Recobro la "consciencia" pero me siento confuso, aturdido. No puedo moverme; mi cuerpo no reacciona, sigo sin poder abrir los ojos, lo único que me queda es mi capacidad auditiva.
El tacto de una mano sobre mi piel llama mi atención, intento mover un dedo, pero nada. Quiero hacerle saber a esta persona que estoy aquí. El sonido de su tenue llanto me llama la atención. Ya lo he oído antes... ¡Es Thomas quien está conmigo!
Presto atención, más personas hablan un tanto alejas de nuestro entorno, mientras otros lloran desconsolados.
—¿Cómo se encuentra el chico? —Pregunta Alan.
—Hemos actuado lo más rápido que pudimos, pero llego en muy mal estado. El joven Roger sufrió un neumotórax, con un rápido desarrollo de insuficiencia respiratoria y una gradual pérdida de sangre. Lo que le provoco un paro cardiaco en la sala de operaciones mientras extraíamos la bala.
—¡JESSY! —Grita MC.
¡¿Qué le ocurre a Jessy?! ¡Maldita sea Richy, reacciona!
—Es solo un leve desmayo, no te preocupes. Mi compañera se ocupara de ella —Dice en tono tranquilizante.
—¿Pero va a recuperarse, verdad? —Pregunta Hannah atemorizada.
—Voy a ser totalmente sincero con vosotros, porque ya no sois unos niños. Ahora mismo está estable, pero no fuera de peligro. Su cuerpo ha sufrido mucho, en este instante lo tenemos conectado a un tubo endotraqueal que lo mantiene respirando. Pero estas próximas 24h serán decisivas para saber algo con exactitud.
—Gracias doctor, háganos saber si hay algún cambio.
Esto tiene que ser una broma enfermiza, yo me siento bien. Aunque siendo introspectivo, realmente no siento absolutamente nada. Una puerta pesada se abre y escucho los pasos de alguien acercándose.
—Bueno jovencito, tenemos que irnos. No se nos permite estar más rato aquí, ya hemos tenido suficiente suerte con que os dejaran pasar durante unos cinco minutos.
Su mano se aprieta contra la mía con más fuerza que antes.
—No pienso dejarle solo, ni hablar —Sentencia.
—Thomas...
—¿Sabe qué hace no mucho, descubrí algo que me hizo tanto daño que desee su muerte? Y ahora... no soporto verlo así. ¡No quiero que se vaya, es mi mejor amigo! —Su voz se desgarra.
Lo siento tanto... Siento todo el calvario que te he hecho pasar.
Quiero alzar la voz y decirle que todo estará bien, que él también es mi mejor amigo, que nunca quise hacerle daño pero sigo sin poder hacer nada. Siento como una cálida lágrima escapa de mi ojo, y ambos parecen notarlo.
—¿Richy, puedes oírme? —Pregunta esperanzado.
Mi cuerpo sigue sin querer reaccionar. Suspira tristemente, suelta mi mano con pesar y escucho dos pares de pisadas alejarse de mí. La puerta se cierra y la habitación queda en completo silencio, a excepción del molesto pitido de las maquinas a las que me deben tener conectado.
¡Por favor, no me dejéis solo!
El crispante tic-tac del reloj me pone de los nervios, no sé cuánto tiempo llevo aquí tirado hasta que vuelvo a escuchar como la puerta de la habitación se abre. Pienso que se debe de tratar de una enfermera o un médico, pero sus pasos son demasiado cuidadosos.
—Oh, Richy —Me llama esa voz angelical que reconozco a la perfección.
¡Es Jessy, está bien!
Eso me supone un gran alivio.
—Lo siento mucho —Llora—. Debería haber hecho algo y en cambio, solo me quede allí paralizada en medio del bosque viendo como ocurría todo. Tendría que haberte protegido.
No, Jessy. Fue mi decisión, ni tú ni los demás podríais haber hecho nada para cambiarlo.
De nuevo vuelvo a intentar mover una parte de mi cuerpo, la que sea. Pero un fuerte dolor se apodera de mi pecho y al instante desaparece. El pitido de las maquinas se vuelve de locos y los gritos de Jessy son histéricos.
—¡AYUDA, POR FAVOR! ¡RICHY, NO TE MUERAS. QUEDATE CONMIGO!
Una marabunta de gente entra en la habitación.
—¡Llevárosla de aquí, ahora mismo! —Grita una voz masculina—. Joder, lo perdemos.
Caigo en la nada y todo se envuelve en un silencio sepulcral.
No sé dónde estoy, ni cuánto tiempo ha pasado. Solo el sonido del llanto me acompaña de nuevo en la distancia. Trato de mover uno de mis brazos y para mi suerte esta vez reacciona, pero choca contra algo pesado.
¿Estoy otra vez en el maletero del AMC? ¿Es un sueño?
Palpo a ciegas, y me doy cuenta por el sonido de que este espacio no es metálico, si no de madera. Golpeo con fuerza, pero resulta en vano.
Una voz carraspea y comienza a hablar:
—Cenizas a las cenizas, polvo al polvo. Que dios acoja el alma de este joven. Su vida y su muerte dan fe de aquello que dicen las escrituras, quien vive por la espada, por la espada muere. Pero recordemos también la admonición del señor, no juzgues y no serás juzgado. Que Richy Roger descanse en paz.
¡¿Qué?! ¡¿Estoy enterrado vivo?!
—¡NO ESTOY MUERTO, SACARME DE AQUÍ! —Grito con todas mis fuerzas, pero nadie parece oírme.
—Mi pobre niño... ¡No es justo! —Dice desolada la voz de mi madre.
—Señor y Señora Roger, nuestra comunidad y mi familia lamenta mucho su pérdida —añade Miranda.
—Gracias, vuestro apoyo significa mucho para nosotros —Responde mi padre con falso cariño—. Cielo, vámonos. Ya has pasado por mucho, tienes que descansar.
¡No! ¡Mama, papa, no me dejéis os lo suplico!
—Chicos, nosotros también deberíamos irnos —dice Dan con la voz destrozada—. MC y Hannah no están bien, y Jessy... tenemos que tratar de que hable con nosotros y coma algo. Desde aquel día, ella no...
—Sí, me parece bien. Ir yendo hacia el coche, enseguida os alcanzo —Dice Thomas.
Todos parecen seguir su petición, y escucho como se sienta posiblemente en el pasto.
—Ni siquiera en un momento como este sé que decir, pero quiero que sepas que no te guardo ningún odio, todavía recuerdo lo que te dije aquel día, puede incluso que me oyeras. Pero tengo que repetirlo una vez más... Aunque ya no vayas a estar más conmigo siempre serás mi mejor amigo y todos te llevaremos en nuestro corazón para siempre —Llora—. Esta rosa es para ti.
Oigo como algo golpea lo que parece la superficie del ataúd y se marcha.
¡THOMAS, NO TE VAYAS! ¡NO, NOOOO!
—Richy, Richy.... —una voz femenina me sobresalta.
Abro los ojos y la luz me ciega durante unos instantes.
—¡Dios mío! ¡Chicos venir aquí, se ha despertado! —Grita Hannah.
—¿Qué? ¿Qué pasa? Yo... ¿Estaba muerto? —Pregunto, esforzándome mucho por hablar y no ahogarme.
El pecho me duele con intensidad, siento como algo me oprime las costillas, bajo la vista y veo un blanco vendaje envolviéndome por completo. No puedo evitar que las lágrimas desciendan de mis ojos.
—Shhhh, tranquilo —Me abraza, y al mismo tiempo me retira las lágrimas con mucho cuidado—. Todo va a estar bien ahora.
El grupo entero entra formando una avalancha en la habitación, como si se trataran de las rebajas de Diciembre.
MC, Thomas, Jake, Lily, Jessy, Cleo...
—Voy a buscar al médico —Anuncia Thomas animadamente en cuanto me ve.
—Hola —Jessy coloca su frente contra la mía y me besa—. Hola.
—Menudo susto nos has dado, my friend... —Confiesa Jake.
—Estoy muy confuso ahora mismo, ¿Qué es lo que ha pasado? Escuche que estaba bastante mal, luego creo que Jessy se desmayó, Thomas estaba conmigo, sentí un fuerte dolor en el pecho. Y luego... todos estabais en mi funeral. Pero ahora estoy aquí otra vez —Explico aturdido.
—Lo primero sí que ocurrió, sufriste un segundo paro cardiaco mientras Jessy estaba aquí contigo, obviamente se coló sin permiso —Me Aclara MC—. Pero lo segundo nunca ha ocurrido, seguramente haya sido fruto del miedo.
—Para miedo e infarto el que casi nos das a todos nosotros, cabronazo —Gruñe Dan cómicamente entrando en la habitación, se acerca y sonríe.
Tardo un par de segundos en darme cuenta de que hay cosas muy diferentes en él.
—Un momento, ¿Dónde está tu silla de ruedas? Y... ¿Qué cojones te ha pasado en el pelo? —Rio, pero el dolor me hace soltar una gemido de dolor.
—¿Qué pasa no te gusta mi nuevo corte? —Sonríe pasándose la mano por la base de su cabeza, su espesa melena ha desaparecido por completo—. Y los médicos decidieron que mis piernas estaban lo suficiente fuertes para no tener que volverla a usarla. Ahora solo tengo que robarle la muleta a mi madre de vez en cuando para andar.
—¿Y todo eso en un día? Estoy impresionado.
Todos se miran entre ellos y me dedican una mirada triste.
—Richy, has estado en coma desde hace 2 semanas —Me informa Jake.
—¡¿Qué?!
No siento que haya pasado tanto tiempo. Cuantas cosas he podido perderme... ¿Qué ha ocurrido con Andrew? ¿Cómo es que Jake está aquí tan tranquilo mostrando la cara?
Hannah parece leerme la mente y agarra mi mano con delicadeza.
—Tu estate tranquilo... hay mucho de qué hablar.