Sky
Llevaba algunos minutos haciendo el aseo del salón de clases, había limpiado la pizarra, acomodado los asientos, terminé de recoger toda la basura que había en el piso, dejé el salón muy limpio. Me dirigí a guardar mis cosas para irme y antes de atravesar la puerta Munson estaba esperándome, impidiéndome el paso.
— ¿Por qué lo hiciste? — se recargó sobre el marco de la puerta cruzando sus brazos mientras me miraba.
— No sé de que hablas — le dije tratando de salir del salón, pero puso uno de sus brazos prohibiéndome el paso.
— Cambiaste nuestras tareas, ¿Por qué? — tenía una voz bastante seria y fruncía el seño.
— Me confundí de carpeta — respondí tratando de irme.
— Mientes — dijo con una sonrisa en el rostro.
— Bien, me diste lástima y me apiade de ti — respondí demasiado nerviosa.
— Mientes — seguía con esa sonrisa molesta.
— ¿Entonces, por qué piensas que lo hice? — pregunté cruzando mis brazos.
— Tal vez porque quieres... — Munson fue interrumpido por Jason.
— Sky, ¿Te está molestando este freak? — dijo mirando a Munson como si estuviera desafiándolo. Ambos volteamos a verlo y Munson se puso a un lado de mi, Jason no venía solo, detrás de su hombro podía ver a Andy.
— No, solo estábamos conversando — respondí.
— ¿Sobre qué? — preguntó Andy mirando de mala manera a Munson.
— Nos tocó hacer un trabajo visual — respondí.
— ¿Qué hacen ustedes dos solos aquí? — preguntó Jason aún con la mirada fija en Munson.
— Hacíamos el aseo del salón, nos castigaron Carver, ¿Quieres venir a ayudarnos? — respondió Munson con una sonrisa sarcástica.
— Claro que no friki, espero no estés molestando a Sky, porque de lo contrario — Jason fue interrumpido por Munson y este se pegó más a Jason.
— ¿De lo contrario que? — dijo Munson desafiando a Jason, se podía sentir la tensión entre ambos, era obvio que nunca se llevaron bien. Sus miradas estaban fijas en ellos mismos.
— ¿Quieren calmarse? — dije tratando de separarlos.
— ¿Has visto a Steve? — Jason dejó de mirar a Munson para centrarse en mi.
— ¿Yo?, Me dijo que estaría con ustedes porque tenían que practicar para el próximo partido — fruncí el seño.
— ¡La práctica!, se me había olvidado por completo, vámonos Jason — decía Andy jalando del brazo a Jason que no estaba comprendiendo nada. Parece que Jason no sabe absolutamente nada de lo que hace Steve a mis espaldas.
— De nuevo Steve me mintió, no me sorprende, debe estar molesto por lo de ayer — dije saliendo del salón.
— ¿Ayer?, ¿Qué pasó? — preguntó Munson siguiéndome.
— Nada, no tengo porque explicarte — respondí de mala manera. Estaba molesta, decepcionada y herida al mismo tiempo, Steve no iba a dejar de verse con Nancy. Aceleré mi caminata, solo quería irme a mi casa.
— Tenemos que hacer el trabajo visual — Munson dijo apresurando sus pasos para alcanzarme.
— Bien, llévame a mi casa y lo hacemos ahí — comencé a caminar hasta su auto.
Durante el recorrido a mi casa ninguno de los dos habló, cuando llegamos lo invité a pasar, mis padres no estaban en casa y Chrissy hoy iba a cenar en casa de Jason, los trabajadores domésticos para este horario ya se habían ido, excepto por el ama de llaves, ella normalmente se va en cuanto yo llego a casa. Al entrar estaba ella ahí parada en la sala esperando a que llegara.
— Señorita, la estaba esperando — sonrió al verme y luego miró a Munson.
— Mucho gusto soy Edward Munson, pero me llaman Eddie — dijo de manera bastante educada, algo que nunca había visto.
— Oh, no sabía que hoy vendría acompañada, debería quedarme más tiempo en ese caso — frunció el seño, ella era muy estricta, por algo mis padres la contrataron, querían a alguien de confianza que cuidara sus bienes y también a sus dos pequeñas niñas para que no hicieran algo inadecuado.
— Estaré bien Nina, solo haremos un trabajo en equipo para la clase de biología — respondí de manera sería, si notaba el nerviosismo en mi voz estaba segura de que no se iría tan fácilmente.
— Mi niña, sé las intenciones de los hombres, además sus padres me dejaron a su cuidado esta vez — respondió mientras tomaba asiento en una silla vigilándonos.
— Iremos a mi habitación a terminar el trabajo — di los primeros pasos y me detuve al escuchar la voz dominante de Nina.
— ¡Se quedan aquí en la sala, donde yo pueda vigilarlos! — señaló el sofá para que tomáramos asiento.
Ambos asentimos y sacamos un libro junto con todos los materiales que necesitábamos, nos llevó algunos minutos ponernos de acuerdo si lo que íbamos a hacer sería un dibujo o un prototipo del sistema humano. A Munson se le daba bien dibujar así que dejé que esta vez él hiciera todo el trabajo mientras yo ponía señalamientos para cada órgano del cuerpo.
Pasando una hora llamaron por teléfono a la casa y Nina fue la que respondió sin despegar su vista de nosotros, su rostro cambió de inmediato, parece que recibió una mala noticia, colgó y tomó sus cosas.
— Debo irme, por favor señorita Sky, pórtese bien, confío en usted — dijo antes de cruzar la puerta principal de la casa a toda prisa. Cuando la puerta se cerró Munson dejó caer su cuerpo sobre el respaldo del sofá.
— Pensé que no se iría nunca, me sentí demasiado presionado, más que con la profesora de literatura — Munson soltó un gran suspiro poniendo sus manos sobre la cara.
— Escuché que a ti y a Steve les tocó la profesora Guligan, la más estricta de toda la preparatoria — sonreí de manera burlona.
— Si, es un infierno, a veces creo que Harrington tiene razón, le hace falta un hombre, tal vez a tu ama de llaves también — dijo burlonamente.
— Eres un tonto, solo hacen su trabajo — respondí y seguí pegando algunas señales sobre el dibujo.
— Cunningham, te traje algo — miré a Munson que sacaba un chocolate de su pantalón.
— ¿Por qué me lo das? — tomé en mis manos la pequeña barra de chocolate.
— Descubrí que te gustan — me sonrió.
— Gracias, aunque no puedo comerlo aquí, si mis padres o alguien ve la envoltura del chocolate estaría muerta — di un pequeño suspiro.
— Puedes comerlo y yo me llevaré la envoltura para tirarla en casa, por cierto, esto es tuyo — sacó una pequeña libreta de color azul de su mochila, se parecía a mi diario...
— ¿Ese es mi diario?, ¿Por qué lo tienes tú? — se lo arrebaté de sus manos muy molesta y a la vez nerviosa.
— ¿Lo leíste? — alcé un poco más la voz.
— Lo siento, solo quería saber de quién era — dijo un poco apenado.
— ¿Qué fue lo que leíste? —.
— Leí lo suficiente como para decirte que yo también te deseo — dijo mientras ponía una de sus manos sobre el sofá, sirviendo de apoyo para inclinar su cuerpo hacia mi, tomando con su otra mano mi barbilla para plantarme un beso en los labios, al principio puse un poco de resistencia tratando de alejarlo de mi con mis dos manos sobre su pecho.
Pero poco a poco me fui dejando llevar cerrando mis ojos, sus labios eran muy suaves y sus besos comenzaron a ser más apasionados, sus manos traviesas empezaron a acariciar mis muslos. Presionó un poco para que me recostara sobre el sofá lentamente y él se quedó encima de mi, sentí su rodilla ponerse en medio de mis piernas y empezar a frotarla contra mi intimidad mientras su lengua invadía cada rincón de mi boca.
Solté un pequeño gemido, el tacto de su rodilla comenzaba a tocar zonas muy sensibles, no pude evitar mover lentamente mis caderas en busca de más contacto, sus manos se metieron por debajo de mi blusa tratando de jugar con mis senos.
— ¡Espera!, Aquí no, si llega Chrissy nos podría ver — no puedo creer lo que acababa de decir, mi mente ya estaba nublada por el deseo, Munson solo me sonrió, se levantó del sofá y me cargó en sus brazos para llevarme a mi habitación mientras le indicaba por dónde ir.
Llegamos a mi habitación y me dejó sobre la cama gentilmente, mientras él se aseguraba de cerrar la puerta con seguro, cuando giró su cuerpo para dirigirse a la cama sus pasos eran decididos, como los de una pantera acechando a su presa. Ese lado dominante que solo él tenía me volvía loca.