El sonido del aceite que cubría las porciones de carne resbalando en la sartén, haciendo que de esta saltarán pequeñas gotas de aceite en el antebrazo del cheff, El cual no se inmuto sobre las ardientes gotas callendo en esa sona. Escucho pasos acercarse y de estás unas palmadas en su hombro izquierdo sin hacerlo voltear a la persona que estaba al lado suyo.
- Hey, ¿Ya casi terminas? - Escucho la clara voz de Minho a su lado quien hace unos minutos había acabado de servir y hacer una pequeña Gogi gui «Barbacoa»
- Ya casi, ¿Ya están los platillos? - Pregunto lanzando al aire los pedazos retrocediendo un poco para volverlos a cachar en la sartén.
- Totalmente a tí espera. - Respondió sonriente mirando el moviendo de su amigo con una sonrisa al escuchar los suspiros, chillidos o impreciones de las personas que miraban en el restauran.
Porqué sí, Seo changbin era un gran Cheff.
Acabaron varios platillos descansando ambos un rato sentadose en las sillas de la barras que estaban situadas en la amplia cocina. Detrás de estos dos quienes estaban platicando se encontraban los cheff's restantes preparando los pedidos a mano ágil. Ambos realmente rápidos, Un peliazul con grandes mejillas propinó un empujón al de cabellos negros quien miro a este desviando su fija visión de la entrada.
- Sabes que siempre viene, ¿Porqué estás tan consentrado de nuevo en eso? - Pregunto divertido el de ojos marrones ahora moviéndose para sentarse en las piernas de su pelinaranja pareja, quien lo recibió con los brazos abiertos, una ligera sonrisa y afecto.
- Se que vendrá, Solo que la última vez trajo a ese rasca cielos, ¡Y solo van dos citas! - Exclamó con fastidió, Estaba celoso de aquellos que lograban llamar la atención del chico con estrellas en sus mejillas. - En su primera cita ninguno se podía dejar de mirar, Luego cuando se fueron..
- "¡Se fueron tomados de las manos!" - Repitio la pareja haciendo caras exageradas sin que él de músculos marcados los notará por mirar la puerta.
- ¡Eso mismo! - Alzó la voz changbin volteando a ver a sus amigos señalando los con el seño fruncido. - Y sí los ví, par de idiotas.
Ambos acaramelados chicos alzaron sus manos en forma de rendición soltando unas pequeñas disculpas, ahora llevando una pequeña discucion de los groseros que eran.
El porque seguro una ancianita de la mafia coreana los asesinara por ser unos irrespetuosos renacuajos, Ya saben, lo de todos los días.
Y hablando de los días, La mejor parte de su semana empezó. Esa melodiosa voz resonó en el lugar alegremente alertando a Changbin para voltear al mismo lugar de donde la preciosa melodía salía.
Lee Félix había llegado.
Su sonrisa era brillante, todo era perfecto cuando Félix le dedicó la primera sonrisa al entrar a el establecimiento.
Pero su sonrisa se desvanecido de a poco mirando al mismo rasca cielos que había traído las últimas dos citas. Su corazón se detuvo, sintió las miradas de sus amigos y compañeros puesto que ellos sabían de su enamoramiento por el de pecas.
Félix había traído por tercera vez a alguien.
El no estaba listo para eso.
No, Aún ni si quiera había dado un paso.
No podia quedarse así como si nada.
No iba a perder al chico de sus sueños por ningún idiota que se cruzará.
- Maldito infierno. - Susurros forzando una ligera sonrisa en su rostro antes de sentir como sus amigos seguían ahora con sus labores en la cocina y atendiendo a los clientes.
- ¿Que planeas pedir Algodoncito? - Pregunto luego de haberse acomodado en la silla mirando al de rubios cabellos.
- ¿Que tal sí le pedimos al cheff que nos sorprenda? - Preguntó con una sonrisa correspondiendo la que le regalaba su cita.
- Suena bien. - Acepto este llamando la atención de un mesero de cabellos naranjas.
El cual al llegar con ambos saludo al de pecas y su cita que se presentó amablemente, Minho podría decir que hasta le agrado un poco.
Volvió caminando a la cocina poniendo el pedido mirando como rápidamente le fue arrebatado el pedido por el pelinegro con el seño fruncido, haciendo que sonriera, y no exactamente una sonrisa muy linda.
Minho sintió el verdadero terror cuando vio como le pedía ayuda a Jisung para el pedido.
Pobre cita a la changbin. Sí no comía insultaba al cheff, y si se lo comía todo quedaría como un cerdo frente a su cita.
- Chang, Está sería una orden grande. - Hablo Jisung buscando los ingredientes poniéndolos en la barra. - ¿Sí quiera sabes quién paga-?
- La última vez pago Félix, y la primera vez El rasca cielos, está vez volverá a a pagar el idiota. - Respondió automáticamente changbin empezando la preparación de la mitad de la comida.
- Acosador. Típico de Leo. - Hablo minho mirando raro al pelinegro.
- Estúpido, típico de Escorpio. - Contra atacó el Cheff con una sonrisa.
- ¡Oye con Honnie no! - Defendió la pareja de este rebanando algunas verduras y frutas.
- Pues dile que deje de molestar. - Hablo pasando a otra parte de la cocina preparando otro platillo, uno más cremoso, volvió al primer lugar volteo el pedazo de carne.
- Cuando Tú y Félix se casen, seguro serás de los que engordan a su pareja para que los demás dejen de mirarlo. - Siguió minho cruzado de brazos sentado cerca de la barra pensativo.
Changbin solo disfruto de la imagen mental de ambos siendo novios, casándose, Tal vez teniendo hijos. Todo tan lindo solo por su presencia.
- Sí engordo a Lix no será tú problema, De todas formas lo querré con 20 kilos más o 50, no me interesa. - Hablo ahora con un repentino cambio en su rostro, una pequeña sonrisa. Amaría ver más grandes los cachetes de su amor.
Alto, Alto, Alto. Retrocede.
Ni si quiera son algo o si quiera te mira de esa forma Seo.
¿Cuenta soñar?, Esperaba que sí, no quería
recurrir a la brujería o alguna estupidez así... ¡Mentira!, Mejor se lo ganaba cocinando le.
Buenos días, tardes o noches, Solo quiero avisar que está será una obra corta. No está planeada por completo y seguramente solo habrá un epílogo.