Sábado 16 de agosto.
California/Beverly Hills.
Shara
Los días se iban como hojas en otoño y las cosas para mi comenzaban a mejorar, desde el dia que mama me llevo a la agencia benjamin y otras personas comenzaron a orientarme para que supiera posar, caminar en pasarela y esas cosas, pero dijeron que comenzaría a salir a la luz en unos cuatro o tres meses.
—¿Qué quieres hacer para tu cumpleaños?.—Preguntó mamá mientras comía de su ensalada.
—No lo se, pero no quiero una fiesta.—dije bebiendo un poco de jugo.
—Bien en ese caso tengo una sorpresa para ti.
—Ay ma, no me gustan las sorpresas.
—Lo se pero te encantará, ya veras.—Puso una sonrisa que no puede descifrar.
—Como sea, ¿Iremos a la agencia hoy?.—Pregunte con una pizca de emoción.
—Si, pero tengo una reunión importante y tu padre quiere verte.—Comentó levantándose de la mesa y yo copie su acción.
—¿Que?, no yo quiero ir contigo.
—No está a discusión señorita, yo iré a trabajar y usted esperará a su padre, vendrá a recogerte asi que alistate.
—Ya estoy vestida, mamá.—Espete rodando los ojos.
—Aah.-Me miro por unos segundos.—Ya me voy, portate bien.—se despidió con un beso en la mejilla y salió a paso rápido por la puerta principal.
No se que tenia mi ropa, estaba linda y Aesthetic, llevaba unos pantalones campana de cuero negro y un top de mismo color junto con unos tenis blancos, me veo muy fashion.
Camine en dirección a las escaleras y en ese instante el timbre resonó, abrí la puerta encontrándome con mi padre quien vestía ropa casual, puse los ojos en blanco y comencé a alejarme de la puerta.
—Shara.—Me llamo.—Necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué?, ¿Vas a enviarme a Italia otra vez?.—cuestiono con ironía.
—No seria capaz, investigue y llegue a la conclusión de que me tendieron una trampa.
—Que triste.
—Ven siéntate.—Me indica que camine hasta la sala .—quiero que me perdones.
Dice cuando me siento en el sillón.
—Actúe mal, lo se, jamás debí enviarte a esa misión tan peligrosa. Fui engañado de una forma muy estúpida.
—¿Sabes quien lo hizo?.—Pregunté restando importancia a su disculpa.
—Si, ya pagó ese condenado.
—¿Lo mataste?.—pregunté horrorizada.
— No, mi niña, ¿Como crees?.
—Se que eso es necesario en la mafia.
—Lo es, pero mis castigos son más piadosos. Mato si es necesario, no por gusto.
—¿Sabías que sharif tiene un hijo?.
—Me enteré no hace mucho, también me llego el rumor por ahí de que tenías algo con el hijo menor de Francesco.
No, otra vez no.
No respondí y eso fue suficiente para que entendiera que el tema me incomodaba.
—Perdón cariño, no creí que...—Lo interrumpo.
—Tranquilo, nada que yo no haya superado.
—Esa es mi niña.-Dice con una sonrisa orgullosa.—¿Quieres ir a algún lado?.
No se si debería perdonarlo tan fácilmente, pero, es mi padre ¿No?, el me engendro y si esta tratando de conseguir mi perdón es por que le importo.
—Claro, vamos...
Pase toda el resto del día con mi padre, se podría decir que la pase de maravillas, me llevo a la heladería, al parque, de compras, al salón de belleza, a hacerme las uñas e incluso me compro un montón de libros, fue un gran dia.
—Mañana es tu acercamiento a la libertad, ¿Qué quieres hacer.—Me reí por su nombramiento.
—No lo sé, y como le dije a mamá no quiero fiesta.
—Bien, como digas Señorita, pero no quiere decir que puedas tener novio, ese muchacho está vivo y es por que tiene suerte.
Sonreí por su comentario.
Todo lo que sucedió a mi alrededor me estaba dando a entender que mi vida estaba cambiando, que todo lo que alguna vez quise se me estaba cumpliendo debidamente.
Domingo 17 de agosto.
Y el día tormenta llegó ni siquiera había comenzado bien y ya quería que acabará, me di una larga y placentera ducha y me coloque un vestido pegado al cuerpo color beige y unas zapatillas blancas, baje las escalera y me quedé boquiabierta, en la sala había un enorme ramo de flores y un montón de bolsas de regalos, mire a mi madre quien se encontraba observando todo con su taza de café en manos.
—Vaya mamá, creí que cuando dijiste que me tenias una sorpresa iba a ser algo más pequeño.—Me acerque al ramos de flores y en este había una tarjeta.
—Cariño.—Me llamo y yo fije mi atención en ella.—Esto no lo hice yo.
Mire a mi madre por unos segundos y luego posé mi vista en los regalos y el ramo de flores, suspire y tome la tarjeta la abrí y que en blanco, hice una cara de fastidio y mire a mamá.
—Mamá, ¿me puedes traducir esto?, por favor.—Me acerque y le entregue la tarjeta.
—Per la regina della mia vita, voglio che tu sappia che non ti ho dimenticato, ti tengo sempre presente, bambola di buon compleanno.—Lo dice completo en italiano y me mira unos segundos para volver a centrar su mirada el papel.—(Para la reina de mi vida, quiero que sepas que no te he olvidado siempre te llevo presente, Feliz cumpleaños muñeca).
Me quedé en stock unos segundo y una risa amargada salió de mis labios.
—Y creí que este día no podía ser peor, Mamá por favor ayúdame a llevar esto a la habitación donde guardas las cosas innecesarias por favor.
—Shara, cariño, creo que deberías aceptar sus regalos. Es tu cumpleaños.—Dice acercándose a mi.
—No creo poder, madre.
Hice caso omiso y comencé a llevar todo a esa habitación dure varios minutos y cuando llevaba las últimas bolsa un Flashback llegó de repente a mi.
—Que pequeños es el mundo.
—Bastante diría yo.
—Que te trae a Italia.
—Vacaciones.
—¿Quieres conducir?
—y si nos matamos?
—No debería estar aquí sola.
—¿Acaso necesito perros guardianes?
—Tu me gustaste y no cualquiera me gusta.
—¿Sabes lo que me imaginé la primera vez que te vi?
—No tengo ni idea.
—A ti entre mis sábanas.
Sin darme cuenta una lágrima a se desliza por mi mejilla la limpio rápidamente y salgo cerrando la habitación con llave.
—Bien cariño, olvidemos todo, hoy es tu dia especial.—Dice colocando un pastel de chocolate en la isla donde me encuentro sentada.—¡Feliz cumpleaños, mi amor!.—se acerca y me da un abrazo.
Me quedo mirando el pastel por unos segundo y mi madre coloca sus manos en mis hombros.
—vamos cariño.
Mi madre intentó que el resto del dia para mi fuera perfecto, y casi lo logra, al pasar las horas me llegaron tarjetas y regalos por parte de mis hermanos, los cuales abri por que la señora me obligo.
***
8:17 PM
Terminaba de arreglar mi cabello, hoy decidí rizarlo, Saldría con mama pero no sabia donde, me coloque un vestido satinado color verde y unos tacones blanco.
—Te ves hermosa.—Comento mi madre cuando baje las escaleras.
—Gracias.—conteste.
—Vamonos.
Salimos de la casa y nos subimos al auto, cuando íbamos a mitad de camino mi madre me pide que me coloque una venda, no se cuanto tiempo duramos pero se que fue mucho para mi, baje del auto con su ayuda y me empezó a guiar, subimos a un ascensor hasta que nos detuvimos por un momento y no sentí a mi madre cerca, pero si sentí como unas manos se posicionaron de mi hombro y quitaba las vendas, parpadee varias veces tratando adaptarme a la luz.
En mi rostro se dibujó una pequeña sonrisa al ver la hermosa y elegante decoración en el restaurante, observé por unos segundo y luego me gire para dedicarle una palabra a mi madre pero al hacerlo se escucho un sonoro, "Feliz Cumpleaños, Shara".
Mi sonrisa se amplió más, habían miembros de mi familia e incluso Sharif y Beatrice, mi padre se dirigió hasta mí y me dio un gran abrazo antes de apartarse susurro a mi oído.
—"Se que no querías fiesta pero no me pude contener", Te amo mi niña.—sonreí aun más y lo apreté más a mi cuerpo.
Me separe de el y mire a mi madre quien se acercaba secando sus lágrimas.
—Ven acá mi bebe.—La abrace de la misma forma.
—Gracias.—Susurre en medio del abrazo.
Luego del abrazo fui a saludar algunos familiares, en esos estaban Sergio, Steven y Scott, hasta Hanna estaba aquí ¿Como es que llego?. Me la pase de maravillas aunque algunas tías víboras comenzaron a decir que estaba muy pálida que debía comer más y esas estupideces, y por fin pude ponerme al día con mis abuelos paternos, mi abuelo comenzó a decir que no me descuidara por que en cualquier momento me secuestra y me lleva con el a Rusia y mi abuela que me quiere enseñar a hacer una de sus recetas más ricas.
Era lindo en verdad ver como todos se fijaban en mi, me prestaban atención, era como si un porcentaje de mi vida estaba subiendo a 99%, pero, faltaba algo. tal vez alguien, pero no podía aceptar eso.
Lamentablemente las cosas nunca son como uno quiere.