—Félix, amado mío, la escuela sin ti es una mierda.
» En realidad, mi rutina diaria es una tortura sin ti a mi lado, ojalá hubieras podido esperar un poquitito más antes de abandonar todo para recluirte, pero está bien, no te culpo por odiar la escuela, el trabajo y el mundo, si yo pudiera también me habría alejado, limitando el contacto humano a solo nosotros dos. Lástima que uno de los dos tiene que salir y yo perdí.
» Paso cada minuto del día pensando en ti, en cuanto quisiera recostarme en nuestra cama, tenerte entre mis brazos y acariciarte el cabello hasta que te quedes dormido en mi pecho.
» A los chicos parece que no les gustó la decisión que tomamos, pero no me importa, así como sé que a ti tampoco. Se mejor que nadie lo mucho que necesitabas desconectarte del agobiante exterior y estoy orgulloso de ti por escoger la opción difícil, porque era la mejor para ti.
Changbin suspiró acariciando el cabello de Félix, las raíces castañas comenzaban a asomarse entre el rubio que tanto le distinguía.
—Ellos jamás entenderán lo nuestro.
Besó la frente del menor. Sonrió cuando vio a Félix hacer lo mismo.