Las horas corren y no encuentro a Derek es como si nunca hubiera existido y fuera producto de mi imaginación todo. He recorrido cada rincón del hospital sin obtener resultados y entonces recuerdo que tenemos un sótano al que nadie va desde hace mucho tiempo porque ahí solo había polvo y cosas viejas.
Me dirijo hacia allá sin que me vean hacerlo o sería raro. Bajo las escaleras despacio tratando de no hacer ruido con mis zapatos para no alertar a nadie en caso de que ahí abajo hayan personas.
Abro la puerta y entro. A simple vista solo hay equipos obsoletos que se quitaron hace mucho camas de las antiguas que pesaban muchísimo y mucho polvo.
Saco un pañuelo y tapo mi nariz y boca para evitar que el polvo me afecte. Camino entre las cosas en busca de algo ya que este es mi último recurso. Entonces después de caminar un poco mi pie se enreda con una alfombra y caigo.
Cuando me levanto puedo la alfombra y encuentro una puerta en el piso de las que se abren hacia arriba. Agarro en asa y la abro para luego bajar otra serie de escaleras y otra puerta pero esta vez se oyen voces desde adentro.
Abro un poco para poder ver y en la habitación solo se encuentra Rubén hablando por teléfono.
- Veo que se desquitó. - hay un pequeño silencio y luego vuelve a hablar - me encargaré de dejarlo como ordenó señor Máximo, no se preocupe parecerá un linchamiento del personal.
Se queda escuchando lo que le dice la otra persona.
- Pero eso es muy pronto y cómo voy a justificar su muerte. Tres días son muy pocos para traerle a Alan y más si Lara.. - se calló de golpe sin terminar la frase. - bien señor, como quiera. - Y al fin cuelga.
En mi mente se repiten sus palabras y me detengo en una Máximo ese nombre me suena de alguna parte. Trato de recordar con todas mis fuerzas y entonces mi cabeza hace clic.
Flash back
- ¡Adrián! Hola. Me alegro que hayas venido a mi viesta - se nos acerca un señor un poco mayor pero en muy buena forma.
- Hola Máximo, te presento a mi compañera Lara.
- Mucho gusto señorita - besó mi mano y me miró con cara pícara. - espero podamos divertirnos juntos.
- Lo siento Máximo pero no va a ser posible, esta noche está linda señorita es mía.
- Claro, no pretendo quitarte a tu reina. Me están llamando, disfruten de la fiesta.
- Gracias - hablé por primera vez y le di una sonrisa de labios cerrados.
Fin del Flash back
Ese es el nombre de aquel hombre que nos saludó ye la fiesta que fuimos Adrián y yo. Pero además de eso recuerdo la charla que tuvimos el día que me envió esa nota y nos encontramos en la fábrica abandonada.
- ¿Por qué no me dice que quiere de una vez?
- Me dijeron que eras una chica con muchos secretos así que quise conocer cuales serían. - se limpió la boca con la servilleta - descubrí muchas cosas sobre ti. Entre ellas tu pequeña obsesión por el sexo. Tu cuarto del placer es envidiable. También tu romance con uno de tus pacientes, aunque creo que debería decir dos.
- ¿A dónde quiere llegar?
- Quiero que dejes de meterte donde nadie te llama y que te mantengas haciendo tu trabajo.
- ¿Qué tiene que ver usted con eso?
- Nada, solo te estoy dando un consejo.
- Pues gracias.
Entonces ese hombre es el jafe del director y posiblemente el verdadero asesino de todos los pacientes.
Veo al hombre tratar de mover un cuerpo que se encuentra en una silla amarrado. Cuando al fin lo voltea veo el rostro sin vida de Derek todavía con los ojos abiertos y salpicado de sangre.
- Arrgg como odio esto - se queja cuando al fin lo tiene en la alfombra donde lo envuelve - ahora solo tengo que esperara a que sea más tarde.
Al escuchar eso me quité los zapatos y subí las escaleras lo más rápido que pude y luego me escondí entre los equipos rotos.
Unos minutos después salió él cerrando la puerta y ocultandola con ma alfombra para luego seguir de largo hasta estar fuera de sótano. Me encontraba completamente a oscuras, saqué mi teléfono y encendí la linterna.
Volví a bajar y esta vez entré a la habitación. Inspeccione todo el lugar. Habían muchos instrumentos afilados encima de una mesa la cual conservaba manchas de sangre mostrando las torturas que aquí se realizaban. La silla parece una de esas que usan cuando daban una condena muerte a un preso y al igual que la mesa hay un rastro de sangre, mucho mayor.
Desenvuelvo el cuerpo y le doy una rápida mirada. Tiene cortes superficiales alrededor de los brazos tan finos que parecen hechos con bisturí, me acerco más y noto marcas de pinchazo en el cuello. Se ve que quien las hizo no sabía mucho sobre ello.
Quizás si le hacen estudios en un laboratorio aparezca algo en su sangre. Y la herida desiciva que lo mató fue una en su cuello cortando la yugular o puede que una sobredosis de lo que le inyectaron.
Veo la hora en mi teléfono y ya es media noche, como todos se encierran desde las diez tengo vía libre. Rubén de seguro esperará hasta la madrugada para montar el teatro esperando a que esté dormida.
Me da pesar tener que abandonar al pobre chico aquí y no darle un entierro desente. Pero no puedo cargar con su peso por las escaleras ni siquiera sé si puedo arrastrarlo.
Voy a la mesa y tomo un cuchillo de doble filo muy cómodo para luchar y salgo del sótano dejando todo abierto menos la puerta que da al pasillo del hospital. Camino sin que me vean los guardias que en este caso solo hay uno por piso y uno en la puerta principal. Cuando llego a la habitación de Alan abro la puerta encontrándose con mi mirada.
- Nos vamos.
- ¿Qué haces con esa arma? - me pregunta con sus ojos fijos en el cuchillo.
- Vamos a salir de este lugar. - camina hacia mí hasta quedar enfrente. - quiero que vayas a soltar a Jackson y dile que baje al sótano y ve con él.
- ¿Y tú? ¿A dónde vas?
- A ver a un hijo de perra.
Me voy dejándolo ahí parado y voy directamente a la habitación del director. Abro la puerta sin hacer ruido y lo encuentro acostado en la cama durmiendo, supongo que descansando para dentro de un rato poder mover el cuerpo.
Me acerco hasta la cama y cuando estoy en frente empiezo a silbar. Su ojos se abren y se asusta la ver mi cara de perversión. Y sin darle oportunidad de mover un dedo le encajó el cuchillo en el estómago hasta que su piel toca el mango del arma.
Sus ojos se abren por la sorpresa y por primera vez me dejo llevar por mis instintos moviendo el cuchillo hacia arriba abriendolo como si fuera un cerdo. Abre la boca para gritar por el dolor pero yo se la tapo con la almohada cayando sus sonidos y finalmente saco el cuchillo y le atravieso la garganta sin piedad.
Sangre corre por todas partes y mi cuerpo y ropa están salpicados pero me siento tan bien que me importa poco. Saco el cuchillo y lo limpio pasándole la lengua.
- Descansa. - digo con una sonrisa cínica.
Me marcho a mi habitación y hago una pequeña maleta con ropa entre otras cosas cojo todos los papeles que tenía en las cajas debajo de la cama y los echo en el cesto del baño y luego le prendo candela.
Salgo con mi maleta y voy a la antigua oficina de Sara dónde obtengo las llaves de su auto. Además de eso encuentro un sobre con dinero, su último salario, y también me lo llevo.
Camino hacia afuera del hospital y me encuentro el pasillo ensangrentado. Sigo en rastro hasta la garita de la entrada y adentro se encuentran los dos guardias sin vida.
Cuando estoy afuera veo a los chicos enterrando a Derek. Me acerco a ellos y se giran cuando me sienten.
- ¿Les falta mucho para acabar?
- No, ya casi terminamos.
Hechan la tierra que falta para tapar el hueco y luego devuelven las palas a su lugar.
- ¿Ahora qué?
- Nos vamos.
Los agarro de las manos, Jackson coje mi maleta y los llevo conmigo hasta el estacionamiento. Entramos al auto abandonado de Sara, Jackson tira mi maleta en el asiento al lado de él y Alan se sienta a mi lado. Entonces arranco y me pongo en marcha. Lejos de todo este desastre, mi desastre.
Holaaa
Les dejo otro capítulo. Este tuve que dividirlo porque era demasiado largo así que nos veremos pronto con la otra parte. Espero les guste como siempre y por favor voten y comenten.
Besitos Sheila 💋💋