➢ Finalmente los dos solos, Lan QiRen se da cuenta de que cometió un pequeño error de cálculo: necesitan comida para sobrevivir.
➥ QingHe – Condado de Zhao, Aldea Han.
— ¡¿Quieres que te entregue mi QUÉ?! — Wen RuoHan escupió el bocado de pera dulce guisada que había estado disfrutando y tosió violentamente, mirando a Lan QiRen con incredulidad. El dueño del puesto callejero lo miró con desaprobación, pero rápidamente desvió la mirada cuando se dio cuenta de que el joven montando una escena estaba bien vestido (alguien con dinero) y muy, muy enojado.
— Qué descuidado. — Lan QiRen frunció el ceño. — Absolutamente desagradable.
— Escucha, niño punk. — Wen RuoHan agarró el pañuelo que Wen ZhuLiu le pasó y se limpió bruscamente la boca y la mesa que ensució. — No me importa qué palabras uses contra mí debido a tu rencor, pero tomar la espada de un cultivador es una línea que nadie debería cruzar. NO. CAMINO.
— No tomaré tu espada, ambos le daremos nuestras espadas a Wen ZhuLiu para que pueda mantenerlas a salvo en GuSu. — Lan QiRen tomó un sorbo tranquilo de su propio estofado de peras.
— ¡Eso está a más de 600 millas de distancia!
— Soy muy consciente, acabamos de volar 620 millas para llegar a este pueblo. — asintió Lan QiRen. — ¿Hubieras preferido que dejáramos nuestras espadas en Cloud Recesses y camináramos más de 20 días para llegar aquí?
— Por favor, no me digas que esta excursión es solo para comer estas malditas peras. — se quejó Wen RuoHan. — No me pareces un tipo espontáneo. ¡Deja de fingir ser misterioso y escúpelo!
Lan QiRen tomó un último sorbo de su tazón de estofado de peras, se puso de pie para pagar al vendedor cortésmente y les indicó a Wen RuoHan y Wen ZhuLiu que lo siguieran. El trío caminó por la antigua pero bulliciosa calle central la Aldea Han hasta que las casas se volvieron escasas y apareció un pequeño huerto en las afueras de los terrenos del pueblo.
— ¿Caminamos una milla por más peras? — Wen RuoHan puso los ojos en blanco. — ¿Por qué GuSu Lan es tan malo explicando todo?
— Este es un huerto de perales que le quedó a la finca GuSu Lan de la dote de una tía abuela. La gente de esta aldea cuida la tierra y, a cambio, pueden quedarse con todas las ganancias de la fruta y usarla para financiar la escuela de la aldea. — Lan QiRen condujo a los Wen por el camino de tierra hasta la casa con techo de paja en el medio. de un bosquecillo de perales cargados de fruta. — Es uno de los pocos lugares a los que podemos venir a estudiar que está fuera de la jurisdicción de las Sectas Lan y Wen. Mientras no cacemos de noche, el Clan Nie no tendrá ninguna queja.
— Eso no significa que ZhuLiu tenga que devolver nuestras dos espadas a GuSu. — respondió Wen RuoHan.
— Ciertamente no. — Lan QiRen abrió la puerta de madera que crujía para revelar el interior polvoriento de la cabaña. Dejó su pesada bolsa de libros sobre la mesa después de quitar el polvo de la superficie y comenzó a desempacar hábilmente el resto de sus pertenencias. — Pero es la única manera de que te olvides del cultivo. Pasaremos un mes en este pueblo, hablando de literatura y viviendo humildemente.
— ¿Humildemente? ¿Qué, vender peras? — Wen RuoHan bromeó.
Lan QiRen asintió con seriedad.
— ¡Tienes que estar bromeando! — puso su cabeza entre sus manos y dejó escapar un gemido exasperado. — ¿Esto es por mis pinceles de caligrafía o por la botella de medicina? ¡Solo porque la riqueza te ofende, eso no significa que puedas abusar de tu poder!
Todas las protestas de Wen RuoHan fueron perfectamente ignoradas por Lan QiRen.
— El Líder de la Secta Wen declaró claramente en su carta que soy el único responsable de Wen RuoHan durante su estadía, y que cualquier desobediencia debe informarse directamente a Nightless City. — dijo Lan QiRen mientras le entregaba un trapo y un lavabo viejo a Wen ZhuLiu. — Lo último que te permito hacer aquí es ayudar a limpiar esta cabaña, después, tomarás nuestras espadas y regresarás a Cloud Recesses. El incumplimiento no es una opción.
Wen ZhuLiu estudió la expresión seria de Lan QiRen antes de alcanzar cortésmente la espada de Wen RuoHan. — Joven Maestro, es mejor no ir directamente en contra de las órdenes del Líder de la Secta. — dijo. — Además, estudiar aquí significa que las reglas de Cloud Recesses no se aplican. ¿No es esto más libertad que la que esos muros tienen para ofrecer?
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Dos horas más tarde, Wen RuoHan solo podía mirar con el corazón hundido mientras Wen ZhuLiu se alejaba volando con sus espadas y las de Lan QiRen a cuestas.
— ¿Eres feliz ahora?
— No esperaba que su asistente realmente limpiara esta casa, así que estoy feliz. — Lan QiRen ignoró el sarcasmo de Wen RuoHan y continuó sacando libros de sus bolsas.
De hecho, después de dos horas de quitar el polvo y limpiar, Wen ZhuLiu había dejado la vieja cabaña en buen estado. Una gran mesa central cuadrada ocupaba el centro de la estancia principal, sirviendo de zona de estar, comedor y estudio. Una modesta cama con hogar en una pared, un soporte de madera que sostenía el lavabo más un espejo de cobre con una toalla, y una pared divisoria detrás de la cual se encontraba la pequeña cocina completaban todas las comodidades de la cabaña.
— Me niego a admitir que esta choza es una casa. — Wen RuoHan miró a su alrededor con desdén. — Además, Wen ZhuLiu no es un sirviente. Tiene talento de cultivo más allá de los sueños más salvajes de cualquiera, lo saqué de las calles para volverse más fuerte, no para hacer las tareas del hogar.
Lan QiRen sonrió, solo por un momento fugaz. Nunca antes había visto a Wen RuoHan mostrar ningún interés por otra persona; saber que esta persona podría ser capaz de hacer el bien lo hizo sentir más a gusto. La apuesta de vivir solo con Wen RuoHan era arriesgada, pero Lan QiRen ya había visto lo suficiente como para saber que si la pareja se quedaba en Cloud Recesses, Wen RuoHan continuaría con su comportamiento extravagante y rompería las reglas hasta que los castigos ocuparan todo el día. Si pudiera usar un mes de enseñanza intensiva para hacer de Wen RuoHan un mejor hombre, podría enviar a este tipo escandaloso de regreso a QiShan y fuera de su vida lo antes posible.
"Solo por un mes", Lan QiRen hizo una mueca al imaginar la difícil tarea que tenía por delante. "Un mes hasta que no tenga que volver a verlo nunca más".
— Entonces, ¿me vas a enseñar algo, maestro? — Wen RuoHan se burló. — ¿O solo vamos a recoger algunas peras?
— Las peras serán recogidas por los aldeanos. Nuestras lecciones comenzarán mañana. — respondió Lan QiRen secamente. — Debemos visitar la aldea antes de que se ponga el sol para conseguir comida.
Como todas las aldeas agrícolas, la Aldea Han era más próspera en otoño. La tierra era fértil, con acuíferos subterráneos que sentaron las bases del riego que permitió la producción de peras de nieve, famosas por su carne blanca y jugosa. El trigo y el maíz se plantaron en tierras más secas, lo que hizo que los platos de harina fueran un alimento básico para la gente. Los comerciantes frecuentaban el área para revisar sus huertos y el flujo constante de dinero creó un bloque comercial pequeño pero completo. Farmacias, casas de empeño, sastres, restaurantes y herreros, todos alineados en la calle principal, algo raro en un pueblo tan pequeño.
Sin embargo, para Wen RuoHan, el lugar solo podía describirse como indigente y pobre.
Los niños del pueblo que jugaban en la calle principal observaban con curiosidad cómo dos apuestos forasteros con costosas túnicas blancas vagaban de tienda en tienda, cómicamente fuera de lugar. El más alto de los dos, con ribetes rojos en su túnica, parecía muy disgustado mientras cargaba grandes bolsas de arroz, harina y verduras, refunfuñando al hombre más joven que llevaba la cinta de luto el por qué no compraron los artículos más pesados al final.
— Castigo. — dijo Lan QiRen con un tinte de suficiencia mientras agregaba algunas papas de un puesto callejero a la pila cada vez mayor de Wen RuoHan, asombrado en silencio por la capacidad de Wen RuoHan para llevar hasta ahora con más de 40 libras de comida.
La pila que Wen RuoHan estaba obligado a llevar casi oscurecía su visión y sus brazos comenzaban a doler. Frustrado, se asomó por encima de las papas y puso su mejor rostro seductor para disgustar a Lan QiRen. — ¿Castigo por qué? — dijo con una voz que incluso lo enfermó. — ¿Por el beso que te hizo temblar las rodillas?
El rostro de Lan QiRen se tornó en tonos rojos y morados cuando casi perdió el equilibrio. — ¡Indecente! — balbuceó. — ¡N-Nunca vuelvas a mencionar eso!
Satisfecho con la reacción, Wen RuoHan se rio entre dientes. Lo único que hacía soportable su situación era que era divertido bromear con su maestro. "Tal vez lo bese de nuevo más tarde, solo para mantener las cosas interesantes..."
— Maestro Lan. — Wen RuoHan disminuyó el tono dulce y enfermizo de su voz. — ¿Podemos volver? Si mis brazos están muertos mañana, ¿cómo voy a estudiar?
— Ejem, muy bien, regresemos. — Lan QiRen se compuso y sacó algunas monedas de su bolsa de dinero para pagar las papas sin hacer contacto visual con el vendedor, haciendo una nota mental de nunca volver al puesto de este agricultor de vegetales.
La pareja regresó a la cabaña justo cuando el sol se ponía en el valle más allá. Wen RuoHan, no pudo evitar preguntar cómo habían llegado las cosas a ese punto: hacía solo 6 días, había estado bebiendo vino con bailarinas exóticas en sus aposentos en Nightless City. Ahora, regresaba a una casa de campo, llevando comida, con otro hombre para pasar la noche. ¿Qué mal karma había sembrado en su vida anterior para tal castigo?
— ¿Por qué compraste tanta comida? — Wen RuoHan dejó la montaña de comida pesadamente en el piso de la cocina y estiró sus hombros acalambrados. — ¿Solo porque no tienes que cargarla?
— Correcto. — asintió Lan QiRen. — Y yo soy tu maestro.
Sin palabras ante el cambio de actitud de Lan QiRen de sarcástico a francamente hostil desde que dejó GuSu, Wen RuoHan comenzó a desear estar de vuelta dentro de las paredes. — Para que lo sepas, nunca he cocinado antes. — se encogió de hombros. — ¿Qué propones que hagamos?
Lan QiRen buscó en su pila de libros sobre la mesa y produjo un volumen dedicado a las artes culinarias. — Haré comida para hoy, pero aprenderás a partir de mañana. Por ahora, puedes traer agua del pozo en el patio trasero y recoger leña. — dijo, recogiendo un repollo del suelo. — No te quedes ahí, necesitamos agua.
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Wen RuoHan regresó dos horas más tarde con un gran manojo de palos y un balde de agua.
— ¿Luchaste con un demonio de barro en el huerto? — Lan QiRen miró la triste vista frente a él. El lado izquierdo de Wen RuoHan tenía una gran mancha de barro y le faltaba un poco de piel en la mano izquierda, un verdadero espectáculo para la vista del Joven Maestro de QiShan.
— ¡Es tu culpa que no tenga una espada! — Wen RuoHan pateó el marco de la puerta trasera como un niño frustrado. — Me caí en una zanja mientras cortaba ramas de árboles para leña con mis propias manos, si quieres saberlo. ¿Dónde está la cena?
— La cena se retrasó porque tardaste dos horas en buscar leña. — dijo Lan QiRen con un tono crítico. — Sé rápido con el fuego, haré gachas de arroz.
— ¿Qué hay de todas las verduras que traje del maldito pueblo? — Wen RuoHan miró el repollo intacto que aún estaba en la tabla de cortar de madera. — ¡¿Ni siquiera cortaste nada mientras yo no estaba?!
— La cuchilla está oxidada por la edad. — admitió Lan QiRen. — Tu primera lección mañana será afilar la cuchilla y comprar un hacha para cortar mejor la madera. Enciende el fuego y haré gachas para hoy.
Demasiado cansado para discutir, Wen RuoHan metió la leña que tenía en los brazos en el quemador en la base de la estufa y usó un hechizo para encender el fuego. Lan QiRen le indicó que vertiera un poco de agua en el viejo wok de la estufa y le echara un poco de arroz. Satisfecho de que al menos uno de ellos supiera cocinar, Wen RuoHan se retiró de la cocina, se quitó la túnica exterior sucia y se desplomó sobre la dura cama en su túnica interior. Agotado por el día, sus pesados párpados pronto se cerraron mientras caía en un sueño sin sueños.
Wen RuoHan se despertó con un hermoso rostro inclinado sobre él. Los rasgos de Lan QiRen eran finos y delicados, solo empañados por una pequeña mancha de hollín en su mejilla derecha por cocinar.
— Todavía no es hora de descansar. — Lan QiRen sacudió el hombro de Wen RuoHan. — Levántate, he preparado las gachas.
Medio dormido y molesto por el hollín, Wen RuoHan extendió la mano izquierda distraídamente para limpiarlo, solo para que Lan QiRen lo sacudiera como una plaga. Había olvidado que su mano izquierda había sido raspada por una roca durante su caída anterior, y el dolor de haber tocado la herida hizo que Wen RuoHan se estremeciera de dolor.
— ¿T-Te duele? — Lan QiRen se sintió culpable. La amenaza de contacto físico con Wen RuoHan lo había hecho moverse instintivamente, sin tener en cuenta las heridas del otro.
— Estoy bien, pero tú...tienes hollín en la cara. — dijo Wen RuoHan en voz baja, avergonzado por sus propias acciones. La mirada de preocupación y la marca de hollín de Lan QiRen hicieron que Wen RuoHan pensara en una esposa sin experiencia que intentaba cocinar para su esposo por primera vez. Su corazón se aceleró por un momento antes de captar sus propios pensamientos, horrorizado por cómo llegó allí en primer lugar.
— M-Muchas gracias. — Lan QiRen se dio la vuelta rápidamente para limpiarse la cara, tenía las orejas ligeramente calientes. — Nuestra comida está sobre la mesa.
Wen RuoHan esperaba gachas de avena blancas, pero el tazón frente a él parecía haber sido sazonado. Complacido, tomó un bocado e inmediatamente lo escupió en el suelo.
— ¡¿QUIERES MATARME?! — dijo entre toses. — ¡¿CÓMO ESTO PUEDE ESTÁR QUEMADO, CRUDO Y SALADO A LA VEZ?!
Lan QiRen parecía ofendido por el arrebato grosero de Wen RuoHan. — No seas desagradecido. — frunció el ceño y tomó un sorbo antes de tragar con dificultad. — ...pero lo admitiré, esto es menos que ideal.
— ¡¿MENOS QUE IDEAL?! — el día de frustraciones reprimidas de Wen RuoHan explotó. — ¡¿TIENES ALGUNA IDEA DE LO TERRIBLE QUE ES TODO ESTO?! ¡¿SABES ALGO APARTE DE ESCRIBIR ESOS ESTÚPIDOS LIBROS?! Sé que eres famoso por tus escritos académicos, pero ¿cómo puedes traerme aquí, a este lugar olvidado de Dios y no saber cómo sobrevivir? Eres como yo, nacido en el privilegio, ¡demasiado orgulloso para admitir que no sabes nada sobre nada más!
Lan QiRen miró sus pies, incapaz de replicar. — ....Yo...pensé que tenía el conocimiento necesario para al menos sobrevivir humildemente. Juzgué mal la necesidad de experiencia.
— ¿Sabes qué? He terminado con los juegos. ¡No me interesa saber nada de ti, puedes escribir lo que quieras a mi padre! — Wen RuoHan sacó una túnica exterior limpia de sus bolsas y se vistió rápidamente. Arrojando la bolsa sobre su hombro, abrió la puerta de una patada y salió al aire de la noche. — ¡Regresaré a QiShan, esto es ridículo!
— ¡Wen RuoHan, vuelve aquí en este instante! — Lan QiRen lo persiguió. — ¡Podemos aprender juntos, pero no puedes rendirte solo porque tenemos dificultades el primer día!
— Oh, ahórrame el sermón. — Wen RuoHan irrumpió por el camino, con Lan QiRen persiguiéndolo. — ¡Deja de tratar de imponerme tu propia moral!
— Solo quiero ayudar a la gente de QiShan, para que su próximo Líder de Secta no sea un mimado ensimismado.
— ¡PARA! — Wen RuoHan se giró repentinamente y desató un torrente de energía espiritual hacia Lan QiRen a corta distancia. — ¡TE DIJE, NUNCA MENCIONES LAS TONTERÍAS DEL LÍDER DE SECTA!
Atrapado completamente con la guardia baja, Lan QiRen apenas tuvo tiempo de esquivar. Si bien evitó ser golpeado en áreas vitales, el ataque de Wen RuoHan aún lo envió volando diez pies hacia la pared de su cabaña. Se derrumbó en el suelo, agarrándose el pecho, la sangre saliendo de su boca, inconsciente.
Al darse cuenta de que Lan QiRen probablemente todavía estaba enfermo desde hace días, toda la ira de Wen RuoHan se disipó cuando se apresuró a regresar con el hombre más joven. Tomó a Lan QiRen en sus brazos y corrió hacia el interior, acostándolo con cuidado en la cama. Sin perder un momento, Wen RuoHan sacó otra pastilla roja de la botella dorada que llevaba consigo y sacó un cuenco de agua del balde de la cocina. La respiración de Lan QiRen era superficial y forzada, Wen RuoHan tomó su pulso y suspiró de alivio al encontrarlo estable. Suspiró, puso la pastilla en su propia boca junto con un poco de agua y colocó sus labios sobre los de Lan QiRen por segunda vez. Frunció el ceño ante el fuerte sabor metálico de la sangre, pero obligó a Lan QiRen a tragar la medicina antes de retirarse.
— ...Lo siento. — dijo a nadie en particular. — No fue mi intención. — Wen RuoHan no estaba seguro de lo que lamentaba: ¿el primer beso, la lesión, el segundo beso o los más besos de los que tuvo que contenerse? Se abofeteó, sacudió la cabeza, se arremangó y se metió en la cocina destartalada para controlar los daños.