Christopher
No podía despegar mis ojos de ella, no podía siquiera moverme, era como si el tiempo se hubiese detenido alrededor, no escuchaba nada y tampoco veía algo que no fuera ella.
No podía creer que la tenía frente a mí, hace apenas unos días pude confirmar que ella está viva y ahora, como si fuese obra del destino, estaba aquí mirándome con esos ojos intensos que me enloquecen, su mirada era consternada, ninguno esperaba encontrarse al otro ni en un millón de años.
Se veía aún más hermosa, su cabello tenía pequeños mechones rubios cenizos, su rostro precioso con esos ojos verdes gatunos y ni hablar de su cuerpo enfundado en ese vestido, se veía más madura sin duda.
De pronto su rostro perturbado se transformó enseñándonos una sonrisa tan falsa que se notaba a kilómetros, al menos yo lo notaba.
- Es un gusto, señor White- fingió.
Miré a Thomas que frunció el ceño esperado mi reacción.
- Es un placer, señorita- le seguí el juego con un pinchazo en el centro del pecho.
Nuestras manos se unen provocando una corriente de electricidad que, estoy seguro, ambos sentimos en el cuerpo, acaricio sus dedos disimuladamente y ella no tarda en apartar la mano con rapidez.
- Bien, será mejor que no nos retrasemos más- habla Thomas.
Ambos se sientan juntos mientras yo me siento frente a ellos, la punzada de celos no tarda en aparecer al ver las sonrisas que ambos se dan, ambos hablan en susurros soltando risitas que me enferman y me retuercen las entrañas.
- ¿Quieren un trago?- pregunto interrumpiendo sus risas.
Thomas me observa y asiente.
- Whisky por favor, hay en el mini bar...
Observo a Leah quien me mira fijamente.
- ¿Y usted....señorita?
Niega.
- No, gracias.
Me levanto caminando al mini bar, sirvo los dos tragos de Whisky, rebusco en uno de mis bolsillos encontrando los polvos para dormir, se lo agrego a uno de los vasos disolviendolos.
Una media sonrisa se instala en mi rostro.
Vuelvo con ellos y tiendo el vaso con los polvos, él lo recibe agradeciéndome, tomo un sorbo de whisky mientras mis ojos se topan con los de Leah que me mira sin pestañar, me conoce, sabe que no me hubiera ofrecido a servirle por nada.
Comienza a jugar con sus manos y la respiración se le vuelve agitada cuando Thomas se inclina el vaso entero.
No pasan más de cinco minutos cuando cae completamente dormido. Leah se pone de pie con rapidez y camina hacia el cuarto, la sigo tomando su brazo para detenerla.
- No huyas.
Sus ojos están cristalinos y sus labios tiemblan.
- ¡Aléjate de mí!
La miro reparando su rostro una y otra vez convenciendome de que ella es real, mis manos acunan su rostro y ella tiembla descontroladamente.
- Muñeca....estás viva...- susurro aún sin creérmelo.
Las lágrimas salen de sus ojos y manotea mis manos empujandome por el pecho.
- ¡No me toques! ¡No me toques otra vez en tu puta vida!
Sus palabras me sacan del embobamiento.
- Mi amor, no quise decir esas cosas....yo...
Me interrumpe cuando su mano recae en mi rostro estampandome una bofetada que me deja idiota por unos segundos.
Su pecho se mueve violentamente por las respiraciones agitadas, su rostro rojo con las mejillas empapadas en lágrimas.
- Tú y yo no nos conocemos ¿me oyes? No quiero saber nada de ti, absolutamente nada.
Toco mi mejilla sintiendo el ardor.
- ¡No fue mi culpa! ¡Las cosas no debían salir así!- grité tomándola de los hombros con brusquedad.
Soltó un grito asustado y cerró los ojos con fuerza, se sentó en el suelo pagando su espalda en una de las paredes del Jet, Leah comenzó a moverse hacia adelante y atrás mientras se tapaba los oídos negándose a mirar cualquier cosa.
La preocupación y el miedo se extendieron dentro de mí, verla de ese modo me rompió el corazón en pedazos que quizás nunca logre reparar.
Me agaché a su altura envolviendo su cuerpo entre mis brazos, sus sollozos eran látigos que me azotaban el alma.
- Mi amor....por favor, no te haré daño, no dejaré que nadie te toque....
Los sollozos aumentaron y sus dedos se enterraron en mis antebrazos con desespero.
- No quiero que nadie me toque- sollozó- No quiero sentirlo.....no quiero....
Tomé su rostro y sus ojos estaban perdidos, totalmente dilatados y comencé a preocuparme cuando vi que la palidez se acentuaba en su piel.
- ¿Qué debo hacer?
- Bolso.....busca....- balbuceo apenas.
Corrí a buscarlo cuando noté que el aire le faltaba, tome unos calmantes que había dentro y una botella de agua de la despensa del Jet. Hice que las tomara y poco a poco fue tranquilizando sus respiraciones.
- Tranquila, muñeca, estoy aquí....nadie te tocará nunca.
Me miró con los ojos entrecerrados y alzó su mano empujandome por el pecho.
- Monstruo....
A pesar de ser un susurro, lo había escuchado a la perfección y mentiría si dijera que no me afectó en lo absoluto. Las lágrimas me nublaron los ojos y un nudo se instaló en mi garganta.
- Te amo y ni esas palabras podrán cambiarlo.
Leah cae en mis brazos con la respiración lenta, la llevo a la habitación cargada como princesa y la recuesto en la cama.
Quito las lágrimas de debajo de sus ojos, admiro su rostro bonito y relajado.
Me pregunto qué habrá sucedido en aquel lugar...
- ¿Qué te hicieron, mi muñeca? ¿Qué tanto daño te han hecho para que estés así?- susurré acariciando sus mejillas.
No podía dejar de mirarla, era incapaz de creer que ella estaba junto a mí, hundí mi nariz en su cabello sintiendo el olor a vainilla y coco que no había podido olvidar a pesar de los años.
Repartí besos en todo su rostro y la abracé como si me la fueran a quitar, no dormí en todo el viaje, estaba tan emocionado que no había sido capaz.
Pero sabía que cuando despertara todo se iría al carajo, la reacción que tuvo Leah me hizo entender que no puedo pretender apresura las cosas y que no puedo volver a su vida así sin más para alterarla.
Además existía un riesgo peor y ese no era yo, sino mi padre, no podía acercarme a ella si no quería que la descubrieran pero de alguna forma debía ponerla en sobre aviso de todo lo ocurrido.
Leah
Abrí los ojos lentamente y parpadeé un par de veces, miré alrededor confundida, la habitación estaba vacía por completo.
¿Qué sucedió?
Sentí una punzada de dolor en la cabeza que me hizo cerrar los ojos y entonces recordé a la perfección todo.
Él estaba aquí.......Christopher White sabía que estaba viva.
¿Él me dejó aquí? ¿Por qué estoy viva aún?
La puerta se abrió y él entró por la puerta, retrocedí sobre la cama enseguida mientras él alzaba las manos indicándome que no intentaría nada.
Christopher seguía como en años anteriores pero tenía una mirada algo cansada y su aspecto no era perfecto, sino que un poco desalineado; si dijera que no se me removió todo por dentro cuando lo vi seria completamente falso, todos los recuerdos de nosotros juntos vinieron a mi mente, incluyendo aquel último encuentro que destrozó mi corazón
- No te haré daño, no quiero hacerlo.
Nuevamente el temblor comenzó y me sentí una estúpida débil por no poder controlar mis emociones.
- ¡Quiero que desaparezcas de mi vida! ¡No quiero verte más!- hablé con un intento de firmeza.
Asintió.
- Si quieres que me alejé es lo que haré pero necesito advertirte de algo antes de desaparecer.
No dije nada y solo lo miré fijamente, tenía curiosidad en lo que iba a decir pero no pensaba demostrarlo.
- Mi padre sospecha que vives, supongo que has sido tú la de las muertes de aquellos tipos, él cree que tú estás viva y si no quieres que te encuentre debes mantener el perfil bajo.
La repulsión al oír de ese maldito me llega apenas lo menciona. Me paré de la cama con valentía y me acerqué quedando justo frente a él, miré hacia arriba quedando a tan solo unos centímetros de su rostro.
- Desaparece de una vez por todas, no quiero verte jamás y si llego a saber que has estado indagando y metiéndote en mi vida, no dudaré en tomar cartas en el asunto. Ya no soy una chiquilla y no me temblará la mano a la hora de dispararte.
Sus ojos me miran fijamente, su semblante algo consternado y podría decir hasta ¿dolido?.
Asiente dándose la vuelta para irse pero se detiene en la puerta volteando a mirarme de costado.
- Sea lo que sea que hizo, yo no tenía idea, lo siento...
No dijo más y cruzó el umbral de la puerta.
En ese momento expulse el aire que había retenido y caí de rodillas tapando mi boca para acallar los sollozos que salían de la misma.
Lo único que se me vino a la mente fue que debía volver a casa, necesitaba volver a mi lugar seguro.
Era hora de regresar....
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Nuevo capítulo😬
Espero les haya gustado el capítulo, al fin descubrimos que pasó en el encuentro, cada vez esto se va a poner más interesante🙌🏻
Haré lo posible para actualizar el próximo fin de semana, estoy con pruebas finales y los tiempos se me complican, así que les pido una disculpa❤️🩹
No se olviden de votar y comentar que les pareció🪐
Nos vemos en la próxima actualización🦋
- Cam🖤