—¿Quieres saber qué me pasa?, ¡dos malditos días, triste por mi mejor amiga de la que supuestamente te enamoraste y solo ese tiempo bastó para que ya andes besuqueándote con otra! —exclamó Emma—. Y tú quien quiera un seas... ¿Qué haces tú aquí? —preguntó Emma anonadada al ver a la acompañante de Dakota.
Definitivamente, Daniel, Emma y Abigaíl, tenían demasiadas preguntas, que solo podían ser respondidas por Dakota y su acompañante, porque ninguno entendía nada. Pero de algo estaban seguros, no se irían de ahí hasta obtener sus respuestas.
—Chicos, todo esto tiene una explicación —respondió Dakota finalmente mientras aún seguía debajo de Emma—. Así que si me dejas salir de tu agarre, porrista descerebrada, quizá podamos explicarles.
—¡Oh, si! —exclamó Emma mientras se ponía de pie con la ayuda de Daniel—. ¡Ustedes dos descaradas tienen mucho que explicar! —sentenció mirando a Dakota, que aún yacía en el suelo, y a su acompañante.
—Ems...
—¡Ems, nada, Amaia! —gritó la porrista.
—Emma, por favor, deja de gritar que nos reventaras los tímpanos a todos —pidió Dakota, no muy amablemente—. Ahora por favor sentémonos en el sofá para poder explicarles por qué estamos aquí —indicó mientras se ponía de pie con la ayuda de Amaia.
—Lo siento, chicas, pero esta vez si estoy de acuerdo con Emma en estar enojada —comentó Abigaíl, quien había intentado detener a Emma y a Daniel, ya que ella si había reconocido la voz de Amaia—. ¿Qué diablos hacen las dos aquí juntas?
—Estoy de acuerdo con Abigaíl y Emma, ¿cómo es que tan siquiera están juntas en primer lugar?, creíamos que estaban peleadas y que se odiaban —agregó Daniel mirando a su hermana con cierto resentimiento.
—Bien, les explicaremos, pero por favor intenten entendernos y no nos interrumpan hasta que acabemos de contarles todo, ¿entendido? —preguntó Amaia en tono serio y todos asintieron.
—Bueno... ¿Recuerdas cuando te dije que pensaba que Jackson estaba planeando algo y luego en la noche tú me dijiste que tenías un mal presentimiento? —preguntó Dakota a su hermano y este asintió—. Ese día fue cuando todo empezó.
Flashback
—Iré a mi habitación, buenas noches, papá; buenas noches, hermanito —dijo Dakota despidiéndose tanto de su padre como de su hermano para subir a su habitación.
Al entrar Dakota tomo su celular para revisar sus notificaciones y entre ellas se encontró un mensaje de Amaia, diciéndole que necesitaba hablar urgentemente con ella, además de encontrar también varias notificaciones en Instagram por parte de su más reciente amiga Andrea, sin embargo, decidió ver esos mensajes después de llamar a Amaia, ya que al igual que su hermano ella tenía un mal presentimiento, pero simplemente no quiso expresarlo en frente de él. Marco el contacto de Amaia al que tenía como "Dulzura" y el tono de espera empezó a sonar hasta que la castaña contesto.
—¡Dakota, gracias a Dios que llamas! —expresó Amaia como saludo con un tono de preocupación en su voz.
—Hey, hey, Dulzura, tranquila, te oyes preocupada, ¿qué sucede? —preguntó Dakota intentando tranquilizar a Amaia.
—Es que... —Amaia tomó un respiro antes de contarle a Dakota lo que había sucedido, ya que no sabía como se lo tomaría la bromista—. Mercedes volvió a la ciudad, me llamó y me dijo que quería hablar conmigo, pero no sé, tengo un mal presentimiento de todo esto.
—Bueno, tal parece que hoy es la noche de los malos presentimientos, porque mi hermano está igual y yo también —explicó Dakota mientras abría las notificaciones de Instagram desde su iPad y revisaba los mensajes de Andrea. Al leer los mensajes que su amiga, la hacker, le había enviado, todo cobro sentido—. Y creo saber la razón, ¿nos podemos ver afuera de tu casa en unos minutos? —pidió la bromista.
—Claro —respondió Amaia inmediatamente—. Solo llámame cuando estés afuera, porque hace mucho frío para estar ahí.
—Bien, en unos minutos estaré ahí, tengo algo que decirte, Amaia... tranquila, lo solucionaremos —declaró Dakota con un suspiro.
—Lo sé, pero quiero que sepas que sea lo que sea que me vayas a decir, estoy de tu lado, ya hemos pasado por demasiado juntas y confió en ti, Dakota —aseguró Amaia.
—Gracias, Dulzura, nos vemos en un rato —dijo Dakota para colgar su celular y acto seguido salir de su habitación esperando no ser notada por nadie. Para su suerte, su hermano ya estaba dormido, ya que no se escuchaba nada en su habitación, pero no contó con que al bajar las escaleras y tomar las llaves de su auto se iba a encontrar con su padre.
—¿A dónde vas a esta hora? —preguntó David a su hija.
—Sucedió algo con Amaia y debemos hablar, iré a su casa, pero pronto estaré aquí de nuevo —contestó Dakota.
—¿Es algo grave? —inquirió David al ver la preocupación en el rostro de su hija.
—Se podría decir que si, ya sabes, el pasado que viene a molestar —respondió la bromista—. Pero no te preocupes, lo solucionaremos. Solo te voy a pedir un favor.
—Claro, hija, lo que sea —aseguró David con seriedad.
—No le digas nada a Daniel, no quiero que se meta en más problemas por mi culpa, además, está bastante tranquilo desde que inició su relación con Emma para preocuparlo con mis cosas.
—De acuerdo hija, pero ve con cuidado y lo que sea sabes que cuentas conmigo y con Nora, después de todo ella es la tía de Amaia y estará gustosa de ayudarlas a ambas.
—Lo tendré en cuenta, papá, gracias —dijo Dakota para acto seguido despedirse de su padre y salir de su casa.
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Amaia esperaba ansiosa la llegada de Dakota a su casa, no sabía por qué, pero tenía el presentimiento de que lo que iba a suceder sería algo grande, sin embargo, también pensaba que junto a la bromista contaban con una ventaja. No paso mucho tiempo esperando cuando su celular le mostró una notificación de un mensaje de Dakota, anunciándole que ya estaba afuera de su casa y que la esperaba en su auto para hablar, la castaña tomo la chaqueta de cuero que le pertenecía a Dakota y que había tomado "prestada" hace unos días y salió de su casa sin hacer mucho ruido, al llegar al auto de la bromista, abrió rápidamente la puerta y subió al coche, en donde fue recibida con una sonrisa boba por parte de Dakota.
—Buenas noches, Dulzura —saludó la bromista inclinándose para darle un casto beso a Amaia.
—Buenas noches, Dakota —saludó Amaia después del beso—. Diablos, debería ponerte un buen apodo, ya que tú tienes uno para mí.
—Ya pensarás en uno, después de todo eres una chica lista.
—Cierto, pero ahora, a lo importante, ¿qué es eso que me tenías que decir? —preguntó la castaña, algo temerosa.
Dakota empezó a contarle a Amaia todo lo que había sucedido en Dublín, desde lo sucedido con su madre y como los había abandonado el día de su cumpleaños, hasta lo que había sucedido con Nessa y sus falsas acusaciones, todo eso dejo estupefacta a la castaña y pensativa, sin embargo, se mantuvo fiel a su palabra y confió por completo en Dakota.
—Pero hay más —agregó Dakota, después de haberle contado toda la historia a Amaia—. Mi amiga que nos ayudó con lo de Abigaíl, rastreo unos mensajes, entre Jackson, Mercedes y Nessa. Jackson le pidió información a Nessa sobre mí cuando aún estaba en Irlanda y bueno, le dijo que si de verdad me quería hacer sufrir que contará su versión de la historia, luego entre los tres planearon que Jackson me exhibiría en público.
—Ok, ok —la detuvo Amaia—. Pero, ¿qué tiene que ver Mercedes en todo esto?
—Mercedes planeo con Jackson todo desde un inició, como te decía, el plan es que Jackson me "exhiba" públicamente, que tú me odies y que Mercedes esté ahí para ti cuando estés triste —explicó la bromista—. Entonces, ¿qué hacemos?
—¿En serio la Reina de las Bromas no tiene un plan para esto? —inquirió Amaia juguetona.
—Lamentablemente, solo tengo un plan para cobrar venganza contra esos dos, ya que si tanto querían verme sufrir, yo haré lo propio con ellos... usaré la Mega Broma, pero eso será para después.
—Bien, la Mega Broma... En cuanto a que hacer, no creo que te guste mi respuesta —señaló Amaia y Dakota alzó su ceja—. Hay que dejarlos pensar que ganaron, de esa forma no verán venir la broma.
—¿¡Qué?! —gritó Dakota horrorizada.
—¡Te dije que no te iba a gustar mi plan! —reclamó Amaia—. Ni siquiera sé por qué te lo dije si ya sabía como te ibas a poner.
—No es eso, Dulzura, tu plan es excelente —expresó Dakota—. Lo único que no me gusta de todo esto es que vamos a tener que fingir que estamos enojadas y no nos vamos a hablar, ni tampoco poder besar en la escuela —remarcó con un puchero.
—Dakota, cielo... —regaño Amaia—. Podremos hacerlo en nuestros ratos libres y sin que nadie se dé cuenta, por eso no te preocupes.
—Bien, pero entonces tenemos que planear como vamos a reaccionar y todo eso, debe salir muy natural —explicó Dakota—. Diablos, esto me recuerda a cuando Daniel y yo planeábamos algo y papá se daba cuenta, siempre nos llamaba duendecillos traviesos —rememoró Dakota y vio como Amaia ponía una sonrisa burlona.
—¿Entonces eres una Duendecilla Traviesa? —inquirió Amaia seductoramente.
—Amaia, no me dirás Duendecilla, ¡soy más alta que tú! —se quejó la bromista usando su mejor puchero para ver si de esa manera hacía que Amaia desistiera de tal apodo.
—Lo siento, Duendecilla, pero el puchero no funcionará esta vez —declaró Amaia dándole un beso en la mejilla a Dakota.
—Bien —bufó Dakota—. Pero el uso de ese apodo requerirá de una digna recompensa.
—Adelante, pide lo que quieras —ofreció Amaia, por lo que Dakota no dudo ni un segundo y subió a la castaña a su regazo para poder besarla de forma apasionada.
De esa forma ambas sellaron el plan de hacer creer a Jackson, Mercedes y Nessa que habían ganado, después también dejaron en claro que no podían contarle nada a sus amigos hasta que fuera seguro, ya que entre menos gente supiera de lo que había pasado mejor.
Fin del Flashback.
—¡Las odio! —gritó Emma después de escuchar toda la historia de su cuñada y su mejor amiga—. ¿Saben lo mal que la pasamos por ustedes dos?
—Emma, les íbamos a contar hasta que todo fuera seguro, no queríamos que hubiera alguna falla en nuestro plan —explicó Amaia.
—¿A caso no confiaban en nosotros? —preguntó Daniel indignado, principalmente con su hermana.
—Dan, nada de eso, ustedes saben que confiamos en ustedes tres a ojos cerrados —contestó Dakota—. Lo que pasa es que no queríamos meterlos en más problemas y así como dijo Amaia, estábamos esperando a que tanto Jackson como Mercedes se tragaran el cuento de que habían ganado para así poder hacer nosotros nuestra jugada.
—Esperen un segundo —dijo Abigaíl—. Entonces no están peleadas realmente y la cachetada que le pegaste a Dakota fue falsa, ¿cierto? —preguntó a Amaia.
—¡Oh, no! —respondió Dakota—, esa maldita cachetada fue más real que la cachetada de Will Smith a Chris Rock —se quejó la bromista.
—Duendecilla, ya te dije que lo sentía —se disculpó Amaia por enésima vez—. Además, fue tu culpa, yo te dejé bien en claro que debías voltear el rostro antes de que la cachetada impactara tu mejilla, no después.
—Claro —murmuró Dakota indignada—. El punto aquí, es que lo sentimos, debimos contarles después de que sucedió todo, pero luego se nos vino a la mente de que si hasta ustedes tres creían que ambas estábamos peleadas, los demás lo creerían también.
—¿Consideran que pueden perdonarnos? —preguntó Amaia en tono suplicante a sus amigos.
—Por mí, está bien, no hay nada que perdonar —respondió Abigaíl—. Después de todo lo hicieron para proteger su plan y hacerles pensar a ese par de idiotas que habían ganado, cosa que definitivamente lograron.
—Dakota, Amaia —mencionó Daniel con seriedad—. Esto les costará caro, al menos unas veinte barras del chocolate —sentenció el chico irlandés y ambas chicas asintieron.
—¿Emma? —preguntó Dakota.
—¿Nos perdonas? —añadió Amaia.
—¿Ustedes dos tienen una maldita idea de lo preocupada que estaba? —reclamó Emma—. Por unos días estuve completamente agobiada por qué pensaba que mi mejor amiga y mi cuñada no iban a tener su maldito final feliz.
—Bueno, técnicamente es un inicio feliz, si tomas en cuenta de que están empezando su relación —intervino Abigaíl, pero cerro la boca al ver el rostro furioso de la porrista.
—Sin embargo, las perdonaré —dijo finalmente después de tomar aire—. Pero...
—Dulzura, ¿por qué ese "pero" no me suena bien? —preguntó Dakota a Amaia asustada.
—Porque definitivamente no nos gustará, Dakota.
—Mañana, las quiero listas a las dos de la madrugada, sin peros, sin excusas y con toda la energía posible, irán conmigo a correr diez cuadras —sentenció la porrista—. Es eso o ambas se tendrán que unir al equipo de animación, así que ustedes deciden.
Mientras Daniel y Abigaíl se burlaban de Amaia y Dakota, ellas dos ya habían tomado su decisión, sorpresivamente, a pesar de que a la última no le hacían mucha gracia las faldas de las porristas, prefería eso a tener que despertarse tan temprano para ir a correr con su cuñada.
—Bien, ahora que estás dos ya decidieron lo que van a hacer para que Emma las perdone, ¿qué haremos? —preguntó Abigaíl interesada.
—Mi pequeña Abi, me alegra que preguntaras, porque es hora de que Emma, Amaia y tú, conozcan la Mega Broma —respondió Dakota, decidida.
—¿Estás segura, D? —preguntó Daniel impresionado, ya que se suponía que dicha broma era solo para casos de emergencia.
—Muy segura, hermano... así que ve llamando a Beatriz, es hora de hacer la recolección —sentenció Dakota con una sonrisa malvada.
—Ok, pero, ¿puedo preguntar algo más? —inquirió Abigaíl y Dakota asintió—. ¿Por qué Amaia te está llamado "Duendecilla"? —preguntó con burla haciendo que Daniel y Emma se rieran también, mientras que Dakota se sonrojaba, definitivamente a la pequeña latina no se le pasaba una.
Después de todo, solo quedaba un último problema por resolver para el Escuadrón Bromas, ¿pero lo lograrían?, esa era la interrogante que rondaba por sus cabezas, sin embargo, decidieron dejar eso de lado y pasar una gran tarde de amigos, cosa que ya les hacía falta. De lo demás, bueno... de eso se encargarían luego.
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¿Qué les pareció este capitulo? ¿De verdad pensaban que dejaría las cosas mal entre Dakota y Amaia por tanto tiempo?, nah... no me gusta el drama.
Espero que hayan disfrutado el cap, como siempre solo me queda agradecerles y darles las gracias por cada voto, comentario y lectura sincera que me dan, se les quiere, un abrazo y nos leemos pronto.