Yo solía tener una vida completamente planeada desde el inicio hasta el fin, con estudios pagados en las mejores escuelas, excelencia académica, un futuro comprometedor como estudiante de leyes para seguir con mi legado familiar, grandes amigos desde que era niña y un excelente novio con el cual mis padres ya me habían apalabrado junto a su familia.
Tenía la vida con la que siempre había soñado y planeado desde que era una niña.
Una vida tranquila por la que ya no me tendría que preocupar por nada si seguía todo tal y como había planeado los pasos durante tanto tiempo.
Algo en lo que tanto me esforcé por seguir al pie de la letra que jamás creí que una sola acción la haría cambiar por completo sin la posibilidad de volver al plan inicial.
Vamos Wanda, solo por esta vez deja de ser tan recta y déjate llevar de hacer locuras que con el tiempo te reirás. -pidió mi mellizo sentado sobre mi cama.
No puedo Pietro, si nuestros padres se dan cuenta que no estamos en nuestras camas por la noche, a los dos nos irá igual de mal y yo no estoy en estos momentos para recibir castigos. -pase la pagina de mi libro de texto en mi escritorio.
Por favor hermanita, te juro que después de esta noche te cubriré algún día que te quieras escapar con el cuadrado de tu novio o amigos. -se arrodillo a un lado de mi silla.
Simon no es cuadrado Pietro y mis amigos no son unos vagos como los tuyos que siempre desean salir de fiesta, así que mejor déjame estudiar y ve a tu habitación hacer lo mismo que mucha falta te hace. -mire por el rabillo de mi ojo como él hacía un puchero.
Haciendo que soltara un suspiro de cansancio cerrando mi libro de matemáticas avanzadas.
La próxima semana Jean hará una fiesta después de su competencia de equitación, si me cubres con nuestros padres para ir con ella y no a aquella cena con ese socio que cada vez que me saluda parece que sus manos desean ir a mis glúteos, te acompaño esta noche a ese lugar al que quieres ir. -me giré sobre mi silla para mirarlo mejor.
Trato hecho brujita, gracias, gracias por esto. -se levantó para estrecharme en sus brazos.
No es nada, mejor ve a prepararte mientras yo busco que ponerme en mi armario. -di un par de palmadas en su espalda para que se alejara.
Viéndolo asentir antes de salir de mi habitación emocionado como un niño pequeño.
Soltando un suspiro de cansancio para levantarme de mi silla acomodándola en su lugar frente al escritorio en donde todos mis libros se encontraban ordenados en una pila.
Acercándome a mi mesita de noche para tomar una de aquellas pastillas que mi doctor me receto para concentrarme mirando la hora en mi reloj despertador a un lado de este.
Ojala nuestros padres no se den cuenta. -susurre mirando lo tarde que era para salir.
Alejándome mientras abría mi bata de dormir dirigiéndome a mi closet en busca de ropa.
Deseando que ojalá jamás hubiera encontrando la ropa adecuada para salir aquella noche por el balcón junto a mi hermano, subiendo al coche de unos de sus amigos para dirigirnos a ese lugar de mala muerte en la carretera, donde todas las personas tenían mala pinta y bebían alcohol como si fuera agua, siendo jalada por él hasta la parte de enfrente de aquel pequeño escenario en donde una banda tocaba canciones que solía escuchar por el chico parado a mi lado que no le quitaba la mirada a aquel rubio baterista sonriente mientras que las personas a nuestros alrededor se empujaban bailando de manera salvaje haciendo que los diferentes aromas se mezclaran llegando a revolver varias veces mi estómago.
Pensando que todo terminaría esa noche en el momento en que pisamos el exterior de ese lugar, pero siempre algo tenía que salir mal siempre que lo planeaba junto a él.
Llevándome a una búsqueda dentro como fuera del lugar de mi hermano y sus amigos.
No teniendo el éxito deseado que me comenzaba a poner realmente nerviosa.
Pietro ya no es broma, llámame en cuanto escuches mi mensaje o solo dime en donde te encuentras para saber si estas bien. -gruñí tapando mi oído por la fuerte música rock.
Bajando mi teléfono cuando un sonido llamó mi atención solo para notar su baja batería.
No, no, no, por favor. -gruñí cuando la pantalla se apagó.
Dándome la vuelta molesta siendo recibida por un baño de cerveza barata sobre mi ropa.
Carajo, mierda, lo siento. -se burló la mujer que había tirado sus tragos sobre mi.
Alzando la mirada solo para ver como no solo ella se burlaba si no las personas alrededor.
Y nada podía salir peor que esta noche. -murmuré sintiendo que mi voz fallaba un poco.
Saliendo de aquel lugar empujando a todo el que se me atravesar sin importar los insultos que recibía de su parte, empujando las sucias y viejas puertas de madera para sentir el aire golpear mi cuerpo húmedo por la cerveza, abrazándome a mí misma para comenzar a caminar por la orilla de la carretera intentando calmar mis manos temblorosas por el nuevo ataque que me quería dar debido a todo lo estresante que estaba siendo esto.
Buscando alguna respuesta al por que mi tonto hermano me habia abandonado de repente.
Ya debíamos de estar en casa y él no aparecía por ningún lado junto a sus amigos.
Creo que si fuera un concurso de camisetas mojadas tu ya estarías ganando en primer lugar, linda. -escuche decir una voz femenina a mi lado.
Parando mi andar solo para ver aquella rubia de cabello corto que me había mojado.
Tenías que ser tú. -Gire los ojos acelerando un poco más mi paso al iniciarlo.
No, hey, linda espera, disculpa. -corrió para quedar frente a mí alzando las manos.
Ya está, ahora apártate de mi camino. -le di media sonrisa intentando pasar a su lado.
Vamos no seas grosera, solo intento dar lo mejor de mi parte y no me gustaría que por mi culpa te resfríes o un loco intente llevarte con él por la forma en que se marca tu brasier... por cierto es muy lindo. -sonrió mirando mi blusa transparentada que mostraba lo de abajo.
Tenias que ser otra gustosa por pechos, deja de verlos. -me cubrí con mis brazos incomoda.
Si, lo siento. -apartó la mirada sobando su nuca avergonzada.
Nada de esto hubiera pasado si no hubiera aceptado venir aquí con mi tonto hermano, yo estaría en mi hogar estudiando para mi examen de la próxima semana y no aquí esperando a que Pietro se digne a buscarme. -Pase a su lado pateando las rocas molesta.
Espera un momento, acabas de decir Pietro. -pregunto a mis espaldas haciéndome detener.
Si, porque. -me gire para verla parada aun en el mismo lugar.
Si, bueno... creo que tu hermano ya no está aquí y tampoco sus amigos, porque verás... él y mi mejor amigo llevan semanas hablando por mensaje y tal vez, solo puede que tal vez los dos se hayan ido como desde hace una hora a su cita romántica que ya tenían planeada para el día que se vieran. -se rió nerviosa alzando las manos como si festejará.
¡Carajo!. -grite una grosería por la frustración del momento.
Por que si mi hermano no se hubiera marchado esa noche yo no hubiera vuelto a casa en la parte trasera de aquella camioneta con el abrigo de aquella rubia cubriendome.
No hubiera dormido sobre su pecho y despertar por sus toques en mi cabello cuando había terminado el viaje en la entrada de la casa de nuestros padres.
Viéndola intentando defenderme y justificarme cuando nuestros padres salieron furiosos porque al parecer yo era la única que no me encontraba en mi habitación esa mañana.
Recibiendo un castigo que me hizo dejar de hablarle a mi hermano por un tiempo.
Pensando que los mensajes como las visitas de mis amigos y novio eran los que me harían sentir mejor, pero eso no era verdad, era una mentira total de la que me intentaba mentir a mi misma cuando los únicos mensajes o llamadas secretas que me hacían sonreír eran los de ella, los de aquella vocalista rubia que todos los días me hacía sentir como mi corazón se aceleraba cuando un nuevo mensaje de texto entraba a mi bandeja de su parte o cuando una llamada suya entraba a mitad de la noche para hacerme compañía mientras estudiaba.
Volviéndose así la persona que me sacó de mi zona de confort para dejar de conocer el mundo como lo hacía y comenzar a verlo desde sus par de verdes selvas soñadoras que ella tenía en aquellas cuencas que se iluminaban tanto como las mías.
Pasando tantos momentos agradables a su lado que jamás estuve preparada para la gran caída que tendría desde el avión en el que me estaba haciendo viajar sin paracaídas.
Vamos Wanda, es por ese lugar. -me jalo de la mano caminando entre las personas.
Natasha, estás segura de esto. -pregunte cuando me hizo sentar en una banca.
Claro pequeña, será divertido esto, te imaginas una vida en donde tus padres no te digan que hacer y solo las dos podemos estar libres sin pensar en el que dirán, seriamos libres de hacer lo que queramos y sin la necesidad de ocultarlo detrás de aquel idiota de músculos sin cerebro. -se sentó a mi lado pasando su brazo por mis hombros.
No lo se Natasha, que pasara con tu banda y con mis estudios. -pregunté girando a verla.
Por eso no te preocupes cariño, ya verás cómo arreglaremos todo eso y como es que las dos viviremos día a día, que acaso no confías en mi. -pregunto acomodando mi cabello.
Pensando en que tal vez le debí de hacer caso a mi cerebro que me gritaba no hacerlo.
Más de lo que imaginas. -sonreí viendo como ella hacía lo mismo.
Eso está perfecto, tienes el dinero de los boletos. -pregunto poniendo su mano en mi mejilla.
Si, aquí esta, son todos mis ahorros, lo dividí entre los boletos y lo que podremos ocupar para vivir hasta que arreglemos todo. -alce la bolsa plástica en donde lo había metido.
Bien pequeña, qué te parece si yo guardo el dinero para no perderlo y cuando lleguemos a nuestro destino lo metemos en una cuenta de banco para no perderlo o mal gastarlo. -me quito la bolsa para guardarla en su abrigo que traía el día de hoy.
Está bien. -sonreí acomodándome mejor en el banco recargada en su hombro.
Está bien, iré a comprar los boletos para irnos. -dejo un beso en mi cabello para alejarme.
Tomando su mano cuando se levantó evitando que se alejara de donde estábamos.
No me dejaras aquí abandonada o si. -pregunte sintiéndome insegura de esto.
Claro que no linda, te amo y no te abandonaría en este lugar por nada del mundo. -miro a todos lados antes de acercarse a mí para dejar un beso en mi labios.
Nadie podía enamorarse en menos de un mes de una desconocida y yo era ilusa al creerle.
Te amo. -susurre contra su boca sonriendo.
Yo mucho más, no tardaré nada. -dejó otro rápido beso antes de soltarse.
Viéndola perderse entre las personas que estaban en este lugar esperando su tren.
Sintiéndome estúpida cuando el tiempo comenzó a pasar y aquella rubia jamás volvió.
Creyendo que si esperaba un poco más sentada en aquella banca ella volviera con nuestros boletos para abordar alguno de los trenes, viendo como los trenes se marchaban reduciendo el número de personas en el lugar hasta que el último tren salió del lugar, no teniendo otra opción más que volver a casa cuando el oficial me ofreció una moneda para llamar a alguien que me pudiera recoger para llevarme a casa.
Jamás creí que ese volver a casa nunca llegaría para mi.
Si te gusta estar con la basura adelante Wanda Maximoff Lehnsherr, revuélcate entre ella, porque créeme cuando te digo que en mi casa no volverás a poner un pie jamás, me escuchas bien niña estúpida... para mi estas muerta desde el momento en que decidiste irte de casa con esa idiota sin futuro... -escuchaba gritar a mi padre al otro lado de la línea.
Perdón papá. -fue todo lo que dije antes de colgar con el corazón roto.
Notando que nuestras decisiones no siempre son las mejores que tomamos.
Lo perdí todo a cambio de nada por algo que yo creía sería amor.
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Hey People... 🌻
Este es un nuevo libro en el que llevo trabajando meses y la verdad ya no podia aguantar para sacarlo. :D
Espero les agrade la historia.
-Toxicus 🥀