∙ʚ♡ɞ∙
— Buenos días hermosa.
— Buenos días.
— Suerte en tu primer día de trabajo.
— Gracias, la voy a necesitar.
— ¿Estas bien?
— Estoy bien, solo un poco nerviosa.
— Confía más en ti mi amor, lo harás excelente... yo confío en ti. — Mierda, si supiera que mi jefe es nada menos que mi ex.
— Te extraño mucho. — Eso si es cierto.
— Yo a ti, estas dos semanas pasaran volando.
— Espero que así sea.
— Bueno te dejo, te llamaré más tarde, besos.
— Igual para ti, bye.
Detuve mi andar frente al imponente edificio, inhalé profundo antes de entrar para darme fuerzas y valor.
Pueden pensar que soy dramática, pero literalmente me siento a punto de entrar en un campo de batalla donde tengo muy pocas probabilidades de sobrevivir. Además, para nadie es agradable tener que trabajar con tu ex, y peor aún si es tu jefe.
Ay, Dios... ¿por qué me sucede esto a mí?
No Lucía, cálmate.
No es momento para echarse a morir, entra con la frente en alto y demuéstrale a Loki que no te intimida y que toda nuestra historia es cosa del pasado, está muerto y sepultado.
— Sé que puedes, sé que puedes... — Murmuro dándome ánimos y recordé las palabras de Susy. — Soy una perra exitosa, soy una perra exitosa.
— ¿Vas a entrar o vas a quedarte allí? — Doy un pequeño brinco al escuchar su voz a mi lado. — Disculpa si te asusté, no fue mi intención distraerte.
— Hola, si me asustaste. — Es el chico que conocí el otro día en el ascensor, exhalé profundo.
— ¿Te sientes bien?
— Si todo bien.
— Puedo preguntarte ¿qué hacías? ¿Es ley de atracción? ¿O algún rito de buenas energías?
— Nada que te incumba. — Le respondí impulsivamente.
— Okey disculpa.
— No, no... — Volví a suspirar. — Discúlpame tú a mí es que estoy nerviosa.
— No te disculpes, me lo merezco por intruso. — Me sonríe, trae una camisa blanca y los primeros botones están desabrochados, de nuevo trae su saco oscuro sobre su hombro.
— Me tengo que ir, no quiero llegar tarde en mi primer día.
— Entonces si quedaste en el puesto de asistente.
— Sí.
— Felicidades.
— Gracias, nos vemos.
Entro en el edificio caminando hacia el ascensor, el chico se quedó en el vestíbulo.
Mientras subía piso por piso, mi nerviosismo aumenta, pero no dejaré que mis inseguridades me jueguen chueco. El ascensor me dejó justo en el piso de gerencia, bajé y fui directo a hablar con la recepcionista.
— Buenos días, soy la nueva asistente de señor Odinson.
— Buenos días, el señor la está esperando en su oficina adelante. — Mierda, mierda, mierda.
— Gracias.
Caminé por ese largo pasillo hasta esa puerta de madera negra que era diferente a las otras, toqué con mis nudillos dos veces. Escuché su voz dándome el acceso, mi corazón enloqueció con solo oírlo.
— Buenos días. — Dije entrando a su elegante y ordenada oficina. Se escucha música clásica de fondo a un volumen moderado.
— Buenos días, señorita Lucía. — Dice prestándome atención, viste una camisa negra y traje formal del mismo color, su corbata es de color vino y trae puestas sus gafas para ver la laptop.
A él todo le queda bien, hasta un costal de papas lo luciría con elegancia.
— Asiento. — Me indica una de las sillas frente a él. — ¿Leíste el contrato?
— Sí.
— ¿Todo bien?
— Tengo una duda respecto a la cláusula que dice que prestaré servicios a dos empresas.
— Así es... — Se levanta de la silla. — No solo tengo esta empresa, tengo muchas y necesito ayuda en una especial y quiero que te encargues en administrarla. — Se pasea hasta que queda frente a mí. — Ya habrá tiempo para hablar de eso. — Me clava sus divinos ojos.
— ¿Algo más?
— Sí... ¿qué fragancia usas?
— Es un perfume de vainilla y cítricos ¿por qué?
— Es que hueles muy bien.
Ay no, ya empezó.
Me levanté de la silla, distanciándome de su mirada.
Por suerte justo alguien llama a la puerta.
— Buenos días. — Se asoma la chica colorina bostezando y ajustando sus gafas, parece que trae resaca.
— Buen día. — Le respondo.
— ¡Verity! ¿soñaste conmigo? — Le dice Loki sonriendo.
— Sí, que te asesinaba y lanzaba tu cuerpo a una zanja.
— Tú siempre tan tierna.
Al parecer entre ellos hay mucha confianza.
— Por favor enséñale su oficina a la señorita. — Arrugué el entrecejo.
— Como digas.
— Y necesito mi café.
— Como fastidias Loki, ya te lo traigo. — ¿En serio le habla así al que se supone es su jefe?
— No... quiero que la señorita aquí presente prepare mi café y me lo traiga. — Se me queda viendo con una sonrisita siniestra.
— ¿Cómo le gusta el café? — Intenté sonar lo más calmada posible.
— ¿Quieres que lo prepare yo también?
Si bien recuerdo, Loki cuando quiere ser amable es la persona más encantadora del mundo. Pero cuando quiere ser un dolor de cabeza es un gran hijo de puta.
— ¿Qué esperas? Necesito mi café. — Me insiste.
— Vamos chica nueva. — Me dice Verity.
Salimos de la oficina hasta otro pasillo donde hay una pequeña cocina.
— ¿Cómo le gusta el café al señor?
— Café doble, con un shot de crema, sin azúcar.
— ¿Siempre es así de histérico? — Pregunto mientras espero que el café salga de la máquina.
— La verdad no... de hecho todo el mundo lo quiere.
— ¿Trabajas hace mucho con él?
— Hace cinco años.
— Debes conocerlo muy bien.
— Más de lo que yo quisiera. — Dice alzando las cejas.
Quiere decir que mis sospechas son ciertas, ellos son muy íntimos, quizás hasta son algo más.
— Anda chica nueva, que Loki se transformará en Hulk si no tiene su café.
— Ya voy... — Dije cogiendo una pequeña bandeja con la taza.
Volvemos al pasillo hasta la oficina. Loki habla por teléfono quien sabe con quién, pero por lo que oigo son temas de trabajo. Dejo la bandeja con la taza sobre el escritorio, mientras el cuelga el teléfono.
— Verity revisa mi correo, me llamaron recién de una revista.
— Iré por mi Tablet. — La chica colorina sale dejándome sola con él, voy detrás de ella.
— Hey... ¿A dónde vas?
— Con Verity...
— No he dicho que te puedas retirar... — Toma su taza de café. — Necesito que revises esos papeles. — Me indica unas carpetas que están sobre el escritorio. — Son los estados financieros de los últimos cinco años, necesito un análisis de ellos y quiero un informe detallado.
— ¿Para cuándo necesita el informe?
— Para ayer.
Hijo de...
Me clava esa mirada psicópata, bebe un sorbo de su café, frunce el ceño con una cara de asco como si hubiese bebido orina de gato, termina escupiéndolo.
— ¡Está asqueroso! — Deja la taza sobre el platillo casi estrellándola. — Hiciste que manchara mi traje italiano.
— Lo siento, de verdad hice el café como me lo pidió... — Me acerco a él con una servilleta de tela en la mano. — Yo limpio su traje.
Pero antes de que pueda tocarlo, el me sostiene del antebrazo.
— No me gusta que me toquen. — Me fulminó con la mirada, me quitó la servilleta y el mismo se limpió.
— ¿Puedo retirarme?
— Sí retírate.
Me faltaron pies para salir casi corriendo de esa maldita oficina. En eso me encuentro con Verity.
— Escupió mi café. — Le dije, ella soltó una risa.
— Me hubiera gustado ver eso.
— ¿Puedes llevárselo tú? Por favor, o me asesinará.
— Bien yo se lo llevo, pero primero vamos a tu oficina.
Nos devolvemos por el pasillo principal hasta el vestíbulo central del piso, pasando la recepción doblamos y veo dos puertas.
— Esa es mi oficina... — Dice Verity, y claro hay una placa de metal en la puerta que tiene su nombre, secretaria de gerencia y de presidencia.
— Y esta es tu oficina. — Abre la puerta.
La contemplo mientras ingreso al lugar, está alfombrada y predomina el color blanco. La silla es de cuero blanco, al igual que el escritorio de madera que tiene tres cajones a cada lado, aire acondicionado, un sillón de un rosa pastel, hasta un parlante para escuchar música.
— Esta increíble, gracias
— Ese sillón es muy cómodo, puede echarte una siesta ahí en tu hora de almuerzo o hacer el delicioso con tu novio. — No le respondí. — Bien te dejo para que conozcas tu oficina y empieces a trabajar.
— Gracias otra vez Verity
— De nada chica nueva.
Me senté en la silla de cuero, no puedo creer que apenas han pasado 20 minutos en esta oficina y ya tengo ganas de asesinarlo.
Hice unas cuantas respiraciones profundas para disponerme a trabajar en ese dichoso informe, encendí el notebook frente a mí que al parecer está nuevo. Había mucho silencio por eso coloqué algo de música para poder trabajar más a gusto. Al cabo de trabajar una hora, sonó el teléfono que hay sobre mi escritorio.
— ¿Sí?
— Ven a mi oficina enseguida. — Cuelga.
Me levanté rápidamente de mi silla y caminé rápido hasta su oficina, golpeé y entré.
— ¿Qué necesita?
— Necesito que lleves estos papeles a vicepresidencia. — Me indica una pila de archivadores y papeles.
— Okey. — Levante unos cuantos archivadores que pesan mucho, en el proceso se me resbalan de las manos y cientos de hojas van a dar al piso de la oficina justo a sus pies. Por inercia me agaché a recogerlos, Loki se levanta de su silla y se agacha hasta donde estoy. — Lo siento fue sin querer.
— A pesar de los años sigues siendo torpe. — Dice recogiendo las hojas.
— Y tú sigues siendo un tirano. — Dije enfadada.
— Y eso que no has visto nada.
Me observa con esos ojos tan hipnóticos mientras seguimos reuniendo las hojas revueltas que quedan en el piso. Recogemos una hoja con muchos números impresos en ella, su mano quedó sobre la mía y me envolvió el calor de su piel.
Volvimos a contemplarnos a los ojos mientras mis palpitaciones iban en aumento.
Lucía que cambiante eres, te recuerdo que hace un rato querías asesinarlo.
De los nervios quise levantarme, pero mi cabeza chocó con el escritorio de madera que estaba sobre nosotros provocando un sonido horrible. Me quejé y solté una grosería.
— ¿Ves que tengo razón? Lo torpe no se te quita ni con el tiempo. — Dice el Dios colocándose de pie, me extiende su mano ayudando a pararme del piso.
— Ya sé que soy torpe, no es necesario que lo repitas. — Digo aun sobándome la cabeza.
— Déjame revisarte.
— ¿Revisarme qué?
— Tú cabeza. — Rueda los ojos.
— No es necesario, estoy bien.
— A ver... — Me siento en una de las sillas mientras él me revisa. — Se está inflamando.
— Ya se me pasará.
Loki camina hacia un estante, de un botiquín saca una compresa de gel que sirven para las inflamaciones y me la entrega.
— Gracias. — La coloco sobre el área que se está hinchando. — Será mejor que me lleve estos papeles. — Me levanto de la silla, justo tocan a la puerta.
— Adelante... — Dice Loki.
— Hola viejo, ¿ya me tienes los archivos que te pedí? — Se asoma por la puerta el chico con tatuajes que conocí en el ascensor y que vi esta mañana, al verme vuelve a sonreír.
— Jake que bueno que estas aquí, te presento a la señorita Lucía, ella es mi nueva asistente. — Lucía él es Jacob, mi ahijado. — Me quedé de una pieza. — también trabaja en esta empresa y es el vicepresidente.
— Hola que gusto volver a verte.
— Lo mismo digo señor Jacob.
— No, no me digas señor... dime Jake, todo el mundo me llama así.
— Es por respeto, además usted es el vicepresidente.
— Sí, pero yo no soy tan formal como el viejo, así que dime Jake.
— Está bien, Jake. — Apreté su mano.
— Un momento...— Loki arruga la frente. — ¿ustedes ya se conocen?
— Sí, nos conocimos en el elevador el otro día. — Observa que tengo la compresa sobre la cabeza. — ¿Qué te sucedió?
— Un pequeño accidente, nada grave.
— ¿Segura?
— Sí, sí, de hecho, iba a ir a tu oficina a dejarle estos archivos.
— Eso está muy pesado, yo te ayudo. — Me dice el muchacho.
— Gracias.
Loki solo nos observa mientras Jake y yo tomamos los archivos y camínanos fuera de la oficina.
Él me conduce por el mismo pasillo, pero en dirección contraria a la oficina de Loki, pasando la recepción. Me abre la puerta como un caballero para que entre primero, me indica que deje los archivadores sobre el escritorio.
Su oficina es amplia, y está muy bien decorada, hay algunas plantas, un parlante, un escritorio de vidrio y algunos cuadros que adornan una pared. Me detengo a una observar las fotografías enmarcadas donde aparece él en diferentes lugares del mundo. Frente a la Torre Eiffel, en el Coliseo Romano, y hasta arriba de un camello cruzando un desierto, se nota que este muchacho tiene mundo a pesar de que es muy joven. También hay una fotografía de él junto a Loki, en aquella imagen se ve mucho más joven, como un niño.
Me intriga saber cómo es que Jake conoció a Loki, dijo que era su ahijado, pero... ¿Qué tan cierto será eso?
— En esa foto tenía 15 años, a esa edad lo conocí. — Sonríe como si estuviese recordando momentos muy bonitos.
— ¿Tú eres su hijo? — Me atreví a preguntar, el muchacho ríe.
— No... soy adoptado, él me sacó de la calle y me dio un hogar.
¿Loki adoptando niños de la calle? Eso es nuevo para mí.
— Creo que no debí entrometerme en asuntos tan personales.
— No hay problema, todo el mundo sabe mi historia y no me avergüenza.
— Bueno te dejo, tengo mucho trabajo.
— Ah pues no te quito más tiempo, eres libre. — Me abre la puerta.
— Nos vemos.
Volví a mi oficina a trabajar, me sumergí de cabeza en esos estados financieros para tratar de avanzar, aunque sea la mitad de ese bendito informe. La manilla de la puerta gira y entra a mi oficina sin siquiera antes golpear, cierra la puerta y se sienta en la silla que está frente a mí escritorio cruzando una pierna.
Lo observo levantando una ceja... ¿ahora que me va a pedir?
— ¿Te gusta tu oficina?
— Sí, está bien. — Vuelvo a poner atención a mi laptop.
— Puedes decorarla como gustes, como sugerencias podrías poner en tu escritorio una foto de tu novio. — Le sonreí de mala gana.
— Es una buena idea, gracias... — Tipeo en la computadora. — Así cada vez que lo vea recordaré lo afortunada que soy de estar con él. — Loki hace una mueca.
— Dime Lucy... ¿qué sientes cuando te coges a Liam?
— ¿Qué crees tú?
— Vamos no me respondas con otra pregunta, y no lo digo por el placer... lo digo porque yo también me lo cogí. — Otra vez me está buscando. — Si nos ponemos a analizar la situación, primero yo me lo cogí a él, también él a mí, después tú y yo cogimos y bastante...y ahora cogen entre ustedes. — Y me puede encontrar. — La vida es una locura... ¿no te parece? Perfectamente podríamos hacer un trío.
— Loki estoy trabajando... además no hablaré de mi vida privada contigo, dijiste que nuestra relación sería estrictamente profesional.
— ¿Y en serio me creíste? Que inocente. — Muerdo mi labio conteniendo mi rabia.— Firmaste un contrato y vas a tener que aguantarme por seis meses. — Sonríe.
— Serán los seis meses más largos de mi vida.
— O pueden ser los seis meses más placenteros de tu vida, eso depende de ti.
— Voy a fingir que no escuché eso.
— Conmigo no es necesario que fijas, ese papel de mojigata puedes montarlo para el resto, pero a mí no me va a convencer.
La rabia que siento está a punto de estallar, mi modo demoniaco grita por salir, pero no puedo caer en las provocaciones de este imbécil engreído.
— Ya que estamos hablando de montar papeles... ¿qué me dices tú de fingir que eres un humano? Porque tú y yo sabemos que no eres más que un monstruo... — Su sonrisita arrogante se borra de su cara. — y por más niños que recojas de la calle, seguirás siéndolo.
Sus ojos se atascan de odio, golpea la mesa con sus puños, de otro golpe voltea el escritorio que se interponía entre nosotros, mi laptop y todos los artículos de oficina salen volando, todo va a dar contra el piso creándose un ruido horrible que obviamente todo el mundo escuchará.
Apoya ambas manos en los brazos de mi silla y su rostro queda a centímetros de mi cara.
— Vuelve a llamarme monstruo y te vas a arrepentir.
Se incorpora y sale de la oficina hecho una furia, ni siquiera cerró la puerta. Verity se asoma ajustando sus anteojos, se encuentra con todo el desorden en mi oficina.
— ¿Fue el huracán Loki?
— Sí.
— Pero...
— Verity disculpa yo... — Suspiré hondo aguantando el llanto. — tengo que ir al baño.
— Sí ve tranquila.
Salgo por mi oficina esquivando las cosas regadas en el piso, justo me encuentro con Jacob.
— ¿Pero qué pasó? — Dice observando el tiradero.
Negué con mi cabeza y seguí caminando hasta el baño. Abrí la llave y mojé mi cara, mis lágrimas comenzaron a salir, las que sequé con mi mano.
Me miré en el espejo y me replanteé severamente lo que estoy haciendo en este lugar. Mi vida será un infierno si sigo en este trabajo.
Irónicamente yo fui elegida la nueva reina del infierno, quito las lentillas de mis ojos y el color rojo escarlata resalta en ellos.
No solo tú puedes jugar a ser el monstruo Loki.
Porque yo también puedo serlo.
♢° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° ♢
Gente, estoy publicando de a uno cada fin de semana porque ya no me están quedando en borrador, es que no he tenido tiempo de escribir.
Tengo vida y hay que trabajar.
Gracias <3
Miss Loki
♢° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° ♢