Diez años después...
Betty y Jughead estuvieron haciendo lo único que quisieron hacer. Criar juntos a sus tres hijos, disfrutar de un matrimonio estable y hacer esas travesuras que saben hacer siempre que puedan.
Mía se graduó de la secundaria y se fue a estudiar a la universidad con David, Alexandra y Anthony. Cuando terminaron la universidad, Mía y David se casaron y tuvieron un pequeño hijo al que llamaron Ian, de ahora tres años. Alexandra y Anthony se enamoraron sin esperarlo y se casaron después de saber que serían padres de gemelos. Tuvieron una niña y un niño a los que llamaron Juniper y Dadwood, de cinco años.
Mateo ya estaba en la universidad con Sofia, su novia, y con la hija de Reggie y Tabitha, Annie, quien ahora tiene una relación con uno de los compañeros de Mateo.
A Betty y a Jughead solo les quedaba su hija más pequeña. Chloe se convirtió en una niña de diez años muy energética y complaciente con sus padres.
Aunque todos ya tenían sus vidas, tocaba juntarse de vez en cuando.
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—¿Ya llegaron?— Preguntó Chloe, mirando por la ventana de la casa, emocionada.
—No amor. Tranquila, yo también estoy ansiosa— Le dijo Betty a su hija, acercándose a mirar también por la ventana.
—¿Por que se tardan tanto?— Preguntó Mateo, caminando de un lado a otro en la sala de estar de sus padres.
—Recuerden que Mía y David vienen con un niño pequeño. Créanme muchachos. Se muy bien lo que es tratar con niños pequeños— Aseguró Jughead, mirando a sus hijos.
En eso vieron un auto detenerse frente a la casa y cuando escucharon el llanto del pequeño Ian, supieron que eran ellos.
—¡Si! ¡Llegaron! ¡Llegaron! ¡Llegaron!— Chilló Chloe, saltando de la emoción.
—Cálmate enana— Le dijo Mateo a su hermanita, divertido.
Jughead fue quien se acercó a la puerta principal junto a Betty para abrirles la puerta a su hija, yerno y nieto.
Eso hicieron. Abrieron aquella puerta y ambos recibieron a Mía, David y su pequeño con ese abrazo que hace meses no se daban por la distancia que los había separado.
Para Betty y Jughead, Mía siempre será su pequeña princesa por mas que los años pasen.
—Pero miren qué tenemos aquí— Habló Betty, tomando a su pequeño nieto en brazos. —Hola amor—
—Hola pequeño. ¿Extrañaste a tus abuelos?— Le preguntó Jughead a su nieto, mirándolo con una sonrisa.
—¡Mía! ¡Mía! ¡Mía! ¡David! ¡David! ¡David!— Chilló Chloe, corriendo hacia ellos.
—¡Chloe!— Exclamó Mía, agachándose y abrazándola. —Estas hermosa, chiquita—
—Has crecido Chloe— Admitió David, también abrazándola.
—¿Entonces a tu hermano favorito no lo saludas?— Preguntó Mateo, acercándose a estos dos. —No se por que te casaste con ella, David—
—Cállate idiota— Exigió Mía, divertida, despeinando el cabello de su hermano y abrazándolo. —Te extrañé, estúpido—
—Pues yo no, tontita— Bromeó el rubio, separándose y sonriéndole a su hermana mayor. —Controla a tu esposa, David—
—Lamentablemente ella me controla a mi, cuñado— Aclaró David, divertido.
—Así me gusta— Lo felicitó Mía, dejando un pequeño beso en su mejilla.
—Vengan muchachos— Invitó Jughead, entrando a la casa junto a su esposa y nieto.
—¡Hola sobrino!— Saludó Chloe al niño, con una sonrisa.
—Tía– Habló Ian, bajándose de los brazos de Betty y dirigiéndose a la niña.
—Hola amigo. ¿Cual es tu tío favorito?— Le preguntó Mateo al niño, acercándose.
Ian los miró a los dos y señaló a Chloe. —Tía—
—¿Que? Así no, pequeño— Se quejó Mateo, divertido.
—¡Si! ¡Te amo Ian!— Le dijo Chloe al niño pelinegro de ojos azules, abrazándolo.
—Cuidado con el niño mis amores— Les advirtió Betty a sus hijos.
—Mamá, papá, David y yo les tenemos una noticia— Aseguró Mía, con una sonrisa.
—No me digas que tendré otro nieto— Respondió Jughead, divertido.
—¡Jug!— Lo regañó Betty, mirándolo.
—No papi— Negó Mía, divertida. —David y yo estábamos viendo algunas casas de Riverdale con mi tía JB y el abuelo Fp porque...
—Pensamos mudarnos aquí— Terminó David, feliz. —En Riverdale. Así nosotros y nuestro hijo estaríamos más felices—
Betty y Jughead gritaron de la emoción y se abrazaron, para luego abrazar a su hija y yerno. Estos dos habían hecho su vida en Nueva York y hacían falta.
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Mía y David fueron a juntarse con Alexandra y con Anthony en Pop's para ponerse al día después de tanto tiempo, como los viejos tiempos, y dejaron a su pequeño con Betty y Jughead por petición de estos dos.
—No saben lo difícil que fue dividir a los niños entre mis mamás y entre Kevin y Fangs— Admitió Alexandra, divertida.
—Dejamos a Juniper con Cheryl y Toni y dejamos a Dadwood con mis papás. Caso resuelto— Dijo Anthony, divertido. —Que bueno es tener gemelos a veces—
—Yo quiero otro hijo cuando nos mudemos aquí otra vez. ¿Verdad, Mía?— Le preguntó David, mirándola.
Mía lo miró y rodó los ojos. —Hay más maneras de pedir sexo, David—
—¡Uhh!— Exclamaron Alexandra y Anthony, divertidos.
—Pero yo no quise...— Empezó a hablar David.
—Tranquilo. Estoy de acuerdo con que tengamos otro bebé, pero primero mudémonos aquí— Sugirió Mía, tomando la mano de David y sonriéndole.
Estos chicos estaban siendo felices, y aún más ahora que David y Mía se mudarán a Riverdale, cerca de su familia sin tener que estar lejos.
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En casa, Mateo se había ido con su novia Sofia para también juntarse con sus viejos amigos y compañeros y Betty y Jughead se quedaron en casa, solamente con su hija menor y con su pequeño nieto.
—¿A quien quieres más mi amor? ¿Al abuelo o a la abuela?— Le preguntó Betty al niño, con él en sus brazos.
Ian la miró a ella y también a Jughead. —Abuelo y abuela—
—¿A los dos? Oh... genial— Dijo Jughead, divertido, tomando al niño en sus brazos. —Te amamos Ian. Pero que tus papis ya no tengan más bebés—
—Jughead...— Lo llamó Betty, en advertencia.
—Ian, ven a jugar con tu tía favorita ahora que Mateo se fue— Invitó la ojiazul al niño.
—Tía— Habló Ian, bajándose de los brazos de su abuelo para ir a jugar con Chloe.
Betty y Jughead miraron a su orgullo más pequeño jugar con su nieto, orgullosos de la vida que estaban teniendo y sabiendo que hicieron y estaban haciendo un buen trabajo.
—Mira a ese niño. Es perfecto— Aseguró Betty, mirando a su nieto con una sonrisa. —Pero aún me considero joven para ser abuela—
—Son algunos cuarenta y tantos... pero lo que no puedo creer es que ese pequeño haya salido de nuestra hija, nuestra sangre— Admitió Jughead.
—Lo se... es fascinante— Contestó Betty, mirando a su esposo y dejando un beso delicado en sus labios. —Te amo—
—Te amo amor— Le respondió, besándola.
Aquí está el capítulo extra que normalmente escribo 👌 una vez más gracias y las amo ❤️
Llegue al internado y estoy exhausta 🥲 voy a empezar con los borradores de mi nueva historia y tal vez la suba este fin de semana. Me toca estudiar mucho esta semana que vino con todo 🥲💔
Las amo y gracias por su apoyo y paciencia ❤️❤️❤️
Samy ❤️