El destino que nos une [+18]

By Lachicaderizos_

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Alexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Ingl... More

Capítulo 1: ¿Despedida?
Capítulo 2: Maldito jefe
Capítulo 3: Princesita
Capítulo 4: El cafecito
Capítulo 5: Una comida entre amigos
Capítulo 6: ¿Celos?
Capítulo 7: Un reencuentro inesperado
Capítulo 8: Reunión de follamigos
Capítulo 9: Recordando viejos tiempos
Capítulo 10: Explosión de sentimientos
Capítulo 11: Una pijamada llena de confesiones
Capítulo 12: Intento de declaración
Capítulo 13: Una secretaria muy competente
Capítulo 14: La fiesta
Capítulo 15: Una noche inolvidable
Capítulo 16: Confesiones
Capítulo 17: El tanga perdido
Capítulo 18: Intentando despegar
Capítulo 19: Besos con turbulencias
Capítulo 20: Un despertar placentero
Capítulo 22: Surfeo, amor y celos en Italia
Capítulo 23: ¿Odio, amor o atracción?
Capítulo 24: La gala
Capítulo 25: Verdades ocultas
Capítulo 26: Una ladrona muy elegante
Capítulo 27: Una cena familiar
Capítulo 28: Una última oportunidad
Capítulo 29: ¿Qué es lo que sientes?
Capítulo 30: Competencia desleal
Capítulo 31: ¿Fuiste tú?
Capítulo 32: No me dejes
Capítulo 33: Bienvenida, amor mío
Capítulo 34: Una familia de locos
Capítulo 35: Miedos ocultos
Capítulo 36: ¡SORPRESA!
Capítulo 37: Un viaje de pareja con una familia entrometida
Capítulo 38: El mal acecha
Capítulo 39: Traición del destino
Capítulo 40: Herido
Capítulo 41: La verdad de Katherine
Capítulo 42: Secuestrada
Capítulo 43: Desesperación
Capítulo 44: El fin de una pesadilla
Capítulo 45: Ajuste de cuentas
Capítulo 46: El juicio
Capítulo 47: Decepción
Epílogo
Extra: Un nuevo comienzo
Saga Hermanos Spencer: Una noche y un destino

Capítulo 21: Un problema "muy" grande

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By Lachicaderizos_

Pov: Katherine

Me encontraba bebiendo una copa de champagne, que acababan de traer los del servicio de habitaciones minutos después de que Alexander se fuera a duchar. Yo mientras seguía leyendo mi libro, al cual ni siquiera había llegado a la mitad ya que un imbécil que tengo a tan solo unos metros de mi, me estuvo molestando durante todo el vuelo.

Le di otro sorbo más a la copa de champagne cuando empezó a sonar mi teléfono, por lo que me levante del sillón que estaba en el balcón y me dirigí a dentro de la habitación, para tomar mi teléfono de la mochila. Una vez lo tenía en mis manos me fije en que era Christian.

- ¡Palomita!

- ¡Chris!- lo saludé animadamente.

- ¿Dónde andas, cari?, ¡que no te veo en ningún lado!

- Es que estoy en Italia.

- ¡¿Cómo?!, ¡¿pero tú que haces ahí?!. ¡¿Te equivocaste de metro o que?!

- ¡No!, es que se me olvidó comentarte que los jefes me dijeron que necesitaban de mi presencia en Italia.

- ¿¡Qué!?- dijo  casi chillando.

- ¡Pero puedes parar de gritar ya que me vas a dejar sorda!

- Sí, sí. ¡Pero cuéntame todo ya!

- A ver, no hay nada que explicar simplemente el día de la reunión que tuvimos con todos los jefes de departamentos.

- ¿Sí?

- Los jefes me dijeron que me necesitaban de mi en su viaje a Italia.

- Ahhh. ¿Pero tu sabes que eso es mentira, no cari?

- ¿Qué?, ¿Cómo va a ser mentira?

- Porque te lo digo yo, amor míoo.

- A ver, entonces explícame ¿porqué me iban a mentir en eso?

- Bueeno, no digo que sea mentira digo más bien que te la han colado. ¿Tú te crees que te van a necesitar en ese viaje?, yo creo más bien que el que necesita de ti es un buenorro fuerte que anda seguramente cerca tuya ahora mismo.

- Chris...- digo sin querer aceptar que lo que me está diciendo mi amigo sea cierto.

- ¿Es o no cierto, cari?

- ¡Por supuesto que NO!- digo medio gritando susurrando ya que acabo de escuchar cerrarse la ducha.

- Asúmelooo.

- ¡No voy a asumir ninguna de tus tonterías!- insisto antes de que escuche como se abre la puerta del baño, pero como estoy de espaldas a la puerta no puedo ver a mi jefe solamente puedo escuchar sus pasos venir hacia mi lentamente.

- Te juro que el día que lo admitas me reiré de ti. Pero bueno, ahora pásamelo que quiero hablar con él.

- ¿Con quién?

De repente noto unos brazos rodearme la cintura y acercarme a un pecho mojado, mientras noto como ese mismo alguien empieza a darme besos a lo largo del cuello, poniéndome nerviosa al instante. Aún así sigo intentando escuchar lo que dice mi amigo.

- ¡¿Cómo que quién?!, ¡¿Quién va a ser?!, ¡¿el papa?!. 

- Y yo-o que-e sée- digo nerviosa, intentando aguantar los gemidos, ya que mi jefe no para de toquetearme, dándome besos y mordiéndome mientras me tiene agarrada fuertemente a él, tanto que puedo notar como su erección va hinchando cada vez más.

- ¡¡El jefazo!!- dios que vergüenza y el nombrado escuchando la conversación... 

- No pued...- digo intentando excusarme para poder colgar, pero antes de ni siquiera intentarlo Alexander me quita el teléfono de las manos y se lo lleva al oído sin soltarme.

- Dime Christian.- dice mi jefe al fin parándome de provocar.

- ¡Jefee!, ¿Cómo estás, guapetón?

- Todo bien por aquí. ¿Y tú?

- Nada..., aquí solito echándote de menos ya, jefi.- le suelta Christian.

- Mm, ya veo.- dice Alexander incómodo.- ¿Qué es lo que quieres, entonces?

- Nada querido, era solo para decirte que espero que me traigas a la vuelta a mi palomita entera, así que no os canséis mucho.

- No te preocupes, que Katherine y yo tenemos buen aguante.

IMBÉCIL

- Mmm, bueno jefi entonces os dejo solitos para que os lo paséis bien. Y por cierto, no os olvidéis del globito que soy muy joven para ser tío.

PREPÁRATE CHRISTIAN, PORQUE CUANDO TE VEA, ¡TE MATO!- me dije a mí misma.

- Tú tranquilo, que de momento en mis planes no está eso.

- Ok, está bien. ¡Chauu jefazo y palomita!

- Chao.- dice Alexander intentando aguantar la risa ante las ocurrencias de Christian, mientras yo estoy roja de la vergüenza y aún encima el imbécil este se niega a soltarme.

Mi jefe cuelga y me devuelve el teléfono para seguir dándome besos, mordidas y restregar su prominente erección como hace tan solo unos minutos. Sigue así hasta que para y acercándose a mi oído dice

- Tu amiguito dice que aún no quiere sobrinos, pero a pesar de eso podríamos empezar a practicar juntos...- abro los ojos de la ensoñación en la que estaba y intentando separarme de él, que finalmente lo consigo, me giro hacia él y le digo

- Me parece que va a ser que no.- le sonrío para volver al balcón y sentarme en el sillón de antes, retomando mi lectura por donde la había dejado.

- ¡Katherine!- dice Alexander, llamándome desde la habitación. Por lo que suspirando dejo el libro en la mesita y me doy la vuelta para volver a entrar a dentro.

- ¿Qué...?- digo sin ni siquiera acabar quedando sin aliento, ya que nada más entrar se quita la toalla delante de mí dejándola tirada en el suelo y mostrándome su polla totalmente erecta y lista para...

- Mierda...- susurro sin dejar de mirar para...ahí.

- ¿Me podrías ayudar con esto?- me dice mi jefe con los ojos oscuros y llenos de deseo

- Recuéstate en la cama.- digo pasando saliva y esperando a que lo haga. Mi jefe rápidamente me hace caso acostándose y quedándose quieto esperando a que actúe.

Durante escasos segundos me lo quedo observando, después de tratar de calmar mi respiración debido a la excitación, empiezo a caminar en dirección a la cama. Me quedo de pie y luego me agacho abriendo sus piernas y viendo su pene apuntar hacia mi, por lo que me aproximo y empiezo a besar el largo de su falo de arriba a abajo haciendo que empiece a gemir, así varias veces. Hasta que en una de las veces que beso hacia arriba empiezo a subir más y más, pasando por sus abdominales marcados, sus pectorales, hasta llegar a su boca y darle un beso profundo.

Paro el beso y sin alejarme de su boca le susurro.

- Me parece que vas a tener que volver a la ducha.

- ¿Por que?- dice sin parar de gemir

No le contesto y me levanto de encima de él separándome, pero en cuanto ve mis intenciones abre los ojos asustado y dice

- ¡No, no, no!. ¡Ni se te ocurra!, ¡Katherine!- empieza a gritar cuando ve que cojo mi teléfono y salgo de allí pitando.

- ¡Katherine!, ¡KATHERINE!- sigo escuchándolo gritar mientras salgo de allí riéndome.

- ¿Pero tú que te has creído que me iba a doblegar ante tus encantos?- digo en voz alta sin parar de reír.

x

Ya eran las 14:00 cuando acababa de llegar al vestíbulo por lo que rápidamente me dirigí al restaurante, ya que tenía un hambre como para comerme una vaca entera. Al entrar por la puerta del gran comedor vi a un montón de personas comiendo en sus mesas, nada más poner un pie dentro un recepcionista, el cual se encargaba del orden de las mesas, me dijo

- Disculpe, ¿es usted la señorita Walker? 

- Ehh, si. ¿Por qué?

- Usted ya tiene una mesa reservada.

- ¿Yo?

- Sí, a nombre de los señores Spencer. Además el señor Alexander Spencer me acaba de llamar para que cuando la viera le diga a que mesa tiene que ir, ya que bueno...

- ¿Bueno que...?, ¿Qué más le ha dicho?- le digo empezándome a cabrear porque le haya podido decir al recepcionista.

- Ehh pues..., dijo que usted podía ser a veces bastante tozuda y terca como para no querer hacer lo que le manden, así que dijo que como no vaya a esa mesa y lo espere que no la deje pasar al comedor.

Será imbécil...aún fue poco lo que le hice antes.

- Está bien...- digo entre dientes.- Muéstreme cual es mi mesa, entonces.

- Por supuesto, señorita. Por aquí.- dijo sonriente, mientras empezó a caminar hasta mi mesa.

Al llegar hasta una mesa de seis comensales, el recepcionista agarro una silla y echándola para atrás me invitó a sentarme.

- Gracias.

- En cuanto lleguen todos, les traeré la carta para que puedan elegir.

- Está bien.

Y con una última sonrisa, el recepcionista se fue. Como tenía que esperar a que los demás llegasen tomé mi teléfono y miré si tenía algún mensaje. Y en efecto tenía uno, era Emily hacia diez minutos que me había escrito, justo cuando estaba mirándole a mi jefe la poll..., bueno eso.

Abrí el chat y conteste a su mensaje.

"Holii enana" 13:45 P.M

"Holaa loca" 14:00 P.M

Estuve esperando unos minutos a que abriera el mensaje hasta que finalmente las dos barritas se pusieron de color azul y dijo

"¡¡Hombree!!" 14:04 P.M

"¿Qué tal por Italia?" 14:04 P.M

"La ciudad del amor..." 14:05 P.M

"¡Eso es Paris burra!" 14:05 P.M

"Ayy, déjame en paz con mi ignorancia" 14:06 P.M

"¡Cuéntame todo yaaa!" 14:06 P.M

"Cotilla..." 14:06 P.M

"Sí aja" 14:06 P.M

"Cuentaaa" 14:07 P.M

"No hay nada que contar solo hemos llegado a Italia" 14:07 P.M

"Y..." 14:07 P.M

"Me ha tocado dormir en una suite con él" 14:07 P.M

"¡QUE!" 14:07 P.M

"Que tiene solamente una cama" 14:07 P.M

"Agonizando agonizando..." 14:08 P.M

"Y me acaba de enseñar la polla" 14:09 P.M

"Pi Pi Piiiii..." 14.09 P.M

"Muerta" 14.09 P.M

"De verdad más tonta y no naces..." 14:10 P.M

"Revivida" 14:10 P.M

"¿Y cómo la tiene?" 14:10 P.M

" A ti te lo voy a decir..." 14:11 P.M

"Uyuyu esos puntos suspensivos..." 14:11 P.M

"¡Eso es que la tiene como un caballo!" 14:11 P.M

"¡Halaaaa!" 14:12 P.M

- ¿Quién la tiene como un caballo?.- me dice alguien al oído.

- ¡Ayy!- digo gritando del susto y en el proceso tirando el móvil al suelo.

Me doy la vuelta para ver quién me acaba casi matar de un infarto y veo que es Asher.

- ¿No seré yo, no?- dice burlesco.

- Más quisieras.- le digo sonriendo sarcásticamente y agachándome para tomar mi movil del suelo. 

Lo reviso y veo que no le ha pasado nada, ¡gracias a dios!, no estoy ahora para más gastos...

- ¿Entonces, quién? 

- No seas maruja.- le dice Andrew. 

- Puff.- dice suspirando y poniendo los ojos en blanco, mientras se sienta.

Antes de que haya más interrupciones me despido de Emily para que no se cabree y prometerle que hablaré con ella más tarde. Una vez acabo guardo el móvil en el bolsillo trasero y espero a que nos traigan la carta. Cuando nos la traen a todos menos a Alexander, ya que aún no ha aparecido por aquí...

La abro y empiezo a mirar todas las opciones que hay hasta que noto la presencia de alguien más a mi lado. Noto como se sienta a mi lado y escucho decir

- ¡Alex!, ¿Cómo estás querido?

- Bien Vivian.

- ¡No sabes cuánto me alegro!- le dice sonriendo la muy zorra.

- Señor, tome la carta.- le dice un camarero que se acerca a nuestra mesa.

- Muchas gracias, pero no te molestes que me vale con compartir con la señorita de al lado.

Joder...

- Como prefiera, señor.- dice el camarero despidiéndose.

Noto como Alexander agarra mi silla y la acerca a él para luego apoyar su brazo en mi silla y acomodarse a mi lado, mientras estamos mirando se acerca a mi oído y dice

- No sabes la que te espera...- su advertencia hace que trague saliva nerviosa.

x

Faltaba media hora para la medianoche y yo ya llevaba treinta minutos en la cama. En ese rato seguí leyendo mi libro al cual ya había pasado de la mitad, hasta que me entro el sueño y coloqué el libro en la mesilla apagando la luz y colocándome de lado con la sabana hasta la cintura.

Al rato note como alguien abría la puerta de la entrada para luego entrar en la habitación casi sin hacer ruido, después note como se dirigía al armario, pero sin hacer caso seguí intentando dormir aunque se me hubiese pasado el sueño, cuando pasaron unos minutos volví a notar como se abría la puerta y después como se metía en la cama para luego rodearme con sus brazos la cintura y susurrarme al oído.

- Sé que estás despierta...

Estaba tan cabreada con la chulería de este imbécil que me aparte de él y me incorporé de la cama para encender la luz. Una vez lo hice me gire hacia él y vi que me miraba con cara interrogante por lo que le dije

- ¿Se puede saber que hace?

- Dormir.

- A mi no me parece que esté haciendo eso.

- Katherine, déjate de tonterías y acuéstate ya. Que debemos descansar ya que mañana es un día muy largo...

- No se preocupe que yo no lo molesto más.- le solté y con eso agarré mi almohada y abrí la puerta del cuarto para salir hacia el pequeño salón. Me acosté en un sofá que hay poniendo la almohada primero y volví a retomar el intento de volver a dormir. ¡Pero no podía!, ¡y aún no entiendo por que!

No estuve mucho tiempo tranquila cuando se abrió la puerta por la que había salido hace escasos minutos, seguí ignorándolo hasta que noté como se tumbó a mi lado en el sofá apoyando su cabeza en mi almohada y agarrándome otra vez de la cintura.

Intenté pelear para que me soltara o empujarlo, pero fue imposible. El chico tenía fuerza, hasta que me rendí y lo volví a ignorar. Al poco tiempo de estar entre sus brazos, empecé a quedarme dormida y lo último que me pareció oír fue.

- No pienso rendirme contigo, cariño.- y esas fueron las palabras de mi jefe acompañadas de un beso, antes de que cayese en los brazos de Morfeo.

x

x

x

¿Seguirá Alexander luchando para que Katherine le de una oportunidad?, ¿Qué pasará?

¡Si queréis descubrirlo darme vuestro voto y seguir leyendo, eso es muy importante para mi!

¡Nos vemos pronto amigos!

¡Un besuqueo muyyy grande!





















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