En todos los universos. (🔞)

By sanzqs1

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Compilación de historias VegasPete ambientado en diferentes universos y épocas, algunas actuales, otras antig... More

Presentación
🔞Cuidados especiales.🔞
Redes sociales.
Confesiones arruinadas.
🔞Bebé falso.🔞
¿Cómo se conocieron?
Se conocen en una boda.
Disculpas.
Reencuentro.
🔞Beso en la mano.🔞
🔞Ropa combinada.🔞 👻🎃ESPECIAL DE HALLOWEEN.🎃👻
🔞Caricias en el cabello.🔞
Vida domestica.🔞
💓🥵Defecto que más amo.🥵💓
⚠️AVISO⚠️
🔞Cultivar un jardín🔞

🔞Baile de máscaras.🔞

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By sanzqs1

Vegas miró nuevamente la nota en sus manos, escrita con una letra suave y elegante, cada oración tenía una caligrafía realizada con sumo cuidado, la reconocería en cualquier papel, sobre distintas consignas o libros, reconocería las manos que eran dueñas de esta letra, digna de una persona que residía en uno de los palacios al otro lado de su reino, en el mismo sobre, había una pequeña invitación decorada con bordes dorados y una hoja completamente negra.

''El reino Solana extiende la cordial invitación al reino Nyx, para solicitar su presencia esta noche al baile de máscaras donde se presentará a la sociedad al primogénito de la familia, esperamos contar con ustedes.''

Al costado de la invitación, se encontraba aún pegado el pequeño pedazo de papel que contenía la siguiente inscripción; Encuentrame si puedes.

Vegas se lamió los labios ante la declaración y miró al mozo que permanecía frente a él.- ¿Por qué me lo entregas a mi y no a mi padre?

El hombre se inclinó.- Me han pedido que primero sea recibida por usted, y después entregada al Rey.

-Mmh.- Vegas asintió tomando la nota y guardándola en uno de sus bolsillos y volvió a colocar con sumo cuidado la invitación dentro del sobre.- Se la haré llegar.- hizo un ademan indicando que era hora de que el mozo se retirara, comenzó a caminar por los lujosos pasillos de su palacio bañados en marmoles de color gris y plateado, observó los cuadros de los reyes colocados en cada pared indicando la sucesion de cada hijo al trono, uno que seria para él en un futuro. Tarareó la melodía de alguna canción mientras se dirigía con rumbo a la habitación de su primo, una vez que la vislumbró abrió la puerta sin reparos.

Observó el bulto recostado entre las sabanas de la habitación y se lanzó sobre él, Vegas escuchó soltar un quejido a la persona debajo y murmullos incomprensibles, se movió a un lado dándole espacio a su primo para incorporarse.

-¿Qué te ocurre? -Kinn le dió una mala mirada.- ¿Por qué tienes esa sonrisa?

-¿Qué sonrisa? -se cruzó de brazos manteniendo la alegría en su rostro y se recostó en la cabecera.

-Ya.- Kinn se incorporó a su lado.- ¿Esto tiene que ver con Pete?

Vegas frunció sus labios tarareando.- Quizá.- pareció animado.- ¡Hoy será su presentación a la sociedad!

-¿Y? -preguntó.- Se supone que las presentaciones a la sociedad son para los primogénitos de 20 años que siguen puros.- le tiró una almohada.- Te lo has estado follando desde los 18.

-¡Calumnias! -expresó con avidez.- Él y yo no hemos hecho nada de lo que acusas.

-Claro.- Kinn resopló.- ¿Entonces las escapadas nocturnas que son?

-Me gusta salir a tomar al aire fresco y cabalgar.

-¿Y la ocasión que los vi con la ropa alborotada dentro de las caballerías?

-A él también le gusta cabalgar.

-Asqueroso.- Su primo se cubrió con las cobijas de seda.- Si sabes lo que significa esto, ¿no?

Vegas se mostró reacio.- Si te refieres a que tendremos una fiesta a la que asistir, supongo que soy consciente.

Kinn negó.- Vegas.- habló con tono serio.- Pete será presentado para ser desposado por alguien más.

Una amargura se instaló en su estómago, normalmente los jóvenes eran presentados con la finalidad de buscar cortejo o como aviso de que serán ellos quienes serán los que cortejen, eso sucedió con Vegas meses atrás, detestaba a la persona con la que supuestamente debía contraer matrimonio, a su padre no le interesaba si era hombre o mujer, lo único que buscaba era poder, desgraciadamente Pete no podía ser cortejado aún en ese momento, por lo que el rey buscó a alguien que tuviese la misma posición e hizo trato con los padres de este mismo, el proceso de citas y salidas fue pesumbroso y lleno de fastidio, no soportaba estar cerca del chico con el que estaba destinado a unir su reino, es por eso que después de cada cita, corría sin rumbo fijo a los palacios vecinos, pasaba las noches con Pete y lo besaba con fuerza cada vez que podía, lo inclinaba sobre algún lugar o en el silencio de una habitación le daba rienda suelta a sus sentimientos, mentiría si dijera que no era amor.

Kinn lo observó por un largo momento para después volver a hablar.- No debes hacerlo si no quieres.- comenzó a ponerse de pie buscando un poco de su ropa.- Estoy seguro que tu padre podría aceptar que dejes de cortejar a Tawan y vayas por Pete...

-Hay un chico al otro lado del reino.- habló de manera calmada negando.- Pete me ha dicho que escuchó a sus padres hablar sobre él y cómo sería una excelente alianza. -Vegas se puso de pie frente a uno de los espejos, miró su traje entallado con brocados dorados y de un tono azul, el color de la tela contrastando con el de su piel haciéndolo ver casi etéreo, su chaleco casi brillante entallando cada músculo de su cuerpo dándole silueta.

Kinn lo miró con los ojos entrecerrados.- ¿Por qué siento que estás demasiado tranquilo para mi comodidad? ¿Debería preparar a la caballería?

Negó.- Todo estará bien.- colocó su mano en el hombro de su primo.- No hay nada de qué preocuparse.- caminó con sus manos pegadas a su espalda hacia la salida.- Date prisa, iremos con los sastres por el mejor traje.

Kinn asintió mientras lo seguia.- Sigo sin confiar por completo.- confesó.- Estoy seguro que planeas algo.

Recorrieron el lugar entre leves pláticas y chistes hasta llegar con las personas encargadas de confeccionar cada vestimenta que él o su primo utilizaban, telas traídas desde sitios lejanos y con una suavidad incomparable, le gustaba la sensación de la seda deslizándose por su cuerpo cada vez que se deshacía de ella regandola por su habitación o la de Pete. Su corazón latió apresurado ante el solo pensamiento del chico, con ojos amables, sonrisa cautivante y hoyuelos asomándose de sus mejillas en cada oración, la suavidad de su piel y lo perfectamente bien que contrastaba con las telas de su cama, su silueta al despertar, los labios en forma del arco de cupido siempre dispuestos para él, colisionando con su boca o alrededor de él, fuese de la manera en que fuese, estaba seguro que jamás podría superar su fascinación u obsesión con él, su deseo de poseerlo era casi bestial ante la simple imaginación de Pete casándose con alguien más, ya sea hombre o mujer, él no podía dejar que eso sucediera.

Despues de largos ajustes ante sus trajes, se posició en el gran espejo en el centro del taller de costura, con las solapas decoradas en leves patrones plateados, una camisa de alta costura por dentro de color blanca con su cuello levantado mientras era adornado por un pañuelo de este mismo color, en el centro reposaba el broche de su familia, la chaqueta de doble botonadura de bronce con faldón trasero era de una seda negra, habia bordado en el ramas de arboles plateados, sus guantes poseian el mismo tono combinando con el pantalon entallado y sus zapatos lustrados.

-Mi señor.- una de las costureras se acercó a él extendiendo una pequeña caja y la abrió con cuidado.

En ella se encontraba una máscara blanca con bordados dorados, en la parte frontal posaba parte del sello familiar unido en lo que parecían ser ramas realizadas con sumo cuidado siguiendo un patrón, a los costados posaban hojas de laurel que le daban el toque elegante, ésta cubría toda la parte superior de sus ojos y nariz dejando espacio para poder observar con claridad.

La mujer sostuvo el objeto con cuidado y se lo entregó. Vegas la tomó con delicadeza y comenzó a colocarla en él.

-¡Usted es tan apuesto, mi joven príncipe! -la tía soltó con entusiasmo.- ¿Está emocionado por la fiesta? -preguntó.

Vegas asintió con una simple sonrisa y susurró para sí mismo.- Estoy emocionado por encontrar a alguien.

。☆✼★━━━━━━━━━━━━★✼☆。

Pete comenzó a escribir con entusiasmo en la mesa de su habitación, a su lado Porsche lo miraba con uno de los ojos cerrados debido al sueño, colocó su mano debajo de la barbilla y cada cierto tiempo soltaba pequeños brincos evitando caer ante la provocación de dormir.

-¿No ya habías mandado una nota? -preguntó soltando un bostezo.

-Lo hice.- Pete asintió sosteniendo un pedazo de papel.- Esta es para cuando me encuentre.

-Si es que lo hace.

-Creeme.- sonrió mirando a su amigo.- Él lo hará.

-¿Cómo estás tan seguro de eso?

Pete alzó sus hombros mostrando un puchero.- Solo lo sé.- respondió.- Tiene sus metodos.

Porsche rodó los ojos reclinandose en su silla.- Pete.- llamó la atención del nombrado.- Sabes que esta noche es para tu compromiso con otra persona, ¿no es así?

Pete dejó de escribir, soltó un suspiro y continuó garabateando dentro de su diario.

-Soy consciente de que mis padres desean que contraiga nupcias con el primogénito del reino vecino.- miró a la vela frente a él, las llamas eran pequeñas pero realmente ardientes, iluminaba la habitación con suaves tonos naranjas y amarillos dando un toque de calidez y por un momento sintió un deja vü. Recuerda las velas de la primera noche que él y Vegas tuvieron juntos, con las sábanas blancas de sus aposentos y sus piernas enredadas el uno con el otro, acariciando con cuidado la espalda de la otra persona, dedos ágiles buscando camino hacia sus partes secretas y desnudandolo con agilidad, los besos torpes y cargados de deseo y lujuria combinada, era como sentir todo su ser intoxicarse con cada caricia hasta terminar drenando todo de sí mismo, se sonrojó ante los recuerdos y meneó su cabeza.- Pero sabes que mi corazón pertenece a otra persona.

-¿Y esa persona te ama?

La pregunta cayó sobre él como un balde de agua fría, si bien sabía sobre sus propios sentimientos hacia Vegas, el chico jamás le dijo a Pete lo que sentía por él, no podían definirse como algo, ¿una relación meramente sexual? para saciar sus bajos instintos hasta que alguien mejor que Pete apareciera y fuese reemplazado.

-No importa si lo hace o no.- le contestó.- Mantendré esto en mi corazón hasta que se agote como esta vela.- Miró las pequeñas llamas que estaban por extinguirse.

Su acompañante dejó soltar un resoplido.- Los reyes me mandarán al calabozo si se enteran que he dejado mi puesto como chaperón y te he ayudado a escabullirte para que vayas a enredarte con ese hombre.

-Ellos no se enterarán.

Escucharon el leve toque en la puerta de la habitación y Pete guardó la pequeña nota en su diario nuevamente, Porsche se irguió con decencia y se levantó para abrir.

-Mis disculpas.- la mujer frente a ellos tomó ambos extremos de sus holanes y se inclinó en señal de reverencia.- El traje del príncipe está listo para ser usado.- comentó.- Es necesaria su presencia por si se requieren hacer retoques.

-Estaremos ahí en un momento.- Porsche respondió inclinándose en señal de cortesía, después de cerrar la puerta se giró a mirar a Pete.

-Debemos darnos prisa.- comentó.- La fiesta es solo en unas horas.

Ambos salieron y comenzaron a caminar por los pasillos del palacio, las ventanas eran de vidrio con grabados de diferentes formas y colores, amaba los estampados de magnolias que relucían a contraluz, pero sin duda sus favoritos eran los girasoles que posaban como un campo detrás de los tronos reales, por las mañanas y tardes el sol entraba por las pequeñas aberturas e iluminaba el sitio reflejando en las baldosas del piso la forma de las flores dibujadas en las ventanas, adoraba la forma suave en que estas se veían y lo reluciente que se observaba el todo a su alrededor.

Una vez que llegaron al lugar establecido las personas se arremolinaron a su costado, comenzaron a colocar las prendas de alta costura sobre su cuerpo cubriéndolo por completo, no dejó de ver su reflejo frente al espejo en todo el proceso, el color de su cabello completamente negro contrastó con su camisón de ribete blanco de cuello alto bordado de dorado con el simbolo solar caracteristico de su reino, tenia mangas de farol que se ajustaban a sus muñecas suaves y delicadas, mismas que a Vegas les gustaba sostener o enlazar con pedazos de seda suave para no lastimarlo, comezaron a colocar largos collares de oro cayendo por su cuello resaltando ante lo blanco de su ropa, su chaqueta era larga y del mismo color que el resto de su traje, sus pantalones eran mas ajustados y entallados de lo normal haciendolo resaltar su pequeña cintura, cada trozo de ropa se pegó a su cuerpo encajando de manera perfecta, diseñada exclusivamente para él, colocaron gemelos en cada manga de su traje en forma de soles, y un broche de corona en la parte superior pegado a su pecho, se colocó los guantes de cuero negro en sus manos y se las miró, no le gustaba la sensación agobiante de estar cubierto por completo, los bailes y trajes era algo a lo que jamás podria acostumbrarse.

-Mi principe.- Porsche se acercó a él con la formalidad a la que estaban acostumbrados a tratarse en público, le tendió una pequeña caja de cristal, dentro de ella había un cojín de terciopelo azul y sobre este mismo reposaba una máscara completamente negra partida a la mitad del rostro, de esta colgaban hilos de diamantes incrustados que caían como una pequeña cascada, era tan hermosa y enigmática que Pete tenía tanto miedo de usarla.

Su amigo le ayudó a colocarla en su rostro con cuidado, se miró al espejo y soltó una sonrisa mientras sentía como Porsche colocaba una nota doblada en su bolsillo izquierdo con cuidado de que nadie más viera.

-Gracias.- le susurró.

-Siempre.- contestó su amigo.

El salón de baile era hermoso e inmenso, capaz de albergar a más de 1000 personas, esa noche todo estaba decorado con colores dorados y amarillos, los candelabros colgaron por todas partes, las lamparas de araña adornaban el lugar con pequeños diamantes en ellos, estos mismos reflejaban la luz por todo el sitio, al fondo se escuchaban sonidos de violines y arpas tocando suavemente, el piano se hizo presencia un poco despues recitando alguna melodia calmada e imortilizando el momento en que las personas bailaban a paso calmado arremolinandose unos con otros, Pete comenzó a mezclarse con la multitud sin apartarse de Porsche que lo seguia, una de las cosas que resaltaban de las tematicas de presentacion era lo similares que muchas veces debian ser los trajes para que fuese un juego divertido de reconocimiento, lo unico que cambiaba o variaba eran las mascaras que cada persona portaba, su revelación como primogenito seria a media noche, por lo que podia divertirse un rato simulando ser una persona normal bebiendo vino y champagne con el resto, tomó una de las largas copas e hizo un brindis con su chaperon mientras ambos reian, estaba inmerso en la platica hasta que observó como el rostro de Porsche se contorsionaba en una mueca de socarroneria girando los ojos.

Fue en cuestión de segundos en que la música cambió volviéndose más animada, las personas comenzaron a pegarse cada vez más y formar parejas tomándose de las manos para comenzar a bailar, giró su rostro en busca de su amigo pero ya no estaba por ninguna parte, sintió un tirón y alguien arrebató la copa de su mano y la depositó en una charola de los mozos que pasaban en ese momento.

-¿Creías que realmente no te encontraría? -La voz le envió escalofríos por todo su cuerpo, la persona detrás de él se acercó a su oído para susurrar.- Reconocería ese trasero en cualquier parte.

Pete cerró los ojos por un momento perdiéndose en el aroma del hombre a su espalda, el tono varonil que lo hacía retorcerse placer volvió a resonar únicamente para él.

-Vamos príncipe,- soltó una risa y lo sostuvo de la cintura para darle la vuelta.- ¿Cuál es mi premio por encontrarte?

Vegas se separó por un momento, se veía impecable y apuesto con su traje de alta costura, las líneas de su rostro delineadas contra la máscara blanca que ocultaba parte de su cara, el hombre frente a Pete se inclinó ante él en señal de reverencia y extendió una de sus manos.

-¿Me haría el favor de concederle un baile a este hombre común y corriente?

Pete tomó la mano extendida con cuidado, odiaba el hecho de tocarlo con guantes, quería ser codicioso y tener esta sensación solo para él.

Vegas lo pegó a su cuerpo con una de sus manos en la cintura de Pete y la otra levantaba junto a la suya mientras ambos se movían a pasos calmados por el sitio, en ningún momento dejaron de mirarse a los ojos, hipnotizados el uno con el otro sin poder apartar la mirada.

-¿Dónde está Porsche? -le preguntó.

Vegas solo rió soltando su agarre, separandolo y volviendo a traer hacia sí, los movimientos eran suaves y envolventes, miles de personas bailando a su alrededor con máscaras cubriendo sus rostros, nadie los reconocería mezclados, tenia un momento para ser libres de todas las responsabilidades que consistían en cargar con una corona y un reino, solo eran dos chicos bajo la luz de la velas en un baile de máscaras.- Digamos que está haciéndole compañía a mi primo. -sus rostros quedaron a centímetros.- Nada de qué preocuparse.

Pete rió ante la declaración y aprovechó el momento del cambio de música para escabullirse del agarre de Vegas, se mezcló rápidamente con la multitud observando como el chico comenzaba a buscarlo enfocando su mirada en todas partes, y cuando se volvieron a cruzar, le susurró.- Tu bolsillo derecho.

Las personas comenzaron a formar círculos pequeños mientras daban leves brincos que correspondian a la danza tradicional del lugar, todos se tomaron de la mano arrastrando a Vegas en el proceso sin darle oportunidad de poder buscar con cuidado dentro de su ropa, el baile venía acompañado de leves cantos y roce de palmas cada vez que daban vueltas entre sí.

Vegas comenzó a meter su mano con rapidez en sus bolsillos y se topó con otra nota. ''Atrapame si puedes.'' Negó con la cabeza mientras trataba de seguir su rastro saliendo de toda la multitud reunida, siguió empujando hasta ver como Pete se escabullía por uno de los pasillos en solitario, rió y se lamió los labios comenzando a correr detrás, cruzó el umbral de la puerta que poseía un sol en el lado derecho y una luna en el izquierdo, el pasillo estaba oscuro y en completo silencio, la música se escuchaba levemente por detrás y bajó su mirada a los mármoles del piso, había un guante tirado justo donde estaba parado, lo recogió y observó la ''P'' bordaba en dorado, mas adelante algo relució y se dirigió hacia el lugar para tomarlo. Era uno de los gemelos que generalmente reposan en las muñecas un traje. Caminó derecho en la misma dirección y se topó con otro de los guantes.

-Tramposo.- susurró para sí mismo.

Lo siguiente que vió era un pañuelo completamente blanco tirado en el piso, fue recogiendo cada pieza tirada, desde pequeñas joyas hasta el par de zapatos, una vez que el camino pareció estar libre de cosas se encontró frente a una puerta de madera caoba y al pie de esta habia una máscara negra con diamantes, tenía patrones elegantes y sabía con exactitud que era la habitación de Pete, movió la manilla con cautela y comenzó a abrirla con cuidado, desde la entrada podía observar la ventana del balcón abierta y a Pete sentado en el borde de este mismo mirando hacia el patio.

-Tardaste más de lo que pensé.- escuchó decir mientras atrancaba la puerta. Pete se bajó del balcón y se giró quedando de espaldas a Vegas, este mismo se acercó con cuidado pegando su cuerpo a este mismo.

-¿Qué hubiese pasado si en lugar de que yo entrara fuese otra persona?

-Imposible.- Pete recargó su cabeza en el hombro de Vegas.- Sabía que eras tú.

Vegas inhaló el aroma de su cabello, lavanda y rosas con el leve toque de frutos silvestres.- Hueles bien.- dijo en su oído.

Pete se giró a verlo sin separarse y cruzó los brazos detrás de la cabeza del chico frente a él.

-¿Vienes a darme la despedida? -preguntó con el corazón en la garganta.- Después del anuncio de esta noche no podremos vernos por mucho tiempo.

Vegas lo pegó más a su cuerpo, con sus pantalones rozando por enfrente. -¿Quién lo dice?

-Escuché a mis padres que serán al menos 3 candidatos.- respondió.- Reinos lejanos igual de poderosos buscando unirse en alianza.

-No quiero dejar de verte.- depositó un beso en la mejilla de Pete y luego otro en su frente.- ¿No puedes escabullirte?

Pete negó.- Debo viajar a los reinos de todos ellos, estaré viajando hasta que los reyes decidan quién es el mejor candidato.

La sola idea de Pete encerrado en un palacio con otro hombre que no era él calentó su sangre, su estómago volvió a retorcerse y su mandíbula se tensó.

-¿Y luego qué pasará con nosotros?

-¿Qué quieres que pase, Vegas?

-Solo sé que no quiero dejar de verte.

El corazón de Pete cayó, esperaba al menos una simple declaración confesando lo que sentía, esperaba que el hombre le dijera que estaba igual de enamorado que él, pero supuso que era un juego en que solo él había caído, se dió la vuelta nuevamente inclinándose en el balcón, recargó sus brazos y observó la serenidad y tranquilidad de la noche, no sabía porque se sentia asi de decepcionado, Vegas en realidad nunca demostró sentir más que un simple deseo de posesión sobre su cuerpo y él.

-¿Qué pasa? -Vegas movió sus labios hacia el cuello de Pete.

-Que es mejor que esta noche sea la última para siempre.

-¿Qué? -tartamudeó.- ¿Por qué?

-Voy a casarme con otra persona.- contestó sin detenerse a pensar en lo que diría.- Quizá jamás lo ame como a ti, pero no me atrevería a faltarte al respeto teniendo una aventura con otra persona. -Miró las estrellas adornando el cielo junto a la luna y soltó un suspiro.

-¿Me amas? -Pete se crispó ante la pregunta, trató de entrar nuevamente a su recamara pero un brazo lo detuvo encerrandolo y pegando su espalda al balcón.- Responde Pete, ¿me amas?

-¿Y qué si así fuera? -exclamó con su cara roja y sus ojos picando por las lágrimas retenidas.- ¿Que importa lo que sienta si de cualquier forma no es mutuo? Si de todas maneras tú...

Vegas lo besó, de manera suave y calmada selló sus palabras en la boca contraria, los movimientos de sus labios se acoplaron rápidamente y Pete se deshizo en el proceso, la forma en que el hombre frente a él sostenía su cintura y lo envolvia por completo en su aroma y todo su ser hacía que le dieran vueltas la cabeza.

-Te amo.- susurró entre besos.- Te amo, Pete. Claro que lo hago.

La declaración lo tomó por sorpresa, dió un brinco y envolvió sus piernas en las caderas de Vegas, este mismo lo sostuvo con fuerza y entre tropezones cayeron en la cama con dosel de pabellón y sábanas de seda blanco aperlado, Vegas dejó a Pete buscando quitarle su ropa con rapidez mientras él se deshacía al mismo tiempo de la propia, continuaron besándose sin separarse un momento más que tomar aire, en esos momentos se miraban a los ojos y soltaban leves sonrisas.

-Quiero que seas solo mío por el resto de mi vida.- confesó.- ¿Aceptarías serlo, Pete?

El mencionado asintió. -Incluso si mañana debo unir mi vida a alguien más, mi alma te pertenecerá solo a ti.

-No debería amarte.- Vegas reveló.- Amarte sería una traición a mi reino, al de mi prometido y al tuyo. -suspiró, Pete tocó su rostro con cuidado.- Pero no amarte es una traición para mi alma y mi corazón.

-Seamos traidores juntos.- Pete concluyó y volvieron a besarse.

Sus cuerpos chocaron una vez más y Vegas se metió entre sus piernas arrebatandole gemidos que quedaban amortiguados entre los besos de ambos, era como si un imán los atrajera gravitando hacia el mismo sitio impidiendo separar sus bocas, Vegas mordió, chupó, delineó los labios contrarios con suavidad y ese toque de ferocidad que sólo a Pete podía darle, sus manos tocaron todo lo que podía mientras sentía la piel suave rozar con la suya, miró al chico debajo de él siendo un desastre desbordante, con ojos brillosos de deseo y labios rojos e hinchados por los besos, tenía planeado seguir haciéndolo todo el tiempo que Pete se lo permitiera, incluso si era solo por una noche como esta, incluso si después de mañana ambos debían fingir unir sus vidas a alguien más, pero Vegas lo aprovecharia, le haría sentir las emociones que traspasaban su piel. Metió una de sus manos en la parte trasera de la ropa interior de Pete, la carne entre sus manos se sentía firme y suave, sintió las uñas de su pareja darle un pequeño rasguño en el hombro y fue cuando decidió finalmente quitarle el resto de la ropa que había sobre ambos, se inclinó nuevamente hacia Pete y volvió a besarlo, con sus miembros rozando entre si ambos soltaron suspiros y gemidos, los de Pete eran como música para sus oídos, podía fácilmente grabarlos en su corazón para reproducirlos cuando quisiera.

-Eres mío.- le dió un beso esquimal.- Solo yo puedo verte de esta forma.

-Marcame.- Pete soltó.- Marca todo mi cuerpo, has que al amanecer siga recordando a quien pertenezco.

Vegas sintió su sangre concentrarse en su entrepierna y después asintió mientras le daba vuelta al chico bajo él, alzó el trasero de Pete hasta dejarlo en el aire, comenzó a meter su dedo con sumo cuidado y con su lengua delineó toda la entrada hasta escuchar como comenzaba a rogar, mordió sus muslos y su trasero, dejó marcas por toda su espalda con chupetones y pequeños mordiscos.

Comenzó a besar pausadamente el cuello de Pete, lamió y dejó señal de moretones, le dió la vuelta nuevamente y se paseó por toda su clavícula, continuó con el pecho y se detuvo en los pezones, primero los lamió suavemente y despues sopló, sintió a Pete arquearse levemente bajo su toque y siguió haciéndolo de manera intercalada para luego recorrer su estómago con sus manos, se detuvo un momento en un lunar al costado de su cadera y dejó un beso en este, siguió su camino hasta llegar hacia la entrepierna donde el falo de Pete se mostraba parado. Vegas alzó su vista, el pecho de Pete subía y bajaba constantemente, tomó el miembro entre sus manos y después comenzó a meterlo en su boca. Las manos de Pete viajaron al cabello de Vegas y este comenzó a chupar de manera pausada saboreando, lo metía por completo a su boca y comenzaba a bajar y subir en determinados periodos. Las manos de Pete arañaron sus hombros y dejó escapar pequeños gemidos, el instinto dentro de él lo hacía desear que Pete gimiera así toda la noche.

-Vegas...-Pete habló con voz llorosa,- Vegas...

El mencionado se sacó el miembro de la boca haciendo sonar un pequeño ''poop'' al final, miró al chico y preguntó,- ¿Qué pasa?

Pete lo jaló hacia arriba, su cabello comenzaba a pegarse a la frente, sus clavículas se mantenían expuestas y Vegas bajó su boca para besar su cuello nuevamente mientras lo acariciaba a los costados.

-Necesito sentirte,- dijo calmadamente para después volver a hablar,- dentro de mi.

Vegas lo miró y dirigió sus dedos a la boca de Pete.- Abre.- le indicó. Pete obedeció y los chupó con avidez, la manera lujuriosa de sus ojos hizo que Vegas casi se corriera en ese momento, se inclinó nuevamente sobre Pete besándolo,-Concentrate solo en mi,- susurró.

Dirigió sus dedos a la entrada de Pete, primero metió uno de manera suave y cuidadosa, los ojos llorosos de su chico estaban cubiertos por uno de sus brazos, Vegas lo retiró y en cambio comenzó a besar su frente, sus mejillas, la comisura de su boca, después introdujo el segundo dedo y comenzó a abrirlo de manera calmada, besó a Pete nuevamente en los labios volviéndose a perder en su boca, las manos de Pete tocaron su cuerpo, los músculos de sus brazos y los de su espalda, sus dedos delinearon la curva de su cadera mientras tomaba su miembro y comenzaba a hacer movimientos masturbando a Vegas.

-¿Te gusta? -le preguntó.

Él asintió mientras sentía sus ojos ponerse en blanco.

-Eres tan...-Vegas dijo sin aliento jalando el lóbulo de Pete con su dientes,- Me vuelves loco.

-Date prisa y entra.- rogó.

-Juro que me encantas,- volvió a susurrar colocando el tercer dedo para abrirlo más, Pete arqueó su espalda mientras sentía su cabeza dar vueltas.

-Estoy listo,- le dijo.

Vegas sacó sus dedos y tomó su pene para dirigirlo a la entrada de Pete nuevamente, las piernas del chico se colocaron en los hombros de Vegas mientras él comenzaba a entrar de forma suave y con cuidado, los dedos del pie de Pete se arquearon por un momento y los músculos de sus piernas se tensaron, Vegas entró más para después inclinarse hacia él y besarlo, se quedó quieto un momento solo dándole pequeños besos en sus labios, ansiaba sentirlo así desde que lo vió en el salón de baile con su traje en perfecto orden, su corazón había bombeado de deseo por volverlo a estrecharlo de esa manera, con la euforia filtrándose por cada poro de su piel, quería besar incluso el último rincón de su cuerpo, grabarlo con sus manos y hacer que jamas lo olvidara, los besos de Pete lo atormentarían cada noche ansiando nuevamente volver a sentirlo, incluso una palabra de su boca, una sola y Vegas estaba a sus pies.

-Muévete,- Pete habló echando la cabeza hacia atrás.

Vegas lo obedeció y comenzó a salir y entrar por momentos cortos, se movió despacio y luego de manera frenética, el sonido de chapoteo inundó sus oídos y la habitación se llenó de gemidos en ambas direcciones, las piernas de Pete ahora estaban enredadas alrededor de su cadera, sus uñas dejaban marcas en la espalda de Vegas, y eso solo hacía que quisiera entrar y salir con más entusiasmo, se sentía perdido en el borde del éxtasis, el cabello de ambos se pegaba a sus frentes y sus bocas estaban entreabiertas, Vegas continuó besándolo durante todo el tiempo que se mantuvo en su interior.

-¡Ahí! -exclamó Pete aferrándose más a él,- Vegas...

El mencionado dió una estocada en el mismo punto, Pete soltó otro gemido de placer que se mezclaba con su nombre.

-Vegas,- habló pasando sus piernas detrás de la espalda de Vegas y jalandolo más.- Mi amor...

-Amo cuando mi nombre sale de tus labios,- respondió,- Me excita cuando lo dices de esa forma...

-Más,- pidió,- más rápido.

Él obedeció.

-¡Ah! -los ojos de Pete se abrieron y lanzó la cabeza hacia atrás,- ¡Ah!

-Pete...-Vegas comenzó a sentir su miembro palpitar,- Creo que estoy por venirme...

El chico bajo él asintió,- Yo también.

Vegas se inclinó, entrando y saliendo nuevamente, sus cuerpos pegados, los brazos de Pete alrededor de sus hombros, sus ojos mirando sus labios y las curvas de su rostro, uno de los dedos de Pete recorrieron delicadamente el patrón de sus cejas y Vegas colocó uno de sus brazos sosteniéndolo de la cintura, el momento del clímax llegó con ellos mirándose como si el mundo hubiese dejado de existir a su alrededor, aferrándose el uno al otro, estaba seguro que incluso si pasaran muchos años el sentimiento y amor jamás se iría, como la vieja llama que perdura a través del fogón desgastado, con la mínima chispa de gasolina vuelve a encenderse en noches como estas donde el único refugio es en los brazos del otro. Lo hicieron más veces en el transcurso de ese tiempo, no cansados de recorrerse fervientemente, con Vegas detrás de Pete, entrando y saliendo de él, o Pete con sus manos sobre el pecho de su compañero mientras brincaba sobre él, incluso en una noche como esa, las palabras no eran necesarias.

-¿Qué pasaría si te dijera que tengo un plan? -Vegas preguntó con la cara de Pete escondida en su pecho.- ¿Estarías dispuesto?

-¿Estás hablando de escapar?

-Quizá.- contestó.

-Mmmh.- tarareó.- ¿Puede Porsche venir con nosotros? -preguntó.- Mis padres irán tras él y su hermano.

-Kinn no permitirá que nada les suceda.- Vegas dejó un beso en la cabeza de su pareja.- Confía en mi.- acarició su cabello.- ¿Lo harías?

-Confio.- respondió con seguridad.- Incluso si es el plan más estupido. Confiaré en ti.

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