Never Be The Same #๐Ÿ |๐‰๐ฎ๐ง...

By IsabelleJung97

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Estรกs en mi sangre. Estรกs en mis venas. Estรกs en mi cabeza. โ†’๐๐ฎ๐ž๐ฏ๐š ๏ฟฝ... More

Introducciรณn
Prรณlogo
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciseis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno
Veintidรณs
Veintitrรฉs
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiseis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Treinta y cinco
Treinta y seis
Treinta y siete
Treinta y ocho
Treinta y nueve
Cuarenta
Cuarenta y uno
Cuarenta y dos
Cuarenta y tres
Cuarenta y cuatro
Cuarenta y cinco
Cuarenta y seis
Cuarenta y siete
Cuarenta y ocho
Cuarenta y nueve
Cincuenta
Cincuenta y uno
Cincuenta y dos
Cincuenta y tres
Cincuenta y cuatro
Cincuenta y cinco
Cincuenta y seis
Cincuenta y siete
Cincuenta y ocho
Cincuenta y nueve
Sesenta
Sesenta y dos
Sesenta y tres
Sesenta y cuatro
Sesenta y cinco
Sesenta y seis
Sesenta y siete
Sesenta y ocho
Epรญlogo
Segunda temporada

Sesenta y uno

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By IsabelleJung97

                     Jungkook;

Los chicos –en este caso, Jimin, Yoongi, Taehyung y yo-, nos encontrábamos en nuestra área de entrenamiento donde practicabamos una vez a la semana nuestras habilidades con el arma.

—¿Y Hyeri entonces? —me pregunta Yoongi cuando paramos solo un momento para volver a poner balas nuevas.

—Está enojada conmigo —contesté—. Ni siquiera me habla. Desde anoche –cargué el arma. Dispuesto a seguir tirando hacia las dianas.

—Debes entenderla Jungkook —dice Jimin y lo miro alzando una ceja—. Es su hermano. No puede verle maldad alguna.

—Es que...—suspiro—. Sé que Sung no le haría daño a Hyeri. Pero sé también y estoy muy consciente de que trabaja para Xiumin. Y que en algún momento intentará algo nuevamente contra ella —aseguré—. Como ayer. Y ella, simplemente no quiere aceptarlo. Y no le insistiré con el asunto.

—¿Acaso la vas a tener en tu casa para siempre? —interrogó entonces Taehyung—. Y además de eso, contra su propia voluntad –añadió–. No va a durar mucho.

—Lo haré hasta que pueda dar con Xiumin —dije y volví a organizarme para empezar a disparar.
Un tiro tras otro directamente en el centro de la diana.

                        Hyeri;

Suspiré viendo hacia el techo de la habitación en la que me estaba quedando. Y claramente, no era la de Jungkook porque estaba enfadada con él. Así si nuestro tipo de enfado hayase sido comernos la boca, seguíamos enfadados, sí. Yo más que él.

Escuché la puerta abrirse y levante mi cabeza mirando hacia allí encontrando a Aisha y a Yirem, que sonrieron.

—Llegamos —canturrea Aisha.

Hice un puchero y las miré. Ellas dejan una maleta que habían traído con algunas de mis cosas y vienen hacia mi. Saludándome con un abrazo y continuamente sentandose a mi alrededor.
Aisha a mi lado en el sofá y Yirem frente a mi.

—Taehyung me contó lo que pasó —dice Yirem.

—Igual que Jimin a mi —añadió Aisha.

—Por eso estoy aquí —finalice entonces yo—. Jungkook dice que...corro peligro.

—¿Están enfadados, verdad? —pregunta Aisha y me encojo de hombros. Suspirando.

—Eso parece —musité—. ¿Pueden creer que, ha llegado al punto de insinuar comentarios con relación a mi hermano? –exclamé–. Cómo...como dandome a entender que mi hermano tiene que ver con lo que pasó.

—Hyeri...—suspira Aisha, tomando mis manos y haciendo que la mire—. Sé que es tu hermano y que claramente no quieres...darte cuenta. Pero si realmente está con el enemigo de Jungkook-

—Aisha tú no —la interrumpo. Y ella se me queda viendo.

Me levanto colocando varios mechones de mi pelo detrás de mis orejas.

—Agradecería si no se pusieran del lado de Jungkook  —dije viéndolas—. Sé que mi hermano no es un santo ¿ok?. Pero somos hermanos de sangre. Nos criamos juntos. Y nos queremos –añadí–. Sung nunca haría algo contra mi. ¿¡Tan díficil es creer y entender eso!? –resoplé frustrada de tener que repetir lo mismo una y otra vez.

Aisha y Yirem se miraron.

—Esta bien, Ri —habló Yirem—. No diremos nada –aseguró–. Pero al menos, reconoce que estas en peligro. Y que no hay ningún lugar más seguro que este.

—Ok —concordé—. Eso esta bien. Pero ¿y? –alcé una ceja–. ¿Cuanto tiempo me va a tener aquí supuestamente cuidandome? –indagué—. Me acabo de graduar. Quiero trabajar, continuar con mi vida. ¿Tengo que detenerla por esto?. No creo.

—De seguro serán solo unos días, Ri —me mira Aisha. Presioné mis labios y asentí, despacio.

—Eso espero.

                  Jungkook;

Horas después ya era de noche. Creo que en unos minutos iban a ser las diez. Me bajé del auto y me quité mi saco mientras comenzaba a caminar hacia la entrada de mi casa. Dirigiendome directo hacia la cocina, donde encontré a Ana.

—Buenas noches, Ana —digo saludandola y captando su atención.

—Señor Jeon —me hace una reverencia—. Lo estaba esperando para servirle su comida.

—¿Hyeri comió? —pregunté sin poderlo evitar y con curiosidad.

—No —dijo ella y fruncí mi ceño—. Creo que lleva un buen tiempo afuera sentada en la piscina –respondió–. Dijo que no tenía hambre.

Chasquee la lengua y suspiré.
—¿Crees que podrías preparar un sándwich? —indagué—. Me doy un baño y bajo en seguida.

—Esta bien ‐asintió ella y entonces salí del lugar subiendo las escaleras.

Mientras me duchaba me preguntaba seriamente, hasta cuando seguiría de esta forma con Hyeri que para nada me gustaba.

Habíamos discutido ya casi hace un mes. Nos arreglamos. Y volvimos a caer en lo mismo. No quería, ni siquiera pensar en la idea de que esto se terminaría convirtiendo en una rutina.

Bajé cuando ya estuve listo y Ana ya tenía preparado el sándwich e incluso un vaso con jugo. Me acerqué a la puerta de cristal recorriendo con mi mirada el lugar. Y la encontré. Sentada en el borde de la piscina mientras movía sus pies dentro del agua de esta. Suspiré y abrí la puerta despacio saliendo.
Atravecé el lugar llegando a ella. Y claramente llamando su atención.

—Ana me dijo que no quisiste comer —dije, deteniéndome a su lado.

—No tengo hambre —respondió dejándome de mirar.

Suspiré y entonces me agaché poniendo el sándwich con el jugo encima del platillo a un lado. Yo sentándome junto a ella. La miré.

—¿Hasta cuando seguirás así? —pregunté directamente.

Ella comenzó a jugar con una pulsera que traía en una de sus manos y se encogió de hombros. Sin mirarme. Tomo su mentón y hago que lo haga. Ella me mira, y yo suspiro.

—No me gusta estar de esta forma contigo —dije.

—A mi tampoco —respondió—. Pero tú no lo entiendes.

—¿Que no entiendo, Hyeri? —pregunté suavemente. No quería que volviéramos a gritarnos incluso a esta hora.

—Sabes bien de lo que hablo —respondió e intentó mirar hacia otro lado pero se lo impedí sujetando nuevamente su mentón para que no apartara su mirada de la mía.

—Entiendo que es tu hermano —repetí observándola—. Yo lo entiendo Hyeri. Sé que lo quieres, y que además de eso, lo proteges –continué–. Pero tú también debes de entender en lo que está.

Ella presionó sus labios mirándome y suspiré girándome para poner el sándwich y el jugo frente a ella.
—No te quedes con hambre. Al menos cómete esto —digo poniéndoselo a su lado.

Me inclino hacia ella besando su frente y entonces me levanto con un suspiro para caminar hacia la entrada de la casa.

                        Hyeri;

Observé como Jungkook entraba a la casa y suspiré. Miré nuevamente el sándwich y el jugo y a pesar de que realmente no tenía apetito, traté de comérmelo.

No sé cuanto tiempo estuve luego de eso allí. Pero después de haber estado en silencio por una hora si acaso, me dirigí a mi habitación. Me dí una ducha y me puse un cómodo pijama para dormir. Miré hacia la puerta por un largo tiempo, y como era más fuerte que yo, cogí mi celular y atravecé el pasillo hasta llegar a la habitación de Jungkook. Giré el picaporte y esta estaba abierta. Miré hacia el interior, viendo las lamparitas de noche alumbrando la habitación y en la cama estaba él.

Me adentré a el cuarto poniendo mi celular en la mesita, y me subí a su cama. Apartando la sábana y adentrandome a esta. Él se dió cuenta; al parecer no estaba tan dormido como parecía y me atrajo hacia él.

—¿A que debo el honor de que hayas venido a mi cama? —pregunta con voz ronca y sus brazos desnudos me abrazaban. Amé la sensación una vez más.

—A que te extraño —murmuré sinceramente—. Aunque esté enfadada siempre voy a extrañarte.

Él me miró y besó mi frente. Permaneciendo con sus labios por un tiempo ahí.

—Eres linda enfadada.

—No es gracioso.

El sonrió y me estrechó entre sus brazos, dispuestos a dormir, pero mi celular comenzó a vibrar constantemente indicando que se trataba de una llamada.

—¿Quién llama a estas horas? —bufa Jungkook y yo extiendo mi mano hasta dar con el celular y mirar la pantalla; era un número desconocido.

—¿Quien es? —pregunta Jungkook.

—No lo sé. Es un desconocido —murmuré.

Él mira y alza una ceja.
—Contesta —indica sentandose en la cama. Me siento yo también—. Ponlo en alta voz –ordena.

Hago caso y deslizo el ícono aceptando la llamada y continuamente pongo el alta voz.

—¿Si? —pregunté.

—Hermana.

Jungkook y yo nos miramos en ese momento. Traté de no ponerme nerviosa.

—Sung —dije—. ¿D-donde estás?.

—Hermana yo...estoy aquí en Seúl —dice  y me estremezco.

Jungkook me hizo silencio y me indicó que continuase hablando como si nada.

—¿Que? ¿Pero desde cuando? —pregunté en seguida.

—Llegué esta mañana —responde—. ¿Estás en tu departamento?.

Miré a Jungkook preguntandole con la mirada que debía hacer. Niega.

—Hoy me quede en casa de Aisha —mentí–. Hicimos una pijamada. Sabes como es ella. ¿Por qué?.

—Necesito verte —dice—. Necesitamos hablar Ri.

Muerdo mi labio inferior y Jungkook asiente.

—¿No...vas a ir con ninguna de esas personas para las que actualmente estás trabajando, verdad? —pregunté antes. Necesitaba aclarar esa duda.

—¿Que?. No. Claro que no. ¿Por qué dices eso? —pregunta y noto su voz de confunsión; Jungkook y yo nos miramos.

—¿No lo sabes? —pregunté yo.

—¿Saber que? —indagó.

—Hace poco me siguieron unos hombres —murmuré—. Jungkook me dijo que trabajaban para el tal Xiumin.

—¿Que?. Eso es absurdo —respondió—. Hyeri. No te creas lo que dice Jeon. De verdad.

Jungkook alzó una ceja ante eso y yo me apresuré en responder.
—Sé que nunca serías capaz de hacerme daño —murmuré.

—Yo nunca, te haría daño. ¿A quien se le ocurre?. ¡Eres mi hermana! —exclama y lo escucho suspirar—. Entonces, ¿nos veremos?.

—Vale.

—Jungkook no puede saberlo —aclaró.

—Él no lo sabrá —aseguré.

—Te enviare entonces la dirección —dijo—. No dejes de ir.

—No. Allí estaré —afirmé.

Cuando colgué, Jungkook se levantó de la cama mientras hechaba su cabello hacia atrás y mi celular sonó nuevamente con un mensaje y venía la dirección. Más otro mensaje.

No dejes de ir hermana.
Te quiero mucho.

—¿Estás consciente de que, harán algo no? —me miró Jungkook con la quijada contraída.

—El no sabía lo que pasó-

—¡Si lo sabe! —exclamó—. Claro que lo sabe –afirmó.

Presioné mis labios y tragué fuertemente.
—Sé que...mi hermano no te agrada —hablo, haciendo que me mire—. Pero ayudame. —pausé—. Tú...salda tus cuentas con ese Xiumin, y yo saco a mi hermano de ahí. ¿Podrías? –lo miro.

________

[3|4]

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