umbral de mi puerta, es una imagen borrosa que me esfuerzo por mirar.
Esta solo, ¿Nat estará bien? Cierro los ojos un instante cuando me doy cuenta de que nos seguimos moviendo, Lenna no me suelta, pero busca algo en sus pantalones, se lo entrega a Damián y vuelve a tomarme con cuidado.
- Descuida, yo veré que estés bien .
El rostro de Lenna está rojo, se contiene a si misma, ¿Pero porqué?
Cansada me apoyo en su pecho otra vez, buscando refugio en ella.
Me siento extraña, pero me siento a salvo.
Cuando vuelvo a abrir los ojos estoy en un lugar que no conozco la poca luz que estés por el entreabierto de las puerta solo me deja ver las paredes azules, el techo gris y un montón de siluetas de muebles, me frotó los ojos con cuidado antes de intentar pararme, despertar en lugares que no conozco nunca me ha asustado, es algo que pasa cuando pierdes el conocimiento o la noción en lugares públicos, pero esto claramente no es un hotel y gracias al cielo aún traigo mi ropa.
Cuando me levanto de la cama no siento mis zapatos, solo una pequeña alfombra que evita que toque el piso, a simple vista el suelo es un azulejo precioso y no debo tocarlo para saber que es frío, ignorando la sensación camino hasta la puerta, normalmente buscaría mis zapatos y saldría corriendo del lugar pero ni bien cruzó la puerta el olor de Lenna me llega, su olor es suave y muy apenas lo puedo sentir, pero claramente es de ella, el pasillo es exactamente del mismo color que la habitación, continuo caminando hasta el final, la voz de Lenna es suave, la escucho hablar, instintivamente sigo el sonido hasta otra habitación, suena del otro lado del pasillo donde una ventana queda delante de la puerta, ya no hay luz, el sol se a ido y por las estrellas, sé que es entrada la noche.
Me quedo el silencio analizando el panorama, finalmente abro la ventana para poder sentir el aire, es frío, pero no tanto como para incomodarme, este aire, esta luz y este olor tenue.
¿Podré monopolizarlos en mis recuerdos?
– Si bajamos al jardín podrías ver mejor el cielo– Lenna habla en voz baja tras de mí – tengo un telescopio si quieres.
– No soy fan de la astrología, me da miedo el espacio, solo me encuentro cómoda en la noche.
– Puedo verlo, igual podemos salir si quieres, solo...
Ella permanece en silencio unos segundos, confundida volteo para poder verla, mira mis piernas desnudas, ciertamente después de la tarde solo traigo la enorme camisa que pensaba usar para comer en un "pollo loco" o McDonald's.
El tamaño de la camisa apenas es suficiente para cubrir un poco más que mi trasero, pero estaba tan cómoda que no me interesó caminar así.
– Soy conciente de que traigo solo una camisa, pero lo que de verdad quiero saber es ¿Dónde estoy? – le doy la espalda a la ventana, sintiendo el aire frío en ella y sobre todo dándole la cara a Lenna– es un lugar bonito, pero parece caro así que supongo que es algo así como la casa de tus padres o una quinta.
Lenna me acorrala contra la ventana apoyándose en el marco de este pero inclinando su cuerpo a mí, sonriendo con malicia y dulzura, ella ya no trae su ropa de la tarde, ahora trae una blusa de lino azul media noche con unos pantalones de vestir color negro, su blusa desabotonada me deja ver el inicio de su pecho, su cuello blanco y sus clavículas, ¿Ella siempre es así de sexi o solo cuando está frente a mí?
– Por extraño que creas que es, está es mi casa, vivo sola y estás loca si crees que esto se parece a una Quinta, mi casa tiene mucha más clase como para que deje que cualquiera la use o siquiera entre. ¿Me entiendes?
– Creo entenderte, pero ¿Que hago aquí?
– Te traje en la tarde, llame un médico y te aplicaron supresores extra fuertes, no quitan tu celo, solo lo mantienen a raya para que estés a salvó, una dosis es tan fuerte que podrías no tomar medicamentos lo que resta de tu celo, pero no sé si confiarme, por eso te puse en la habitación más alejada de mi estudio en este piso, también para poder llegar rápido si te sentías mal, pero ese no es el caso ¿O si?
Niego con la cabeza, si bien no me siento mal, no sé cómo reaccionar a qué me cuiden.
– Gracias, perdón por las molestías.
Ella se acerca hasta tocar mi rostro, acariciando gentilmente mi mejilla, sus manos frías me dan aún más paz que el aire de la ventana.
Cierro los ojos permitiéndome disfrutar de esta sensación.
Entonces vuelvo a preguntarme si seré capaz de monopolizar este recuerdo en memoria, para que al menos está yo que está medio desnuda frente a Lenna se sienta amada y protegida para siempre en mi cabeza.
– Me encuentro incómoda con que creas que esto me resulta una molestia, cuando todo esto lo hago porque quiero hacerlo.
Abro los ojos para descubrir que ella se a acercado más a mi rostro, mirando fijamente a mis ojos.
– Yo... No entiendo bien porque quieres hacer esto.
Ella parece divertirse de mi y mis dudas como si fuese tonto lo que acabo de preguntar, se posiciona frente mis labios dejándonos solo unos centímetros de separación, únicamente lo necesarios para poder hablar.
– Es simple, yo soy feliz porque puedo cuidar a mi destinada.
Sus ojos brillan con la luz de la luna antes de cerrarlos y besarme con cuidado, sus manos no me tocan, ella únicamente me besa, y siendo nuestro primer beso consiente me doy cuenta de varias cosas, el sabor de su boca es similar al de el agua fresca y la menta, su tacto es suave y sus labios gentiles, pero más allá de lo que yo sienta de su cuerpo lo que verdaderamente me preocupa es la velocidad con la que va mi corazón.
Nuevamente, quiero monopolizar este recuerdo para toda vida y si puedo monopolizarla también a ella, para sentir está felicidad sin miedo a perderla.
Nota del autor:
Se que tarde un poquito bastante demasiado en actualizar, pero aquí está el capítulo. Gracias por esperar, los quiero bastante y espero que no se olviden de seguirme, me haría muy feliz si lo hacen.
Es todo, los veo en el próximo capítulo.
Besos~✨