Las 18:48 era la hora que marcaba el reloj del tablero digital, la pantalla en letras blancas dejaba ver la fecha del día lunes. Matías no había dormido absolutamente nada, pero le había mandado en digital esa mañana todo a su bisabuela y estaba listo con un portafolio lleno de documentos que llevaba en el asiento del copiloto para la reunión de las 19:00 con la cabeza de la familia Otero. Alma Otero, la anciana dueña de la marca de diseño Otero, hoteles Otero y jefa madre del grupo Otero en toda latinoamérica, desde México hasta Argentina, era ella a quien aún reconocían como la gran jefa que fue en su tiempo a pesar que ya no estuviera en presidencia, hablar del apellido innegablemente significaba terminar como tema en la poderosa y vieja omega.
La tarde del primer día de la semana era ajetreada en todos los sentidos, el tráfico atascante en medio del calor por la contaminación de los humos; las personas saliendo de las diferentes empresas en el centro de la ciudad, a tomar distintas rutas del transporte público; las luces comenzaban a encenderse una por una; los locales de comida iniciando sus turnos nocturnos donde la vida para muchos tomaba otro color. Atascado entre vehículos estaba uno que resaltaba en particular, en la matricula de identificación del Pagani Huayra negro se podía leer las letras ¨ÁNGEL ¨, dentro Matías concentrado en lo que diría cuando Alma le demandara preguntas iba perdido en sus pensamientos, el mundo alrededor suyo había pasado a segundo plano y manejaba en automatico a vuelta de rueda, tan absorto en los posibles escenarios que no escuchó en qué momento su teléfono se conectó al auto y una llamada comenzó a sonar por los parlantes a todo volumen, haciendo que saltara del susto.
Al ver la pantalla del tablero el nombre "Olivia" titilaba en blanco.
Después de casi 24 horas finalmente su hermana se dignaba en aparecer tras horas de haberlo dejado en blanco, tocó el icono para contestar sin pensarlo dos veces nervioso.
—¿Te mandó a ti?— preguntó sin dejarla hablar primero.
"¿Mandarme a mi?"— respondió ella con otra pregunta sonando confundida.
Al escucharla el omega sintió como su respiración volvía en sí.
—En ese caso más vale tengas una buena excusa Oli— cambió de tono —Papá ha estado como loco llamando durante el día porque no te vio ayer cuando se fue, estás en un buen problema cuando te digo que ha estado enojado es poco y sabes que eso pone de mal humor a mamá, en especial cuando siente sus feromonas en ese estado—.
Silencio del otro lado, Matías entrecerró sus ojos y apretó la mandíbula irritado, no era la primera vez que tenía que lidiar con sus desapariciones, pero esa vez había durado más de lo necesario.
—"Necesito saber primero"— dijo con tono serio la omega después de unos segundos.
—¿Saber qué?— preguntó Matías confundido.
—"¿Lograste lo de Londres? "—.
—Cierra la maldita boca— cortó a su hermana
—No estabas por ningún lado así que lo tuve que hacer solo, ese no era el plan Olivia—.
—"Te pido una disculpa, pero tuve ciertos ¨contratiempos¨, ahora lo importante... ¿Le ganó a León?"— susurró la última pregunta como si no quisiera que nadie más supiera lo que estaban hablando, a pesar que solo su hermano estaba al otro lado escuchando su voz.
—¡Mierda! que sí le ganó a León dices, le ganó por mil a ese imbécil y yo que juré que no iba a haber peores, fue asqueroso Olivia, asqueroso, tuve que darme al menos cuatro duchas y aún sentía su olor sobre mi, como si me hubiera rociado en basura—.
Matías sabía por la risa de su hermana, que sonaba por los parlantes que posiblemente ella se divertía con la situación, la dulce risa hizo que su humor cambiara por completo suavizando sus emociones y la tensión en sus rostro, sin embargo tenían una situación seria que resolver antes de llegar a la reunión con Alma, quería ir preparado en todos lo sentidos, así que se aventuró.
—Oli— dijo cuando se hubo calmado el melodioso sonido —¿Qué hiciste anoche?— preguntó, sabía que no era normal que su hermana lo dejara solo sin decir nada, pero al ver que se tardaba en contestar inició a imaginar muchas cosas, demasiadas —¿Sigues ahí?—.
—"Mat no le digas a mamá o papá que te llame, yo hablaré directamente con ellos"— respondió finalmente.
No le gustaba cuando le decía ese apodo, lo hacía solo cuando algo malo había sucedido.
—Ok, no digo nada pero qué mierdas hiciste esta vez, la última vez que me hablaste así era porque habías prácticamente arruinado el club de Dimitri en Florencia con esos omegas— comenzó a reírse Matías, pero ella no rio, no siguió la broma tampoco cosa que lo comenzó a colocar cada vez más en alerta, entre más se acercaba al edificio y el silencio se prolongaba no le ayudaba.
Faltaban sólo 10 minutos para la reunión, no tenía tiempo para juegos, podía divisar el parqueo de la zona de jefatura en el edificio y Olivia no le había contestado.
—Olivia, lo que sea nosotros lo podemos solucionar— dijo tratando de obtener una respuesta sin presionarla demasiado.
En la pluma de entrada el personal de seguridad no se molestó en detenerlo dejando que ingresara a estacionarse, trataba de sacar algo que no lo dejara en ignorancia de la situación mientras cambiaba del altavoz de su pantalla en el auto a su teléfono, para poder salir e iniciar a caminar hacia las instalaciones.
—Si crees que es algo que no va a ser tocado en la reunión de ahora no te preocupes, lo podemos hablar después si quieres— siguió, podía escuchar la respiración suave de su hermana al otro lado del teléfono —No creo que papá se enoje una vez les cuent...—.
—"Encontré a mi alfa la noche de la fiesta"— lo cortó Olivia.
Solo bastó esa frase para qué mil y un pensamientos volaran de forma continua y rápida a su cabeza, había ventajas y desventajas en la situación, que quien fuera hubiera aparecido era algo a lo que le podían sacar provecho, hasta que una idea quedó fija en su mente, sin embargo antes que pudiera preguntar Olivia colgó la llamada, dejándolo en silencio. Todo lo que había preparado para su reunión dejó de existir, todo a su alrededor desapareció porque por primera vez sentía que no había una forma de arreglar si había sucedido lo que estaba pensando, no había forma de sacar a su hermana de esa, era una dominante, por lo tanto la atracción y la necesidad de la alfa que fuera compañera iba a ser muy grande y si no habían completado al menos la mitad de la marca, ambas eran una bomba de tiempo al estar separadas.
Poco a poco su mano con el teléfono aún en ella fue bajando, se quedó unos segundos viendo a la nada cuando comenzó a dar puñetazos al aire.
—Por una mierda, por una mierda y un carajo de mierda, solo te dejé diez minutos, dijiste voy al baño, al baño— comenzó a hiperventilar, el sudor helado en su rostro pasó de ligeros puntos en sus poros a gotas gruesas, subió su mano para limpiarlo cuando vio el reloj en su muñeca y se dio cuenta que eran las 18:56. Tenía solo 4 minutos para ingresar al edificio, llegar al piso 14, entrar en la sala, entregar el reporte e iniciar; por lo tanto no tenía tiempo para gastarlo de esa manera, así que pasó sus dedos en su cabello, respiro hondo y no tuvo más opción que seguir caminando, porque eso era lo que tenía que hacer en ese momento, seguir.
No tenía muchas opciones si era sincero consigo mismo y preocuparse por algo que no podía arreglar no le iba a ayudar.
Matías se distrajo con la llamada de Olivia, ignorante de la sombra en el piso catorce mirándolo desde la vitrina que daba una amplia vista al estacionamiento, la sombra siguió con sus ojos vidriosos cada movimiento que él hacía y sin saber que era observado entró al edificio.
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Alma Otero, omega dominante extrema según lo que habían aprendido era hija de Dorotea Otero, una alfa dominante; Alma su vez era la madre de Francisco Otero, otro alfa dominante y Francisco a su vez, había sido el padre de Esmeralda Otero, o sea era su abuelo; siendo Esmeralda otra alfa dominante y su madre.
Alma estaba en su oficina cuando vio a Matías hablando por teléfono, la rectitud con la que su bisnieto manejaba todo la hacía sentir una emoción que ella podría considerar orgullo o algo más complejo, lo había visto desde que nació como también a su hermana y desde ese momento, desde que ambos tomaron el primer respiro ella supo que serían ellos quienes heredarían el imperio que había creado con sacrificios. Al ver a Matías en el estacionamiento la vieja omega recogió su chal de la silla de su escritorio para colocarlo alrededor de su hombros, en unos segundos recibiría el llamado para trasladarse a la sala de juntas como todos los lunes, con la familia y los jóvenes herederos; la diferencia de la reunión de ese día era que sería solo con Matías o eso era lo que había pensando y planeado hasta la mañana de ese día.
Con paso rápido se dirigió lo más deprisa que pudo al baño de su oficina, las luces se encendieron de inmediato y ella se paró frente al desmesurado espejo, comenzó a estudiar cada aspecto de su rostro; las arrugas imposibles de retener por la gravedad y la edad ya no eran afectadas, ni moficiadas demasiado tiempo por las inyecciones aunque aumentaran las dosis cosméticas; las raices de su cabello duraban cada vez menos tiempo con el color negro que ahora tenía que retocar de forma semanal, detestaba al tiempo con todo su ser, pero había otro par de cosas que detestaba aún más.
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Matías entró corriendo al lobby del edificio en dirección al ascensor mientras miraba frenético su reloj, al tener frente las puertas de metal inició a presionar sin detenerse los botones para que se abrieran y para su suerte cuando lo hicieron, estaba vacío; subió en menos de dos minutos hasta el piso 14, corrió hasta la sala de juntas, arregló todo lo necesario para la llegada de la gran matriarca en el menor tiempo que pudo y cuando terminó, se sentó exhausto.
No estaba seguro del porqué, después de cinco años teniendo reuniones, juntas y más creería que lo pensaba como un día más, pero aún seguía sintiendo nervios siempre antes que iniciaran, quizá tenía que ver que Alma era la omega que estaba al frente del Grupo Otero desde hacía 48 años después que su esposo falleció, quizá tenía que ver la necesidad siempre de probar que podía hacer las cosas de forma impecable y así no darle problemas a sus padres, quizá tenía que ver con la sucesión por la cual aún si lo negaba, se sentía nervioso... Aunque su mamá fuera quien estaba al frente del Grupo como la presidenta, era Alma la representante de todo lo que la familia manejaba, ella aún seguía siendo la que aprobaba o no lo que le concernía al grupo.
Quizá tenía que ver que aunque Alma estuviera dejándole el mando a su mamá, siempre sería la jefa madre por todo lo que había logrado estabilizar, ella había logrado sola unificar a Latinoamérica y habían sido los últimos 34 años de estabilidad más prósperos. Decepcionar a Alma era uno de sus miedos más grandes, no, decepcionarla no era su miedo más grande, más que decepcionarla era las consecuencias que podían traer.
Quizá tenía que ver...
Al sentir esas feromonas con olor a palo de rosas su mente se detuvo, aún si la anciana no las estaba soltando había algo que las hacía sentirlas siempre con asco, se colocó de pie de inmediato y arregló su traje rápido. Sin presentación o anuncio de llegada se abrió la puerta de la sala de juntas dejando pasar a tres alfas vestidos de negro en silencio y en medio de los guardaespaldas venía la omega, imponente como siempre vestida toda de negro, su piel lucía tersa a costa de todos los productos caros, sin mencionar los procedimientos cosmeticos; la ancina rara vez sonreía y a veces a Matías se le cruzaba por la cabeza que el hecho que no mostrara sus emociones a nivel facial no solo era por no verse aún más mayor de lo que ya era.
—Qué me estás mirando— exclamó Alma tensando sus mejillas.
Sabía que era falso lo que estaba a punto de hacer y él debía de seguir el juego, como siempre.
—Corre y dale un abrazo a tu mama Alma, mi cisne— sonrió finalmente la señora.
Matías dejó lo que tenía en las manos de lado y caminó a los brazos de su bisabuela, recibiendo el abrazo de manera incómoda.
—Te extrañe tanto mama Alma, no sabes cómo fue la cena sin que estuvieras allá, todos estaban tratando de mostrar quien soltaba más feromonas, fue asqueroso y lo peor Eli llegó, lo perturbaron mucho, estaba muy abrumado con todos esos imbéciles soltando su peste de aquí allá, tuvo que hacerse un control ahora en la mañana porque lo habían estresado y tenía miedo por Carmina, me contó Santino— comenzó a quejarse, si iban a jugar a quien era el mejor actor no la iba a tener fácil la anciana, ya debía de saberlo.
—Así vi mi pequeño cisne, me informaron todo y vi también la rueda de prensa por la presentación oficial— suspiró la anciana separándose de él, pero sin quitarle los brazos de encima —Por cierto ¿no vino Oliva contigo a reportarse hoy? ¿vendrá más tarde?—.
La pregunta de Alma puso en alerta a Matías, sabía, le acaba de decir sin hacerlo que sabía. Si alguien era rápida para enterarse de todo lo que pasaba, acerca de todos y todo a su alrededor y aún más cuando estaba lejos, era ella.
—No, Alma— respondió Matías entredientes irritado —Olivia y yo estamos separados desde ayer por la noche, ella vendrá a reportarse con la familia después creería—.
—Mmmm, como digas— dijo la anciana extendiendo una mano para señalar la mesa, era el mensaje diciéndole que el tema ya no le interesaba discutirlo con él.
Después ver ver el saludo familiar los guardaespaldas de la anciana se retiraron dejándolos solos, al encontrarse ambos en la sala sin nadie acompañándolos cambiaron de semblante y actitud al instante, Matías por su lado se alejó de la anciana, comenzó a caminar hasta llegar al otro extremo de la mesa donde se detuvo.
—A lo que vine, los de Londres después de las lindas propuestas que te hicieron dejaron claras sus intenciones— dijo con un tono más serio —Tengo los informes de los 6 últimos meses que he hecho que los vigilen, ayer confirmé que lo que quieren realmente es tomar el control de los clubes que estaban a nombre mío o de Olivia, quien cayera primero de los dos funcionaría para ellos e introducir las afrodisíacas que son comunes en los clubes de New Castle para drogar a los omegas, eso ya debes de saber cómo funciona te lo detalló Minerva en el último informe, pero si no recuerdas es para hacerlos entrar en un celo corto; prosigo, aún no tienen lazo comprometedor con la trata de personas, pero en menos de lo que esperamos podrían comenzar a recibir investigaciones—.
Matías abrió la silla de la cabecera de la mesa mientras seguía hablando y se sentó en ella, quedando al frente de la larga sala. Alma lo observó en silencio hasta que se acomodó en la silla, entonces ella comenzó a caminar hasta llegar al otro extremo, donde tomó asiento en la silla contraria a él.
La otra cabecera de la mesa.
—Además— continuó con semblante altivo, era imposible para él pasar por alto el gesto de la anciana —Se descubrió que Adam Thompson dejó que su hijo hiciera una inversión en bienes y raíces comprando cierta cantidad de acciones en las torres y complejos de apartamentos de la compañía Cleyton para Arabía Saudita, que como sabemos no tuvo éxito y no solo cayó la constructora, sino ahora los Thompson están en medio de una recesión, necesitan apoyo y sabes a qué tipo de apoyo me refiero—.
Matías le deslizó sobre la mesa un documento grueso en un folder a su abuela, para que esta viera detallado todo lo que él estaba explicando.
—Gracias— dijo la anciana estirando su brazo para alcanzarlo.
—Al parecer aún no tiene un omega, después de 5 años de ser la mano derecha de su padre, según lo que sé el último paso sería engendrar un heredero, su mesa le ha puesto esa única condición para poder tener el control completo de sucesión— terminó con el reporte esperando indicaciones de su abuela.
La anciana siguió en silencio por unos minutos, cuando hubo terminado de ojear el documento levantó su vista para clavar sus ojos color miel con los marrón intenso de Matías y finalmente habló.
—Bien hecho— la vieja omega le mostró un esbozo de mueca con sus labios y se levantó de su silla, comenzó a caminar despacio, tomando su tiempo hasta llegar donde estaba sentado, cuando estuvo frente a él le puso una mano al hombro dando palmadas.
Esos eran de lo únicos gestos de cariño que la omega podía mostrar, pero con eso Matías sabía que ella estaba satisfecha con su trabajo. Las palmadas duraron un par de segundos, como si tocarlo le fuera a quitar la juventud que ya no tenía, se separó del contacto para seguir caminando por la sala sin decirle nada más, estaba actuando curioso, hasta que se detuvo en sus pasos volteando a ver la entrada. Matías se extrañó al ver que agarró el picaporte como si fuera a entrar alguien más, entonces su nariz comenzó a picar y logró percibir el aroma de su papá, seguido por el de su mamá, sus ojos se cerraron al notar ahí estaba ese olor que también tenía vainilla.
Olivia estaba al otro lado de esa puerta también, ahí confirmó que la anciana sabía, Matías volteó a ver a su abuela sin decir nada, mantuvo la compostura disimulando lo que sentía y lo que pensaba.
—No creerás que no sabía lo que le pasó a la mocosa de nuestra borreguita, si tú vas yo ya hice el camino 8 veces, así que llamé a una junta de familia de emergencia porque es obvio que no estabas ciego, todos tienen intereses en ustedes y a cual peor— la anciana giró la manilla de la puerta dejando que se abriera por completo, Olivia estaba al frente con su rostro pálido.
Los rostros de sus padres eran ilegibles, pero cómo pudieron saludaron a la pequeña matriarca en la entrada.
—Mamá Alma— se agachó Esmeralda para darle un beso en la mejilla, mientras que la anciana estiró los brazos para abrazar a Valerio.
Su padre sonrió finalmente y le dio un beso en la mejilla, de lado como si no quisiera que sus labios rozaran la tensa piel de la anciana.
—Es bueno tenerte de vuelta Alma— dijo Valerio de forma seria.
—Ya sé hijo, ahora entren y tomen cada quien sus asientos, Olivia tú a la par mía— dijo Alma sin mirar a la omega directamente.
Al verla entrar Matías no pudo evitar mirar su cuello minuciosamente, buscando alguna señal que le aclarara lo que había sucedido y que le disipara el pensamiento ansioso que no había dejado su mente desde que ella colgó la llamada, cuando vio que estaba libre de marca pudo respirar bien; todos tomaron cada quien su asiento y esperaron atentos a que Alma iniciara lo que era obvio por lo que los había llamado más temprano de lo normal.
—Cómo sabrán, de un omega dominante jamás sale algo que no sea otro dominante especialmente si su pareja también comparte el gen, sumándole, las oportunidades que nazca alfa son altas por lo que somos codiciados como si fuéramos joyas— Alma detuvo su discurso para a mirar a Olivia —Para algunos alfas no somos vistos como personas a pesar del tiempo en el que estamos, aún somos objetos con úteros útiles, servibles si somos fértiles y desechables si no—.
Metió su mano debajo de la mesa y sacó un pequeño control, parecía de juguete en sus arrugadas manos donde su edad sí podía verse.
—Cómo creo todos aquí sabemos, los omegas Otero han luchado por seis generaciones para poder llegar a la estabilidad que ahora tenemos, si es que le podemos llamar estabilidad— dijo la anciana mirando a Matías a los ojos —Sin embargo a pesar de que hayamos supuestamente avanzado, aún se siguen dando matrimonios arreglados dentro de la familia sino miren mi caso, quizá no me mandaron lejos pero me casaron con un segundo hijo que tuvo que adoptar mi apellido, todo para tener alianzas con los conglomerados italianos para mi abuelo, cosa que quizá fue para lo mejor. Hoy en día nuestras alianzas son fuertes, tenemos a Alemania, Francia, Turquía y la lista sigue, todo a costa nuestra. No quiero hacer esto largo, porque como todos aquí ya sabemos nuestra borreguita de ojos verdes encontró el sábado por la noche a su alfa, por lo tanto es una bomba de tiempo entre su celo para completar su unión y no pierda su sanidad—.
Alma elevó su mano y presionó uno de los botones en el, del techo un proyector digital se activó al instante, las cortinas se corrieron en automático dejando que la oscuridad de la sala creciera y la pared de estar en negro reveló una foto, frente a él, Matías tenía a una de las alfas más bellas que había visto en su vida. Los ojos celestes casi llegando al al color del hielo gélido miraban hacía la derecha en la proyección, como si estuviera viendo a alguien más; el cabello negro recortado de forma recta le llegaba poco más que sus hombros; sus brazos estaban expuestos gracias al top negro que llevaba puesto dejando ver la musculosa y trabajada figura; su piel expuesta era pálida como nieve pero los tatuajes que la rodeaban la cubrían de mostrarlo más.
—Tenía otros planes para ti Olivia— dijo Alma.
—Vaya que si los tenías, Alma— balbuceó la omega.
—Pero creo que uno traza líneas que no están dispuestas a cumplirse, sin embargo aquí estamos así que les presento a la afortunada alfa, Ragna Stakson Teige— continuó la vieja omega sin prestarle atención a los balbuceos de su bisnieta
—27 años, nacida en Tromsø es la primera hija de Uleeki Stakson y Maneki Teige, de las pocas alfas que han logrado tener hijos juntas, a los 20 años junto con su hermano gemelo tomaron el control de la mafia Noruega, Nordisk, no se tiene récord alguno de fallas en sus tácticas, nada absolutamente nada sale de sus tierras, no hay información definitiva de ellos y la mayoría de cosas que tenemos son rumores que jamás se han logrado confirmar al 100%, es una persona bastante privada está es la única foto que tenemos oficial de ella a diferencia de ella su hermano, él es más difícil de ubicar, no tenemos fotos ni información absoluta de él a excepción de su nombre, Haakon; lo que sabemos es que ella es un problema, uno muy grande—.
Matías se sentía cautivado por lo que tenía enfrente, realmente no estaba prestando atención por primera vez a la vieja Alma, había algo atrapante en ¨Ragna¨ y su cabeza hizo click en ese momento, quizá la extraña sensación en su cuerpo, los escalofríos y el calor excitante de esa noche se dio porque Olivia había encontrado a su alfa; la estúpida conexión de gemelos...
—Está, es la alfa que nuestra querida borreguita ha encontrado para hacer suya— continuó la anciana —Ambos, su hermano y ella vinieron a la reunión representando a sus madres que estaban invitadas, cortesía mía claro está para comenzar contratos que jamás hemos logrado tener con esos países, pero nunca pensé que iba a terminar en un desastre, los cuentos de hadas no terminan bien en el mundo real, tú necesitas a alguien que te vaya a aportar algo bueno y definitivamente ella no lo es— agregó calmada.
—Esa no es decisión tuya Alma, es mía y de nadie más—.
El salón quedó en silencio, Olivia jamás se había caracterizado por responder mal y era de las pocas veces que alzaba su voz de esa manera, Matías mordió sus labios para no reír del orgullo que le había causado escucharla.
—Yo quiero conocerla— siguió la omega, no viendo a Alma sino a sus padres, sabía que con la anciana no podría sacar nada.
—Te va a romper el corazón mi borreguita, solo quiero lo mejor para ti y ella no lo es— refutó la vieja calmada.
—Por supuesto que quieres los mejores para mi, lo he visto por años— sonrió sarcástica mientras lágrimas se acumulaban en sus ojos —Me importa poco lo que quieras Alma, yo la quiero, mi familia sabe que siempre he querido a mi alfa y la encontré así que atente a las consecuencias si me impides estar con ella— .
—Mi decisión es final Olivia— el semblante de Alma había cambiado, sabía que su nieta era tenaz y una vez con una idea en la cabeza nadie más que ella misma se la podía sacar.
Al escuchar lo que Alma había dicho Olivia se levantó se su silla y salió de la sala tirando las puertas de forma ruidosa.
—No voy a dejar que cases a mi hija si es tu plan y por eso no quieres que conozca a la alfa, no creas que porque nos hicimos ¨familia¨ me voy a quedar sentado o Esmeralda también— dijo Valerio mirando a la anciana firme.
—No he dicho que ni...
—Bien, solo quería asegurarme— la cortó Valerio levantándose de su silla —De mi parte si ella quiere conocer a la alfa que lo haga, si esa alfa le va a romper el corazón que lo haga; es mi hija y la voy a apoyar—.
El omega se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida con Esmeralda detrás de él siguiendo cada uno de sus movimientos, Matías al verlos salir se levantó para ir con ellos.
Alma quedó atrás, viéndolos en silencio.
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Publicado originalmente el 17/09/22
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