Prepararse para una noche maravillosa era lo que Allin hacía, la joven se acababa de dar una ducha y ahora comenzaba a vestirse, un vello vestido de color lila, espalda descubierta, escote en V y con dos lazos sujetado a su cuello, el vestido era de seda, se le veía hermoso, esta noche ambos irían al anfiteatro, eso tenía a la chica de buen humor.
Al vestirse se sentó frente a su tocador, allí se peinó primero, su cabello lo dejo suelto con varias ondas, se maquilló con tonos suaves y delicados, nada exagerado, una vez lista se calzó los pies con sus tacones altos igual lila, se veía preciosa, la joven busco unos pendientes de oro, una pulsera del mismo material y una gargantilla, estaba divina, Evans entró a la recámara para buscarla y al entrar y verla mirarse en el espejo quedó embobado.
— Vaya, llevas dos noches queriendo matarme, ¿acaso te es divertido? — Ella sonríe y lo mira a través del espejo.
— Quizás si, quizás no, ¿quién sabe?, pero para tu información no llevo panti y menos sostén, no lo sé, podría ser presa fácil esta noche — Evans avanza hacia su dama.
— Tal vez podría lanzarte a la cama, subir su hermoso vestido y fallarte antes de irnos — Sugiere él y se pone detrás de Allin y comienza a deslizar su mano por su espalda y la baja lentamente.
— Podríamos, sí, pero deseo ver la obra — Allin se aleja y de una mesita toma un bolso de color blanco con un lazo morado lila.
— Bien, te follaré duro al regresar — Dice él y la toma de la mano.
Ella sonríe y sale con él, ambos bajan los escalones y salen de casa, su chofer los esperaba para llevarlos, él le abrió la puerta del coche para que la pareja entre, Evans dejo que Allin fuese la primera en entrar al vehículo, después lo hizo él, una vez los dos ocupando sus lugares, el chofer puso en marcha el vehículo, Evans como niño travieso acariciaba el brazo desnudo de Allin y besaba este.
— Me mata el aroma de tu piel, es mi fragancia favorita — Musita Evans, con sus dedos hace que Allin lo mire — Me encantas — Allin.
Allin corresponde el beso, dejaba que la lengua de Evans entrase a su boca y la follase de una exquisita manera, la mano de Evans acariciaba sus piernas por debajo del vestido, el chofer no veía nada, ya que había una especie de pared que los dividía, cuando el beso amenazaba con ir más allá, Allin se alejó, su pecho subía y bajaba a igual que su respiración.
— Espera cariño, no deseo llegar despeinada y menos con olor a sexo — Dice ella con una sonrisita.
— Bien, pero esta noche te aseguro que serás castigada por dejarme así — Él señala el crecido bulto entre sus piernas.
— Quizás debas ocultarlo — La joven se sienta sobre sus piernas, él gruñe.
— Mujer malvada, no te follo ahora porque la ganas que te tengo me las quitaré en mi cama contigo en cientos de posiciones — Él le hablaba al oído.
— Espero poder verlo.
Ella vuelve a su lugar, unos minutos después llegan al lugar del evento, esta vez no hubo fotógrafos, solo un valet parking que le abrió la puerta a Allin y Evans y los ayudó a salir, Evans abrazo a su chica y junto a las demás personas que verían el show entraron. Allin sentía una gran emoción y felicidad, su corazón latía con fuerza, nuevamente rodeada de personas adineradas, mujeres con vestuarios elegantes y sus parejas con sus costosos trajes. Evans tomaba su mano, ella se sentía especial y deseaba que estos momentos fuesen para siempre.
Como ya ellos tenían sus entradas fueron a ocupar sus sitios en primera fila, las personas entraban y se sentaban a su lado. Al pase de unos minutos comenzó el show.
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Franchesca no había salido de casa, no con esos golpes en su cara, ella no siquiera aceptaba que Elías la fuese a visitar, no deseaba que él la viera de aquella manera, aquel día cuando llegó a su casa y su hijo la vio y pregunto, ella únicamente le respondió que se había dado un portazo, la única que sabía la verdad era la niñera, ahora la joven mujer maquillaba su rostro y ocultaba las heridas aún visibles, tenía un pequeño plan e iría a resolverlo, ella se terminó de arreglar y salió de su recámara, al llegar a su pequeña sala pudo ver a Leo sentado en el sofá viendo la TV.
— Cariño, voy a salir, así que te quedarás con la vecina, ¿entendido?
— Si mamá — El pequeño apaga la TV y se pone de pie.
Franchesca sonríe y toma la mano de su pequeño hijo y sale de su casa, una vez afuera se dirige hacia la casa de su vecina, ella ya le había pedido el favor, la vivienda de la señora con la que se quedaría Leo tenía una verja por lo que la joven toco esta.
— ¡Ya voy! — Se escucha una voz femenina de alguien mayor, en eso una señora de unos setenta años aparece.
— Hola señora, María, he venido a traerle al niño — Le dice Franchesca.
— Está bien, no te preocupes, y hola Leo, ¿cómo estás? — La mujer saluda con dulzura al niño.
— Hola señora, María — Responde Leo.
Franchesca sonríe y le deja al niño, le asegura que llegará en menos de dos horas y después sube a un taxi que había pedido y que este ya había llegado. En todo el camino ella pensaba en todo lo que hará le dirá a Will, porque era justamente para donde su verdugo que ella iría, necesitaba resolver todo esto y lo haría de una vez por toda, en especial para ese plan llevaba en su bolso lo necesario para qué resultará.
Varios minutos después llegó al fin al club, entró por la puerta con la cabeza en alto, no le importaba si la veían o no, ella fue directamente hacia la oficina de Will, nadie la freno, después de todo era Franchesca y parte de las bailarinas, la joven no toco la puerta y entró a la oficina, encontró a Will besándose con unas de las chicas.
— Vaya, vaya — Dice ella, la pareja se aleja y la chica al verla sale corriendo.
— Ya me espantaste al ganado, ¿qué haces aquí y que quieres? — Pregunta él.
— He venido para hablar y hacer un acuerdo — Habla ella, él se ríe.
— ¿Vas a continuar con aquello de irte? — Cuestiona Will — Porque te recuerdo que...
— Williams, me quiero ir de este lugar y si no me dejas ir, juro que esta misma noche estarás tras las rejas — Lo amenaza e interrumpe, el rostro de burla de Will cambio, él se puso de pie y se dirige hacia ella.
— ¿Qué diablos estás diciendo?
— Diecisiete años tenía cuando me hiciste abortar tres embarazos, dijiste ser mi hermano mayor, pero puedo mostrar que es todo lo contrario — William se ríe.
— Eso ha sido hace tantos años, ¿crees que harán algo?
— Lo harán, porque tengo pruebas de varias niñas más, Vanessa, acaba de cumplir diecinueve años, hasta el año pasado era tu pareja y justamente a ella también le hiciste venir a trabajar a este sitio, tengo evidencias que prueban que eres el padre de los bebés que ella abortó con diecisiete años.
— ¿Cómo?, ¿cómo conseguiste todo eso?
— Fácil, en el hospital, hacerse pasar por enfermera suele ser un poco fácil en cierto punto y cuando hay mucho alboroto.
— Eres una... — Él le iba a pegar, pero ella detuvo el golpe.
— Ponme una mano encima y juro que mañana verás esto minado de oficiales — Él se safa de ella y se aparta — Tengo más cosas de ti, no solo abortos de menores, robo, extorsión, te recuerdo que eres un convicto que hace diez años escapó de prisión, mataste a unas de tus prostitutas.
— Maldita.
— Déjame ir, Will, juro que voy a quemar todo esto, lo haré delante de ti, o mejor aún tú te quedarás con todo — Él lanza una risa.
— ¿Y arriesgarme a que no tengas más copias?
— El que no arriesga, no gana, sal de mí, después de todo dentro de unos años más le voy a parecer vieja a tus clientes y ya no te seré más útil, piensa bien y responde — Will maldijo.
— Bien, te dejaré ir, ya no volverás a trabajar para mí — Al escucharlo Franchesca sintió una emoción gigante dentro de ella — Sal de aquí AHORA — Ella se espanta ante su gritó, le lanza todas las pruebas y sale de allí corriendo.
Ya era libre, era lo que más deseaba y ya al fin lo había obtenido, ahora podía vivir libremente con Leo y Elías, ser la familia feliz que tanto deseaban formar y ahora nadie lo iba a impedir.
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Ya era un nuevo día para Allin, la noche pasada fue de lo mejor para ella, estar con Evans viendo aquellos espectáculos con grandes actores en escena que lograron llenarla de más de una emoción, además de la apasionante noche que vivieron.
Ahora Allin ya tenía todo listo para salir con Evans hacia la Isla Saona, estaba feliz y emocionada, como duraría dos días en aquella Isla, llevaba una pequeña maleta con todo lo necesario, antes de salir de su recámara se miró en el espejo de cuerpo entero, ahora que ya no discutía con Evans, que ya no se sentía como una simple esclava sexual, la joven sonreía más, las lágrimas, el desamor y la desilusión quedaron a un lado. La chica vestía un lindo vestido blanco de playa, debajo llevaba un bikini de colores rosados, azules y verdes, además de unas altas plataformas de color blanco, ella de una mesita tomo la gafa de sol que Evans le regaló el primer día que salieron a almorzar.
La chica soltó un suspiro, se había propuesto terminar de enamorar a Evans en estos dos días, quería darle una gran sorpresa y que él al fin le proponga estar al fin juntos, que sea su novia, eso a ella le gustaba, aunque tenía un poco de miedo, este Evans de estos días era atento, siempre estaba con ella, la sacaba a pasear, la llevo a unos premios y la presentó como su pareja, no quería que este Evans desaparezca, la chica dejo aún lado esos pensamientos y prefirió salir de su recámara, al llegar abajo dejo su maleta en el recibidor y fue hacia la cocina para despedirse de Dorothea, ella no lo haría con Katty, puesto que creía que su amiga estaba con su familia de vacaciones, la joven entró a la cocina con una amplia sonrisa.
— Buenos días — Saluda la chica, Dorothea quien preparaba algo dejo de hacerlo.
— Allin, buenos días.
— He venido a despedirme, ya me iré con Evans — Ella dice la última oración con emoción.
— Mi niña, es bueno verte feliz y ver cómo tú estás cambiando a mi joven amo, espero que disfrutes de este fin de semana — Allin asintió feliz.
— Lo haré al máximo, bueno, nos vemos dentro de dos días — Allin se acerca y besa la mejilla de la señora.
— Cuídate mi cuida y cuida de mi niño — Allin asiente y luego se termina de despedir de Dorothea y sale de la cocina para ir a buscar a Evans.
Evans, por un lado, él estaba en su despacho, hablaba por el celular con su hermano Daniel quien seguía en el hospital, Evans vestía con un pantalón blanco de playa junto a un suéter del mismo color, en sus pis usaba unos zapatos negros.
— Entonces, ¿ella está bien? — Pregunto él sonando preocupado.
— Si, ahora está durmiendo, aunque cuando está despierta se ve asustada y alterada, cree que tu madre vendrá y la lastimara — Responde Daniel.
— ¡Maldición!, esa estúpida mujer quebró a Katty, no la dejes sola, por favor — Pidió Evans.
— Sabes que no lo haré, no me voy a despegar de Katty hasta que no recupere su vista — Asegura Daniel.
— Gracias, por cierto, tu esposa, ¿cómo está tomando esto?
— Bien, sabes que ella no sospecha nada de lo que paso entre Katty y yo, para ella cuido de mi hermana, aunque lo hago en realidad con dicho sentimiento.
— Los hermanos no se cogen — Le recuerda Evans.
— Dejemos ese tema hasta ahí, pero Eleonor sabe que no dejaré sola a Katty, ella ha venido y me ayudó dándole una ducha a Katty.
— Esa mujer vale oro, cuida de Eleonor, no repetiré esto otra vez — Del otro lado se escucha una risita.
— Lo mismo te digo, ahora hablamos más tarde, es mejor que te vayas con Allin.
Evans cuelga y en eso Allin toca la puerta, ella no lo había escuchado, así que no sabía si él estaba hablando, la joven abre la puerta y entra descubriendo a un Evans mirándola con diversión.
— Hola — Dice ella, Evans se sentó en su lugar.
— Ven — La llama él y la invita a sentarse en sus piernas, la joven va y se sienta — Estás muy guapa — Él acaricia su cuello.
— Lo sé, sé que estoy muy guapa — Ella se inclina y besa su cuello, su mano la desliza por las piernas de la chica.
— Me provoca hacerte el amor — Ella se endereza.
— ¿Hacerme el amor? — Pregunta ella con un deje de ilusión, él se dio cuenta de lo que acabo de decir, él hace que ella se ponga de pie y después se levanta de la silla.
— Creo que debemos irnos.
— Espera — Ella va con él — Quiero que me respondas, ¿me harías el amor? — Evans suspira.
— Sí — Responde de una vez por todas — Te haré el amor, te cogeré y te voy a follar bien duro esta noche, ¿feliz?
Allin sonríe feliz y le roba un beso, ella le sigue el beso, pero antes de que se pongan más cachondos ella se aleja de él, le da su mano y él la toma para luego salir de la oficina, él no sabía exactamente como sentirse en estos momentos, sentía aquello que todos llaman felicidad al estar con Allin, pero su corazón latía con fuerza por el miedo de lo que podría llegar a convertirse, es por eso que había hecho un plan, uno que él ya sabía cómo terminaría.
Ambos salieron de la casa, una limusina negra los esperaba, su chofer los llevaría hasta donde estaba el yate de Evans que está justamente en Bayahibe, él le había explicado a la chica que iban a demorar casi una hora en llegar, a la joven no le importó, después de todo tendría toda una hora para estar con Evans a solas, mientras se dirigían hacia aquel lugar él no dejo pasar ni un segundo y con sus dedos fue deslizando hacia arriba el vestido de la chica, acarició su pierna derecha y ella mordió sus labios para no dejar escapar un fuerte gemido.
La chica abrió sus piernas y él sonrió, sus dedos siguieron su rumbo hasta meterse entre las piernas de ella y acariciar su vagina, la cual estaba oculta entre aquel bikini, ella apretó sus labios, no quería que su chofer la escuché, Evans hizo a un lado aquella ropa interior y entró un dedo, ella solamente abrió sus labios y soltó un pequeño gemido.
— Sssshhh — Él la mandó a callar.
Su dedo comenzaban a entrar en ella, era despacio, lento, la penetraba con delicadeza, un segundo dedo sucumbió en su interior, la joven aguanto sus gemidos, los dos dedos de Evans atraparon su clítoris y comenzaron a jugar con él, ella tenía que seguir apretando sus labios para no dejar escapar sus gritos llenos de placer, sus fluidos salían y mojaban la mano de Evans y humedecían el asiento del vehículo, el orgasmo estaba a la puerta, se quería liberar y lo hizo.
— Evans, ah — Gimió lo suficientemente bajo, solo para los dos, la chica llegó a su clímax y él la beso.
Ella se apartó de él solo para bajar el cierre de su pantalón y sacar su miembro, Evans sonrió al verla de aquella manera, Allin rápidamente llevo el pene de él a su boca, lo lamió, chupo y saboreó, sus testículos recibieron una merecedora chupada de su boca, con sus dedos le daba masajes, le daba una atención como nunca antes, ella volvió a chupar esos testículos y luego volvió a lamer todo el pene de Evans.
Allin se esmeraba, no lo hacía deprisa, ella lo hacía lento, suave, comenzaba a darle pequeñas chupadas a la punta del pene, después con su mano se dio golpes en la lengua, ya Evans no aguantaba más, se estaba por venir, gruñía y él mismo hacía que Allin se atragantara un poco hasta que al fin se vino en su boca, ella aprovechó y subió sobre él, con su panti a un lado se penetró.
— Aahh — Gime ella muy despacio.
— Sigue así, no pares — Pedía él y la agarraba por sus caderas.
Allin se movía en círculos, no gemía fuerte, únicamente lo hacía para que Evans sea el único que lo escuché, la joven llegó a su orgasmo y como Evans no llegaba hizo un par de movimientos más y pudo hacer que él llegó a la cima del clímax. Ella se sentó a su lado, acomodo su ropa, Evans hace lo mismo, él la mira un tanto travieso y las mejillas de ella se calientan de la peña.
— Creo que ha sido el mejor polvo y sexo oral de mi vida — Habla Evans.
— ¿Es decir que los demás no han sido muy buenos? — Pregunta ella fingiendo indignación, Evans se inclina hacia ella.
— Contigo he tenido los mejores sexos orales y los mejores polvos — Allin sonríe.
Después de un tiempo llegan al lugar, Evans va con unas personas y después de hablar con ellos se dirige con Allin hacia una embarcación que él poseía, Allin quedo encantada con el yate de Evans, era enorme para solamente dos personas, Evans le contó que tenía dos camarotes, al entrar se fascinó aún más, Evans solo sonrió al ver lo feliz que ella estaba.
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Katty seguía en el hospital, la joven estaba durmiendo, ya que le había puesto un medicamento por su alteración, cada vez que despertaba o sentía la presencia de una mujer, la chica reaccionaba bastante mal, es por eso que todos los médicos y enfermeros que la atendían eran hombres. Daniel estaba a su lado, se estaba durmiendo en un sillón, no deseaba dormirse y al ver que no dejaba de cerrar los ojos él prefirió pararse e ir al baño.
Al entrar se miró en el espejo, bostezo, tenía sueño, casi no durmió en toda la noche por cuidar de la chica, para quitarse el sueño se echó agua en la cara, lo hizo varias veces, al salir revisó de que todo esté bien con la chica, se acercó a ella y deslizo un mechón de su cabello hacia un lado, se sentía fatal al verla así y se sentía más peor cuando veía como la Katty valiente que él conocía desapareció y quedó una frustrada, miedosa y nerviosa Katty. La joven despertó y al sentir a alguien a su lado se alteró.
— ¿Quién eres?, déjame en paz, no me hagas daño — Pedía ella mientras lanzaba golpes, Daniel tomo sus manos.
— Soy yo, Daniel — Le dijo él, ella se comenzó a tranquilizar.
— Daniel — Ella tomó su mano — Está aquí.
— Estoy aquí, Katty y no pretendo dejarte sola — La joven sonrió al escucharlo.
— Gracias, Marcos, quiero verlo o por lo menos sentirlo — Daniel se aleja de ella.
— Él no puedo venir, Katty, sabes que no puede saber quién fue quien te hirió.
— Lo sé, pero lo extraño, deseo escuchar su voz, por favor, Daniel, podemos decirle que me atacaron para robarme, deja que venga a verme.
— ¿Tanto lo amas, Katty? — Pregunta él.
— ¿Si lo amo?, Sí, Daniel, él no sabrá nada, solo quiero sentirlo y escucharlo, por favor.
— Está bien, ¿y si él no desea verte?, digo, ustedes terminaron y me comentaste que él ya tenía pareja, quizás...
— Quizás y si tienes razón, será mejor no verlo, aunque lo extraño de más — El rostro de Daniel había cambiado, él no dijo nada y camino hacia la puerta — ¿Me vas a dejar sola? — Pregunta ella al sentir sus pasos alejarse.
— No me iré, pero llamaré a Marcos para que venga, es lo que deseas, ¿cierto?
Katty asintió, Daniel salió, pero se quedó parado en la puerta, él suspiró y hasta maldijo mentalmente, sacando el celular de la chica, lo desbloqueo, Katty le había dado el pin que tenía como contraseña, una vez que lo desbloqueo llamo a Marcos, se sorprendió que en el segundo tono él contestó.
— Katty, hola, que bueno que llamas, lo he pen...
— Soy Daniel — Daniel lo interrumpe.
— ¿Daniel?, ¿acaso eres su novio?
— No, soy el sujeto de la vez pasada que ella nos juntó a los dos.
— Ya recuerdo, su ex, aquel que la hirió y que se casó con otra, en fin, ¿por qué me llamas desde el número de Katty? — Cuestiona Marcos.
— Katty está en el hospital, tuvo un accidente y desea verte — Le informa Daniel.
— ¿Qué le pasó?, ¿dime si ella está bien?
— Lo está, solo ven que ella desea verte.
Después de Daniel decir esto vuelve con Katty, ella estaba sentada en la cama e intentaba ponerse de pie, ya que quería ir al baño, Daniel al verla fue de inmediato con la chica para chica.
— ¡Katty!, cuidado — Dice él y la toma antes de que caiga, ella sonríe.
— Estoy bien, pero gracias — Musita la joven — Quiero ir al baño, ¿me ayudas?
— Vamos.
Daniel la ayuda y la lleva hasta el baño, allí le dice donde está todo lo que necesitaría y una vez que termino de decirle la dejo sola, él sale un momento hacia el pasillo y se sienta en la sala de espera, su rostro se veía pensativo y es que lo estaba, pensaba en tantas cosas, en eso su celular comienza a sonar, en la pantalla salía la imagen de su esposa e hijos, era Eleonor.
— Hola amor, ¿llegaste bien? — Le pregunta él, ya que esposa había ido a verlo y ayudarlo con Katty.
— Sí, acabo de buscar también a David del colegio y estoy con Sofía.
— Es bueno, amor, yo no regre...
— ¡Daniel! — Era Katty quien le llamaba, se escuchó una nota de desesperación en su voz.
— Te tengo que dejar, hablamos después — Él se despide de su esposa y le cuelgan para ir con Katty.
— ¡Daniel!
— Aquí estoy — Él llega con ella, la joven estaba caminando a tientas y tropezó, casi cae al suelo, pero él fue rápido y la atrapó.
— ¿Por qué me dejaste sola?, debiste esperarme — Se queja ella y golpea su pecho.
— Lo siento, solo hablaba con Eleonor, vamos a la cama, deja que te lleve.
Él la sostenía de sus caderas y tomaba su mano, con pasos lentos la llevó hacia la camilla, allí la ayudó a recostarse, Katty únicamente le agradeció y luego se acomodó en la cama como si fuese a dormir.
— Estaré aquí sentado — Le avisa, ella solo se encoge de hombros.
David se sienta en el sofá y deja a la joven en paz, ella fingía dormir, en realidad solamente estaba molesta porque Daniel no estaba allí con ella y salió, dentro de ella había un extraño sentimiento reprimido y debía quedarse así, reprimido para siempre.
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¡Hola, mis amores!, espero que esté capítulo que huele a final les hayan gustado.
Me gustaría leer sus comentarios y que les pareció este capítulo.
*Lamento los errores de ortografía*.
Gracias.