Amaris seguía teniendo su relación con Hermione, pero un tanto distante, pues no parecía dispuesta a darlo todo cuando Hermione ni siquiera quería tomarlo completamente enserio.
Y la salida del catorce de Febrero, Amaris la suspendió de último momento, saliendo con sus amigos a divertirse por el pueblo, aunque Amaris se esforzará por salir un poco con Hermione, está simplemente pasaba tiempo estudiando para los T.I.M.O.S y ella también lo hacía pero de vez en cuando.
Así que solian toparse en clase hablando de vez en cuando, lo cual le fustraba a Amaris, pero permanecía callada marcándose como chica soltera.
Hermione no podía quejarse cada que veía chicas o chicos insinuandose a Amaris, más sin embargo apretaba la mandíbula y cuando pasaba junto de Amaris le chocaba apropocito mostrando su molestia, pero la pelinegra solo seguía caminando con el resto atrás suyo.
La Snape le enviaba cartas con frecuencia a Sirius pues sabía que se encontraba solo en la casa y leyendo las estupideces que el ministro decía sobre el acerca de la reciente fuga de mortifagos. Le demostraba su apoyo por medio de cartas y pequeños obsequios.
El hombre se alegraba cada que recibía una carta de la chica, realmente le había cogido el cariño como si fuera su propia hija, y la chica lo tomaba como un segundo padre, Amaris trataba de animarlo incluso le mandaba casetes recomendándole musica, mandando pinturas y dibujos, de vez en cuando le mandaba libros esperando que cada cosa que le obsequiaba le prestará atención y se distrajera de lo que decían sobre él.
Amaris ya no podía distraer más a la brigada inquisitorial o tal vez ya no quería porque no se encontraba de humor.
Añadiendo que ahora tenían a Chi Chang, Amaris caminaba con Rosier junto siguiendo a Umbridge.
— Debo admitir que me agrada como te vez con el cabello más largo. – dijo Ethan jugando con la mano de la chica mientras caminaban. — ¿Que te parece si pronto salimos?
— Lo tendré en mente. – asintió mordiendo una manzana y viendo un guiño de parte del chico.
— ¿Quieren dejar de coquetearse? – dijo Draco fastidiado viendo la sonrisa coqueta que le regalaba la chica a Rosier.
— ¿Celoso, Malfoy?
— Ni un poco, pero estamos por descubrir a los idiotas, y eso es más emocionante que verlos coquetearse, solo háganlo oficial y ya. – dijo tomando con más brusquedad a la chica que sollozaba.
— Deberías ser más delicado, Draco, tal vez Chang pueda morderte. – se burló Amaris mirando a la Ravenclaw que miraba mal a la Slytherin quién me guiño un ojo.
— No le vendría mal, a Draco le hace falta un poco de cariño. – le fastidio Rosier pronto. Los tres se quedaron atrás hasta que vieron al grupo observando directamente a el hueco, Umbridge ya los había encontrado.
Draco jalo con más brusquedad a la chica hasta quedar mirando hacia el Ejército de Dumbledore mientras Ethan llegaba con Amaris aún jugando con su mano mirando arrogantemente a aquel grupo de jóvenes.
— ¿Por qué no lo hacemos más divertido, profesora? Tengo ganas de correr, y esos chicos parecen tener adrenalina. – sugirió Amaris abriendo el paso, Umbridge no dijo nada pero el resto de Slytherin's parecían que estaban de acuerdo. — Yo adoro la cazería, ¿Y tú Draco?
— Tal vez podrías considerar aumentarnos puntos a la casa por quién atrapé más, profesora. – propuso Draco haciendo espacio para que corrieran, y unos no fueron idiotas, unos comenzaron a correr.
— Tranquilo Ethan. – le detuvo Amaris al ver qué ya estaba listo para ir tras ellos. — De está manera no disfrutarás cazar la presa.
Umbridge miró fijamente a la chica, en realidad no dudaba que aquella Slytherin podría llegar a ser una mortifaga.
— Dios mío, esto lo voy a disfrutar. – murmuro Amaris con una sonrisa ladina, Draco se encontraba igual. En una posición junto de está alistándose para correr, el chico puso la mano para la palma mirar hacia arriba, Amaris golpeó y ambos comenzaron a correr con su varita lista junto con otros Slytherin's.
Amaris jugo con su varita apuntando a los pies de un chico de Hufflepuff, que le caía bastante mal como a muchos otros.
— Voy ganando Draco. – presumió dejando de cabeza a un Gryffindor con una sonrisa arrogante mientras Draco detenía a otro.
Draco grito festejando al ver a uno caer de cabeza y Amaris rodó los ojos.
— Esto si que es divertido, has dado una excelente idea Amaris. Pero si me quedo contigo no podré atrapar a muchos. – la chica asintió y ambos cambiaron de rumbo. Amaris camino buscando a más del ejercito. Justo cuando vio a alguien correr con la túnica que le parecía de Ravenclaw.
Camino tranquilamente y con arrogancia hasta que el hechizo pego en la espalda haciendo que cayera al suelo.
— No lo hagas más difícil, amor. – murmuro con una voz ronca al hablar en el oído de Hermione quién no podía creer que Amaris estuviera haciendo eso.
— ¿Enserio estás haciendo esto? – Amaris se puso delante suyo mirándola y asintió.
— No te harán nada. – dijo extendiendole la mano para que se levantará, Hermione de mala gana la tomó. Amaris miró por un momento a Hermione y luego soltó su mano para negar. — Solo quieren a Harry, yo ni he dicho nada, ahí se encuentra mi querida Lunita. Anda Hermione, marchate. – le dijo para caminar por el pasillo dejando atrás a la castaña.
— No quería que fuera público, porque no estoy lista para eso, pero si lo estoy para estar contigo, solo dame tiempo.– Amaris rió negando para seguir caminando. — Amaris. – le llamo con súplica pero la chica simplemente se marchó dejando a Hermione sola.
• • •
— No tiene sentido que estés aquí, Chang. – hablo Amaris sentada en el suelo jugando con sus anillos, mirándolos como si fuera muy interesante, la Ravenclaw miró el suelo y miro mal a la chica.
— ¿Y tú por qué si lo estás?
— Porque yo no los traicione. – respondió simple encogiendose de hombros. — Escucha, Chang, yo lo te odio, no tengo razones para hacerlo, pero ellos están teniendo una tortura ahora mismo, les delataste así que sugiero que no estés aquí, de yo ser uno de ellos te torturaria si te veo aquí, es una sugerencia. No te quieras sentir comprometida con esto por Diggory, ese chico está muerto, no creo que lo mereciera, pero deberías dejarlo descansar y hacer lo tuyo. – dijo levantandose al ver a los primeros alumnos salir.
La pelinegra camino a un lado de Hermione sin que está se diera cuenta, miró de reojo a la castaña, la tomo del brazo tomándola por sorpresa y cambio su dirección.
Caminaron un rato en silencio hasta estar lo bastante lejos de la gente, Amaris se sentó debajo del árbol y le indico a Hermione un lugar a su lado, está confundida lo hizo.
— ¿Comiste algo? – preguntó Amaris mirando el lago, de reojo miraba a Hermione quien negó.
— Creí que...
— Si, yo también. – suspiro dejando de mirar el lago y tomar su mochila para abrirla y sacar comida para Hermione. Amaris sin preguntarlo, tomo delicadamente la mano de la Gryffindor y miro negando, pronto con mucho cuidado y delicadeza unto algo parecido a una poción y luego le extendió un pequeño frasco. — Bebe.– indicó soltando su mano.
Hermione acato lo que Amaris le decía para después comenzar a comer observando el perfil de la chica.
— Si, me moleste contigo, debiste decirlo antes de llegar a mi habitación y técnicamente decir que querías proponerme una relación amorosa. Te daré tu tiempo, me da igual cuanto sea, te lo daré, pero en ese caso, si hablamos será como eso, amigas. Al fin y al cabo llevamos tres meses así, seguro puedo esperar otros tres meses.
Hermione asintió sin saber que responder realmente.
Amaris miró de nuevo el lago y vio aquellos botes en los que un día llegó, esperaba con ansias el momento en que los ocuparía de nuevo para irse, lo disfrutaría demasiado, estando con Theo. Pero realmente las cosas no serían así, tal vez a ella y a sus amigos no les tocaría terminar el colegio de aquella manera.
— Lamento hacerte esto. – hablo Hermione viendo su mano sin rastro de cicatriz, Amaris se había preocupado por hacer una poción y darle de comer, pero ella no estaba dándole nada. — ¿Cómo van el mes?
— Sin duda mejor que el tuyo. – respondió acostándose para cerrar los ojos al sentir sus párpados cansados. Hermione sonrió asintiendo para darle la razón y Amaris le dio una mueca que intentaba ser una sonrisa. — ¿Todo bien con tus T.I.M.O.S? Podría ayudarte con pociones o cualquier cosa, soy mejor que tú así que seguro no obtendrás T.
— Espero el día que dejes de ser tan...
— Idiota, lo sé, ya lo has dicho infinidad de veces, Hermione. Me vas extrañar cuando deje de fastidiarte con este tipo de cosas. – abrió los ojos al sentir los dedos de Hermione acariciando su rostro.
— No lo creo, prefiero que admitas que te gano en encantamientos.
— ¿Solo en encantamientos? ¿Tan inferior eres?– le preguntó burlona, pronto puso su cabeza en las piernas de la castaña, tomándolas como una almohada, miró los ojos marrones de Hermione dar vuelta y sonrió mientras cerraba los ojos, dejando de apreciar el color marrón que se encontraba en los ojos de Hermione Granger. — Me éstas arrullando, Jean. – murmuro con voz ronca aún sintiendo las yemas de Hermione acariciando su rostro.
— ¿Así me permitirás besarte? – preguntó y Amaris frunció el entrecejo ligeramente aún con los ojos cerrados.
— Puedes besarme las veces que quieras, solo si nos encontramos así de lejos del resto, eso es lo que quieres. ¿O no? – respondió escuchando el silencio hasta sentir la palma completa en su mejillas y los labios de Hermione sobre los suyos.
Amaris permaneció ahí con los ojos cerrados y Hermione acariciando su mejilla mientras la besaba lentamente.
— Si te quedas así no es ningún problema. – susurró con sus labios pegados a los de Hermione. — Juro que dormiré mejor.
Hermione depósito un corto beso y cuando ataba por alejarse Amaris la tomo de las mejillas volviendo a besarla apasionadamente, Hermione soltó un quejido al sentirse incomoda en aquella posición, pues su espalda no se encontraba se lo más cómoda.
— ¿No has dormido bien? – preguntó separándose, Amaris negó restándole importancia para volver a besarla. — ¿Pesadillas? – cuestionó al separarse nuevamente, la pelinegra ladeó la cabeza volviendo a juntar sus labios. — Espera, para. – Hermione la sostuvo de las mejillas separandola, Amaris lamio sus labios y miro espectante a la castaña. — ¿Y por qué no me lo has dicho?
— No lo sé, seguro debiste estar muy ocupada en otros temas más importantes. – le resto importancia apartando las manos de Hermione de su rostro, para acostarse nuevamente. — Esto no tiene importancia Hermione, millones de personas en el mundo tienen insomnio.
— Si, pero esos millones son muggles, tú eres una bruja la cuál podría hacer perfectamente bien una poción y lograr dormir.
— ¿Y de que me serviría? ¿Para despertar bruscamente con em cuerpo sudado luego de ver cómo asesinan a Diggory, ¿O como torturan a Harry? Si no te lo había dicho es porque sucedería justo esto, tendría que darte explicaciones, y no planeo contarte acerca de mis pesadillas que son como un maldito bucle infinito de aquella noche.
— ¿Entonces como planeas que lo comprenda?
— No quiero se comprendida, ¿Sí? No quiero hablar sobre esa noche, te lo he dicho demasiadas, por esa razón no sabías nada, prefiero seguir dibujando por las madrugadas y joderme de sueño por las tardes.
— Creí que todo estaba mejorando.
— Lo estaba, pero hace más de cinco meses. Y yo creí que la estábamos pasando bien. –Amafis se levantó tomando su mochila para dejar Hermione sola sin comprenderlo.
¿Por qué Amaris se comportaba así? ¿Por qué su mejor amigo y su novia debían de ponerse tan bruscos cada que se preocupaba por ellos y tenía que recurrir a la última prueba de el torneo?
Pero Hermione quizá estaba olvidando tenía más problemario como todo lo que se relacionara con su familia, el que su novia no quería que supieran acerca de la relación que tenía porque tenía vergüenza, que Amaris realmente no sabía expresarse.
La chica no sabía lo que sentía en verdad, sus emociones jugaban con ella, en el momento que llegaba a sentirse bipolar, pero bipolar era una palabra muy grave, una enfermedad que sin duda Amaris no quería averiguar. Lo único que la chica sabía que quería en ese momento era recostarse en las piernas de Hermione mientras está la arrullaba con sus caricias, el día no estaba muy nublado pero tampoco soleado, quería tener en momento tranquilo en el que intercambiarian temas de los que se habían perdido durante esos meses, pero no sé encontraba con mucha tolerancia para hablar sobre sus traumas. Amaris no estaba bien, eso lo tenía ahora claro Hermione.