Todo lo que somos [En Proceso...

By Nancy_Mendoza29

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Libro #2 de la bilogía todo "Muchas veces las personas que nos hacen realmente feliz son las que están más ro... More

Importante leer
Dedicatoria.
Prefacio
Capítulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 1. Presente
Capitulo 2. Presente
Capitulo 3. Presente
Capitulo 4. Presente
Capitulo 5. Presente
Capitulo 6. Presente
Capitulo 7. Presente
Capitulo 8. Presente
Capitulo 9. Presente
Capitulo 10. Presente
Capitulo 11. Presente
Capitulo 12. Presente
Capitulo 13. Presente
Capitulo 14. Presente
Capitulo 15. Presente
Capitulo 16. Presente
Capitulo 17. Presente (Parte 1)
Capitulo 17. Presente (Parte 2)
Capitulo 18. Presente
Capitulo 19. Presente
Capitulo 20. Presente
Capitulo 21. Presente
Capitulo 22. Presente
Capitulo 23. Presente
Capitulo 24. Presente
Capitulo 25. Presente
Capitulo 26. Presente
Capitulo 27. Presente
Capitulo 28. Presente
Capitulo 29. Presente
Capitulo 30. Presente
Capitulo 31. Presente.
Capítulo 32. Presente
Capítulo 33. Presente.
Capítulo 34. Presente
Capítulo 35. Presente.
Capítulo 36. Presente
Capítulo 37. Presente
Capítulo 39. Presente
Capitulo 40. Presente
Capítulo 41. Presente
Capítulo 42. Presente
Capítulo 43. Presente
Capítulo 44. Presente
Capítulo 45. Presente
Capítulo 46. Presente
Capítulo 47. Presente
Capítulo 48. Presente
Extra: Henry
Extra: My brother

Capítulo 38. Presente

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By Nancy_Mendoza29

ADVERTENCIA: El capítulo siguiente es fuerte, les pido que lo lean con cuidado y si les incomoda leer este tipo de cosas mejor no lo hagan.

N/A: Les explico que en este capítulo pasan muchas cosas, mientras está sucediendo esto, los demás personajes (Kol, Mika, Elijah, Rebeca...) están haciendo otra cosa en el mismo instante, todo sucede al mismo tiempo. No quise dividirlo en partes por qué quiero que sean capitulos completos.

ESTHER

- No se ve muy bien. - Dice Sonia mientras yo grito de dolor estando tirada en el piso. - Vamos a ver si con otro mejora un poco.

Impacta el mazo en mi tobillo y es un dolor tan fuerte que me hace querer arañar el suelo, lo vuelve hacer dos veces, pero esta vez algo cruje y cuando levanto la cabeza veo el hueso de mi tobillo al punto que sobresale, mi piel está hinchada, sangrando con un color morado y verdoso.

- Creo que se salió. - Se burla mirando lo que causó. - No te preocupes, lo volveré a poner en su lugar.

- ¡NO!

Me ignora volviendo a impactar el mazo en mi pie, me arrastró cómo puedo llorando, pero no puedo llegar ni al rincón de la habitación por qué me toma de los hombros para ponerme de pie, no puedo sostenerme y tengo que dejar colgando mi pie para no dejar mi peso sobre él.

- Tal vez tengas un poco de sed. - Dice.

Me arrastra a dónde está un barril y el hombre se apresura a quitar la tapa de este, pongo mis manos alrededor para sujetarme cuando me empuja, está frío, tiene más hielo que agua.

- Por qué no bebés un poco. - Sugiere. - Es bueno mantener hidratado el cuerpo.

- ¡PÚDRETE LOCA! - Le gritó en la cara.

Toma mi nuca enredando sus dedos en mi cabello, apenas alcanzo a tomar aire cuando me mete la cabeza al barril, lucho para que me suelte, pero no logro nada, el frío quema mi rostro haciendo que me ardan las mejillas, intento golpearla con mis brazos, pero solo consigo que ejerza más fuerza en el agarre, y por ello trato de tranquilizarme, una vez escuché que debes estar mentalizado para aguantar la respiración, pero no es fácil cuando te están ahogando en agua helada.

1, 2, 3, 4... Segundos que se vuelven el minuto más largo de mi vida, el desespero por conseguir oxígeno llega al dejar escapar el aire estando en el agua, es una sensación horrible y termino tosiendo agua cuando me saca la cabeza del barril.

- Aún te ves algo deshidratada. - Me dice. - Creo que necesitas un poco más.

- Ya...

No logro terminar la frase antes de que me vuelva a meter la cabeza al agua, repite lo mismo otras tres veces, pero en la última se me complica por qué no logro tomar el suficiente aire, a los segundos ya no tengo oxígeno, intento quitarme, pero me sobrepasa en fuerza, grito con el agua entrando por mi nariz, siento una quemazón en el pecho y jamás creí que moriría ahogada, pero creo que es mejor así, una muerte rápida, una especie de caída con una sensación de tranquilidad y calma me invade, pero no puedo asimilarla por qué me vuelven a sacar dejándome caer al piso y termino por escupir el agua por la boca.

- Tienes buenos pulmones. - Me halaga.

No tengo fuerzas para insultarla y solo me quedo ahí en el piso tratando de respirar, la nariz me arde y duele.

- Aún no terminamos. - Sigue hablando. - Levántate.

El vestido que traigo puesto está empapado, al igual que mi cabello, tengo frío y me duele mucho el pie.

- Dije que te pusieras de pie. - No le hago caso y el tipo viene por mí poniéndome de pie encajando sus uñas en mis brazos.

Sonia se acerca y me suelta los dos bofetones que me dejan las mejillas ardiendo más de lo que ya están.

- Creí que Elijah te dejo en claro que debes de obedecer. - Suelta otro golpe. - No te preocupes, yo te enseñaré.

A las malas me ponen de rodillas, por más que la manoteo me toma de la mandíbula, y los golpes no me afectan por más que duelan, lo que me asusta es lo que presiento cuando el tipo asqueroso empieza a bajarse la bragueta enfrente de mí.

- Espero que ya hayas hecho esto, pastelito.

El cabrón se baja los pantalones y trato de mirar a otro lado cuando empieza a masturbarse cerca de mi cara, pero no puedo por qué Sonia me toma del cabello y cubre mi nariz para que abra la boca, aprieto los labios resistiendo todo lo que puedo, pero lo de hace rato me deja sin resistencia, así que la abro para lograr respirar.

- Con la boca abierta siempre.

El tipo horrible se acerca sujetando sus partes, se saborea los labios, Sonia me mantiene la boca abierta, el llanto me toma, ella se ríe por la situación, quiero vomitar, esa asquerosidad está por entrar a boca y...

Le muerdo los dedos a Sonia y con mi mano le retuerzo el miembro al tipo encajando mis uñas en él, chilla enojado, lo aprieto fuerte, pero me llevan atrás para que lo suelte, me tira al piso llenando mi cuerpo de patadas que duelen, me vuelvo un ovillo cubriendo mis zonas, y suelto un grito cuando en medio de los golpes el hombre me clava la bota en el tobillo que tengo destrozado.

- ¡Hija de perra! - Me patea.

Intento arrastrarme, pero Sonia cambia las patadas por puños que impacta en mi cara desatando la sangre de mi boca y de la nariz, no puedo defenderme, no puedo pelear, no me dan tregua ni para gritar, y solo quiero que papá venga por mí.

- No te duermas que aún no hemos terminado.

Terminan los golpes con una bofetada que me rompe el labio, y creo que no deja de hacerlo por cansancio, sino porque mi cara está tan hinchada que no puedo abrir uno de mis ojos.

- ¿Debe ser horrible, no? - Pregunta sujetando mi cabello, el cual duele. - Saber que estás aquí por culpa de la amiga que consideras como tú hermana.

Aunque siento mi cuerpo en llamas, tengo mucho frío, los dientes me castañean, me duele hasta respirar y solo deseo que todo esto se acabe.

- Estás consiente de ello. - Me encaja las uñas en las mejillas. - Todo esto te está sucediendo por culpa de Mika, y también por querer ocupar el lugar que me ha costado conseguir... - Detalla mi cuerpo. - Así de mal no le sirves a Elijah, además que para cuando vuelva, ya no estarás viva.

Reprimo las ganas de querer escupirle la cara para no ganarme otra paliza.

- Sé que desearías que tu muerte fuera rápida. - Me quita el cabello mojado de la cara. - Pero cómo te dije antes quiero divertirme contigo.

Le ordena al hombre que sujeta sus partes mirándome mal que me levanté, en el movimiento amasa mis senos apretando con odio mis pezones, el vestido húmedo los dibuja en la tela y el tipo se muerde los labios mientras me manosea.

«Me da asco»

- Cuélgala. - Le señala las cadenas que sobresalen del techo.

Las cadenas de metal me maltratan las muñecas, me cuelgan como un cerdo en el matadero, doy gracias que mis pies no toquen el piso, ya que el pie me duele horrible, mi visión está borrosa, el sabor metal de la sangre está en mi boca y aunque no logré ver muy bien, puedo percatarme de todos los objetivos enfrente de mí, cuchillos, mazos, cadenas, varas, cinturones, fustas, látigos...

- Tanto para elegir. - Pasea la vista por los objetos. - ¿Alguna sugerencia? - Le pregunta al tipo.

Este le señala algo que no logro ver por qué mis párpados empiezan a cerrarse, el daño en mi cuerpo pide un descanso, pero no me puedo ni recomponer por dos segundos por qué atacan mi espalda con el látigo lleno de púas, los azotes golpean atrás, y no se detienen durante minutos dónde no dejo de gritar jodiendo mis cuerdas vocales, puedo sentir el ardor y como mi piel se abre.

Una vez vi en una serie como azotaban a un hombre con una fusta, le dejaron la espalda destrozada, pero eso solo es la televisión, nada de eso se compara con los latigazos qué atacan mis costillas, mis hombros y cada zona de mi espalda.

Minutos y minutos dónde las cadenas se mueven con cada choque, con el ardor intenso, el sudor de mi cuerpo tembloroso, y me duele, me duele muchísimo, papá una vez me dijo que el dolor solo es mental, que estando en el ejército paso por varias situaciones y que lo único que lo hacía seguir era mamá y yo, llevaba su mente a otro lado para que el dolor disminuyera.

- Elijah dijo que tenías una piel muy hermosa... Cómo de porcelana. - Dice ella mientras el tipo sigue golpeando. - Lo más seguro es que te queden cicatrices y ya no sea tan hermosa como dice.

Los últimos azotes los recibo en las costillas, la última vez que llore como lo hago ahora fue hace mucho tiempo atrás, siento la sangre que brota de mi espalda y escurre por mis piernas, me duele la espalda, los brazos, la cabeza y creo que perderé mi pie por qué el dolor es tan fuerte que muerdo mis labios.

- ¿Te duele? - Me pregunta Sonia, sujetando con fuerza mi mandíbula y moviéndola de lado a lado. - Tu silencio me dice que sí.

Mi cabeza queda colgando cuando me suelta, se va a tomar no sé que, los músculos me duelen tanto como los golpes, ya sea que muera desangrada o por el dolor en mi cuerpo, ya no quiero estar aquí, quiero ir con papá y mamá a casa, no quiero que me lastimen ni que me traten como si fuera una bolsa de basura.

- Continuemos. - Se voltea acercándose como si fuera alguna presa suya y sujetando...

El sonido de la corriente eléctrica me hace tragar saliva, la loca levantan la vara contra mí, en la punta puede verse como se une la corriente, muevo los brazos tratando de safarme, pero es en vano, ya que tienen candado, suelta la sonrisa y esa cosa queda a centímetros de mi pecho, el ruido me hace temblar, aprieto los puños y cierro los párpados cuando el espasmo me hace arquear la espalda como si me estuviera convulsionando con...

Despabilo borrando el recuerdo cuando abren la puerta, el mismo hombre entra tomando los brazos de Sonia que está muerta en el piso, la arrastra fuera y vuelve a cerrar, tal vez sea malo, pero mi pecho siente el abismo de satisfacción el saber que está muerta.

Me torturó durante dos días seguidos

Todo me duele, mi cuerpo está caliente y con frío, puedo sentir mi espalda y mi tobillo destrozado, la cabeza me palpita, tengo sangre seca por todos lados, con el único ojo que puedo abrir miro a Mika, está ida mirando el charco de sangre en el piso, no ha hablado desde que Elijah mato a Sonia, por lo menos ya no está repitiendo una y otra vez que todo es su culpa.

El dolor es insoportable que quiero gritar, pero me aguanto para que no me vea así, de por sí mi aspecto no es el más agradable.

- Mika. - La llamo y sigue igual. - Mika.

Reacciona asustaba mirando a todos lados, está rara, como si no supiera dónde está.

- Oye. - Me mira. - Ya sé que parezco salida de The Walking Dead, pero no es para que te asustes. - Bromeo.

- Es que-yo... - Tiembla. - Recuerdo lo que... Mi mamá y...

- Mika. - La interrumpo, tengo que hacer algo. - Tienes que salir de aquí. - Débilmente tomo su mano. - Ese hombre vendrá por nosotras, tienes que irte ahora...

- ¡No! - Niega arrugando las cejas. - Van a venir ayudarnos, solo debemos esperar...

No tengo idea como es que está tan segura que vendrán, llevo aquí casi dos semanas, y en ese tiempo no han podido encontrarme, si no fuera por qué la trajeron a lo mejor nunca la hubiera vuelto a ver.

- Cuando esa puerta vuelva abrirse vas a salir corriendo a buscar ayuda. - Explico. - Si no encuentras a nadie, solo vete y no vuelvas...

Sé muy bien que en cualquier momento ese hombre asqueroso vendrá por nosotras, nos llevarán a ambas y lo más seguro es que no puedan encontrarnos nunca.

- No voy a hacer eso. - Se aferra a mí. - Si me voy va a hacer contigo.

Niego.

- No puedo moverme. - Le digo, no contengo el llanto, mi garganta quema, es como si mi voz estuviera jodida. - Me duele mucho Mika, si voy contigo no llegaríamos ni a la puerta, así que debes irte...

Niega de nuevo, pero esta vez se le salen las lágrimas.

- Todo es mi culpa. - Vuelve con lo mismo. - Todo lo que te hicieron es mi culpa...

Los minutos pasan en los que se sigue negando, debo hacer que se vaya ahora antes de que ese tipo vuelva, no quiero que le haga daño a ella y por ello vuelvo a tomar su mano.

- Hazme caso, por favor. - Llora. - Ese tipo va a volver por nosotras, nos llevará y esta vez será a las dos, debes irte tú.

- No quiero dejarte.

La abrazo con la poca fuerza que tengo, la conozco desde que teníamos nueve años, hemos estado juntas como hermanas desde entonces.

- No vas a dejarme. - Le digo. - Irás por ayuda y volverás.

Intenta volverse a negar, pero el que tome su cara y le ruegue que lo haga la hace aceptar, me abraza con cuidado de no lastimarme, me recuerda lo mucho que me quiere, me duele hablar, pero aun así yo también le digo lo mucho que la quiero.

- Ayúdame a ponerme de pie. - No soporto estar fuera de la cama, es como si estuviera golpeada no solo por fuera, sino también por dentro.

Me apoyo es sus hombros, no sé si sea bueno o malo, pero ya no siento mi pie, mi visión está borrosa, mi cabeza palpita, es como si pudiera sentir los espasmos, los temblores y la taquicardia que me causaba la electricidad con la que me golpeaban.

- Trae el mazo de la otra habitación. - Le indicó cuando me deja aún lado de la puerta y se va por él.

Desaparece y suelto el aire sujetando la pared, no tengo idea si me canso de fingir con ella que no me duele o de todo el dolor que estoy soportando, limpio mi rostro antes de que vuelva y me enderezó lo más que puedo.

- ¿Para qué quieres esto? - Lo alza y me lo entrega.

Al igual que ella reparó el mazo cubierto de mi propia sangre, Mika no dice nada y yo tampoco, no puedo creer que estoy tan débil que hasta me cuesta cargar el mazo con una sola mano.

- Quédate allá. - Le señalo detrás de la puerta. - Cuando te diga que corras lo harás ¿De acuerdo?

- No me gusta esto, Esther. - Se toca la nariz. - Puedes subirte en mi espalda, yo te cargaré y nos iremos juntas...

La corto cuando escucho los pasos del pasillo, siento que mi corazón se saldrá de mi pecho, me sudan las manos, y débilmente alzó el mazo con ambas manos cuando el sonido de la cerradura se escucha, la puerta es abierta por el tipo gigante de siempre, y antes de que pueda darse cuenta de lo que pasa sujeto bien el mazo y se lo estampó en la cara, como estoy muy mal solo alcanzó apenas rozarlo de la mandíbula, ya que caigo al piso junto con él.

- Esther. - Mika intenta venir por mí, pero el hombre me toma del nacimiento del cabello llevándome atrás.

- ¡Vete! - Grito cuando lo vuelve a intentar. - ¡Corre!

Niega llorando, el hombre que me sujeta se le va encima, pero antes de que la toque lo araño de la cara, y el que mis dedos se claven en sus párpados lo hace gritar de dolor.

- ¡Vete! - La empujó fuera y a pesar de sus súplicas le cierro la puerta cuando el hombre quiere quitarme para ir por ella, cubro la puerta pataleando con él. - ¡Corre Mika!

Escucho que me dice que irá por ayuda y por más que me aferró a lo que tengo atrás termina por tomarme del cuello y arrojándome al piso como si fuera un animal.

- ¡Maldita perra!

No puedo defenderme por qué estoy hecha mierda, aprisiona mis manos subiéndose encima, su boca se aproxima a la mía, pero la aparto volteando mi cara, se acerca al lóbulo de mi oreja y empieza a decirme todas las porquerías que me hará, son cosas que no quiero oír y termino llorando.

- Aún no te perdono lo de ayer. - Me dice. - Así de mal te ves asquerosa, pero no me voy a quedar con las ganas.

Suelta mis manos, me toma de la la cara y se pasa la mano por su entrepierna

- Esto debe valer la pena para ir a prisión, pastelito.

Me voltea dejando mi cara contra en piso, el vestido que llevo puesto lo hace trizas dejándome desnuda de la cintura para abajo, no traigo ropa interior y empieza a manosear mis glúteos pegando su erección en mi muslo. Intento arrastrarme consiguiendo tomar el mazo que está en el piso, pero antes de que pueda alzarlo me lo quita doblando mi brazo y aprisionándolo contra mi espalda que está destrozada.

- No hagas estupideces. - Su cuerpo aprieta mi cadera cuando se refriega contra mí.

Pataleo con él cuándo escucho de nuevo el sonido de su bragueta, lo golpeó con la poca fuerza que tengo, me abofetea, pero aun así lo muerdo, lo araño, y le encajo las uñas.

- ¡No me toques! - Le suelto la bofetada cuando me giro.

Se voltea furioso y de nuevo me pone contra el piso, se baja los pantalones y me abre las piernas.

- ¡PAPÁ! - Grito. No sé por qué lo llamo si no está aquí, pero quiero que venga por mí. - ¡PAPÁ!...

Mi cara está llena de lágrimas que me cuesta mirar con el único ojo que puedo abrir, y sigo llamando a mi padre como si fuera cruzar esa puerta.

- ¡PAPÁ!

- ¡CÁLLATE!

Es lo último que escucho por qué toma mi cabeza estampándome contra la pared y dejándome la vista en tinieblas.

✿✿✿✿✿✿

HENRY

- Están en las afueras de la ciudad. - Le quito uno de los dispositivos al hombre que está frente al computador.

Kol hace lo mismo tomando el otro y sale de la casa, toma su motocicleta sin preocuparse de ponerse el casco y se va, hago lo mismo abordando mi auto, los demás nos siguen, pero a la velocidad en la que conduzco los autos detrás se pierden.

No pienso, no razonó, no importa nada y solo sé que tengo que encontrarla.

La novia de Kol desapareció hace unas horas, este se volvió loco armando una pelea con su tío, le rompió la nariz y se calmó hasta que me di cuenta de que el collar que había dejado en la sala había desaparecido. De inmediato puse a todo el mundo a rastrear el collar, las tienen en el bosque que está a las afueras de Havering, con razón no dábamos con ella, teniéndola oculta allá nunca las encontraría.

- 20 minutos a su destino. - Habla el rastreador y aumento la velocidad.

Dos semanas, dos semanas la tuvieron, y no me voy a perdonar si se atrevieron a tocarla. Le prometí a su padre y a mi mismo que la cuidaría, que no dejaría que la tocaran y le falle, la deje sola y les di la oportunidad para llevársela.

Aprieto las manos en el volante, la necesito, necesito que esté bien y que no le hayan hecho nada, por qué si se atrevieron a tocarla soy capaz de matarlos sin importar nada, por qué mientras yo viva nadie la toca.

Miro por el espejo retrovisor, los dos autos vienen unos metros detrás del mío, Kol va adelante, nunca lo había visto conducir como lo hace ahora, ni siquiera en las carreras de motocicletas que hacíamos en la adolescencia.

La salida de la ciudad aparece y es cuando más avanzo para llegar, sigo a Kol que toma el camino dentro del bosque, es más fácil para el adentrarse, ya que trae la motocicleta, pero no me importa y meto el auto llevándome ramas, arbustos, árboles y no sé que más.

- 5 minutos a su destino.

A unos metros aparece un tipo cabaña, está oculta entre los árboles, detengo el auto derrapando el suelo, salgo de este y me dirijo al lugar, Kol deja tirada su motocicleta e intenta seguirme, pero un auto se le atraviesa sin dejar que se mueva, su tío sale del auto, no me quedó y entro a la cabaña, otro auto llega, pero no me molesto en esperar a nadie, hay varias habitaciones y antes de que piense en buscar en cada una me voy hacia el pasillo donde vienen los gritos.

- ¡PAPÁ! - Escucho su voz.

Llego a dónde está la puerta, y la empujó, pero no se abre, intento de nuevo y es lo mismo.

- ¡CÁLLATE! - Escucho otra voz seguida de un golpe.

- Esther... - La llamo por qué ya no la oigo.

Un disparo se escucha afuera, no me interesa nada que no sea abrir esta puerta.

El desespero me toma, la maldita puerta no cede, le están haciendo daño, de eso estoy seguro, impacto los puños consiguiendo que se rompa la madera, pero no se abre, doy unos pasos atrás y con mi cuerpo la empujó logrando que se abra encontrándome con...

Un hijo de perra empuja contra ella que está desnuda en el piso con la cara en el suelo, la ira me toma y me voy contra él tomándolo del cuello, intenta golpearme, pero soy más rápido impactando mi puño en su cara, le reviento la nariz y pierdo el control en lo que hago.

«La tocó» - Mi cabeza repite lo que vio.

Visualizo el mazo que está a un lado, no me importa nada, lo tomo, lo alzó, y se lo impacto en la cara... Dos, tres, cuatro, no sé cuantas veces lo hago, y no me detengo, la sangre salpica ensuciando mi ropa y mi cara, se le desfigura el rostro, los huesos salen y el cráneo truena con los siguientes impactos.

- ¡Henry!

No sé quién me llama, no hago caso y sigo golpeando su cabeza.

- ¡Henry!

Vuelvo su cráneo una mierda, pareciendo una basura, y aunque este muerto no dejo de impactar el mazo en ella.

- ¡Henry! - El padre de Esther me detiene el brazo haciéndome reaccionar.

Me suelta, dejo lo que tengo en las manos y la miro... Está sin ropa, su cuerpo está muy delgado, tiene golpes por todas partes, su pie está destrozado, no hay lugar donde no haya sangre, su cara está hinchada, sus labios tienen un tono de azul que me preocupa, no se mueve y tampoco abre los ojos.

Su madre recuesta su cabeza en su regazo revisando sus signos vitales, su padre la cubre con la chaqueta que se quita y yo me quedo aún lado para darles espacio.

- Está respirando. - Dice su madre y siento como si me devolvieran a la vida. - Llama una ambulancia, Erick.

Este se lleva el móvil a la oreja haciendo lo que le pide.

- Mi amor. - Le habla a su hija llorando mientras le toca la mejilla. - Estamos aquí, abre los ojos.

La llama varias veces, pero no reacciona, me acerco y paso saliva, por qué estando más cerca son más notables las heridas.

- Esther. - Acaricio su mejilla. - Despierta, por favor.

Repito lo que hago y esta vez se mueve, está temblando e intenta alejarse.

- No...

Su madre la sujeta diciéndole que está a salvo, está inquieta y mira a todos lados hasta que sus ojos conectan con los míos.

- Cariño... - Levanto mi mano con la intención de tocarle la mejilla, pero ella se aleja volviéndose un ovillo en el regazo de su madre.

- ¿Dónde está papá? - Murmura.

- Aquí estoy. - Me hace aún lado y ella de inmediato se devuelve hacia él cuando la toma.

Su padre la abraza, su madre le llena la cara de besos diciéndole que todo está bien antes de que vuelva a desmayarse.

Notas de autor

Holi holi


Pensaba en no escribir lo que le hicieron a Esther, pero llegué a la conclusión de que es importante para comprender la actitud que tendrá más adelante

Solo les dire que preparen los pañuelos en el siguiente capítulo.

Espero subirlo el jueves o viernes, perdón, ya saben que soy algo incumplida, pero pues ya están enteradas de todo lo que pasó y también no quiero dejar está historia, es la primera que publicó y me da cosa que ya va a llegar a su final.

Comenten y voten.

Las quiero mucho.

Con amor este intento de escritora.

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