La tensión apretaba cada músculo de la joven pareja dificultándoles pasar saliva después de haber aventado semejante bomba informática a sus padres. Sus manos entrecruzadas se humedecían más con cada tictac de la cocina con cada segundo dentro de ese silencio antes de la tormenta.
Harry había observado a su papá James atragantarse con las galletas y a su padre Tom apretar su puño como si estuviese sosteniendo su varita. Draco, en cambio, vio a su padrastro sonreír con dulzura y a su padre tirar la taza de porcelana al suelo. Al menos uno estaría de su lado.
—¿Están qué? —Interrogó el Potter con toda la certeza del mundo de haber escuchado mal. Seguro dijeron algo como "estamos enamorados" o "estamos avergonzados"
—¿La aurología terminó de freírte el cerebro o siempre fuiste tan idiota? Nos están diciendo que tú hijo mancilló la honra del mío irrespetando su dignidad, pedazo de gnomo de jardín.
—Lucius. —Regañó su pareja.
—¡¿Mi hijo mancilló al tuyo?! Buena broma, Malfoy. Seguro tu hijo manipuló a mi pobre león hasta enredarlo con su cola de serpiente para hacerle un bebé. Porque así de tramposos son ustedes.
Si la vergüenza tuviese rostro, serían los suyos en esos momentos ¿mancillar? ¿honra? ¿manipuló? Sonaba tan irreal para una pareja con más de tres años de relación presentada ante sus padres hace tiempo. Suspiraron profundo al escucharlos decir ahora cosas sin sentido sobre inocencias y perversiones. No se suponía resultase así. O bueno, ni siquiera habían pensando en las consecuencias de sus noticias simplemente habían acatado la orden de Severus por hacer participes a sus padres de la situación.
Remus, resignado a la evidente disputa casi chiquilina de su mejor amigo y su pareja decidió acercarse a los chicos en vista de la poca atención obtenida tras tan impactante revelación. Se sentó a su lado viendo de reojo a un Riddle estupefacto tratando de procesar la noticia. De su túnica sacó dos barras de chocolate y las ofreció a cada uno.
—Pronto será época de antojos y deberán estar preparados.
—Gracias, Moony. Eres el mejor, justo ahorita que los sacaste se me antojaron mucho. Draco, puedo comerme el tuyo.
El otro asintió aún sin despegar la vista de su padre y el señor Potter, mientras siguiesen solo en palabras todo estaría bien. ¿Cómo Harry tenía cabeza para pensar en antojos? Él sentía las náuseas hasta el mentón.
—Está bien, pequeño Prongs, a partir de ahora tendrás que comer por dos. Draco tendrá mucho trabajo que...
—¿Cuándo se van a casar?
La voz del otro padre de Harry retumbó por la habitación deteniendo las conversaciones paralelas a él. Draco no esperaba felicitaciones, pero tampoco una boda. Era algo íntimo y a su tiempo. Con un valor impropio de él, besó el dorso de su novio y se puso de pie. Carraspeó un poco atrayendo la atención a él.
—Señor Riddle, nuestra intención por supuesto es el matrimonio. Sin embargo, les hemos invitado a nuestro hogar para compartirles la noticia de nuestro embarazo y su futuro estado como abuelo.
Si la noticia aún no había sido asimilada, está vez cayó cual balde de agua gélida sobre tierra desértica. James dejó su pelea para observar a su hijo aún con una barra de chocolate: su bebé tendría un bebé. Sacó su varita con la habilidad de un auror y apuntó a su yerno.
—Dame una razón para no hechizarte hasta el cansancio. Tienes cinco y van cuatro.
—¡Papá! Vas a lastimar al bebé.
—El bebé está en la tuya no le pasará nada.
—También en la de Draco. Estamos embarazados. Los dos.
Si el impacto de un solo embarazo aún no era algo asimilado, el de los dos fue peor la noticia desglosada. Ambos adultos jóvenes se miraron tratando de encontrar en el otro alguna alternativa favorable para solucionar todo y poder irse a descansar. Lo bueno es que aún no tenían panza sino...
—Debe ser una broma de mal gusto.
—¿Desde hace cuánto lo saben?
—¿Cómo planean hacerlo funcionar?
—Muchas felicidades, cachorros.
Al menos ya no estaban iracundos o listos para sacar la varita y atacar. Así, más confiado, Draco volvió a tomar su lugar como dueño de la casa y contestar cada una de las preguntas de sus padres.
—No es ninguna broma, señor Riddle. No fue algo planeado mas sí es algo querido por ambos. No es mucho el tiempo lo sabemos, apenas un par de día, tres cuando mucho, señor Potter. Y, padre, aún es algo en lo cual Harry y yo debemos ponernos de acuerdo pues como lo dije no tiene mucho de habernos enterado. Claro está, queremos continuar nuestros estudios y esforzarnos por construirles a nuestros hijos un futuro digno, por ello esperamos su aprobación, así como su acompañamiento y conocimiento en estos temas. Gracias, Remus, por tu apoyo es algo muy valioso para nosotros.
La faceta, en esta ocasión sincera, diplomática de su novio movió algo muy dentro del azabache. Verlo ahí, tan galante, correcto y astuto le recordaba a Harry el motivo por el cual ahora estaba en estado. Le sonrió orgulloso y se levantó para estar a su lado y tratar de continuar con tan bien estructurado discurso.
—Bueno, sí, es básicamente lo que dijo Draco. Papá, padre, en serio quería compartir con ustedes esta noticia que a nosotros nos hace muy felices. Señor Malfoy, Moony, les prometo que quiero a Draco de una manera tan honesta como el primero día. Sólo, bueno, eso. Queríamos contarles.
Sentir el abrazó de su papá no fue sorpresa, era algo esperado desde el inicio, la caricia sobre su cabello obra de su padre le trajo una paz indescriptible. Estaba bien.
—Estamos muy felices, espera le cuente a Padfoot y a Lily. Se pondrán muy felices.
—La academia de aurores queda completamente vetada hasta nuevo aviso, hijo — el mayor vio a su hijo con toda la intención de objetar —No se lo permití a tu padre, tampoco te lo permitiré a ti y no hay opción a replica. Malfoy estará de acuerdo conmigo.
Harry suspiró. Debían ser felicitaciones no regaños.
Por su parte Draco recibía el abrazo de su padrastro con mucho cariño. A una parte de él le hubiese gustado ver a su madre ahí, abrazarla también, contarle sobre su embarazo.
—Serán unos grandes padres, Dragón. Nos tendrán siempre a tu padre y a mí para cualquier cosa. Aún recuerdo cuando tenía que cambiarle los pañales a Harry, ya lo aprenderán con el tiempo.
—En apellido Malfoy será perpetuado como debe ser. Las formas no son del todo de mi agrada sin embargo es algo esperado. Cuentan con toda la fortuna Malfoy a su disposición para empezar a buscar una casa digna para un nieto mío. Porque no estarán pensando tenerlo en el mundo muggle —silencio. —Una cosa son ustedes, pero sus hijos...
—Concuerdo con Malfoy —habló su suegro. —Ningún nieto nuestro debe crecer así. La magia de grandes magos correrá por sus venas aquí no tienen nada que hacer. Hablaré con el encargado de regular propiedades mágicas para empezar a encontrar un hogar digno de mis nietos.
—Concuerdo con tu padre, León. Necesitarán más espacio ¿o cómo piensan hacerle cuando deseen volar?
—Creo que nos estamos apresurando un poco —convino afable el hombre lobo al ver la enorme cara de terror de los más jóvenes. Juntar a sus padres no había sido de sus ideas más ingeniosas. —Primero lo primero, revisar a los cachorros. Además, no podemos agobiarnos con tantas cosas. Deben descansar y respirar.
—Cierto, Moony, debemos cuidarlos seguro tienen antojos ¿qué quieren? ¿Pescado con papás bañados de grageas sabor tierra? Talvez quiera un poco de anguila asada con dedos de queso. Ustedes pidan y se les dará.
"Se me antoja que se vayan" pensó el rubio mirando a su pareja quien pareció leerle el pensamiento.
—Bueno, ya que lo mencionas papá, yo sí tengo unos antojos. Moony ¿crees que puedas prepararnos dos pasteles de chocolate, frambuesas y mantequilla de maní? Pero tú no los elfos. Y papás, creen que puedan ir hasta rusia por esa sopa roja que probamos allá ¡hecha sin magia! Y En las mañanas unos raviolis al pesto serían delicioso, por favor.
Harry miró con sendas peticiones en sus ojos de Remus a James, a Tom a Lucius, a su padre una vez más, a Moony. Tardaron menos que nada en despedirse de la pareja asegurando que en menos de tres horas tendrían todos los antojos y asegurarse de decirles que mandaran un patronus o un mensaje si deseaban algo más.
Una vez solos, suspiraron. Un pendiente menos. Harry abrazó sin reparo a su novio disfrutando de su aroma.
—No estuvo tan mal.
—Define mal —lo besó suave.
—Me van a traer esa rica sopa y pastel de Moony, ¿qué más quiero? Tú hubieras pedido antojos también.
—Sabe lo que pasa, futuro señor Malfoy, que tengo otro tipo de antojo
—¿Si? ¿Cuál?
—Tengo antojo de fresas y chocolate derretido sobre una cama y acompañado de un Harry Potter para complementar.
—Suena a que tenemos al menos dos horas y ninguna probabilidad de embarazo para cumplirle su antojo, futuro señor Potter.
Sin más, subieron a su habitación conjurando un accio para las fresas y chocolate y se dedicaron a cumplir el inicio de sus antojos.
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Lamento la tardanza, espero les haya gustado <3