El frío había hecho que despertara, me levanté del pecho de Camila, y la observé, estaba completamente dormida, imaginaba lo cansada que podía estar, el día anterior no podíamos parar, yo, no podía parar, Camila era adictiva.
Me levanté y con una manta cubrí el cuerpo desnudo de Camila, no sin antes mirarlo una vez más, negué, ella había hecho por mí más que cualquiera en años, e incluso mis padres, y solo lo hizo en un par de días.
Tomé mi teléfono, eran las 4 am, tenía infinidad de llamadas perdidas de Jason, y otras más de su padre, todos eran mensajes preguntando que pasaba conmigo, que porque llevaba más de dos días sin tomar llamadas o contestar mensajes.
Me puse una bata y salí a la sala. Tres llamadas al teléfono de Jason, nada, estaba por marcar nuevamente pero sentí las manos de Camila apretar mi cadera y cuidadosamente subir hasta apretar mis pechos, aventé mi teléfono al sofá, puse mis manos sobre las de Camila, e hice que las apretara con aun más fuerza, no pude evitar el gemido que salía de mi interior.
Me gire al sentir que ella bajaba sus manos a mi estómago, imagine cualquier imagen, menos esa, ella estaba completamente desnuda, sonreí.
La luna podía reflejarse es sus hermosos y enormes ojos marrones, acaricié su cara, mientras ella hacia lo mismo en mí espalda. - Me encantas Camila. - dije y ella me brindo la sonrisa más hermosa de todas. - Me encantas Lauren. - mi corazón latía como nunca, no quería separarme de ella, no quería que ella se fuera, no quería perderla, pero como la hacía quedarse .
- Quisiera estar así, contigo, por el resto de mis días. - dijo, sus ojos brillaban, era aún mucho mejor que el atardecer del lago, mucho mejor que su rostro iluminado por el atardecer, era mucho mejor que un café por la mañana, ella era mejor que cualquier cosa que haya tenido antes, que haya visto antes. - Eres lo más hermoso que me ha pasado. - dijo sacándome de mis pensamientos.
Como podía ser lo más hermoso, si era una persona horrible, y estoy segura que para mucho era un monstruo, yo no era nada, yo no valía lo suficiente, yo no me merecía a alguien tan dulce como Camila. - Mereces algo mucho mejor que esto. - dije y ella negó. - No hay nadie mejor que tú . - negué.
- Si es por tu esposo, no me importa, yo puedo ser lo que sea para ti, solo no me saques de tu vida. - reí amargamente. - Él no me importa una mierda. - solté con rabia, y era verdad, él no era absolutamente nada a lado de Camila.
- Soy horrible Camila, no me conoces. - acaricio mis mejillas. - Pero puedo hacerlo, quiero conocerte, quiero saber todo de ti. - respiré hondo. - No Camila no entiendes. - dije abrazándola.
- Quiero entenderte, dame esa oportunidad. - acariciaba mi espalda de una forma tan dulce, que por primera vez me hizo sentir paz.
- Ven estás helada. - reí, como podía decirme eso, ella estaba desnuda. - Ya lo sé, pero yo no estoy helada. - dijo entendiendo del todo mi risa.
Nos recostamos en la cama, ambas mirando el techo. - Mis padres murieron hace unos meses, era muy unida a ellos, lo compartíamos todo, mi mundo se vino abajo, pero todo lo enterré hasta el fondo de mi ser, y seguí adelante, es la primera vez desde que murieron que me siento completa, me siento feliz, siento paz en mi interior, que comienzo a creer que tenía que venir aquí, que todo esta conectado, que todo tenía que suceder así para poder conocerte. - dijo tranquila, y si ella tenía razón, y si ella era mi nueva oportunidad, para hacer las cosas bien, entendía todo lo que sentía, porque ella me lo hacía sentir el doble.
- Yo. - dije, solo me quedé callada. - ¿Tú?. - preguntó. - Me siento igual. - suspiré, eso no quería decir aunque era verdad, sería capaz de decirle lo que hacemos Jason y yo, eso no haría que ella quisiera alejarse, me temerá, estoy segura que le causaría asco. - ¿Que pasa Lauren? . - preguntó mirándome, observe su precioso rostro.
- Yo hice que cayeras en ese hoyo. - dije sin pensar, y ella empezó a reír. - Si, claro, como fue eso, me empujaste y como soy muy distraída no me di cuenta. - siguió riendo, pero sola la mire, y poco a poco ella dejó de reír.
- Jason y yo hicimos... - no pude terminar porque se escuchó un fuerte golpe en el ventanal de la habitación, me levanté corriendo y me puse una bata.
- ¿Que mierda fue eso Lauren?. - dijo asustada, y solo negué. - Animales, no puede ser nada más. - estaba por abrir el ventanal y ella sujeto mi mano.
- Espera. - se puso frente a mí, era una diminuta mujer muy valiente, aunque con esa sábana pegada a su cuerpo daba ternura, abrió, para encontrarnos con un pequeño venado. - Que pasó amiguito, se te acabó el bosque. - dijo tiernamente Camila, mientras intentaba acercarse, el animal intentaba ponerse de pie, eso pasaba regularmente, ese ventanal ya había sido cambiado un par de veces.
Después de unos segundos salió corriendo nuevamente. - ¿Eso es común?. - preguntó Camila y asentí. - Estamos en su hábitat. - dije, tomó mi mano y entramos, al acostarnos me abrazo y escondí mi cara en su cuello. - Hace bastante frío. - y solo moví la cabeza.
No dijimos nada más, yo no tenía el valor de continuar, y al parecer ella no lo quería saber, poco a poco me fue venciendo el sueño, y me perdí.
Me levanté de un salto, no recordaba que estaba soñando, pero me había asustado, busqué a Camila en la cama y no estaba, seguro estaba comiendo algo, ella jamás paraba de comer, me levanté, me puse el pantalón de mi pijama y una camiseta, no era tan segura de mi cuerpo como ella, que seguramente andaba desnuda, lo había estado todo el tiempo desde que había llegado aquí.
Salí sonriendo, caminé hasta la cocina pero no estaba, voltee a la sala y tampoco, mis manos comenzaron a sudar, caminé despacio hasta el siguiente pasillo que daba a las otras habitaciones, pero también al sótano, al dar la vuelta ella estaba recargada en la puerta del sótano, pasé saliva al verla completamente perdida en sus pensamientos, ella estaba pálida.
No podía ser, aquel lugar estaba bajo llave, o eso recuerdo, la última persona que estuvo ahí fue Jason, tome aire. - ¡Camila! . - grité y ella dio un salto y me miró, yo no reconocía esa mirada, camino rápido hacia mi, no sabía que esperar.
¿Bajaste?. - pregunté pero ella solo me miraba. - Te pregunté algo, ¿bajaste?. - grité y ella negó energeticamente, tomó mi mano y caminamos a la sala.
- Escuché algo, salí a ver, y el ruido venía de esa puerta. - dijo aún pálida, eso no era posible no había nada ahí, no ahora, miré por toda la sala y la maleta de Jason está en la puerta, y sus llaves en la mesa de la entrada, y si antes no había entrado en pánico, ahora si lo hacía, mis manos comenzaron a temblar, él si la mataría, yo no podía permitir que eso pasara.
- Lauren. - apretó mi mano, la sujete con fuerza.
Busque mi teléfono, pero no estaba en el sofá, la jale hasta meterla a la habitación. - ¿Donde esta tu teléfono?. - pregunté desesperada. ¿ Que esta pasando Lauren?. - estaba preocupada.
- Quiero tu teléfono, ponte zapatos, rápido. - ella me lanzó su teléfono.
Volví a tomarla de la mano y la metí al baño. - Cierra con seguro, y pon ese mueble detrás de la puerta, y no abras, no importa lo que escuches, no abras esta puerta, hasta que yo te lo pida. - ella negó. - ¿Que esta pasando? . - gritó asustada.
- Confía en mi, por favor. - cerré la puerta del baño y escuché como ella pegaba el mueble detrás de la misma.
Entre a la red de la casa, pero ya había desconectado la línea, estúpido, pensé, entre a mi red, y busque los videos de las cámaras, tenía que saber en donde se a había metido, tenía que proteger a Camila, como si mi vida dependiera de eso.
Comencé a ver los vídeos, él llego, entró a la casa, después a la habitación, yo estaba abrazada de Camila, nos miró por unos minutos sin hacer nada más, salió metió su maleta, dejó sus llaves, salió y al regresar nuevamente traía a una chica inconsciente, y bajo al sótano, adelante el vídeo, él no salía de ahí, miré la cámara de la habitación y Camila estaba sentada, se vistió y salió de la habitación, revisó en todos lados hasta que llegó a ese pasillo, parecía que trataba de escuchar algo recargada en la puerta del sótano, se alejó e hizo lo que temía, abrió la puerta y entró, después de eso, nada, al parecer Jason había cortado los vídeos y desconectado las cámaras. Paso todo tan rápido que apenas asimilaba.
Piensa Lauren, piensa, tenía que sacar a Camila de aquí, pero no podía arriesgarla, no hasta saber en donde estaba.