Por fin estás aquí
Jericho había caminado sin descanso por dos días, estaba completamente exhausta, su cuerpo estaba tan adolorido que cada paso dado era más doloroso que una estocada hecha por espada; sus piernas tambaleaban y sus carnes temblaban, la bella combatiente estaba en las últimas. No podía más había fallado, no sería capaz de llevar a su maestro al lugar donde se hallaba la única persona en el mundo capaz de curar sus males, en cuanto ese pensamiento cruzaba su cabeza, ella caía desplomada sobre el camino y sobre su espalda se encontraba un moribundo guerrero que estaba inconsciente a causa del remedio que el hada les había proporcionado días antes cuando salieron del bosque del Rey hada, pero todo eso ahora parecía tan lejano e insignificante, en este momento los dos morirían, ella por el cansancio extremo y él por su incurable enfermedad.
Las pocas lágrimas que le quedaban en sus bellos ojos salía con dificultad y resbalaban lentamente por sus mejillas hasta caer al piso, Jericho maldecía su debilidad, otra vez se quedaba lejos de su objetivo, nuevamente era superada por las adversidades, era una inútil, un fracaso como caballero, no merecía portar el uniforme, ni empuñar la espada; merecía, merecía este destino tan nefasto y patético que le aguardaba; quería maldecir, gritar, pero para su desgracia ya no tenía fuerzas ni aliento, solo le quedaba morir en ese maldito paraje en completo silencio, sola, sola con su frustración y desesperación. Su mente la seguía castigando internamente cuando de repente sintió como alguien llegaba hasta donde se encontraba, la chica intentó levantar la vista, pero le era imposible, lo único que pudo divisar con dificultad fue una silueta humanoide y luego calló finalmente rendida a la inconsciencia.
En cuento la joven de cabellos azules cayó en los brazos de Morfeo la silueta misteriosa se movió hasta donde se encontraba la joven viajera con su valiosísimo cargamento, o, mejor dicho, acompañante; la criptica y sensual figura de delgada y sumamente pronunciado relieve llegó hasta quedar a uno o dos pasos del par de moribundos. Entonces al estar frente a ellos, esta se inclinó y acarició la larga cabellera de la chica en señal de gratitud; luego de esto quitó de su espalda al pesado individuo que iba cargando, pero no lo hizo con sus manos, no, lo hizo con su habilidad de levitación, proceso que posteriormente repitió con la valiente señorita para acto seguido llevarlos a un lugar desconocido, mientras el peculiar trio se retiraba, la tercera en el grupo habló para sus adentros.
· Estoy sumamente sorprendida, no puedo creer que lo hayas traído hasta aquí tú sola, sin duda alguna eres obstinada e imprudente; pero también sumamente leal y valiente. Te felicito Jericho. En cuanto a ti, mi querido Son Goku, he estado esperando este momento por mucho, mucho tiempo; me gustaría decir que de ahora en adelante vendrán cosas buenas para ti, pero te mentiría, por desgracia, tus problemas apenas empiezan – mientras la sensual voz de la desconocida sonaba al vacío un soldado llegó hasta ella y la llamó por su nombre.
· Lady Merlín, Lady Merlín – el soldado se detenía en cuanto se encontraba con la legendaria profetiza.
· ¿Qué sucede? – se limitaba a responder la poderosa mujer.
· Mi señora, el Rey Arturo la busca, dice que es urgente – comunicaba con mucha urgencia el centinela.
· Dile que iré en cuanto me desocupe, lo que sea que sucede no es más importante que esto – Merlín respondía mientras se alejaba del soldado.
· Pero – el tipo era interrumpido.
· Obedece – se limitaba a ordenar con autoridad la imponente hechicera.
· Si señora.
· Cuando Arturo lo sepa, entenderá el porqué de mi ausencia y esto, o, mejor dicho, él, él es la clave para finalizar con la tiranía de las diosas y el terror de los demonios. Si no es así, todo estará perdido, pero yo, yo decido creer en él, el héroe que nos fue prometido desde hace tanto tiempo – a escondidas y con total discreción la sensual doncella sonreía pícaramente, de verdad disfrutaba el hecho que el forastero finalmente estuviera entre sus manos.
Mientras la maga más poderosa del mundo se dirigía a su laboratorio en compañía de los dos viajeros, ella iba recordando su vida, por su cabeza pasó la reunión que tuvo con Elizabeth hace más de cincuenta años en la cual le reveló que ella se enamoraría de ese guerrero que vendría al mundo a salvarlos a todos, de ese que sería el libertador de los oprimidos y que terminaría con el dominio cruel y despiadado de las diosas y pondría un punto final al caos y la anarquía causada por los demonios. Aunque, hubo algo que la profetisa no le dijo a la bella princesa, ella también estaba enamorada del misterioso guerrero, de hecho, ella lo había estado por más tiempo, algo que tampoco mencionó fue que ella lo había estado observando desde hace mucho tiempo, se podría decir que toda su vida.
Merlín era una mujer sumamente misteriosa, hermética, solitaria, en verdad prefería la soledad y el silencio que el ruido y el bullicio de las multitudes; aun así, era una dama apasionada y sensible y tenía un secreto que había ocultado por años, o en este caso por más de un siglo, uno que estaba sumamente relacionado con Son Goku y no solo con él, sino también con su raza, con los saiyajines. El simple hecho de recordar la hacía sonrojarse, en ese momento de soledad y privacidad la bella mujer se permitía sentir, gozar y soñar; lo tenía allí solo para ella, la estoica Merlín mandó al diablo sus convicciones y sin pensarlo dos veces beso al Son en sus labios, pero no fue un beso discreto y simple, no, fue uno apasionado, lleno de deseo y lujuria; un impulso tan poderoso y salvaje como no había sentido hace más de cien años; al terminar su obra despegó su boca de la de su amado, en secreto, pero al fin de cuentas amado hombre.
· Perdóname por favor, Goku. Yo no debí, pero he anhelado tanto este día, el momento en que por fin podría conocerte – Merlín volteaba su mirada llena de pena y vergüenza, ella sabía que no podía intervenir, si lo hacía, él moriría, ella sabía que los ojos de ese, el innombrable estaban sobre ella y también sabía que si hacía más de lo que tenía estrictamente permitido, no ella, sino él, sufriría como nadie jamás lo había hecho.
Sin darse cuenta finalmente habían llegado a su destino, ahora los tres estaban en el laboratorio de Merlín, en cuanto entraron al lugar la maga colocó cuidadosamente a la otra chica en una cama y haciendo uso de su poder telequinético hizo que hasta la inconsciente señorita llegara una infusión en una jeringa que rápidamente inyecto en uno de sus brazos, ese medicamento la ayudaría a recuperar las fuerzas y la relajaría para que pudiera descansar; después de todo, lo suyo era solo cansancio, deshidratación e insolación; se recuperaría pronto. Por el contrario, la situación de Son Goku era mucho más delicada, su enfermedad había avanzado mucho, la única razón por la que estaba aún con vida era el hecho de haber estado en estado criogénico por medio siglo, eso sin duda había ralentizado el desarrollo del virus, pero ahora solo queda una cosa por hacer, desarrollar un antídoto.
La científica se puso manos a la obra, de inmediato realizó una poción que replicó los efectos del estado de criogenia: disminuyo el ritmo cardiaco del paciente al mínimo posible, bajó su temperatura corporal casi al punto de congelación y también hizo más lenta la oxigenación; el riesgo era alto, si la médica tardaba demasiado en sintetizar la solución Goku podría morir por un paro cardiorrespiratorio. Luego Merlín tomó una muestra de sangre sustanciosa para identificar los agentes patógenos en el cuerpo de su paciente y comenzó a tratarlos con diferentes soluciones para observar la reacción del virus ante ciertas soluciones; esto era una carrera contra el tiempo.
· No te dejaré morir, ¿me oíste? Tú vivirás – le decía la maga al inconsciente.
El camino de Elizabeth
Tal vez no lo parecía, pero ya habían pasado semanas desde que Eli dejó de tener noticias de Goku, los días habían pasado muy rápido y a decir verdad no había tenido tiempo para sentarse a descansar ni extrañar al azabache pelos de palmera, en todo ese tiempo el equipo se había hecho más grande; ahora además de ella y Meliodas ya eran también: Diana, Ban, King y Gother; ya estaban reunidos cinco de los siete pecados capitales; en este punto no se ahondará en detalles; de manera parecida al canon los últimos dos de los miembros del equipo llegaron tal como se esperaba que lo hicieran; el primero en la necrópolis donde tuvo lugar su amistoso reencuentro con Ban y el segundo cuando el escuadrón lucho contra una de las criaturas resultantes de beber sangre de demonio rojo. En este punto el equipo estaba listo para ir con todo en contra del reino y así liberarlo de la tiranía de los grandes maestros, pero King les dijo que debían recuperar sus tesoros sagrados ya que de no hacerlo serían presa fácil para el ejército de los caballeros Sacros.
Ante eso Meliodas recordó algo que le había dicho uno de sus clientes, en una aldea cercana se había encontrado un martillo gigante y que en los próximos días se organizaría un torneo de peleas donde se entregaría esa magnífica arma al vencedor. De inmediato el equipo dedujo que ese era el tesoro de Diana, entonces no se dijo más, ese era su próximo destino y su nuevo objetivo, recuperar el martillo gigante de la serpiente de la envidia; todos estaban muy emocionados, después de todo, el legendario equipo de los pecados capitales se estaba reuniendo de nuevo y estaban de vuelta en la acción; bueno todos menos una persona, Eli, aunque el tiempo ya había pasado ella aún sentía un enorme vacío en el corazón.
La joven doncella trataba de ocultarlo pero no podía, ella al ver la alegría de todos decidido salir de la taberna para no arruinarles la fiesta a los demás, nadie notó la ausencia de la princesa, ni siquiera Meliodas, el cual estaba muy entusiasmado en compañía de sus viejos amigos; por su lado la chica de cabello plateado decidió dar una vuelta para despejar su mente y respirar un poco del fresco aire nocturno, tal vez no era nada, quizás solo estaba dramatizando el hecho de que el forajido azabache se fue, no, no era para tanto, después de todo, solo habían estado juntos un par de días, tal vez un mes juntos, no más. Aun así, lo extrañaba, a ella le parecía que se conocieran de toda una vida.
La doncella había estado caminando por un buen rato sin haberse dado cuenta, y antes de que esta se percatara ya se había perdido, pero la chica estaba tan inmersa en sus pensamientos que poco o nada le importó, de hecho, seguía sin darse cuenta, lo que no sabía tampoco era que pronto se encontraría con un invitado nada deseable ni bienintencionado. Elizabeth llegó hasta el claro en medio del bosque, allí caminó hasta el centro y estando en completa soledad se puso a llorar, estaba harta, no podía creer que no pudiera superar la partida de alguien que era un total desconocido, alguien que solo la engaño y rompió su promesa; Eli quería gritar golpear, patalear, pero sobre todo quería darle una paliza a ese idiota cabeza de palmera, por ser un mentiroso y un traidor. En medio de su rabieta una voz interrumpió sus acciones
· Buenas noches mi bella dama. ¿Qué hace por aquí, en medio de la nada tan imponente belleza? – la voz era aterradora y la apariencia del tipo lo era aún más.
· ¿Quién es usted? – preguntó Eli tratando de aparentar valor.
· Llámeme espantapájaros por lo informal del momento – la criptica respuesta del desconocido dejaba a un más inquieta a Eli.
· Dígame, señor espantapájaros ¿qué desea? – preguntaba la princesa haciendo uso de todo su valor para no sucumbir ante el miedo.
· Darle esperanzas, princesa Elizabeth – la respuesta del monstruoso desconocido dejaba muy inquieta a Eli.
· ¿Cómo sabe mí? – La chica era interrumpida.
· Eso no importa, princesa. No dispongo de mucho tiempo así que le diré esto, ese simio por el que usted tanto llora está vivo, aun, pero el que continúe de esa manera depende en su totalidad de usted – esto dejaba muy asustada a Eli.
· ¿A qué se refiere? – preguntaba la chica finalmente cediendo al miedo.
· Verá, él es una pieza de un rompecabezas muy grande, más grande de lo que usted puede imaginar, él está aquí porque así lo ha decidido mi amo. Él no debe tener ninguna distracción, ¿entiende? – las palabras del espantapájaros confundían más a Eli.
· No entiendo – decía la chica ya no con miedo sino con terror.
· Veo que su belleza es inversamente proporcional a su suspicacia alteza. Ese imbécil está enamorado de usted, así como usted de él. ¿Estoy acaso equivocado? – esto último lo decía más como una burla que como una pregunta.
· No, no lo está – se limitaba a contestar la chica.
· Son Goku está aquí para pelear y para demostrar sus capacidades de combate, no para enamorarse de una tonta niña ingenua. Esos estúpidos sentimientos le nublan la mente; lo distraen de su objetivo principal, lo hacen débil y así, no es de utilidad – estas palabras eran como cuchillos al corazón de la hermosa heredera.
· ¿Qué quiere que haga entonces? – preguntaba la princesa.
· Quiero que le rompa el corazón a Son Goku o si no, yo lo mataré, por ser un producto defectuoso – revelaba el perverso tipo.
· Él es muy fuerte, usted no es rival para él, lo aplastará como a una mosca. Malditito fenómeno – Eli empezaba a reemplazar su miedo con furia.
· Hay dos pequeños errores en su afirmación. Uno suponer que es más fuerte que yo, lo cual es falso y dos pensar que por la fuerza es la única manera en que puedo mandarlo al demonio – el terrorífico sujeto sacaba un orbe verde de entre sus ropas.
· No, eso es – Eli reconocía de inmediato de que se trataba.
· Veo que reconoce esto, si, en efecto, esto es suero del miedo, mi creación. De hecho, es por una gota de esto que Son Goku no se encuentra con usted ahora. Recuerda el otro día cuando su valiente caballero le preparó un delicioso desayuno el cual compartió en compañía de él y un niño de la aldea de Vérnia. Yo rocié una gota en la comida del saiyajin, eso reactivó una enfermedad que el ya padecía, si hubiera vertido dos hubiera entrado en una crisis psicótica, si hubieran sido tres gotas bueno, ahora mismo envés de estar llorando en un claro a mitad del bosque, lo estaría haciendo en un cementerio. ¿Entiende? – ese discurso le hizo comprender a Elizabeth el verdadero peligro que corría Goku.
· ¿Qué quiere que haga? Haré lo que sea, pero por favor, no le haga daño – Eli de rodillas suplicaba por la vida de Goku.
· Bien, eso está mejor. Lo primero, sepa que él volverá en el momento más adecuado, ya lo verá; cuando lo haga, sin importar lo que pase, usted deberá romper su corazón; sea creativa y hágalo convincentemente. De ahí en más usted se limitará a observar lo que haga, sin involucrarse, excepto claro para lastimar aún más su corazón, solo de ser necesario. Tampoco soy tan cruel, como mi apariencia lo hace pensar – indicaba el espantapájaros.
· Si ya me conoce, como creo que lo hace, sabara que mis sentimientos no pueden ser manipulados – decía Eli con la voz quebrada y las lágrimas inundando su rostro.
· Lo sé, pero también sé que una mentira puede creerse como verdad si se repite las veces suficientes y si a eso se le aplica la motivación correcta pude incluso pasar como verdad. Si usted duda de poder cumplir con su misión recuerde lo mucho que su querido simio lampiño sufrirá si usted se interpone en el camino de los planes de mi Padre – las palabras del perverso individuo eran autoritarias y exigían obediencia.
· Está bien – decía Eli entre sollozos.
· Cuídese y espero volver a vernos, Lady Elizabeth, de hecho, eso será más pronto de lo que usted cree – la voz y la silueta del espantapájaros se desvanecía en la oscuridad. Mientras la princesa finalmente caía de rodillas y rompía en llanto.
Dentro de una pesadilla
Goku estaba en un sueño, uno que era diferente a sus pesadillas habituales, en este veía algo muy curioso, era él, pero estaba en un lugar muy diferente a Britania, tampoco era la tierra o Namekusein, era otro sitio, pero había sujetos conocidos; soldados del ejército imperial de Freezer, las fuerzas especiales Guinyu y también el emperador y otros dos tipos parecidos a él. Todo eso era extraño, pero había algo más extraño aún, Gohan, estaba vivo, pero lucía diferente, se veía mayor a cuando murió, en ese sueño debía tener alrededor de doce años y ya había logrado dominar esa transformación con la que él había derrotado a Freezer, incluso se podría decir que era una transformación más avanzada, relámpago de ki lo rodeaban; su cabello era crespo y estaba en puntas.
Después de centrar su vista en su amado hijo volteó rápidamente hacía su derecha, porque otra voz infantil lo llamaba y lo hacía diciendo lo mismo, Papá, quien lo llamaba de ese modo era un niño de la misma edad de Gohan, era rubio, tenía unos lindos ojos azules y en su rostro había seis extrañas marcas en sus mejillas; tres de un lado y tres del otro; además junto a ese pequeño había una encantadora niña de cabellos color fuego que también lo llamaba del mismo modo; no sabía quiénes eran, pero estaba muy feliz, más feliz que nunca, en ese mundo, si es que eso era real, él tenía una familia que lo amaba. Goku sentía una dicha inmensa en su corazón, incomparable a cualquier alegría que hubiera tenido jamás, pero no era todo, finalmente una hermosa voz, cálida, dulce, tierna y sensual lo llamaba "cariño".
Al voltear finalmente a contra luz, la veía venir, era una mujer de inigualable belleza; su piel era blanca, sus ojos eran azul zafiro, su rostro era fino y delgado; pero si había algo que lo cautivaba más que nada era su enorme y hermosa cabellera escarlata. El saiyajin no sabía porque, pero nunca en todos sus años de vida, en todos sus viajes había contemplado una belleza igual, excepto, excepto por una doncella que de hecho era muy parecida la única diferencia que él encontraba era el color de su cabello y sí, su piel era más clara que la de la pelirroja. Sin embargo, todo ese hermoso escenario se fue al demonio en un abrir y cerrar de ojos, de repente todo se volvió oscuridad y al reaccionar todo estaba en llamas.
Fue ahí cuando sus ojos lo vieron, era una sombra aterradora, parecía una enorme columna de humo, su forma era la de un espantapájaros, y emanaba de su cuerpo un gas negro como las pesadillas que inundaba el mundo y corrompía todo lo que tocaba, el verde se volvía gris y este a su vez oscuridad. Al mirar a otro lado veía a Eli estaba triste y llorando, a su lado Meliodas, estaba tirado en el suelo, muerto, él se acercó hasta los dos y entonces ella lo volteó a ver, pero esta vez, sus ojos ya no reflejaban la alegría e ilusión características de ella cada vez que lo veía, no, esta vez era furia, dolor y miedo; Goku no lo entendía, pero sentía o mejor dicho comprendía que esas emociones tan nocivas estaban dirigidas a él.
· Tú lo hiciste, tú eres el culpable de todo – Elizabeth furiosa y llena de dolor señalaba a Goku.
· Eli yo – el saiyajin era interrumpido.
· Tú lo mataste, tú los mataste a todos, eres un monstruo ¡cómo pudiste! – la princesa lo señalaba y culpaba por toda la destrucción y muerte que había en el mundo.
· Eli yo, yo no lo hice. Te lo juro – las palabras de Goku iban a oídos sordos.
· No quiero volver a verte más, desaparece de mi vista. ¡Ojalá te mueras! ¡debí matarte cuando te encontré en esa maldita esfera! – las palabras de Elizabeth eran más dolorosas que cualquier golpe, corte o ráfaga de energía que se hubiera clavado antes en la humanidad del guerrero.
· ¡Eli! – Goku se ahogaba en la desesperación y la oscuridad.
Goku despertaba de golpe, abría finalmente los ojos, su pulso cardiaco estaba muy acelerado, sudaba a cantaros un sudor tan frio como el hielo, su piel estaba pálida y no sentía sus dedos. Volteó de un lado a otro para poder reconocer en donde se encontraba, el lugar era un total misterio para él; estaba acostado en una cama y el cuarto donde se encontraba parecía una especie de laboratorio muy rudimentario, pero muy ordenado y limpio, se podía saber a simple vista que la persona dueña de ese lugar era alguien sumamente disciplinada y muy inteligente; seguramente era un científico bastante entrado en años y con una imagen semejante a la del Padre de Bulma o incluso como el viejo Roshi, su maestro de la infancia. El Son salió de sus pensamientos cunado una joven y sumamente sensual mujer entraba al cuarto y lo saludaba amablemente.
· Buenos días dormilón, veo que finalmente volviste al mundo de los vivos – en efecto, la mujer era una completa belleza. La dama en cuestión, era poseedora de una escultural figura, su rostro era bohemio y pícaro; su corta cabellera azabache era muy provocadora, así como su pequeño y muy revelador atuendo morado.
· Hola, buen día – respondía el paciente.
· Veo con satisfacción que tu salud se recupera rápidamente, sin duda eres un espécimen único, no cualquiera sobrevive a una enfermedad del corazón además de un envenenamiento con suero del miedo – la información que la bella mujer era inquietante.
· ¿Enfermedad del corazón? ¿suero del miedo? ¿qué rayos? – preguntaba retóricamente Goku.
· Es una larga historia, pero la resumiré. Contrajiste un peligroso virus, el cual se inactivó por tu estado de criogenia prolongado, este no se activó hasta que tu cuerpo entró en un profundo nivel de estrés; eso sirvió como catalizador para resucitar al patógeno. Ese detonador fue causado por el suero del miedo, el cual ingeriste, posiblemente de forma oral o tal vez incluso por vías aéreas – la explicación dejaba completamente atónito a Goku.
· ¿Qué? – su respuesta era totalmente honesta.
· Te envenenaron y eso desató una enfermedad que ya tenías.
· Ahora si entiendo – decía con cara de total incredulidad.
· Me da gusto verte despierto al fin. Son Goku – esto desconcertaba más al guerrero.
· ¿Cómo? – el viajero era interrumpido.
· Yo, sé mucho sobre ti, déjemoslo así por ahora. Por cierto, yo soy Merlín, de verdad, es un gusto – la maga no podía ocultar su felicidad de finalmente tener al saiyajin a su lado. Tan cerca y tan lejos.
· Hola, es un gusto también – se limitaba a responder el paciente – Por cierto, yo venía con.
· Una chica de cabello azul y uniforme militar, lo sé, ella está bien, está aquí, bueno, salió a hacer unas compras, pero no tarda en regresar, se ve que te tiene mucho aprecio. Ven, es hora de desayunar, seguro tendrás hambre – decía Merlín saliendo de la habitación.
· Si claro, voy en seguida – Goku seguía a su anfitriona hasta el comedor.
Contrario a lo que era su costumbre, Goku esta vez estaba distraído, la comida, aunque suculenta parecía no llamar su atención, su cuerpo estaba en el comedor, pero su mente no, su psique estaba en el mundo de los sueños, o quizás, de las premoniciones; sea como fuere, el saiyajin estaba aún muy alterado por sus pesadillas. Delante de él, la hermosa hechicera simplemente contemplaba el rostro intranquilo y pálido de su huésped, la realidad era que, aunque el Son no estuviera en su mejor presentación seguía siendo el mayor objeto de deseo de Merlín, lo estuvo esperando por tanto tiempo que su felicidad apenas podía disimularse, en verdad, todas sus esperanzas estaban cifradas en él, tristemente, ella sabía que, si quería que esta misión tuviera éxito ella debía sacrificar su felicidad y sus más profundos anhelos.
Ella sabía que Goku estaba muy alterado y no era para menos, su futuro inmediato era gris, pero el más lejano era por mucho una noche oscura y tormentosa de dolor y sufrimiento, él estaba condenado a perderlo todo nuevamente y eso, eso le rompía el corazón a la profetiza, ella deseaba en verdad que todo ese dolor que ese hombre de noble corazón tenía que pasar le fuera arrebatado, pero eso no era posible; él tenía una misión y tenía que cumplirse. Lo único que ella podía hacer era darle todo su apoyo y estar a su lado sin importar que, y eso, eso es lo que haría, pero por ahora debía alimentarlo, cuidarlo y asegurarse que su padecimiento sanara por completo, ya que, aunque la fiebre había disminuido y los dolores al corazón habían cesado su cuerpo requería todavía mucho cuidado, no solo descanso, sino también medicación y entrenamiento especial, eso llevaría un tiempo.
Tal como se dijo, Goku requería un entrenamiento especial, pero este no solo era físico, no era mayormente mental, el guerrero dorado debía aceptar sus pérdidas, dar vuelta a la página y perdonarse por sus errores del pasado; pero sobre todo aceptarse como era en realidad; él negaba con todas sus fuerzas esa transformación dorada, él despreciaba con todas sus fuerzas ese poder ya que fue por esa búsqueda incesante de superación, de fortalecimiento y de ambición por ser el más fuerte, el más poderoso, aquel que superara a cualquier oponente lo que lo llevó a perder a sus amigos, a su esposa y principalmente a su hijo. Esa era la razón por la que el último de los saiyajines quería desaparecer para siempre, por lo que se negaba a encontrar el amor, por ello quería desaparecer; mas ese no era su destino, aún debía hacer frente a enemigos muy poderosos y desconocidos, y Merlín debía entrenarlo para eso.