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Una de las sensaciones que más le gustaba cuando conducía su motocicleta, era la del viento tocando su rostro, le generaba una paz indescriptible.
Necesitaba despejar su mente, últimamente tenía mucho trabajo acumulado por las tierras y negocios recién tomados, habían tenido una mala administración por su antiguo dueño y le estaban provocando un dolor de cabeza.
No llevaba mucho tiempo siendo el Alfa de la manada. Hace un año, su padre le habló sobre que era el momento de heredar el liderazgo de la manada, que ya estaba listo.
Luego como niño pequeño, emocionado le mostró un plan de viajes por el mundo que tenía programado junto a su madre, para así disfrutar tranquilamente y sin preocupaciones de su jubilación recién declarada. Sonrió al recordar a sus padres, la última foto que le mandaron de su viaje era de su país natal, en un pequeño campo con su padre cargando en brazos a su madre, ambos sonriendo.
Sintió vibrar su móvil, recordando el motivo de su salida, hace 15 minutos recibió una llamada de su beta y mejor amigo Greco, diciéndole que llegará a su bar para mostrarle algo que llegó para el bar.
Mientras conducía hacia su destino, recordó cuando llegaron a Este's Park. Habían pasado ya 3 meses desde que se estableció con su manada en ese lugar, luego de que Volkov derrotará al antiguo alfa quien, bajo terror y violencia, dirigió a su gente.
Era un Alfa que no tenía piedad a quienes se oponían a sus leyes o dudan en seguir sus órdenes, les eliminaba sin dudar.
Volkov era todo lo contrario, a pesar de estar poco tiempo siendo el Alfa, le conocían por ser sereno, observador y calculador, su manada estaba orgullosa de tener un gran alfa como lo es el peligris, quien seguía los pasos de su padre. Es el tipo de líder que, si nadie se entromete en su camino o le hacen daño a su gente, no interfiere en nada.
Por lo que, le daba igual cómo lideran otros alfas sus manadas.
Hasta que...
*•.¸¸.•*¨¨*•. Inicio del recuerdo *•.¸¸.•*¨¨*•.
- Cinco meses atrás -
Brown pidió convocar una reunión con Volkov, para felicitarle por heredar el liderazgo de la manada Volkov y también hacerle una propuesta ya que al ser nuevo en su puesto, este se pensó que sería fácil convencerle de que le dejará expandir su manada hacia el territorio de los Volkov, en California, quienes eran dueños de algunas tierras de ahí por más de medio siglo, su objetivo era ganar más poder.
Se encontraba hablando sobre la posible negociación de que Volkov le brindará tierras para su manada, cuando el alfa por la ventana, en la lejanía observó a una hermosa mujer de cabello largo y rubio, jugando en el jardín con un niño.
- ¿La hermosa criatura que está en su jardín jugando con el cachorro, me he de imaginar que es su compañera? - le preguntó éste a Volkov, sorprendiendolo por el cambio abrupto del tema.
- Mmm, es mi hermana mayor y hermano menor. - murmuró Volkov, intentó volver al tema principal sin éxito, ya que este no desviaba la atención de su hermana; le hizo varias preguntas sobre ella, haciendo una última que no le gustó para nada, y era si estaba ya enlazada con un compañero.
No le gustaba la atención del alfa hacia su hermana y se estaba empezando a enfadar, le incomodaba mucho que le hiciera preguntas personales sobre su hermana, no era alguien digno de siquiera respirar el mismo oxígeno que Aleksandra, más que nada por la clase de rumores atroces que rondaban sobre su persona.
La incomodidad que sentía Volkov se hizo aún mayor, Brown pidió que le presentará a su hermana, alegando sentir "el llamamiento".
Volkov no estaba para nada convencido de esto, pero al momento en que un cambiaformas dice sentir el llamamiento, no se puede rechazar la petición de conocer a la persona. Mando a llamar a su hermana para que fuera a su despacho, llegando minutos después; en un ambiente tenso y bajo la mirada fija de Brown, Volkov le explicó la situación a su hermana, quien se quedó en silencio escuchando la información que le brindaba su hermano. Aleksandra, con total tranquilidad luego de que terminará de hablar, le respondió a su hermano que había una equivocación, ya que ella al entrar a la habitación, no sintió nada.
Brown molesto, contrario a lo que dijo su hermana, mencionando que él sí sentía la conexión del llamamiento.
Su hermana sin decir nada, se acercó al alfa, le tomó una de sus manos y le vio fijamente, olfateo por unos segundos, comprobando si tal vez se había equivocado y sentía algo, pero nada. Estaba mintiendo.
Aleksandra le soltó la mano y se fue al lado de su hermano, negando con la cabeza lentamente mientras lo veía, Brown estaba equivocado.
Como se imaginan, la reunión no terminó del todo bien; Volkov le pidió educadamente al otro alfa que se retirara, anulando así cualquier posible acuerdo. Enfurecido e indignado, Brown regresó hacia "El Valle Este", pero no quedando tranquilo ni complacido con la respuesta que le había dado Aleksandra, empezó a idear un plan para volverles la vida imposible, nadie le rechazaba.
El malévolo alfa mandó por dos días a miembros de su manada para que siguieran a su hermana, la acosaban diciéndole que era una mentirosa y que su deber era aceptar a Brown como su compañero, volviéndose algo insoportable para Aleksandra y provocando que por fin Volkov perdiera la paciencia y se enfureciera.
Para detener todo de una vez por todas y que todo regresará a la normalidad, especialmente para su hermana, V aplicaría la ley de su especie, ya que las leyes humanas eran ineficientes para retener o castigar a un cambiaformas.
Le reto a un enfrentamiento, en donde ponía en juego su puesto de líder y alfa. Al inicio, como se esperaba, Brown se negaba a dar lugar el duelo, como el cobarde que era, le gustaba hacer daño cuando su víctima no se lo esperaba, pero cuando era de enfrentarse cara a cara, se acobardaba.
Brown sabía de qué Volkov tenía la fama de ser un alfa muy poderoso y respetado, era admirado por su fuerza y frialdad al momento de atacar, algo que en el fondo le aterraba a Brown, aunque no lo admitiera.
Luego de pensarlo por dos semanas, Brown aceptó a regañadientes el duelo, no teniendo otra opción ya que el conflicto quien lo inició fue él, pero él quería a Aleksandra a cualquier costo, y el siempre obtenía lo que quería.
* * *
El enfrentamiento se dio lugar en un pequeño campo llano rodeado de árboles, que tenía "El Valle Este" y como se veía venir, habían muchas personas que estaban atentas al duelo, ya que estaba en juego el futuro de la manada, quienes estaban esperanzados de que el alfa de pelo gris fuera el vencedor.
Greco se paró a su lado, con un semblante serio y burlesco hacia Brown, ya que sabía perfectamente cómo acabaría el enfrentamiento.
Por el lado contrario, el beta de Brown, Julián, sólo quería que acabará esto, ya se estaba hartando de los problemas en que se metía su líder.
Luego de unos minutos en silencio, el duelo dio inicio con Volkov transformándose en cuestión de milisegundos, desgarrando su ropa y convirtiéndose en un Tigre de bengala blanco, el cual media 130 cmts de altura x 380 cmts de longitud, y ojos de un color rojizo.
Elegante como cual felino, se sentó sobre sus patas traseras y espero, viendo fijamente a Brown, mientras movía su cola lentamente de un lado a otro.
Brown por otro lado, quien se veía nervioso, se transformó en un León, pero siendo visiblemente de un menor tamaño, ya que media 90 cmts de altura x 230 cmts de longitud.
Con menos paciencia que el otro felino, dio un rugido, corriendo y saltando encima del tigre, quien, con total elegancia, esquivo su intento de ataque sin esfuerzo alguno, proporcionándole un manotazo con sus garras al rostro del león y a la vez, dándole vuelta hábilmente, dejándolo boca arriba en cuestión de segundos. Posicionó su pata encima del pecho mientras el león rugía de dolor, le estaba incrustando las garras.
Varios miembros de la manada de Brown contuvieron un grito, que no era precisamente de preocupación, viendo estupefactos y emocionados el enfrentamiento que estaba ganando fácilmente el peligris.
Pasaron en esa posición varios minutos. Aburrido por el enfrentamiento y la facilidad con la que derribó a su oponente, Volkov bajó su cabeza para finalizar el enfrentamiento, abrió el hocico y mordió el cuello con fuerza del león, rugiendo e imponiendo su liderazgo y poder de alfa.
El león empezó a retorcerse y rugir, desesperado... intentando zafarse de su agarre para poder escapar, pero el tigre ni se inmutó.
Siguió con su agarre y no lo soltó durante varios minutos más, hasta que el león, cansado de luchar, se rindió por fin al ver que el tigre no se movía de su posición.
Rugiendo en forma de amenaza, el tigre retrocedió mientras movía su cola de un lado a otro, viendo fijamente al león que estaba sobre el suelo para que no se moviera, finalmente sentándose.
Al observar pacientemente que el león no hiciera indicio de volver a moverse, V se transformó de nuevo a su forma humana, quedando en cuclillas, y observando al león malherido.
Greco se acercó y sobre los hombros de su líder, extendió un manto de seda negro para que se cubriera de su desnudez, quedándose a su lado mientras observaba con orgullo al león derrotado.
Con voz amenazante y ladeando la cabeza levemente, Volkov le dijo a Brown.
- Tuvimos el enfrentamiento y has perdido, según nuestras leyes tendrías que haber muerto, pero no soy un asesino. Has visto de lo que soy capaz y confío en que no serás un tonto en desperdiciar esta segunda y última oportunidad de vida que te doy. - mencionó, extendiendo a la vez su dominio alfa, haciendo que todos se arrodillaran ante su poder, sin poder resistirse, excepto por Greco, quien sin inmutarse seguía de pie a su lado, firme... no esperaba menos de su beta pensó, sonriendo levemente.
- Quedas desterrado de estas tierras y de todas las que estén bajo mi poder, no te acercarás a mi gente, ni siquiera le dirigiras la mirada y lo mismo harán ellos hacia ti, quien se compadezca y decida ayudarte u hablarte, será desterrado también. Si no obedeces lo que te digo, me encargaré de que mueras lentamente... Ahora ¡Largo! - gritó, cambiando de color sus ojos a rojos, una característica común de un alfa pura sangre.
Con la mitad de la cara rasguñada y con dolor en el pecho, rendido y sin fuerzas, el león volvió a su forma humana, siendo levantado a los segundos para ayudarle, por quienes le seguían siendo fiel. Mientras se lo llevaban, dio un último vistazo a quien le derrotó.
Brown sabía que él era enorme en su forma de león, pero el tamaño de Volkov en su forma animal era abismal, su altura era similar a la de un oso grizzly, era uno de los alfas más grandes que había visto en su vida, desde un inicio nunca tuvo oportunidad en contra de él pensó, mientras desaparecía y esos ojos... nunca pensó que se enfrentaría a un Alfa de ojos rojos.
Volkov no era un ser malvado, y a pesar de que lastimaron a su hermana, no era un sanguinario, no le daría esa facilidad al ex alfa, porque verán, aunque no le hizo mucho daño físico, la marca que le dejó en el rostro a Brown no se le sanará por completo, y es una marca que indica la vergüenza que es para los de su especie, volviendolo un desterrado, recibirá de todo menos compasión o amabilidad, así que para la buena suerte del ex alfa, sobrevivió... apenas.
*•.¸¸.•*Fin del recuerdo¸.•*¨¨*•.
Regresando al presente, Volkov da un giro hacia la derecha e ingresa al área de parqueo, estacionando su Harley Davidson negra por la entrada del bar Greco's, bar que su amigo inauguró hace un mes, siendo un éxito en el sector.
Apago el motor mientras bajaba de su moto y coloco el caballete central, quitándose a la vez su casco estilo classic de color negro, lo acomodo en el timon de la motocicleta y camino hacia la entrada mientras guardaba las llaves dentro de su chaqueta negra de cuero.
Subió los escalones y abre la puerta, escuchando el *ting ting* de la campanita que avisaba la llegada de un cliente; se inclinó un poco para poder ingresar al lugar sin golpearse la frente, como algunas veces ya le había pasado por descuido.
Medía 2 metros con 5, por lo que la mayoría de veces tenía que inclinarse un poco al pasar por las puertas, eran muy pequeñas.
Entró al bar y se dispuso a sentarse en su mesa favorita en el fondo del bar, apartada del resto de la clientela, disponiendo de privacidad. La luz casi no pegaba mucho y lo ocultaba perfectamente de la mirada de los demás y de las atenciones no deseadas. Pasado un minuto apenas de haber tomado asiento, llega corriendo su amigo con una sonrisa en la cara, tomó la silla que tenía al lado y se sentó.
- ¿Adivina que llegó por fin importado? - Le pregunta Greco emocionado, haciendo que elevará su ceja derecha al ver la emoción de su amigo.
- Sinceramente, no tengo idea a qué te refieres. - Le contesto, haciendo que su amigo pusiera los ojos en blanco por su falta de memoria. Hace dos semanas Volkov le había pedido que trajera su licor favorito y ni se recordaba.
Se agachó y tomó una bolsa negra de papel que V, no había notado que traía consigo Greco; observó que este lo colocaba sobre la mesa y se lo acercaba.
- Toma, es un regalo. - Mencionó, esperando emocionado a que viera lo que estaba dentro de la bolsa de papel negro.
Aún sin saber de qué hablaba, ve a su amigo un momento, luego observa la bolsa de papel, con cuidado mete la mano dentro de la bolsa y saca una caja con una botella sellada. "Vodka Beluga" leyó en la etiqueta, abriendo un poco más los ojos por la sorpresa, sonriendo de lado segundos después al ver el obsequio que le dio su amigo.
Su licor favorito, el que le había pedido anteriormente, ya recordaba. Con cuidado volvió a meter la botella dentro de la bolsa de papel y rió por lo bajo.
- Sabes que cuando te lo pedí era para comprarla, no para que me la obsequies, pero agradezco mucho el gesto - Le mencionó, provocando que sonriera su amigo.
- Hombre, sé que querías comprarlo, pero quería te lo quería obsequiar; en especial porque es la primera botella que sacó de las cajas, quería darte los honores. - Le dijo Greco, mientras se recostaba en la silla y flexionaba sus brazos hacia arriba, estirándose por el cansancio de más de 12 horas de trabajo invertidas en su bar.
- Gracias, créeme que lo disfrutaré. Por fin podré beber un buen vaso de vodka y no la porquería que estaba bebiendo, sin ofender. - Comentó, haciendo que su amigo riera por lo bajo mientras meneaba la cabeza de un lado a otro por la sinceridad de su amigo.
La mente de V empezó a divagar, pensando en que su noche sería más soportable, aún tenía mucho trabajo por hacer, y por lo menos lo haría acompañado de un buen vaso con hielo y vodka.
Tomó la bolsa con cuidado y la dejó a su lado de la silla, cuando de manera abrupta lo sintió... era el aroma más delicioso que jamás había percibido su olfato, haciendo que salivara y sus colmillos se alargarán un poco para su sorpresa, por tan apetitoso aroma.
Se estremeció por la intensidad de las sensaciones que el aroma le hizo sentir, olfateo un poco mejor, identificando un leve aroma a jazmín y vainilla.
Se puso de pie lentamente y empezó a buscar la fuente del olor, pero habiendo tanta gente en el bar, no logró identificar de dónde provenía.
Muchos olores, pensó. No lograba encontrar el origen del aroma. - ¿Qué sucede, algo está mal? - Le preguntó Greco, mientras olfateaba el ambiente, sin percibir lo que hubiera aturdido de esa manera a su amigo.
- No estoy seguro de si es lo que estoy pensando, déjame confirmar primero, pero... - Y sin terminar la frase, camino hacia la multitud, intentando ubicar sin éxito, la fuente del aroma, que se estaba haciendo cada vez más leve.
Escuchó el *ting ting* de la campanita de la entrada, haciendo que Viktor volteara hacia la puerta, logrando ver apenas como salía una persona y percibiendo, gracias al viento que se adentró en ese momento, la fuente del aroma.
Caminó rápidamente hacia la puerta con un poco de dificultad por la multitud, intentando alcanzar a esa persona, pero al abrir la puerta y salir, divisó al final del estacionamiento como la persona se subía a un carro pequeño, lo encendía y retrocedía para dirigirse hacia la salida.
¡Corre! Le rugió su tigre ¡No podemos perderle!
No lograré alcanzarle pensó, si corría para alcanzar al carro, se iría; por lo que en tiempo récord, se acercó a su motocicleta, en donde gracias a los dioses, lo había dejado cerca de la entrada para ingresar al bar; saco sus llaves de la chaqueta, encendió su moto y se puso el casco en tiempo record, viendo de reojo como el carrito de color turquesa cruzaba la calle para seguir su camino.
Retrocedió la moto rápidamente y se dispuso a seguir el pequeño carro; salió del estacionamiento, y para su buena suerte, no venía ningún automóvil cerca, por lo que se cruzó la calle y comenzó a seguir al carro.
* * *
Después de varios minutos siguiendo al carro, se detuvo para observar cómo ingresaba a un pequeño estacionamiento y se parqueaba cerca de un pequeño local llamado "Estrella Fugaz".
Se estacionó en un lugar obscuro, apagando el motor, coloco el caballete central para que no se le caiga su moto y bajo de esta, quedándose de pie al otro lado de la calle, mirando hacia el carro.
Sentía a su tigre muy inquieto por la situación - Acércate, es nuestro - le rugió. No lo haré, pensó, aún no, tenemos que tener paciencia, recibiendo un bufido como respuesta de su tigre.
Observó con atención a la persona que bajaba del auto, olfateó de nuevo, percibiendo el aroma que le había cautivado, trago saliva y restregó su manos en su pantalón, estaba nervioso.
Recordó que hace mucho tiempo, su padre le había contado que cuando un cambiaformas encontraba a su predestinado, se podía tener ciertas reacciones intensas en el cuerpo, pensó en ese entonces que su padre había exagerado y le estaba tomando el pelo al describir la reacción del llamamiento, pero ahora se estaba dando cuenta que no fue así.
El tiempo se detuvo, no existía nadie más en ese momento. - Mírame - pensó, mientras contenía la respiración por unos segundos, la opresión que sentía en el pecho no hacía más que incrementar y las rodillas las sentía débiles, puso una de sus manos sobre su pecho para intentar calmar la opresión que sentía, pero no tuvo alivio alguno.
Le era indescriptible la electrificante reacción que estaba sintiendo en esos momentos, pero al final, sabía perfectamente lo que eso significaba, nunca pensó que tendría esta oportunidad, pero ahí estaba, frente a sus ojos y tan resplandeciente...
No cabía la emoción que sentía dentro de su pecho, el embriagante aroma que sintió en el bar lo había llevado hacia la nueva luz de sus ojos, su alma gemela.